El pie del caballo posee un centro de equilibrio, que al tenerlo en cuenta durante el desvasado, permite al herrador analizar la relación existente entre el apoyo que necesita el pie para soportar las presiones y la palanca que debe vencer al despegar del piso en el momento del paso.
Si bien el centro de equilibrio, por encontrarse en el centro de la articulación interfalángica distal, divide al pie en dos parte al verlo de frente, divide en dos partes, también, al pie viste de costado, dando lugar a lo que se denomina balance Z.
Toda
superficie ubicada por delante del centro de equilibrio es denominada
palanca,
y es el impedimento que posee el pie para despegar libremente del piso. A mayor
superficie de palanca, mayor fuerza debe realizar el pie para vencerla al romper
el paso.
La superficie ubicada por detrás del centro de equilibrio es denominada
apoyo,
y es la superficie que soporta la mayor cantidad de presiones causadas por
el peso del caballo y por las contrapresiones del piso.
Una relación normal entre
palanca y apoyo es de un
50% de superficie de palanca y un 50 % de superficie de apoyo, como lo muestra
la foto de arriba. Cuando existe esta normal relación, el caballo puede
realizar el paso sin tener que vencer una gran palanca, cuenta, a su vez, con
el suficiente apoyo por detrás del centro de equilibrio, permitiendo
que su aparato fibroelástico conserve el correcto funcionamiento como
amortiguador de impactos.
Para establecer el centro de equilibrio del pie, se debe medir 1 cm. por detrás
del rodete coronario y trazar una vertical hacia el piso. El extremo de la
palanca será el punto de ruptura de paso por delante del centro de equilibrio
y el extremo del apoyo será, por detrás del centro de equilibrio,
el final de la herradura, o el punto de contacto del talón del pie en
el piso en caso de que el pie se encuentre descalzo.
Cuando el pie cuenta con más palanca que apoyo, aumentan las tensiones
en el tendón del músculo flexor profundo, causando posteriores
lesiones en el propio tendón y en el hueso navicular o sesamoideo distal.
Al
disminuir la superficie de apoyo, el exceso de presiones en ésta pequeña
superficie, provoca la anulación del aparato fibroelástico o aparato
amortiguador. La almohadilla plantar se compacta y permite que el efecto del
impacto ocasionado por el piso se dirija directamente hacia la articulación
interfalangica distal, compuesta por la unión de los huesos de la segunda
falange, la tercera falange y el hueso navicular.
Existe una gran cantidad de caballos herrados de forma tal que su relación
palanca – apoyo se ve afectada, como lo muestra la foto de arriba. Estos
caballos permiten el ingreso de un enemigo silencioso al pie, que en poco tiempo
causa tendinitis en el tendón del músculo Flexor profundo y el
tan temido síndrome podotroclear. Dentro de las lesiones que encierra
este síndrome, la enfermedad del navicular es la más común
o tenida en cuenta.
La enfermedad del navicular aparece cuando el exceso de presión por parte
del tendón flexor profundo hacia el navicular, logra lesionar la superficie
articular de tan delicado hueso. La lesión da lugar a dolores y a una
gran disminución del rendimiento del caballo durante el trabajo.
Cuando existe demasiada palanca y poco apoyo, no sólo se ve afectado el
navicular por la presión que le ejerce el tendón flexor profundo,
sino que, además, el hueso se ve afectado por la falta de protección
que en condiciones normales le presta la almohadilla plantar, debiendo soportar
presión por un lado y fuertes impactos directos por otro. El resultado
es una lesión irreversible…, la enfermedad del navicular.
Cunado
los caballo contraen esta enfermedad que no se cura, se debe terminar utilizando
herraduras terapéuticas. Una de ellas es la que muestra la foto, una herradura
redonda de barra. Esta herradura otorga más apoyo atrás para aliviar
la tensión del tendón flexor profundo, aliviando, a su vez, la
presión ejercida sobre el hueso navicular.
La poca superficie de apoyo por detrás del centro de equilibrio, también
causa un profundo estrés en la pared de los talones del casco. El exceso
de peso provoca una variación en la dirección de crecimiento de
los túmulos córneos de la pared, provocando el colapsado de talones
hasta su parcial o total desintegración. Ver foto anterior, pie visto
de costado.
