13 de octubre de 2006
Estimado Atahualpa,
De acuerdo a mi experiencia, puedo afirmar con toda seguridad que, desvasar en beneficio de la desciplina que desarrolla el caballo, sacrificando su integridad física, no es un trabajo correcto.
El excesivo recorte de talones, quizá (desconozco el análisis científico), surta efecto en la mecánica de paso, cumpliendo con lo que persigue el jurado o quien esté al frente de decidir qué se está buscando actualmente en el caballo de Paso Peruano, pero considero que se está jugando en contra de la búsqueda de un caballo sano.
Conozco los caballos con ese tipo de andadura porque en el norte argentino existen varios criadores, además de una gran cultura por esa raza. He tenido la oportunidad, también, de montarlos.
Como apreciación muy personal, considero que, si bien la raza cuenta con una gran predisposición a ese andar tan particular y agradable para quien monta, respondiendo a una necesidad que nace en el lugar de origen de dicha raza, mediante la selección, orientada a la competencia y estética, basada en parámetros establecidos por la Asociación correspondiente, se está logrando una raza que no está en condiciones físicas de soportar los cambios provocados por dicha selección. Por esa razón, existen tantos problemas en los trenes anterior y posterior, cada uno con un tipo diferente de movimiento. En las manos se aprecian grandes desequilibrios lateromediales, y el las patas grandes sobrecargas en zonas que no están capacitadas para soportarlas, por el simple hecho de que la calidad de la anatomía del caballo no avanza en directa proporción con la selección impuesta.
No sé responder con certeza si el tipo de desvasado que se le realiza al CPP cumple con su objetivo en el desarrollo del movimiento buscado; sólo puedo afirmar que altera a la anatomía natural del pie, con las conocidas consecuencias.
En caballos de carreras, hay quienes dejan las pinzas de los cascos largas con el fin de alargar el tranco. Lo único que se logra es caballos con tendones deteriorados y articulaciones dañadas. En este caso no se tiene en cuenta que el movimiento se genera en la zona superior del miembro, y que el largo del tranco está determinado por el ángulo de la escápula.
A los caballos de carreras, también, suelen desvasarlos tipo campana, denominado así al desvasado que logra un casco visualmente cóncavo, pero con una palma totalmente débil. Los caballos pisan como sobre huevos y, luego, el herrador se pregunta por qué.
Al caballo de salto se lo hierra con talones de herradura extremadamente largos, con el fin de otorgar apoyo a los tendones flexores. Lo único que se logra es deterioro de los talones del casco, que a la larga perjudica a los tendones flexores.
A los caballos de tiro, en Canadá, se les alarga, a propósito, la cara lateral de los cascos, con el fin de aumentar la tracción durante las competencias de tiro de peso. Se sacrifica equilibrio del caballo dañando la estructura ósea del miembro.
Con estos comentarios, ajenos al CPP, sólo quiero hacer ver que existe una infinidad de teorías que responden a la disciplina que el caballo desarrolla, pero siempre en contra del caballo mismo, que a su vez, termina volviéndose en contra de nuestros propios intereses para con los caballos, ya que se pierde una gran cantidad de ejemplares durante nuestro juego de selección.
Me parece que está en nosotros definir, claramente, cuál es el objetivo buscado, si mantener una raza respetando su origen, o desarrollar un tipo de caballo que responda a los actuales parámetros de la selección. Si se persigue esto último, personalmente, considero que se cuenta con el caballo equivocado.
Estimado Atahualpa, le envío un cordial saludo.
Daniel Anz