BONOS O CREDITOS DE CARBONO
Se trata de poner en primera línea la opción de proyectos “agro fruticolas con fines de obtener Bonos de carbono” o también denominados Créditos de Carbono; mi calidad de consultor en nutrición vegetal atrajo la atención de empresas dedicadas a elaborar proyectos de MDL (mecanismos de desarrollo limpio) en esta área, diferenciándolos de aquellos netamente forestales. La tarea es elaborar un paquete tecnológico flexible, progresivo y personalizado a cada situación de campo, tal vez el punto mas critico para desarrollar innovación.
Esta es una muy atractiva alternativa de ingresos complementarios a la producción frutícola como actividad principal, este es, el segundo piso. En efecto, dentro del plazo entre 18/24 meses es posible lograr la emisión de bonos de carbono emitidos por el organismo específico de la ONU. Aquí no se habla neutralidad, sino de captura de toneladas equivalentes de CO2 de la biomasa frutícola (Viñedos, Olivares, Paltos, etc.) y más el CO2 capturado por el suelo; así: 1 bono es equivalente a la captura de 1tCO2e (una tonelada de CO2 equivalente)
Las empresas emisoras de CO2 pueden “compensar” el efecto negativo de las emisiones de sus actividades económicas mediante la inversión o compra de “créditos” en proyectos cuyo resultado sea la captura del carbono que se halla en la atmósfera.
SECUESTRAR CARBONO MIENTRAS SE PRODUCE FRUTA
Se habla de dos vertientes para fuentes de captura de CO2 en fincas fruticolas; masa arbórea, follaje (biomasa) y el Carbono fijado en el suelo.
La biomasa de frutales (de hoja caduca o deciduo y hoja perenne o siempre verde) contiene una constante según cada especie; una planta de vid posee menos CO2 capturado, que una planta de olivos; existen parámetros referenciales definidos para cada especie; siempre una plantación de mayor edad, posee mas carbono que una mas joven.
El Carbono fijado en el suelo es un asunto de manejo; según como se lo trate puede crecer de 0% de Materia Orgánica (M.O.), a niveles mayores del 10 %; hay M.O. sobre el suelo (material de podas entre otros) y en el subsuelo; ambas logran crecer con variadas tipos de manejos.
Aquí, no se analiza este tema; pero queda dicho que cada % de M.O. de incremento en el suelo, significa, toneladas de Carbono secuestrado por hectárea.
Puede ocurrir que un viñedo tenga mayor captura de CO2 que un Olivar; si el suelo de la vid es muy rico en carbono y por lo tanto arroje una captura total de CO2, mayor que un Olivar, cuyo riqueza de suelo sea menor que la del viñedo; esto en un escenario de ejemplo de comparación de capturas de CO2 total. En síntesis, dos postulados: es primordial hacer crecer la Materia Orgánica y prima el Carbon secuestrado por el suelo, por sobre la biomasa.
ORGANIZACIÓN DEL PROYECTO
En la otra vereda, el mercado de bonos de carbono, exige volumen, exactitud, certeza y verificación de captura de CO2 . A tal fin concurren los denominados “standards”, empresas verificadoras de mediciones oficiales fiscalizadas por N. U. establecen frecuencias y puntos de mediciones.
El sistema facilita un novedoso enganche de participantes de tamaño pequeño y mediano, que sin perder individualidad (rol avalúo, personalidad jurídica y eventualmente cantidad de bonos) permite reunir a varios fruticultores de similares producciones y regiones agroclimaticos en un solo proyecto de grandes volúmenes para bonos de carbono (una especie de pseudo asociatividad).
Otro elemento de interés, es el complemento de sumar superficies no directamente productivas que contengan matorrales, espinales, bosquetes, pastizales naturales, etc. ; todo suma en captura de CO2 por biomasa y contenido de Carbono fijado en el suelo.
La duración de un proyecto agrofruticola se sitúa dentro de un rango de 20/30 años; es decir, la permanencia de validez de los bonos de carbono, está en dicha escala; por el contrario un proyecto forestal, tiene un horizonte de 100 años.
