Las patologías digestivas del recién nacido se pueden dividir
en una serie de cuadros bien definidos como son la impacción y retención
de meconio, las diarreas del recién nacido y las úlceras gastroduodenales.
Las diarreas a su vez se clasifican en cinco grupos.
Impacción y retención de meconio
La impacción del tracto gastrointestinal con meconio representa la anormalidad
gastrointestinal más común del recién nacido.
El meconio es una concreción estéril constituido por líquido
amniótico digerido, integrado por secreciones glandulares, moco, bilis
y células epiteliales. Presenta una típica coloración verde
negruzca a marrón y ligero olor y consistencia. Es importante tener en
cuenta que su evacuación normal se realiza normalmente dentro de las
3 horas post parto, y cuando esto no ocurre suele dar lugar a un síndrome
cólico típico y que suele ser identificado sin problemas por los
clínicos especialistas en clínica equina.
La etiología se relaciona con pelvis estrechas en los machos donde suele
observarse una mayor incidencia en la aparición del proceso que en las
hembras. Cuando se valora el pronóstico del proceso, hay que tener en
cuenta además la cantidad de meconio retenido en la luz digestiva así
como el nivel intestinal en el que se encuentra. Y así se puede dar a
nivel de colón, produciendo retenciones de evolución más
larga o en el recto, donde las retenciones son más cortas en cuanto a
su duración en el tiempo.
Los síntomas se observan entre las 6 y las 24 horas después de
nacer, con continuos intentos de defecar con la cola en alto y dando vueltas
sistemáticamente. A continuación se suelen dar los típicos
síntomas de cólico. Los potros se levantan y se tumban, ruedan
y dan vueltas cuando el dolor es más intenso en procesos más graves.
También son frecuentes los intentos de orinar. A menudo el apetito no
desaparece hasta que el cuadro de distensión se torna severo.
El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos que son
evidentes. También se puede realizar palpación digital rectal
de masas firmes en el recto. Otro síntoma típico consiste en la
falta de heces en menos de 36 horas, asociado a dolor claro de tipo cólico
por la leche ingerida. El dolor persistente unido al cuadro anterior determina
el diagnóstico, pero también se puede utilizar la radiología,
mediante proyecciones laterales del abdomen donde se observa la masa de meconio,
sobre todo en casos de impacción del colon.
En cuanto al diagnóstico diferencial, se debe realizar con torsiones
de colon, invaginaciones y vólvulos de intestino delgado. También
aunque más raras son las hernias diafragmáticas. Otra patología
frecuente es la rotura de vejiga que provoca uroperitoneo, aunque en éste
caso se observa abdomen fluctuante con consistencia líquida y no dura
como en el caso de impacciones. En los potros al contrario que en los caballos
adultos, la palpación abdominal es muy significativa. Otra diferenciación
diagnóstica, aunque muy esporádica, lo constituye el tétanos,
aunque en éste caso existe constipación como primer síntoma.
En cuanto al tratamiento a aplicar una vez se ha realizado el diagnóstico,
va en función del tipo de retención, y así en retenciones
leves, se basa en la aplicación de agua templada o enemas a base de Acetil-cisteína
en solución al 4 % (PH = 7,6 solución de 160 ml. de agua) administrada
por vía rectal con ayuda de un catéter tipo Foley. El enema se
puede repetir después de una hora.
Normalmente en casos de atascos medios, se requieren entre 1 y 3 horas para
que pase el meconio y defequen.
En caso de retención grave se debe realizar un sondaje nasogástrico
e introducción de unos 300 a 500 ml. de agua de lino o de aceite mineral.
Es importante también valorar el grado de hidratación del potro
y administrar fluidoterapia. Además se debe realizar el control del dolor
mediante Flunixin, Butorfanol o Xilacina. El tiempo médico de resolución
es de 24 a 36 horas, luego de las 36 horas el tratamiento es quirúrgico.
Se puede realizar una profilaxis mediante la aplicación de enemas utilizando
pequeños volúmenes, ya que si no se pueden inducir alteraciones
electrolíticas por pérdidas de sodio y potasio. Y quizá
otro método bueno de tipo preventivo sea que el potrillo realice ejercicio
moderado, siempre que las condiciones ambientales lo permitan.
Desafortunadamente los enemas repetidos, sobre todo cuando se utilizan sustancias
cáusticas, pueden causar inflamación de la mucosa rectal haciendo
difícil el pasaje del meconio.