Un talón colapsado puede ser largo pero ha perdido su paralelismo respecto
de la pared dorsal del casco. La consecuencia es un casco que rompe el eje cuartilla-casco
hacia atrás e incrementa la alteración de la relación palanca-apoyo.
El pie entra en un círculo vicioso del cual es muy difícil salir.
Es aquí donde el herrador competente debe aplicar todos sus conocimientos
e intentar revertir el problema antes de que aparezcan lesiones.
¿Cómo herrar para prevenir las consecuencias de un desequilibrio
del balance Z?
Como la pregunta lo anticipa, tales consecuencias provocadas por una alteración
en la relación palanca-apoyo, se pueden prevenir realizando un correcto
herrado basado en la prevención.
Herrar para luego corregir es relativamente fácil, pero herrar para
prevenir enfermedades irreversibles es difícil porque se requiere de
disciplina, constancia y verdaderos conocimientos.
Como primera medida, antes de herrar, se debe haber desvasado correctamente.
Esto significa haber descubierto el pie, en forma y tamaño, del caballo-individuo.
El herrador no debe inventar un pie o un aplomo, ya que cada caballo cuenta
con su pie y aplomo preestablecido por su propia conformación y genética.
Dentro
del marco de un pie normal, el herrador debe colocar la herradura adaptada
a la forma y tamaño de ese pie, respetando sus ángulos y longitudes.
La herradura deberá cubrir la totalidad del casco sin prolongación
de talones hacia atrás, ya que una herradura larga de talones puede
generar talones colapsados en un casco normal. A modo de prevención,
en un herraje normal se puede realizar, en la pinza de la herradura, un bisel
o Rolling, elemento que permite al pie despegar con mayor facilidad del piso,
aliviando tensiones en el tendón flexor profundo.
Cuando se trabaja en un caballo que cuenta con problemas de conformación,
se debe respetar el defecto que posee y lograr ayudas mediante la herradura,
permitiendo de esta forma, que el caballo, en movimiento o en estación,
permanezca libre de presiones o tensiones. La primera foto de abajo muestra
un caballo parado de cuartillas con un casco largo antes de ser desvasado y
herrado. Obsérvese además la relación negativa de palanca-apoyo.
La
segunda foto muestra el casco opuesto del mismo caballo, pero con el mismo
problema, luego de ser desvasado y herrado. La relación palanca-apoyo
ha mejorado hasta normal pero el eje cuartilla-casco permanece quebrado hacia
atrás, debido a la deficiente conformación del caballo. En este
caso frecuente, la herradura no pretende corregir el defecto del caballo, sólo
genera una ayuda para que el caballo lleve su defecto de la forma más
cómoda posible. Este tipo de caballos debe ser herrado antes de los
45 días –tiempo aconsejable para mantener un buen aplomo- porque
su defecto genera un desequilibrio rápidamente.
El
siguiente caso es un casco excesivamente largo con un gran desequilibrio en su balance
Z. Luego de ser desvasado y herrado correctamente, su relación
palanca apoyo mejoró notablemente. Se le retrajo la herradura unos 3 mm.
hacia atrás desde borde del casco en pizas, con el fin de disminuir la
superficie de palanca y aliviar aún más los dolores que pudo haber
tenido. El llevar la herradura hacia atrás disminuye la superficie de
palanca y aumenta la superficie de apoyo.
En
este caso, la conformación del caballo se presenta normal. Con sólo
haberlo desvasado y herrado correctamente, se retornó a una buena relación
palanca-apoyo.
En cascos normales, para prevenir lesiones en el tendón flexor profundo
y en el navicular, es conveniente, mediante la herradura, llevar la relación
palanca-apoyo a un 45% de palanca por delante del centro de equilibrio y a
un 55 % de apoyo por detrás del mismo. Se logra realizando un mayor
bisel en la pinza de la herradura, permitiendo que el pie rompa el paso antes
y más aliviado. Como en el caso de las fotos anteriores, el llevar la
herradura hacia atrás también cumple el mismo efecto, sólo
que esta alternativa debe reservarse para casos en que los talones se encuentran
colapsados. Con el fin de retornar el casco a su estado normal y proseguir,
luego, con un herrado común y preventivo.
Estos pequeños detalles de prevención, ayudan a que los caballos
se desempeñen en su carrera deportiva o de trabajo sin sufrir graves
lesiones, que luego llevarían al herrador al uso de herraduras terapéuticas,
de las cuales es muy difícil deshacerse para retornar a un herrado normal.