El principio básico de la ganadería sostenible es “Devolverle a la naturaleza lo que le hemos quitado o inclusive mejorarla” para esto tenemos dos escenarios: el primero para sembrar pasto o hacer infraestructura productiva intervenimos un predio botamos árboles o alguien antes que nosotros los corto, lo primero que tendríamos que hacer es investigar la biomasa aérea o radicular que se perdió al quitar un área determinada de vegetación para sustituirla con pasto o construcciones. Y luego calcular cuanta biomasa nos producirá el pasto, cercos vivos o estiércol incorporado por los animales, con suerte será muy poca la biomasa faltante o hasta quizás tengamos más de lo que quitamos. En el segundo escenario decidimos implementar una ganadería en un terreno muy árido y poco productivo, cualquier mejora en pastos o cercos vivos mejora considerablemente la biomasa y biodiversidad del área intervenida con ganadería. En ambos casos se debiera hacer dos estimaciones, la cantidad de biomasa a sustituir y la cantidad de biomasa a producir la diferencia positiva o negativa es lo que hay que manejar o mejorar registrando meticulosamente cada vez que se realicen y por un tiempo prudencial, todas las acciones que se realicen en la finca ganadera en una bitácora que pueda ser revisada por una institución gubernamental o privada para ser considerada como explotación sostenible y poder ser certificada, para la obtención de otros beneficios.
Si la finca ya estaba instalada en un inicio (con problemas de mal manejo de potreros) para conocer la biomasa a sustituir con lo que ya existe o con nuevo cultivo de pasto, hay que buscar áreas no intervenidas aledañas donde se puedan hacer los cálculos y luego extrapolar a la finca ganadera con unas 3 mediciones externas se podría tener un promedio bastante aproximado de la biomasa a sustituir.
¿Y después que se hace? Cada año habrá que hacer una estimación de la biomasa constituida por los pastos que tenemos haciendo los aforos respectivos, para evaluar si estamos manteniendo un nivel de biomasa que en vez de degradar al menos mantenga o mejore el ecosistema de la finca ganadera. Las deficiencias se deben complementar con mejor manejo de potreros y un plan de rotación adecuado, pastos mejorados más eficientes, cercos vivos principalmente leguminosos, Fertilización de acuerdo a análisis de suelo. Mejoramiento de la raza del hato, suplementación mineral y una buena planificación financiera de la finca, todo influye en la implementación de una “Finca Ganadera Sostenible”