También es un hallazgo común la leucopenia en potrillos que han
recibido repetidos enemas.
Diarreas del recién nacido
Las diarreas en el período perinatal son un proceso de aparición
muy corriente en el recién nacido, y suelen presentar una incidencia
del 70 - 80 % en los primeros 6 meses de vida del potro. El desarrollo y la
gravedad varían normalmente en función de la etiología
y así se clasifican en distintos tipos. La correcta valoración
y por ello la inclusión del problema en el grupo adecuado, determinará,
en la mayoría de los casos, la resolución del proceso.
Los tipos de diarrea según la etiología determinarán la
existencia de los siguientes grupos:
1. Diarrea del estro
2. Diarrea nutricional
3. Diarrea bacteriana
4. Diarreas virales
5. Diarreas parasitarias
1. Diarrea del estro o por cambios de
la composición de la leche
Normalmente son procesos diarreicos muy conocidos en los haras al corresponder
normalmente con el primer celo de la yegua ( llamado también
"celo del potro"). Se produce entre los 6 y los 10 días
de vida del potro, de ahí el nombre de diarrea del celo. Sin embargo,
fisiológicamente se debe a los cambios que se producen en el desarrollo
del epitelio intestinal y no a la estricta composición de la leche materna,
como se suele creer. La maduración del epitelio intestinal determina
el recambio de los enterocitos durante los primeros días de vida al remplazarse
el epitelio, provocando por ello un fenómeno de hipersecreción
de la mucosa digestiva que da lugar a la aparición de heces más
blandas de lo normal e incluso a una diarrea leve.
El cuadro clínico se caracteriza por que los potros permanecen alerta
y en actitud normal. La duración del proceso suele ser de unos 3 a 5
días. En general no requiere tratamiento. Es importante conocer que si
realmente se trata de una diarrea de éste tipo, están contraindicados
los antibióticos, ya que no obtendremos ningún beneficio con su
utilización y sin embargo sí alteraremos la flora microbiana normal
que en éste momento se encuentra en periodo de adecuación en el
recién nacido.
2. Diarrea nutricional
Se asocia a una sobrecarga digestiva e incluso a un empacho por consumo excesivo
de leche. Por ello es frecuente observarla en los casos en los que se mantienen
separados el potro y la yegua durante mucho tiempo, como, por ejemplo, cuando
la yegua en periodo de lactación sigue trabajando y se separa del potro
en este tiempo. Otra circunstancia por la que se da es en huérfanos por
aporte externo de leche en cantidad excesiva. También en cambios bruscos
de dieta en el potro y en la madre. Además se da por ingestión
de cuerpos extraños, además en casos donde tienen acceso a alimentos
sucios y asociado a coprofagia, que suele ser una hábito normal conocido
en los potros entre las 2 y las 5 semanas de vida. Hay que determinar si la
diarrea se podría deber al consumo de arena. Otra patología a
tener en cuenta es la intolerancia a carbohidratos, pero ésta es muy
poco frecuente, de carácter transitorio y se suelen observar en potros
prematuros. Éstas últimas se asocian a diarreas víricas
poco claras. El diagnóstico se realiza al cambiar la dieta por otra sin
lactosa y observar la mejoría. Es importante que se aporte terapia de
soporte con soluciones de Dextrosa durante el tiempo de adecuación a
los componentes de la nueva dieta.
3. Diarreas bacterianas
En otras especies, éste tipo de alteración digestiva suele asociarse
a infecciones mixtas. En los potros se pueden encontrar asociados los Rotavirus
con Salmonella Typhimurium.
Por otra parte, las bacterias más frecuentes asociadas a los cuadros
diarreicos son:
3.1 E. Coli que se ha aislado,
aunque su exacta significación resulta difícil de evaluar,
ya que normalmente éste agente surge por sobrecrecimiento secundario
asociado a un proceso primario previo. Se diagnostica como agente causal
en aquellos casos en que los que se aísla el serotipo E. enterotóxico,
que es capaz de producir alteración digestiva primaria por sí
mismo. Aunque sabemos que tiene menor incidencia que en otras especies,
particularmente en los potros disminuye el número de casos cuando
se tiene una buena limpieza de los boxes, sobre todo de las parideras.
