El árbol de yaca (Artocarpus Heterophyllus), una especie de usos múltiples para el trópico centroamericano

El árbol de yaca es una especie que pertenece a la familia de las Moráceas, originaria de Indonesia, siendo en Asia donde se encuentra la mayor diversidad genética; se ubica dentro del mismo género del árbol de fruta de pan. Es perennifolio que alcanza de 10 a 15 metros de alto, copa densa, tronco de 3 a 4 metros de circunferencia y  la corteza es de color marrón rojizo.  Las hojas son elípticas y miden de 2 a 3 centímetros de largo y  de 4 a 10 centímetros de ancho, pecioladas, de color verde oscuro y brillante en el haz.

La pulpa del fruto puede variar desde el color naranja hasta amarillo, con propiedades organolépticas similares al mango y la piña, cuyo jugo es ligeramente ácido  y profundamente dulce; el fruto puede llegar a pesar entre 30 y 40 kilogramos, considerada como  fruta tropical exótica que puede producirse durante todo el año. La madera es de color amarillo y se cataloga como preciosa, siendo muy popular en la fabricación de muebles, gabinetes de cocina e instrumentos musicales.

La yaca es considerada  un árbol de rápido crecimiento, aunque su producción comienza a partir de los 7 años. Posterior a que ocurre la floración, comienza el proceso de producción de la fruta, periodo que puede durar hasta 8 meses. El fruto posee alta concentración de vitamina A, contribuyendo a mantener una visión saludable y prevenir la ceguera nocturna; también contiene una gran cantidad de vitamina C para  promover la producción de colágeno, siendo una opción para mantener la piel joven y firme.

La yaca suele crecer en climas cálidos, en áreas húmedas y sobre suelos con buen drenaje. A pesar de ser resistente a la sequía, durante los primeros años se requiere durante la época seca proveerle suficiente agua para que pueda alcanzar el pleno desarrollo. La producción óptima se alcanza en áreas que poseen temperaturas promedio superiores a los 30 grados centígrados durante  el año y alturas que van desde el nivel del mar hasta los 1500 metros, aunque la calidad de los frutos es superior  en elevaciones menores de 200 metros.

La cosecha de la fruta debe realizarse cuando la misma se encuentra de color amarillo-verdoso, dejando  una fracción de la parte que la adhiere al tallo para facilitar su manipulación; normalmente requiere aproximadamente cinco meses para alcanzar el estado de maduración. Se reproduce por semilla, utilizando la técnica de vivero y posteriormente las plantas se trasladan a campo, sembradas a una distancia de diez metros al cuadro; los  árboles comienzan a producir frutos después de siete años de edad, obteniéndose entre 150 y 200 frutos por árbol.

El exterior de la fruta es de color verde o amarillo cuando está maduro, el interior se compone de grandes bulbos comestibles de color amarillo, con sabor a plátano. El fruto está constituido por numerosas semillas rodeadas por una pulpa carnosa de color amarillo y están separadas por una masa fibrosa que son los remanentes de las flores no polinizadas. La semilla está encerrada con una superficie lisa, ovalada, de color marrón claro.

Generalmente los frutos alcanzan de 10 a 25 kilogramos de peso y están formados por  la cáscara que es de color verde amarillento cuando maduran. La parte comestible rodea a cada semilla y está compuesta por una pulpa dulce, aromática y suave; las semillas y la pulpa comestible que las rodea es de color ámbar a amarillo oscuro o naranja y están separadas por pulpa no comestible. Las semillas son ovales, miden de dos a tres centímetros de longitud y son muy numerosas, pudiendo variar entre 30 y 500  por fruto.

El fruto es una excelente fuente de antioxidantes que protegen el organismo, contiene las principales vitaminas del complejo B, vitamina A para prevenir la ceguera nocturna, vitamina C para promover la producción de colágeno, adecuada concentración de minerales como calcio, hierro, magnesio, potasio, ácido fólico y alta concentración de proteínas, elementos importantes para el buen funcionamiento del organismo humano. Por otro  parte, existe información que el té elaborado con las hojas contribuye a mejorar los problemas de presión arterial y la alta concentración de azúcar en la sangre.