El primer trabajo tendrá como objetivo el clima psicológico. Calma y alegría solo podrán conseguirse con un caballo confiado, sin inquietud. Tenemos que lograr que las dos o tres horas de trabajo diario con nuestro caballo representen para el un momento agradable, una distracción, casi un juego. Este estado psíquico es indispensable, tanto para caballos jóvenes como para aquellos de cierta edad para quienes el contacto con su jinete no ha sido hasta ahora más que cansancio, crispación y momentos desagradables.
El trabajo consiste en "pasear" al caballo en exteriores, si es posible en campo abierto, con las riendas largas, flotantes, el jinete debe de usarlas lo menos posible, solo para indicar un cambio de dirección un ralentizamiento o una parada. Las piernas tampoco deben de utilizarse mucho. Simples presiones para pedir un alargamiento, sincronizadas con un chasquido de lengua, eventualmente con un roce de fusta sobre el flanco.
El jinete debe de cargar constantemente trozos de azúcar o zanahoria, durante el paseo debe de entregar por lo menos media docena de veces un dulce a su caballo, deteniendo su caballo y enseñándole a girar el cuello para que coma de la mano del jinete. Es también indispensable detener al caballo regularmente (unas 6 veces en 10kms) para permitirle relajarse y briznar un poco, aprovechando estas paradas para hablar con el caballo, tenemos que multiplicar nuestro contacto con el.
Se por experiencia la dificultad que tienen la mayoría de los jinetes a realmente hablar con sus caballos, por timidez o pereza… un gran numero de jinetes tienen dificultad en comunicarse, al menos de forma regular, y la comunicación sonora debe ser constante, pensemos que los sonidos son el primer medio de comunicación de todos los seres vivos. Es un medio natural de comunicación con nuestro compañero que tiene la gran ventaja de ser inmediatamente comprensible. Según su intensidad y sonoridad la voz humana expresa perfectamente, sin necesidad de una formación previa para entenderla, satisfacción, cólera o calma.
Un sonido suave, prolongado manifiesta tranquilidad y mantiene la comunicación, materializa nuestra presencia. No olvidemos nunca que en la silla, tenemos permanentemente al caballo en nuestra visión, mientras que el no ve a su jinete. ¿Que mejor método y más simple que la voz para hacer nuestra presencia más tangible, viva ? Tenemos que servirnos constantemente de la voz. Los jinetes que no lo hacen o lo hacen poco, no se dan cuenta hasta que punto este elemento ayuda, facilita y acelera la doma del caballo.
Casi todos los viejos tratados del arte ecuestre mencionan las comunicaciones vocales, lastimosamente no se ha hecho ningún avance en este campo, siendo esta una de las ayudas más importante.
En una "reprise" académica, se nos descalificaría o recibiríamos una mala calificación si nuestra "conversación" llegara a oídos del jurado, pero nuestra doma y nuestra equitación tiene una meta Superior, de Alto Nivel, y no debemos prescindir de esta Básica Ayuda.
Además de la comunicación vocal, el jinete debe acostumbrar a su caballo a su contacto por medio de palmadas en los flancos, el cuello, la espalda… debe de jugar con el, rascarle la parte alta de la nuca, etc. No olvidemos que el caballo pasa muchas horas solo, cuando no confinado en un box durante la mayor parte del día. Para nuestro caballo toda hora que pasa haciendo ejercicio bien dosificado, es saludable para el y todas las muestras de afecto y compañerismo que podamos darles, le son muy beneficiosas pues los caballos ríen y juegan como nosotros.
Obviamente no podemos pretender crear un clima de alegría y confianza, si impedimos al caballo manifestar su alegría, A mi me encanta ver a mi caballo recién salido al campo manifestar su alegría jugando, sacudiendo su cuello alternativamente de izquierda a derecha, movimiento que suele terminar con dos o tres saltitos de alegría, no se deben reprimir estas manifestaciones sino todo lo contrario, por medio de alguna palmada o un chasquido de lengua, aprobarlas y participar en su juego, pues un caballo feliz será mucho más generoso en su esfuerzo, al momento de trabajar en pista de salto.
De igual manera, como la mayor parte del tiempo vamos a exigir a nuestro caballo aires en cadencias muy precisas y rigurosas, no dudemos de vez en cuando en soltar riendas y dejar por 40 o 50 metros galopar a fondo a nuestro caballo, es extremadamente relajante para los músculos del caballo.