El cuadro clínico se caracteriza por una diarrea de tipo medio, sin
daño en la mucosa intestinal. Es decir una diarrea de tipo "hipersecretora",
sin pérdida de proteínas a la luz intestinal.
El tratamiento es sintomático, basándose en la aplicación
de fluidoterapia como medida inicial de dos formas en función de
las posibilidades de absorción digestiva y previa valoración
minuciosa del estado general hidroelectrolítico del potro. En primer
lugar se contempla la opción oral mediante la administración
de unos 500 ml. máximo de solución más electrolitos
en forma de CLK y en una cantidad de 8 gr/100Kg p.v. hasta tres veces al
día. En caso de pérdidas de líquido de medias a graves
se debe optar por la administración de tipo intravenosa mediante
soluciones isotónicas poliónicas del tipo del Ringer Lactato.
Es importante valorar los niveles de proteínas plasmáticas
así como de anticuerpos o inmunoglobulinas y administrar plasma en
casos de concentraciones bajas de IgG o pérdidas de presión
oncótica. Otra opción a tener en cuenta en el tratamiento
es la administración de Bicarbonato siempre que el PH arterial sea
menor de 7.2. En éste caso es importante no administrarlo sólo
porque pensemos que debido al estado general, a la taquipnea o taquicardia
es posible que exista acidosis, si no comprobarlo realmente realizando antes
una gasometría que nos permita conocer el balance de base. Así
una vez conocido el valor de la base, exceso o defecto que suele ser lo
normal, podemos aplicar la siguiente ecuación para calcular los miliequivalentes
de bicarbonato a administrar, Requerimientos de Base mmol/l o meq/l = Exceso/defecto
de base x kg.p.v. x 0.5 en potros. Además si el K+ <2 meq/dl aportar
CLK, sabiendo que el K+ aportado es igual a K+ deseado - K+ obtenido x 0.3.
Hay autores que defienden la aplicación de absorbentes, del tipo
del Caolín en cantidad de 4-8 ml/Kg. p.v. 2 veces y Subsalicilato
de Bismuto 0.5 - 1 ml./Kg. 3 - 4 veces al día. También se
citan los Probióticos que contienen Lactobacillus, Streptococcus
faecalis, e incluso la administración de Yoghurt con Bifidus Acidophillis
+ Lactobacillus en casos refractarios, aunque realmente no tienen una base
científica sólida, sobre todo aquellos que se constituyen
a partir de floras microbianas aptas para el hombre pero de dudosa eficacia
en équidos. Cuando valoramos el grado de dolor e inflamación
intestinal, se pueden aplicar analgésicos del tipo de los AINES,
y de ellos el de elección en éstos casos suele ser el Ketoprofeno,
y no el Flunixin, ya que éste presenta mayor poder de producción
de úlceras gástricas. En ambos las dosis con efecto antiendotóxico
son 0.25 mg/kg 2 - 4 veces al día. Efectiva frente al dolor visceral
suele ser la Dipirona y sobre todo aunque con duración corta el Butorfanol
indicado como alternativa analgésica en caso de úlceras, pero
con efecto muy corto.
Los antibióticos se utilizan en caso de existir septicemias o alteraciones
inflamatorias de la mucosa intestinal. Por supuesto se emplean los de amplio
espectro y de tipo bactericidas antes de obtener sensibilidades específicas
en cultivos y mediante antibiogramas.
3.2 Salmonella.
El agente causal es en el 75% de los casos S. Typhimurium.
Los síntomas del cuadro clínico, se deben a la activación
de una infección latente previa, por estrés y sobrecrecimiento
o bien asociado a ingestión de un número elevado de bacterias.
En Gran Bretaña se encuentra asociada a cuadros complicados con osteomielitis
y artritis. Se caracterizan por depresión, mucosas congestivas, fiebre
con temperatura de hasta 42ºC.
Se trata de una enteritis verdadera con lesión extensa de la mucosa
y submucosa, por lo que hay pérdida de proteínas a la luz
intestinal.
Además forman parte del cuadro, la taquicardia y taquipnea, por supuesto
hay dolor abdominal, con diarrea fétida y acuosa. El curso del proceso
puede ser agudo o sobreagudo e incluso se observa a continuación
la existencia de heces con sangre y moco. Cursa con deshidratación
rápida. En el hemograma se observa la existencia de Leucopenia, Neutropenia
y aparición de neutrófilos banda.