Un proyecto de envergadura podría alcanzar los 200 mil dólares aprox. en costo, para una superficie de 3500 has (de ahí otra razón de agruparse ). En los costos se consideran varios (7) ítems obligados e internacionales y no solo costos del formulador.
LOS BONOS NO SON PARA TODOS
A su vez, la dinámica que proyecta una senda en manejos sostenibles (como el incremento del
% de Materia Orgánica del suelo), visualiza un número creciente de captura CO2 y reducción de emisiones, léase en un proyecto en régimen, la emisión de bonos de carbono, puede ser creciente .
Introducirse en el tema de Bonos de Carbono, requiere como todo, un profundo estudio de aspectos varios y específicos, conocimiento de terminologías, e imbuirse de la filosofía de la sostenibilidad; dicho claro y directo, quien no esté dispuesto a innovar en manejos agrícolas, no tome este camino.
CREDITOS DE CARBONO MIEL PARA INVERSIONISTAS
Mención separada amerita el tema del rol del inversionista, la rentabilidad y los ingresos por venta de bonos de carbono.
En el periódico “El Mercurio” con fecha 26 /12/ 2020 informaba en su sección Economía y Negocios, que se esperaba que el valor de la tonelada de CO2 equivalente (tCO2e), que a fecha actual ronda en 28 euros (30 U$D), podría alcanzar hacia el 2025 a más de 76 euros (80 U$D) debido a los desafíos y demanda por alcanzar las metas del Protocolo de Kioto.
El formulador del proyecto es responsable de determinar si es viable, según antecedentes legales y técnicos; existen parámetros y rangos de rendimiento (tCO2e/ha) e (ingresos estimados U$D/ha/año iniciales) en año cero, que hacen competitivo un proyecto tanto para el generador de Bonos de carbono, como para el comprador del mercado institucional como del mercado voluntario; así por ejemplo con un rendimiento inicial de tn/ha/año de 8 tCO2e y un ingreso neto de 250 U$D/ha/año, sería acertado en el plano de mínimos y desde luego, muy rentable. En un proyecto forestal (de bosque primario, similares a turba por ejemplo) el rendimiento tCO2e sobrepasa largamente las 5000 toneladas; he ahí, otra razón mas para agrupar varios participantes agrofruticolas a fin de hacer volumen de tCO2e.
La figura del inversionista es relevante (puede ser el mismo propietario) pero es muy interesante para los inversionistas por la rentabilidad y las opciones del mercado voluntario internacional y para las empresas que están obligadas a compensar emisiones. Hoy, sin considerar al sistema bancario, los mayores interesados en invertir son empresas privadas de amplio espectro (Exxon, Shell, BP); navieras, aviación, petroquímicas (plásticos, fertilizantes, etc ). Aquí prima el interés por disponer de los bonos de carbono, para el negocio de ellos, son CREDITOS necesarios; son los generadores de la demanda por Bonos.
UN AUSENTE INEXPLICABLE
Otra inquietud para situar este tema como de asunto de interés atractivo para los fruticultores, es el escaso conocimiento de esta temática dentro de la industria bancaria, donde no existen profesionales preparados para analizar este tipo de proyectos de inversión, precisamente en una de las pocas áreas ligadas al mundo agrícola, de muy bajo riesgo y de alta tasa de retorno; además de una diversidad y multiplicidad de alternativas que ofrece el mercado de Bonos de Carbono. Para el productor y cliente bancario, (ademas de los ingresos provenientes de la venta de sus Bonos de carbono) aparece un nuevo item para incrementar patrimonio y garantías. En el análisis del comprador de bonos, la ponderación principal se le otorga al factor, “bajo riesgo de catástrofes”, dando por hecho veraz, la certificación de las N.U. otorgada a la emisión de los Bonos.
Dentro de la misma lógica explicada, caben también los productores ganaderos.
Queda expuesta una alternativa de ingresos, de relativa baja inversión y riesgo, abierta a toda la agricultura; lo curioso del asunto, que junto con ser amigable al medioambiente, revaloriza el activo contable, el capital tierra/suelo.