En esta primera etapa, el "Sentido psicológico" del jinete debe de empezar a desarrollarse.
Les he dicho que debemos de vez en cuando abrir la mano y dejar galopar en plena libertad a nuestro caballo, debo puntualizar que dependiendo del tipo de caballo que montamos estas serán mas o menos numerosas, de mayor o menor distancia, por ejemplo a un caballo frío, "Mensote", algo triste, tiene mayor necesidad de despertarse, el jinete debe hacerlo más "vibrante", mas caliente, más vivo, durante los paseos/trabajo en exteriores deberemos mantenerlo a un paso vivo, mantenido, enérgico.
En cambio si nuestro caballo es caliente, se excita con facilidad, deberá cuidar en mantener aires lentos, mantenidos y cadenciados, no deberemos abusar de los galopes libres, si tienen por efecto alterar mucho sus nervios y necesitamos de mucho tiempo para calmarlo.
Debo de advertir muy puntualmente a los jinetes que no se atreven a "Abrir la mano", a los que cuando lo hacen, por Prudencia mantienen un contacto que inmediatamente se convierte en fuerte apoyo, en la boca del caballo, acción reacción, en consecuencia el caballo tira y se excita. Este mismo caballo puesto en total libertad, riendas flotantes, en 30 o 40 metros, se calmará por si solo y responderá a la menor solicitud del jinete.
EQUILIBRIO NATURAL
En el transcurso de la primera etapa, recién iniciamos un trabajo que poco a poco llevará a nuestro caballo a un estado de confianza y un buen estado psíquico, y por otro lado hemos comenzado a acostumbrarle a la presencia permanente del hombre. Vamos a seguir en esta vía, pero a partir de ahora, vamos a poner las base de su futura sumisión, acostumbrarlo al lenguaje por medio del cual podremos comunicarnos con el y transmitirle la noción del bien y del mal, y vamos a empezar a acostumbrar al caballo a moverse en un buen equilibrio natural.
Debemos de comenzar por acostumbrar al caballo a nuestra autoridad. ¿Como?
Este punto es muy importante, Capital diría yo, pues es la base sobre la que se apoyará toda nuestra doma. Más que los procedimientos, es el espíritu lo que cuenta, hay muchas formas de imponer la autoridad, Yo he seguido las indicaciones y he hecho mía la premisa de mi Viejo Profesor; "Domar es Convencer", para mi es la expresión exacta del espíritu de la buena Doma. Es posible imponer nuestra voluntad al caballo por medios enérgicos, incluso de fuerza, pero entonces, en el mejor de los casos obtendremos una sumisión de vencido. No obtendremos así la generosidad y la entrega de los Grandes Atletas, y una sumisión impuesta, será cuestionada constantemente.
Nuestro objetivo es diferente, Convencer al caballo a obedecernos es persuadirlo de dos cosas:
• El jinete siempre acabará imponiendo su voluntad.
• En la obediencia, encontrará inmediatamente mano suave, recompensa, amabilidad, Mientras que no obedece, al contrario sentirá molestia e incomodidad. Debemos de persuadirlo con nuestra voluntad, a la vez inflexible, calmada y paciente.
Una vez definido el espíritu, tomemos un ejemplo: Un caballo tiene miedo de algo, se rehúsa a pasar por algún sitio o acercarse a algún objeto.
No debemos hacerle "ceder" por medios violentos, ni siquiera enérgicos. Vamos a tener que obligarle a pasar o a acercarse a lo que le produce miedo, tomándonos el tiempo necesario para ello. Desmontando si es necesario, haciéndolo progresar poco a poco, premiando cada metro ganado, hasta que el obstáculo sea superado o el objeto acercado sin temor. Recompensar mucho, Alejarse y volver a empezar. Y volveremos a pasar por el lugar que produce temor o frente al objeto, 10 veces o cuantas sean necesarias hasta que el caballo no muestre ninguna duda, ningún temor.
Me sirvo de un ejemplo muy simple para reflejar un estado de animo, este tipo de lecciones para vencer temores que sienten los caballos, con o sin justificación, deberemos repetirlas siempre que ocurra un caso. El caballo deducirá que no puede evitar someterse a nuestra orden, Sin que su confianza hacia nosotros disminuya. Cosa que ocurriría si empleásemos métodos violentos para someterlo.
