Víctor Hugo Vergel
15 de mayo de 2009
Hola a todos, he leído con atención los aportes y comentarios brindados por los foristas y sigo actualizando mis conocimientos sobre el tema caballos. No soy profesional ni técnico pero prácticamente he nacido y me he criado entre caballos y he tenido (y criado), a más de 150 en lo que va de mi vida. Puede que mi consulta no guarde estricta relación con el tema aquí tratado pero no encontré uno más apropiado para hacerla por lo tanto la dejo a consideración de ustedes.
Adquirí un pura sangre de carreras (10 años de edad, castrado), hace poco tiempo (unos 3 meses), bajo en peso a la llegada a mi casa por la pobre alimentación que recibía, lo dejé con pastura natural suplementando la dieta con 3 Kg de avena lavada y remojada (8 hs antes de la ingesta), más un adicional de 500 g de maíz molido (grano fino tipo pollito bebé), y una cucharada sopera de sal entrefina en cada ración, todo esto repartido en dos comidas, media mañana y noche, con una penca de alfalfa de fardo después de cada comida (1 Kg x penca). Durante el día, y a modo de caramelos, consume aproximadamente un par de kilos de zanahoria fresca y limpia.
Mi caballo respondió bien a la dieta y a la fecha de la presente alcanzó su peso casi ideal, 780 Kg. Perdón por la omisión: es un animal muy grande con una alzada de 1,75 m al que debo hacerle todas las mantas a medida ya que las estándares le quedan pequeñas.
Vale aclarar que el caballo no está sometido a ningún esfuerzo físico ni tampoco lo monto (sólo lo hice un par de veces para ver cómo respondía al freno -embocadura- y riendas), en realidad dejo que haga lo que quiera hasta que se reponga totalmente de su pasado de hambruna, y hasta juega con mis perros una de ellas lo adoptó como compañero de juegos y él gustosamente la sigue como a un igual, hasta duermen juntos en el box, en tanto que sus recíprocas persecuciones por el campo son todo el ejercicio que hace.
Hasta aquí todo bien (a mi modesto entender), pero hay signos y síntomas que nos llaman poderosamente la atención, tanto a mi esposa (médica veterinaria pero especialista en pequeños animales), como a mí acostumbrado a vivir entre caballos: la primer orina que hizo al bajar del trailer quemó el pasto amarilleando en pocas horas, pensamos que se trataba por el estrés del viaje y algunos golpes y lastimaduras que se hizo por impericia de los encargados de subirlo al transporte, pero no, aún hoy sigue quemando el pasto como si la orina fuera excesivamente alcalina o ácida, suponemos que es excesivamente alcalina ya que la grama bahiana o grama brasileña es muy sensible a los PHs altos y los bajos favorecen su desarrollo, por lo que decidimos hacer un análisis completo de sangre y orina y solicitud de perfil en un reconocido laboratorio (aún no tenemos el resultado).
También nos llamó la atención una zona o banda de distinto color y textura en los vasos o cascos cuyo ancho coincide con los meses que se encuentra en nuestro poder (unos 3 cm), y la sensibilidad palmar que acusa sobre suelo duro desparejo, no así en los empastados o arenosos. Asociamos en primera instancia la anormalidad del orín con estas bandas de crecimiento pero como al llegar ya quemaba el pasto con la orina lo descartamos.
Tal como relaté al principio, he tenido más de 150 caballos, pero este es el primero que quema el pasto que orina, no importa si es gramilla, gramillón, pasto ovillo, paspalum o la grama bahiana, todo lo que sea verde y crezca en el suelo es quemado por su orina.
No tiene síntomas visibles y/o palpables de anomalías físicas o fisiológicas, no acusa ningún dolor a la palpación excepto el ya comentado cuando anda sobre terrenos duros o pedregosos, come normalmente y con ganas, toma poca agua ya que el aporte de la pastura natural es alto, pero he controlado los litros diarios y está en un promedio de 40 en varias tomas.
Fue desparasitado con ivermectina a su llegada, no hallamos parásitos ni restos sospechosos en las heces, tiene un excelente ánimo y siempre está dispuesto a jugar o asustarse de cualquier cosa por simple diversión, es muy brioso en el andar y muere de ganas por correr a lo que den sus patas, algo que por el momento sólo lo hace durante sus juegos su amiga perra.
No creo haber olvidado nada, es más, pienso que me excedí en la extensión del texto, pero como ignoro si este hecho puede ser el síntoma de algún padecimiento en curso, y/o grave en el futuro, mientras que ningún médico veterinario especialista en caballos supo decirme a ciencia cierta algo concreto, dejo la inquietud en este sitio donde he hallado más de una solución o ayuda para mejorar la calidad de vida de mis caballos.
Muchas gracias.