28 de junio de 2009
Estimado Nelson.
Muy bueno tu artículo, además, aprecio el fundamento científico para cada observación. Mis felicitaciones y mi agradecimiento por tu trabajo.
He leído, luego, todos los comentarios y cada uno aporta algo importante. Y todos ellos me motivan a realizar un aporte desde mi punto de vista como herrador.
No he conocido a nadie que haya tenido la voluntad de adquirir los conocimientos sobre el concepto de caballos descalzos, sin haber logrado una aceptación sobre el mismo. Yo soy uno de ellos.
Considero que tú, Nelson, así como otras personas que se encuentran en tu mismo camino, eres el eslabón necesario para lograr un cambio en el mundo del pie del caballo. Formas parte de aquellos que se animan a trasgredir lo establecido, convencional, que se encuentra, muchas veces, aferrado al costumbrismo y tradición.
Para muchos, y dicho con cierto humor y el mayor de los respetos, eres UN MAL NECESARIO. Porque rompes estructuras que pocos desean reconstruir, por el sólo hecho de que toda nueva estructura necesita ser reformulada, y eso requiere de sacrificio. Se tiende a creer que siempre es mejor quedarse donde uno está, porque para moverse hay que caminar, y caminar cuesta.
Mi camino es otro.
Soy herrador y lo seguiré siendo. Pero no con el fin de oponerme a los caballos descalzos, sino con el fin de aliviar a aquellos que, por diferentes razones, necesitan ser herrados. Sea por necesidad circunstancial o porque alguien así lo decide.
Hay que aceptar que, independientemente de cuánto cambio en los herradores generará esta ola del nuevo concepto, muchos caballos continuarán siendo herrados, y esos caballos deberán ser herrados de la mejor manera y, desde mi punto de vista, acercándonos a lo más natural posible.
Siempre que la circunstancia lo permite, recomiendo quitarle las herraduras a un caballo.
Aprendo, dentro de mis posibilidades, sobre el concepto de caballos descalzos y lo aplico cuando lo considero oportuno. No me aferro de forma exclusiva a ese concepto porque considero que los extremos son perjudiciales, sí necesarios porque forman parte de una importante transición, pero no necesariamente beneficiosos en su totalidad.
Es innumerable la cantidad de situaciones y circunstancias, en todo el extenso mundo, que llevan a decidir si un caballo permanecerá sin herraduras, si será herrado, si habrá que quitárselas, o si será herrado de joven o de adulto. Cada una equivocada o acertada.
Dentro de mi trabajo diario, veo muchos casos donde se palpa la necesidad de quitar las herraduras para generar un alivio al caballo, incluso en caballos correctamente herrados, sin hablar de caballos mal herrados. Y causa satisfacción contar con una herramienta más cuando se trata de generar comfort o solucionar algo específico. Pero también veo casos, y trabajo en casos, donde la herradura es un bien necesario. Y considero que si no se hubiese inventado hace más de 2.000 años, sí hubiesemos contado con la necesidad de inventarla hoy, por una cuestión de requerimiento en muchas situaciones.
Para mi trabajo como herrador, con el fin de mejorar día a día mi técnica, he aprendido mucho del concepto de caballos descalzos, y con muy buenos resultados. De forma permanente, pretendo amalgamar los conocimientos de Nelson Pinto, en este caso en particular, con los de muchos herradores, con el objetivo de mejorar la colocación de una herradura artificial con relación al casco natural. Y que si en muchos casos la herradura se considera un mal necesario, que ese mal no sea tan malo.
Considero que este artículo de Nelson, así como los anteriores ya publicados, aporta un invaluable conocimiento y si lo leemos con el fin de aprender, nos permite mantenernos, a los herradores y no herradores, en permanente crecimiento dentro de nuestra profesión. Y por lo que tengo entendido, todos quienes ingresamos a este foro tiramos para el lado de mejorar la calidad de vida del caballo a través de sus pies.
Por lo tanto, creo que cada uno debería aprender del otro lo suficiente como para cumplir sus objetivos de la mejor manera posible, sin considerar la existencia de antagonismos o absolutismos, sino la existencia de personas que nos permiten cumplir con nuestro rol entregándonos la mayor cantidad de herramientas teóricas posibles, para beneficiar aun más el bienenstar de los caballos CON herraduras y SIN herraduras, porque creo que, por largo tiempo, seguirán existiendo ambos.
Un cordial saludo para los del foro y, en especial, para Nelson.
Daniel Anz