Gerardo Martinez Martinez
9 de mayo de 2007
El incluír en la dieta, los carnívoros, carnes distintas a los bóbidos, es un problema de cultura, no de ética. La inmensa mayoría latinoamericana consumimos carnes de vacunos, porcinos y, con alguna frecuencia, caprinos y lanares. Sinembargo, en Europa entera la relación de consumo es diferente. Y, por m otivo alguno, hemos de pontificar diciendo que nosotros tenemos la razón o que la tienen ellos. Soy criador de equinos para la exposición (caballo de paso fino colombiano) y, en las desgracias de que alguno se me muera (casi siempre por cólico), jamás he pensado en consumirlo. Claro no es mi hábito cultural y, además, ni siquiera los vacunos y porcinos se deben consumir cuando fallecen enfermos. La tragedia alimenticia consiste en que, aquí donde la carne de caballo no es culoturalmente consumible, solo se llevan a matadero los animales de desecho, con lo cual se perjudica el ser que los consume por la baja calidad protéica del alimento. Pero, desde luego, no todos somos criadores para exposición, algunos son criadores para la comercialización y eso debe entenderse y aceptarse. Tampoco se sacrifican para la venta por kilos los sementales de los bóbidos. Eso es así, porque, en el fondo, implica un negocio. O se produce carne, o se produce leche, y el que produce lo primero no carga cantinas para vender, ni el que produce lo segundo, piensa en el peso corporal de sus ejemplares para llevarlos a la váscula. Al contrario, las especies para leche, entre menor peso coporal, mayaor rentabilidad ay eficiencia y lo contrario para la producción cárnica, donde importan no las ubres y los pesones, si no las masas y los lomos. Sinembaergo, repetio, ninguno está equivocado frente al otro, y, por el contrario, ambos posturas tienen la razón.
De modo que donde consumen perros, es válido que alguien los críe para ello. Donde no, pues los criamos para mascotas y, a veces, para abandonarlos de callejeros. Los que consumen porcinos pues los crian para consumirlos, aunque algunos los cargan de mascotas. (locos que somos muchos). Los que crian babillas por la piel, ahora encontraron que, los asiáticos consumen sus carnes y, con ello, no se escandalizaron, mejoraron el negocio. Seguramente dirán: Qué puercos, qué barbaros, pero, lo mejor no es insultarlos, si no exportarles elproducto.
En resumen, ante los asuntos culturales no han de admitirse esas posturas intransigentes. Por culpa de los radicalismos, ya casi tenemos una guerra de culturas entre el oritente y el Ociddente.Por lo mismo, deploro que, en este foro, algunos asuman el papelde ayotolas pidiendo expulsiones y formulando censuras contra quien, con dedicaci¿ón y sabiduría, expone la realidad de la producción y venta de un artículo aque nosotros utilizamos para el divertimiento y otros (sin que eso sea equivocado), lo usan para la alimentación.
Gracias a todos y mucha tolerancia. Las ideas no se controvierten con injurias y descalificaciones.
Gerardo Martínez Martínez