Carlos Alfredo Suárez
13 de agosto de 2006
Estimado Edgardo: Perdóname por la demora en responderte, pero tu pregunta, aparentemente tan sencilla, es muy difícil de responder porque se refiere en esencia a uno de los mayores dilemas de la genética de los équidos, por lo que me he visto obligado a consultar mucha bibliografía para darte una respuesta bien fundada.
Lo que has visto no es una ilusión óptica, y existen en todo el mundo innumerables reportes de situaciones similares, algunos acompañados de fotografías y referencias muy verosímiles. El problema se plantea porque ninguno de estos casos está científicamente documentado y explicado en base a nuestros actuales conocimientos sobre genética e hibridación.
El consenso general de la ciencia es que las mulas y las burdéganas (y los respectivos machos de ambos híbridos), no pueden producir gametos fértiles porque durante la profase meiótica, en la etapa de paquitene, es imposible que se formen las tetradas de cuatro cromátidas, básicamente porque el número de cromosomas de los híbridos es impar (2n=62+1). Este error fatal tiene por resultado que, en los pocos híbridos que lo intentan (menos del diez por ciento del total), la formación del gameto se interrumpe, y la célula degenera, sin llegar a formarse los ovocitos o los espermatocitos primarios. Esto se ha comprobado en estudios histológicos de ovarios y testículos de mulas y burdéganos, vistos con microscopía óptica y electrónica.
Por otra parte existe en teoría la posibilidad de que, por accidente, se produzca un fallo en la disyunción meiótica, salteándose un paso, con lo que podría formarse un gameto haploide con todos los genes provenientes de uno de los progenitores del híbrido (segregación preferente), por lo que, al fecundarse la mula con una especie progenitora, podría producirse un feto con todos los genes de caballo o todos los genes de burro.
La posibilidad de que esto ocurra es, en teoría, extremamente remota, y si a eso le sumas otras condiciones, tales como que la mula en cuestión reciba servicio oportuno de padrillo, que se preñe, que geste sin accidentes, que alumbre bien y que su cría sobreviva y amamante, creo que solo hay una posibilidad en muchos millones de tener éxito.
En cuanto a la posibilidad de que la mula que viste hubiera recibido un embrión transplantado, también parece muy remota. En general la técnica de trasplante embrionario intraespecífica (dentro de la misma especie) hace pocos años que se domina y requiere de una minuciosa sincronización entre la madre dadora y la receptora. Muchas veces es necesario intervenir con ajustes hormonales artificiales y el porcentaje de fracasos es todavía bastante alto. No hay casi experiencias documentadas en asnales. Prácticamente no sabemos nada de los ciclos hormonales de las mulas hembras, y lo poco que sabemos es desalentador porque sus ovulaciones, cuando ocurren, son muy irregulares y sus preñeses, si existen, no han sido documentadas ni estudiadas endocrínicamente. Por lo tanto el trasplante interespecífico (entre diferentes especies) es un terreno totalmente desconocido por ahora, y no creo que la mula que tú viste hubiera sido preñada de este modo, por alguien con tantos conocimientos técnicos, sin que el resultado fuera publicado y documentado.
Queda una tercera posibilidad: muchas mulas manifiestan un carácter extremadamente maternal y suelen disputarle los potrillos a las yeguas madres. Generalmente estas disputas terminan en la muerte de la cría por pisoteo o por hambre ya que las mulas no suelen producir leche. Pero en algunos casos, bien documentados, las mulas logran arrebatar el potrillo, o adoptan uno huérfano, y logran producir leche como para criarlo. Son, además, excelentes madres adoptantes.
Por último y como cuarta posibilidad debes estar seguro de que lo que viste era realmente una mula y no una yegua muy parecida a una mula. Según su aspecto (características fenotípicas) los équidos se distribuyen a lo largo de curvas gaussianas que se parecen en sus extremos. Los caballos del final de su curva se parecen a los mulares del comienzo de su propia curva, y los del final de esta se parecen a los del comienzo de la de los burdéganos, quienes, a su vez, se van distribuyendo en una curva que termina por superponerse a la de los asnos. Esto quiere decir que para los individuos de los sectores superpuestos no puede distinguirse su especie salvo que se analice su cariotipo o constitución genética. Muchas mulas reportadas como paridas resultaron ser burras, parecidas a mulas, cuando se investigó su cariotipo (Low- Carter – 1964).
En definitiva yo no puedo contestar tu pregunta pero si puedo brindarte las siguientes posibilidades para que tomes tu propia decisión:
1. Hay muchas posibilidades de que hayas visto una mula adoptante.
2. Hay pocas posibilidades de que hayas visto una yegua muy parecida a una mula, con su cría al pié.
3. Hay una remota posibilidad de que hayas visto una mula que ovuló, casualmente, un gameto viable, y fuera servida por un padrillo.
5. Hay una remotísima posibilidad de que hayas visto un trasplante embrionario interespecífico exitoso, llevado a cabo por un equipo técnico extraordinariamente capacitado (y silencioso).
Asumo que, siendo médico, comprenderás sin problemas la terminología que uso. Mi bibliografía queda a tu disposición y ampliaré con gusto cualquier aspecto que desees.
Gracias por tu consulta y perdón por la longitud de la respuesta. No pude resumirla más.
Un abrazo.