Imponer la Inmovilidad Total
Esta será la base a partir de la cual vamos a acostumbrar al caballo a nuestra autoridad. El Jinete debe de obtener en cualquier momento una completa y total inmovilidad de su montura.
Para lograrlo, en este periodo basado en los paseos en exteriores, con las riendas largas, empezar a inculcar al caballo su primera ley. Como en todo ejercicio comenzaremos suavemente, intensificando progresivamente el esfuerzo, empezaremos por inmovilizar a nuestro caballo unas seis veces en nuestro paseo diario de 2 horas. Para conseguir la inmovilidad total debemos de utilizar la voz al mismo tiempo que la acción de riendas, y procurar actuar siempre de la misma forma cuando realicemos el alto. En cuanto el caballo se detenga, relajaremos las riendas, pues lo que queremos obtener en la detención no es un caballo estático, lo que debemos enseñarle es que cuando su jinete lo ordena, no tiene el derecho de moverse. Debemos pedir siempre esta inmovilidad del mismo modo, para de esta forma crear un código de comprensión.
En cuanto el caballo se detenga, relajamos las riendas. Casi automáticamente el caballo iniciará un paso hacia delante o hacia un lado. Inmediatamente la parada se vuelve a exigir por medio de una acción ligera sobre las riendas, con una desaprobación vocal (Una determinada entonación manifiesta el desagrado). De nuevo en la parada, relajar nuevamente las riendas, el caballo vuelve a moverse, volvemos a ajustar las riendas, y así sucesivamente, pacientemente, tantas veces como sea necesario, pueden ser 15 o 30 veces… no tiene importancia, tenemos que repetir la acción hasta que el caballo se canse de moverse.
Al principio, en cuanto obtengamos una inmovilidad de 8 a 10 segundos, es suficiente; tenemos que aprovechar para manifestar en el acto (voz y caricias) nuestra aprobación y dar un azúcar como premio. Entregado el premio, volver a poner el caballo al paso con una acción de piernas, bien definida. Esto es muy importante en el plano psicológico.
El jinete debe siempre tener en mente la necesidad de hacerse entender perfectamente por el caballo. Esto requiere una gran disciplina. Si después de haber permanecido unos segundos inmóvil, el caballo se mueve antes de que el jinete le haya dado la orden, o la autorización, y si el jinete no reacciona inmediatamente, el caballo no comprenderá exactamente en que momento debe permanecer inmóvil, y cuando tiene el derecho a moverse. Si nuestras órdenes no son precisas, el pobre caballo lo confundirá todo, y no entenderá nada. Esta es la razón por la que, una vez obtenida la parada, bien marcada, durante 8 a 10 segundos, debemos manifestar claramente al caballo que eso es lo que queríamos que hiciera. E inmediatamente después de entregarle el premio, darle la orden de avanzar para que el final de la inmovilidad sea también nuestra voluntad.
Si las órdenes están correctamente solicitadas, si las manifestaciones de aprobación o desaprobación son claras, si el jinete ha sabido exigir inicialmente pocos segundos aumentándolos progresivamente, esto puede llevar de unos días 5 o 6, hasta semanas. Este mecanismo aprendido, el caballo estará entrenado a permanecer inmóvil, y esto, durante todo el tiempo que el jinete no le dé otra orden.
Existen dos motivos por los cuales nos hemos detenido en este entrenamiento (dréssage) que nos permite el obtener la inmovilidad.
• Primero, lo repito, es una base psicológica, un caballo que no se mueve en cuanto recibe la orden de ello, es el principio de la sumisión a la voluntad del hombre lo que el caballo está adquiriendo, lo que los británicos definen como "Down", El caballo a las ordenes.
• Y esta acción la usaremos mucho durante nuestro trabajo, es un seguro para tranquilizar al caballo cuando esté excitado o asustado. Nos permitirá marcar una pausa entre el paso de un ejercicio, a otro diferente. Teniendo siempre muy presente nuestra preocupación por hacernos entender perfectamente por nuestro caballo.
La forma de actuar que acabo de describir es sintomática (si se ha comprendido perfectamente) de nuestro acercamiento psicológico de la doma: decir al caballo lo que queremos, utilizando simultáneamente todos nuestros medios de expresión: acciones de ayudas claro, pero también la voz y los premios. No hay que olvidar que en un principio el caballo no sabe nunca lo que queremos que haga, a veces es por casualidad que por primera vez haga el movimiento que le pedimos. Como por ejemplo, permanecer inmóvil.
