Esther G. B.
14 de enero de 2012
Hola a tod@s:
Curioseando he encontrado este foro. Me identifico con aquellas personas que habéis solicitado consejo sobre como dar cuerda a vuestros caballos. Yo soy una "novata" en este campo y miles de veces he preguntado lo mismo a cada una de las personas que tuve a mi lado y que parecían controlar sobre el tema, de los cuales he recogido numerosos consejos. Los que he leído aquí me han parecido útiles, pero desde mi punto de vista creo que para alguien que realmente no ha dado nunca cuerda falta información. No es que yo vaya a darla tooooda, porque ya me gustaría a mi manejarla, pero voy a intentar compartir con vosotros mi experiencia. Con el permiso de Inmaculada, que me parece una persona generosa, al compartir sus conocimientos, formadísima en el tema y de valiosa opinión.
Como ya han apuntado, es recomendable realizar la actividad en una pista circular, pero si esto no está a tu alcance, emplea el lugar del que dispongas. Es importante estar relajado y confiado en uno mismo cuando das cuerda a tu caballo, pues es un momento en el que los dos vais a intercambiar una gran cantidad de información no verbal.
Inmaculada apunta que puedes emplear la cuerda para acostumbrar al caballo al filete. Yo de ese modo y con ese fin no lo he hecho nunca, de momento. Mi intención en la cuerda es, principalmente, calentar al caballo, darle oportunidad de iniciar la actividad relajadamente, sin mi peso encima, y comenzar un ""dialogo" con él, de manera que cuando lo monte se encuentre confiado y activo, con ganas de moverse, pero sin demasiados bríos. No creo que la cuerda sea la oportunidad del caballo para empezar a galopar y a dar patadas, sino que procuro ir activándolo pasando por los tres aires sucesivamente, subiendo del paso, al trote hasta el galope; volviendo a bajar al trote, para terminar con paso. Lo cual suele llevarme unos 15 a 20 minutos, como mucho.
Como ya comentan otros foreros, necesitas una cuerda larga, una tralla, colocar al caballo una cabezada (de cuadra o de paseo, según prefieras) y ponerte unos guantes, para prevenir posibles quemaduras con la cuerda.
Te colocas con tu animal del ramal en el centro de la pista y decides a qué mano vas a comenzar a darle cuerda. El sentido (la mano) al que vas a dar la cuerda es el mismo que la mano (la tuya) en la que vas a manejar la tensión de la cuerda hacia la boca del caballo. Deberás mantener la justa para que el animal note que estás ahí, pero que no le frene y sin embargo te permita darle toques para comunicarte con él cuando sea preciso (podríamos decir que “””equivalen””” a las riendas). La otra mano es la que suele portar la tralla (o bien el resto de cuerda enroscada en amplios círculos). Con esta mano animarás el movimiento del caballo (activas el tren posterior del caballo). Es importante la altura a la que coloques la tralla o la cuerda. Los movimientos de esta mano no han de ser bruscos, para no asustar. Juega con la amplitud de movimientos. Por ejemplo: Si quieres que mantenga el paso, mueve la mano (con tralla o cuerda) a una altura que oscile entre tu muslo y la cadera ( la punta de la tralla hacia abajo). Si quieres que aumente el aire, (que trote) amplía tu movimiento llevando tu mano desde tu muslo hacia una altura inferior a tus costillas. Para pedir un galope puedes ampliar el movimiento de manera que tu mano oscile desde tu muslo hasta tu hombro. Aquí la tralla puede elevar su punta, pero no es necesario que toques al caballo con ella, es su suficiente con el sonido que produce y su movimiento No olvides emplear la voz, no solo dando la orden verbal del aire que le pides, sino con tu expresión, más enérgica conforme aumenta el aire y/o el ritmo y/o la impulsión que desees y más prolongada y grave cuando decidas que disminuya el aire. (Ejemplo: Paaaaaaasssoooooo).