El diagnóstico se realiza básicamente por los síntomas
que constituyen el cuadro clínico según tipo de diarrea, depresión
más o menos profunda, la Neutropenia y finalmente mediante hemocultivos
y cultivos fecales.
El tratamiento se debe basar en la administración de Sulfamidas/Trimetroprim
intravenosas, la Enrrofloxacina no se debe utilizar ante otra alternativa
por las lesiones articulares a que da lugar por su administración
en potros. Las Cefalosporinas como Ceftiofur sódico iv (3 mg/kg)
son una buena segunda opción en estos casos. Por supuesto es básica
la administración de fluidos intravenosos, electrolitos en casos
de pérdidas y el plasma antiendotóxico como en el caso anterior.
El pronóstico siempre va desde desfavorable a muy malo y en general
desesperante para el clínico que lo aborda, por supuesto en un hospital
con medios, y aún así la viabilidad no suele superar el 5%
en los casos de potrillos de corta edad.
3.3 Clostridium. C. Perfringens
tipos B y C productores de cuadros de endotoxemia en potros de 1 o 2 días
de edad con la característica de producir Enteritis Necrotizante
Hemorrágica. Son casos muy graves que cursan con cuadros clínicos
de formas sobreaguda con muerte súbita o forma aguda caracterizada
por síntomas de cólico por distensión gaseosa intestinal,
depresión, diarrea hemorrágica, Shock, muerte, fiebre de 39ºC
a 40ºC, Leucopenia, Neutropenia, azotemia + acidosis metabólica.
El diagnóstico se realiza por evidencia de presencia de Clostridium
perfringens en gran número en las heces, o bien post mortem por existencia
de enterotoxinas en pared intestinal evidenciadas por frotis obtenido de
la mucosa. El pronóstico es siempre muy malo, y el tratamiento se
basa en aplicación de fluidos intravenosos con soluciones poliónicas
+ plasma intravenoso. Se aplican antibióticos intravenosos como Penicilina
o Cefalosporinas y Metronidazol oral. Es importante mantener ayuno 24 horas
para evitar mayor lesión intestinal. Por último, aunque suele
resultar inviable en la mayoría de los casos, se podría realizar
un tratamiento quirúrgico si hay enteritis necrotizante, practicando
una enterotomía.
Este proceso se asocia a potros de alto riesgo y se puede intentar la profilaxis
utilizando antisuero antidisentería en corderos, aplicado a los potros
no afectados al nacer.
3.4 Rhodococcus Equi ( Corinebacterium
equi). Este tipo de diarrea afecta a potros de entre 1 y 4 meses
de edad, es decir mayores que los anteriores en términos generales.
Aparecen formas distintas como son la digestiva, la respiratoria y otra
mixta. Suelen aparecer en función del tiempo de duración del
proceso y de la resistencia individual. La forma digestiva se localiza en
la pared intestinal y en los nódulos linfáticos mesentéricos.
Ya que es un proceso relacionado con prevalencia de infecciones en las yeguadas
afectadas, en animales sanos también se han aislado Rhodococcus.
Los síntomas del proceso que se suelen observar son pérdida
de peso, dolor abdominal, enteritis, diarrea no siempre, que puede cursar
de forma aguda, crónica o intermitente, cosa bastante corriente.
Suele existir una forma respiratoria asociada con fiebre, tos, neumonía,
uveítis, artritis. En general el proceso produce abscesos multifocales
traqueobronquiales y mesentéricos.
El diagnóstico resulta difícil de confirmar por presencia
en heces, aunque se trate de un germen que se localice en digestivo de forma
preferente, pero suele ser más fácil una vez aparece la forma
respiratoria, mediante cultivos de exudados traqueales en esta forma. Es
importante la realización de radiografías, con patrones de
abscesos pulmonares múltiples, y en último caso se puede realizar
una laparotomía exploratoria.
