GUSTAVO ROMERO
7 de agosto de 2006
Querido Carlos Alberto: Me parece muy interesante tu disección sobre el tema genético, pero como ya te dije, en genética no hay una previsión posible que garantice que la descendencia sea lo que esperamos; hay muchos factores que se escapan al control de quienes realizamos cruces buscando un producto de condiciones mejores o iguales a las de sus progenitores, cosa en la que por lo que veo coincidimos plenamente. Desde luego que yo no soy ningún adivino, pero lo que he observado es que los alelos dominantes, poco a poco se pueden ir fijando no con un 100 de éxito, pero sí con un nivel alto de probabilidad de éxito si a lo largo del tiempo seleccionamos nuestros reproductores por tablas del trigamo de varan, a través de las cuales se especifica en datos orientativos la incidencia genética de los reproductores. Si desechamos los caracteres no deseables durante generaciones, y centramos el genotipo en lo que deseamos, siempre tendremos mayor posibilidad de que éste se transmita. De hecho en la técnica que yo empleo por ejemplo para fijación de talla, utilizo la selección natural durante un período mínimo de 10 años seleccionando tanto hembras como machos. Durante este tiempo los resultados son dispares, encuentra productos con buena talla, otros con menor talla que los progenitores, y selecciono siempre aquellos que asemejan o superan a sus progenitores. Al cabo de este período de tiempo en 9 ó 10 generaciones, los productos que se seleccionan como reproductores machos o hembras, transmiten en un nivel muy alto el factor deseado. Lo que sí que he observado que en las hembras seleccionadas, la fijación de este carácter se produce antes que en los machos, dándose regresiones más comunes en los sementales que en las hembras.
Cuando hago referencia al cromosoma X, desde luego que éste puede ser heredado de cualquiera de sus ancestros, pero siempre indica una mayor carga femenina que masculina, que a su vez estará asociada a un código genético que han aportado sus antecesores femeninos, por lo cual me inclino a pensar que la carga de las hembras en cualquier reproducción es mayor que la de los machos. No creo que nuestras diferencias de pensamiento en este tema estén tan alejadas, pues partimos de bases hipotéticas en ambos razonamientos, pero lo que sí creo es que la reproducción sexual y a modo natural con técnica natural siempre será útil, y puede ser mejorable con el estudio y planes de seguimiento de los resultados obtenidos. De hecho, cualquiera de las razas que actualmente conocemos están basados en esa selección natural que el ganadero ha hecho de forma normal, seleccionando aquellos productos que en mayor o menor medida les han gustado, y se ha buscado los cruces con otras razas, para dotar a estos resultados de caracteres más interesantes en función de su destino final. Pero tú como gran profesional que eres, habrás observado que las buenas y grandes ganaderías se reservan siempre las buenas hembras, y sacan a mercado más sementales que vientres, y en caso de vientres, sacan aquellos que aún siendo buenos ejemplares, no le cuadran al ganadero por la razón que sea, por lo general que sean algo inferiores al resto de la cabaña que tiene; esta técnica se emplea desde tiempos inmemorables aquí en España, y es la base de las buenas ganaderías. De hecho, muchos de los caballos que hoy conocemos como mustang, appalusa y criollo, son producto del desecho del ejército español que, por una serie de causas no les cuadraba en su línea de caballos, como eran la capa en caso de los appalusa, el que fueran más altos de grupa que de cruz en el caso de los mustang, el que tuviesen un pasitrote en el caso del paso fino, este tipo de caracteres eran desechados por los servicios de cría caballar de la real corona española, dejando libres este tipo de amanales que presentaban estos rasgos, que con los años y la cría en libertad se fueron fijando por el macho dominante, y creando unas sub. Razas con caracteres genéticos muy definidos que distan de sus iniciales progenitores, los caballos Españoles.
Por otra parte te agradezco mucho tu atención, y valoro en gran medida tus conocimientos sobre el tema. Espero sigamos en contacto y poder intercambiar información, que siempre es muy enriquecedora. Un cordial y afectuoso saludo desde España. Atentamente.
Gustavo Romero