El caballo no puede saber que no tiene derecho de moverse después de una parada, es normal que quiera avanzar, o retroceder o marcar el paso. No es más que por cansancio que en un momento dado permanecerá tranquilo unos segundos. Si en ese momento el jinete manifiesta una gran aprobación y entrega una recompensa, el caballo estará sorprendido, grabará el hecho, pero no comprenderá absolutamente nada del porque se le han dado tales pruebas de aprobación.
Solo será después de haber repetido varias veces el mismo hecho, que el caballo relacionando la causa-efecto, comprenderá, y perfectamente lo que quiere el jinete.
El caballo sabrá entonces que no puede escaparse de la voluntad del hombre, y comprenderá que cuanto más pronto obedezca, más pronto se beneficiará del premio y del descanso (El trabajo psíquico agota a los caballos).
Este método de trabajo va a permitirnos avanzar muy rápidamente, y acceder inmediatamente en la "ligereza" base de toda equitación de alto nivel, que necesita agilidad y armonía muscular.
En esta etapa debemos enseñar al caballo que debe permanecer en el aire y ritmo fijados por el jinete.
Ponemos nuestro caballo a un determinado trote, con las riendas "flotantes" sin ninguna acción de pierna, el caballo debe continuar al mismo ritmo, sin ralentizar, o caso más frecuente, buscará a acelerar.
Inculcar el habito de mantener el mismo ritmo, no es más que cuestión de paciencia
El caballo puesto a determinado ritmo, empezaremos por el trote, el jinete alarga riendas "flotantes"… si el caballo alarga el tranco, el jinete recoge algo secamente las riendas para llevarlo al ritmo inicial, hablándole calmadamente, y vuelve a alargar riendas, etc.…
Pueden ser necesarias 50, 100 repeticiones, pero finalmente el caballo comprenderá que debe permanecer al mismo ritmo, so pena de encontrarse con la oposición de la mano del jinete.
Esta costumbre inculcada al caballo de no variar por si mismo el ritmo que nosotros regulamos, es una base primordial para toda la continuidad de la doma.
Para dar al caballo la noción del bien y del mal, la primera necesidad es decirle "esto está bien" y "esto está mal".
Es pues de gran interés que el jinete exagere sus expresiones, las marcas de aprobación o negación de los hechos, con el fin de hacerse entender perfectamente por el caballo.
Así, naturalmente y muy rápidamente el caballo comprenderá claramente el lenguaje.
En la medida en que el caballo avanza libremente, sin contacto sobre las riendas, se encuentra en un equilibrio natural.
Es cierto, al menos en la medida, en que no apoyándose en la mano, el caballo sitúa su centro de gravedad de forma a controlar más o menos su propia masa. Pero no se encuentra en el equilibrio totalmente natural que manejaría en libertad. La presencia de un jinete sobre su espalda, tiene una influencia mecánica y psíquica, cambiando su equilibrio natural. Este caballo puede también haber sido mal "domado" y cargar su peso sobre las manos (caso muy frecuente).
También como ultimo podemos encontrar caballos que no tengan un equilibrio natural como desearíamos. En los humanos se dan casos de jóvenes que caminan ágilmente y otros arrastran los pies y tropiezan con todo. Debemos inculcar enseguida a nuestro caballo la costumbre de moverse en un equilibrio "asser reculé" ; aligerando sus anteriores repartiendo parte de su peso sobre las caderas.
Esta disposición está en función del "placé" del cuello. Un caballo caminando con la cabeza alta - con el cuello a 45º- libera de peso a sus anteriores, transfiere peso a los posteriores y se encuentra así en una posición que le prepara, que favorece la cesión de anca.
Debemos pues acostumbrar a nuestro caballo a moverse en un placé bastante elevado. Para esto serán suficientes ligeras acciones de rienda para hacerle recoger su cuello, si de forma natural no lo tuviera en buena posición. En cuanto está en la posición correcta, abrir la mano y relajar la rienda. Cada vez que se mueva del placé que el jinete le ha fijado, se lo impedirá por medio del desagradable toque en los labios y tendrá que volver a su posición indicada.
Una de las leyes fundamentales de la doma, es saber dosificar perfecta y progresivamente el esfuerzo en el trabajo cotidiano. El agotamiento muscular puede hacer cometer faltas al caballo, no por falta de comprensión o rechazo, sino simplemente porque le es más doloroso mantener el esfuerzo que el castigo que recibirá por no hacerlo.