En el tratamiento el agente presenta una considerable variación en
cuanto a sensibilidad a los antibióticos, aunque al menos de forma
general suele ser sensible a Penicilina 22.000UI/kg p.v. sódica intravenosa
y procaína potásica im.. Otra opción es la Neomicina
3 mg/kg iv y en la mayoría de los casos la Gentamicina 6 mg/kg cada
24 horas. También hay sensibilidad a Sulfamidas potenciadas con trimetroprim.20-30
mg/kg 2 veces. Si consideramos el tratamiento largo para eliminar los abscesos
pulmonares o mesentéricos formados, se emplea la Eritromicina a dosis
de 25 mg/kg v.o. c/6 horas + Rifampicina 5-10 mg/ kg v.o. c/ 12 horas. El
Pronóstico es malo si las lesiones están muy avanzadas antes
del tratamiento. En el examen postmortem se encuentra la pared intestinal
muy engrosada y nódulos linfáticos aumentados. Los casos crónicos
presentan necrosis de la mucosa y úlceras con atrofia vellosa.
3.5 Aeromonas Hydrophilia.
Este agente se ha asociado no hace mucho a cuadros diarrea (Browning y col.).
Se caracteriza por una pequeña lesión de la mucosa intestinal.
Como dato a tener en cuenta es el mismo germen que produce diarreas crónicas
en los niños.
3.6 Otros gérmenes
productores de diarreas de forma esporádica son Actinobacillus
Equuli, Klebsiella spp, Streptococcus durans y Yersinia.
3.7 Campylobacter spp. Campylobacter Yeyunii subesp. Coli. Agente
aislado al mejorar las técnicas de cultivo de heces en casos de diarrea.
Su significación es desconocida. Los síntomas son diarrea
media y cólico. El diagnóstico se realiza por aislamiento
del agente, y el tratamiento es a base de antibióticos como la Eritromicina
a dosis de 25 mg/kg p.v. y Tilosina 44-50 mg/kg iv o i.m.c/6h. El pronóstico
es bueno. Se ha aislado en úlceras gástricas y duodenales
postmortem.
4. Diarreas virales
Se encuentran asociados distintos tipos de agentes virales en los cuadros de
diarreas que son:
1. Rotavirus
2. Coronavirus
3. Adenovirus
De ellas, la más importante es la primera debida a Rotavirus. Los Coronavirus
son el segundo agente etiológico en otras especies. Los Adenovirus son
un patógeno respiratorio. El 50% de los potros afectados con Adenovirus
tipo 1 desarrollan diarrea.
4.1 Diarrea por Rhotavirus,
es un cuadro importante en reproducción intensiva. Presentan variaciones
anuales en cuanto a su presentación y es un patógeno primario
muy contagioso. La edad en que aparece varía de los 10 días
a los 3 o 4 meses. Es un virus no encapsulado de serogrupo A serotipo 3.
Los caballos adultos seropositivos eliminan el virus, que es estable a temperatura
ambiente durante 9 meses. La transmisión es por ruta fecal - oral
y el periodo de incubación de entre 18 a 24 horas. La replicación
del virus se lleva a cabo en las vellosidades del intestino delgado, en
duodeno y yeyuno. Los síntomas son depresión, pirexia transitoria,
anorexia, dolor abdominal, con típico rechinar de dientes, diarrea
acuosa a las 24 horas que puede pasar a pastosa. Existe eliminación
del virus hasta 10 días post recuperación. El diagnóstico
se establece por los síntomas de úlceras gastroduodenales.
El virus invade y destruye las células encargadas de producir lactasa,
lo que provoca diarrea por el efecto osmótico de la lactosa que pasa
por el tracto intestinal sin haber sido atacada por las lactasas.
En el tratamiento hay que contemplar que como proceso vírico es posible
la recuperación espontánea y que el único a aplicar
es el sintomático con el fin de ir paliando los distintos síntomas
que aparecen en la evolución de la enfermedad y así están
indicados los fluidos en cantidad aproximada de unos 6-8 litros en 24 horas,
aunque lo correcto es valorar las necesidades exactas por medio de valoración
de perfiles hematológicos. También se deberán equilibrar
los electrolitos. Se pueden administrar protectores de la mucosa y prebióticos.
En general conocemos que los antibióticos resultan ineficaces al
no tener acción sobre el agente viral. Es útil el plasma hiperinmune.
Las complicaciones suelen ser las derivadas de las alteraciones asociadas
a la enfermedad como es la deshidratación, los desequilibrios electrolíticos,
las úlceras gastroduodenales que se pueden tratar mediante sucralfato
y ranitidina. En cuanto a las infecciones bacterianas secundarias que pueden
dar lugar a septicemias. La prevención se basa en la valoración
de los factores inmunes que es muy importante por TIP (Transferencia pasiva
de inmunidad en calostro) + IgA (de la leche materna). Muy importante es
la higiene y desinfección con Fenoles, Povidona 10%. El aislamiento
en boxes independientes y separados. La aplicación de vacunas en
yeguas se encuentra en fase experimental.