El inicio de la actividad parece sencilla, pero cuando te pones a ello es frecuente encontrarte en el centro de la pista con un caballo pegado a ti como una lapa. Lo que a mi me funciona es pasar desde su cabeza hacia la altura de su hombro, después me distancio un paso de él y me dirijo de manera decidida hacia su grupa. En ocasiones me ayudo levantando la mano más próxima a esta y pidiendo con la voz el movimiento, animándole a comenzar así la marcha hacia delante. Hay que estar atentos para soltar cuerda con la mano más cercana a la boca, para no frenarle involuntariamente. Y por supuesto no quedarnos detrás de su grupa en ningún momento, no vayamos a recibir una patada. Por lo que en cuanto comienza el ejercicio buscamos una posición más centrada.
¿Dónde me coloco mientras el caballo está moviéndose a la cuerda?, ¿Cómo me muevo? Esto es todo un arte, que no domino, pero intentaré transmitirte lo que yo aplico, Aquí entra en juego mucha de esa comunicación no verbal de la que hablaba antes y que ya hemos estado manejando sin saberlo. Imagínate un triángulo en el que sus ángulos están uno en la cabeza del caballo, otro en su grupa y otro en ti. Tu distancia hacia el caballo puede variar, te alejarás más o menos, según lo requiera cada momento, pero has de tener en cuenta la relación que guardas con respecto a los otros dos ángulos del triangulo que dibujamos. Ten en cuenta que si te adelantas hacia su cabeza el caballo se frenará y si te retrasas un poco o bien si diriges tus hombros hacia la grupa del caballo, animarás a este a ir hacia delante. Acostúmbrate a mirar hacia su grupa o tercio posterior, no te vuelvas (gires), sino que tu cuerpo (tus caderas) esté apuntando hacia la zona media del caballo (tripa) y tu cabeza/ojos/hombros hacia su grupa. Digamos que así “””le empujas””, le animas a ir hacia delante. No te adelantes a él.
Mientras tu caballo gira a la cuerda, ve girando tú desde el centro, o mejor, acompañando su giro a distancia. Cuando se precipite y aligere el ritmo más de lo que consideres oportuno dale un pequeño toque corrector tirando levemente de la cuerda y usando la voz, no dejes que pare, si no es lo que le pides, así que anímale a seguir con la otra mano. Cuando quieras que pare solo tienes que pensar en el triangulo que te describí antes. Lo que has de hacer es: desde el lugar en que te encuentras girando desplaza el ángulo que tu formas en el triangulo ( frente al centro del caballo - su tripa-), hacia el ángulo de su cabeza. Es decir, manteniendo la misma distancia al caballo – no te acerques a él- desplázate lateralmente un poquito hacia la boca, dando un pasito lateral y/o mira hacia su cabeza. Simultáneamente pídeselo verbalmente. Si ves que es necesario refuerza tu orden con pequeños toques en la cuerda.
Otra manera de hacer que el caballo aminore, pare y se reúna contigo en el centro de la pista es aminorar tu propio movimiento, pedir con la voz un descenso de aire o la parada y dirigir la mira hacia el suelo, incluso moviendo el cuello. Esto el caballo lo interpreta como que le das licencia para acercarse a ti, porque no le vas a hacer daño como una “llamada” a la reunión contigo y se aproximará tranquilamente. Puedes aprovechar este ejercicio para cambiarle de mano de manera pausada y sin brusquedades. Este es el modo en el que yo prefiero hacerlo. Aprovecho para acariciarlo y animarlo a continuar el trabajo.
Bueno, esto es más o menos lo que yo hago a la cuerda. No es una fórmula magistral, sino únicamente mi manera de proceder. Espero que sea útil mi aportación y si alguno pensáis que se puede mejorar os agradezco cualquier crítica, siempre con afán constructivo.
Un saludo a todos los enamorados de estos maravillosos animales.