Los elementos mécanicos y psíquicos que regulan el salto.
¿Que es un Salto de Obstáculo?
" Es la trayectoria que describe en el espacio, sobre un elemento de tamaño y forma variables llamado obstáculo, una masa compuesta por un caballo y su jinete"
Las fuentes de energía que permiten esta trayectoria, se basan en las leyes de la mecánica, y como tales, debemos estudiarlas y analizarlas de una forma científica. Pero en particular en la equitación, la ejecución técnica se traduce en un Arte, ya que el jinete no dispone de un cuadro de mandos e indicadores. En su avión, un piloto tiene delante de el multitud de indicadores que le informan en todo momento de sus condiciones de vuelo, altitud, velocidad, régimen del motor, presiones diversas, etc. Con estas informaciones y sus conocimientos de las leyes aerodinámicas, puede tomar cualquier decisión para intervenir sobre las condiciones de vuelo.
Las "variantes" mecánicas de un caballo en movimiento, son igualmente variables. En cada instante se producen variaciones en la repartición del peso sobre su polígono de sustentación, en el grado de (avance) engagement … de sus posteriores, en la amplitud del tranco, en la cadencia y velocidad, etc., pero ningún instrumento indica estos "datos" al jinete, este no tiene más que su sentimiento, tacto y experiencia para controlar su movimiento.
Por esta razón, la equitación es un Arte.
Pero en su nivel de análisis o estudio, depende en gran medida de las leyes mecánicas. En el nivel de Competición, la equitación de Salto de Obstáculos, es una forma superior del Arte Ecuestre, pues además del "sentimiento" y de la precisión de las ayudas, se añade una gran rapidez de acción.
Los elementos que condicionan el salto, son de dos tipos, Físicos y Psíquicos.
Hay cuatro elementos físicos:
• El Equilibrado
• El "engagement"
• El encuadramiento
• El impulso (ímpetu)
Un elemento psíquico:
• La impulsión
EL EQUILIBRADO
El mejor caballo del mundo, solo puede poner su fuerza muscular a la disposición de su jinete, si dispone de ella. Debe ser dueño absoluto de su propia masa, lo que no se dará si su "equilibrado" no es el idóneo. Hablo de "equilibrado" y no de equilibrio, ya que el primer término es más justo. Según el diccionario, el equilibrio es un estado de reposo de un cuerpo solicitado por varias fuerzas que se anulan entre sí. El termino equilibrio puede aplicarse a un caballo inmóvil, pero no se puede aplicar en un caballo en movimiento.
El peso de un caballo está repartido entre sus anteriores y posteriores, entre sus "hombros" y sus caderas. Esta repartición es variable y en movimiento cambia permanentemente, en función de varios elementos, en cada instante el caballo se encuentra en determinado equilibrio, es decir que su peso se reparte de una determinada manera, variando en cada instante, por lo que me parece más apropiado hablar de "equilibrage" ya que nos referimos a un estado no estático, sino dinámico.
La repartición del peso del caballo varía según la posición de la masa y en mayor medida del "engagement" (avance?) de los posteriores.
Sin embargo, en el otro extremo del caballo, un elemento móvil puede variar considerablemente la repartición del peso, según las fluctuaciones de su propia posición. Esta masa, de unos 50 kgs. llamada cuello o balancín. Es muy importante recordar que las variaciones en el posicionamiento del cuello del caballo tiene una importante repercusión en su equilibrado general. Toda reunión, toda elevación de la base del cuello, tiene como efecto aumentar el peso en las caderas. Toda extensión del cuello (hacia adelante o hacia abajo), tiene como efecto aumentar la carga de peso en las manos u hombros.
El tercer elemento que tiene una gran importancia en el equilibrage, es el peso del jinete. Es evidente que cualquier desplazamiento de asiento, tiene una gran importancia sobre el equilibrage general. Sabemos que un caballo detenido, con el cuello a 45º, soporta aproximadamente los 5/9 de su peso en sus manos (anteriores) y 4/9 en sus posteriores.
Por lo que es comprensible que un jinete sentado normalmente en su silla, está adelantado sobre el centro de gravedad natural del caballo (este punto se encuentra ligeramente más atrás de un punto imaginario, en el centro de los aplomos anteriores y posteriores del caballo). Obviamente un caballo cargando a un jinete, desplaza instintivamente su propio peso, con el fin de recuperar su equilibrio natural.