4.2 Diarrea por Coronavirus,
si bien se ha aislado de potrillos con diarrea es muy poco lo que se sabe
de su patogénesis.
5. Diarreas parasitarias
La causa de la diarrea es secundaria a la inflamación por el daño
de la mucosa y la vasculopatía a raíz de la migración de
las larvas en la submucosa y capilares.
5.1 Strongyloides westeri,
afecta potrillos entre 1 y 4 semanas (prepotencia 6 a 14 días). La
infestación ocurre a través de la leche. Se diagnostica por
los métodos de flotación.
Contra adultos en intestino delgado son efectivos los Benzimidazoles (Thiabendazole
44mg/Kg. u Oxilbendazoles 10mg/Kg.).
La prevención consiste en suministrar Ivermectina a las yeguas el
día del parto para evitar la infestación.
5.2 Strongylus vulgaris y edentatus,
pueden causar cólicos y diarrea. Los signos se deben a la arteritis
ocasionada por la migración larvaria. Durante el período de
prepotencia (puede ser mayor de 6 meses) los recuentos de huevos de parásitos
suelen ser negativos.
Es importante la fórmula leucositaria para establecer el número
de eosinófilos
El tratamiento para las larvas en migración es Ivermectina (200mg/Kg.
de peso vivo) o Fenbendazole (10mg/Kg. de peso vivo).
3. Parascaris equorum, éstas
infestaciones son más comunes en el final de la lactación.
La diarrea es una manifestación poco común.
La obstrucción intestinal es una complicación común
en estos casos, sobre todo cuando los planes sanitarios de desparasitación
no fueron respetados.
4. Cryptosporidium spp., afecta
a animales inmunocompetentes como inmunodeprimidos.
La incubación pude ser de 9 a 28 días. Los oocitos se pueden
detectar en heces por flotación.
Puede haber casos de portadores asintomático.
La terapia es hidratación, no se ha demostrado que haya drogas efectivas
para tratar éstas diarreas.
Úlceras gastroduodenales
Esta patología muy corriente en los potros, se encuentra asociada en
su etiología con episodios continuos de diarrea, utilización de
AINES de forma relativamente prolongada más de una semana a diferentes
dosis, hipoxia del neonato, estrés más infecciones por Rotavirus,
y en casos de estenosis duodenales (píloro). Se observan cuatro síndromes:
1. Silencioso. No existen síntomas.
2. Activo. Con signos clásicos.
3. No hay síntomas hasta que haya perforación.
4. Estenosis duodenal.
Los síntomas aparecen entre 1 y 4 meses de vida. Los animales maman mal,
presentan Bruxismo, Ptialismo (salivación muy abundante), decúbito,
reflujo gástrico después de comer, en el caso de complicación
final se dan perforaciones y por lo tanto peritonitis. Además hay anorexia,
cólico asociado al comer y depresión. El diagnóstico es
por los signos clínicos. También por gastroscopia, radiografía
de contraste, donde se observa una disminución del vaciamiento gástrico.
Además se pueden realizar paracentesis diagnósticas en casos de
Peritonitis. El diagnóstico diferencial se establece con la disfunción
esofágica o faríngea, con alteraciones del paladar blando por
hipoplasias. También con otras causas de cólico. El tratamiento
debe realizarse durante al menos 2 a 4 semanas, y debe ser inmediato, agresivo
y realizando la descompresión gástrica. No administrar fluidos
a través de sondaje nasoesofágico ya que provocan dolor. También
se utilizan antagonistas de receptores H2 como la Ranitidina 6.6 mg/kg 2v vo
o 2.2 mg/kg 4v iv o la Cimetidina 12 mg/kg 4v. Otra opción son los bloqueantes
de la bomba de protones (ion H2) Omeprazol, que disminuyen la secreción
ácida a dosis de 1 mg/kg vo una vez al día durante unas cuatro
semanas. Se suele aplicar también Sucralfato como protector de la mucosa
1 gr. cada 8 horas. Como analgésicos se utiliza el Butorfanol y el Carpofén
(más nuevo), y se debe evitar el uso de AINES, como el Flunixin y la
Fenilbutazona por su capacidad para provocar las úlceras.