Los consumidores europeos otorgan cada vez más importancia al bienestar de los animales, que consideran un elemento fundamental en su percepción de la calidad de los alimentos. Esta tendencia es creciente en todos los países desarrollados.
Muchos productores han reconocido que mejorar el bienestar de los animales actuando en forma preventiva en relación con el cuidado de la salud, la prevención de enfermedades y procurando cierto estado de confort, son elementos fundamentales que redundan en beneficios para su sistema productivo.
Si estas son las circunstancias, la pregunta que se desprende es: ¿Que se requiere para aplicar los principios y técnicas del bienestar animal en los sistemas de producción ganadera e integrar el bienestar animal en la cadena de producción de alimentos?
La respuesta es sencilla, pero su aplicación requiere algún esfuerzo: información y capacitación para todos los que están involucrados en el manejo de los animales. El conocimiento de los patrones normales de comportamiento característicos de una especie, es una parte esencial del cuidado y manejo exitoso.
Las experiencias de Programas de aseguramiento de la calidad que hemos desarrollado e implementado en nuestro país incluyendo productores ganaderos, transportistas de hacienda y remates ferias, nos indican que estos constituyen un método apropiado para incentivar a quienes tienen responsabilidades en el manejo de los animales a mejorar sus prácticas de manejo diario, ayudándolos a comprender que hacer y por que hacerlo.
El bienestar de los animales depende de muchos factores tales como la sanidad, el alojamiento y manejo, las interacciones sociales entre animales y la posibilidad de llevar a cabo determinadas pautas de conducta. Todos estos factores deben tenerse en cuenta en la valoración del estado de bienestar. Mejorar la relación humano-animal incluye no sólo aspectos relacionados con el manejo y la capacitación de los operarios, sino que deben considerarse especialmente las limitaciones que pueden ofrecer el sistema de alojamiento, el diseño y el mantenimiento de las instalaciones o la selección genética adecuada al ambiente de producción.
El comportamiento del animal se desarrolla y es influenciado por los factores genéticos y ambientales. Entre estos últimos incluimos la actitud del productor y operarios en el trato y cuidado que se les ofrece a los animales. El temperamento actúa de acuerdo con las experiencias de manejo previas y el aprendizaje que haya tenido el animal, determinando como reaccionará este con un trabajo particular. La docilidad del ganado vacuno de carne depende de estos factores. La forma en que un animal es manejado en las etapas tempranas de su vida tiene un efecto perdurable. Cuando los terneros han sido manejados en forma ruda y con crueldad, la respuesta posible para cualquier alternativa futura de manejo será el miedo y por ende, la indocilidad. Cuando se adquieren terneros para invernada es importante conocer el origen de los mismos y el manejo a que han sido sometidos. Esto permitirá, además, minimizar los riesgos de introducir problemas sanitarios al establecimiento.
Los animales se apegan a áreas particulares donde han sido criados. Cuando son alejados de sitios que les resultan familiares y de sus compañeros, se sentirán emocionalmente alterados y sufrirán de estrés. Es importante considerar este comportamiento para aplicar las estrategias apropiadas que minimicen este estrés durante el transporte o comercialización. El miedo es un gran factor de estrés y cuando son sometidos por un período prolongado, se afectará su sistema inmunológico y por ende su salud.
Los animales como las personas son sociales, interactúan, se comunican y desarrollan relaciones amistosas. Algunos son dominantes y otros son subordinados. Tienen alguna necesidad de privacidad o de territorio y son afectados por las interrelaciones sociales. Los patrones difieren entre los sexos y entre los animales jóvenes y adultos. Existe una tendencia natural a formar grupos de semejantes.
Los miembros del rodeo se organizan por dominancia social. Esto les da a los dominantes del grupo prioridad en el acceso a determinados recursos como el alimento. Cuando ingresan animales de otros rodeos, normalmente existen peleas hasta que se establece el orden de dominancia (esto puede demorar aproximadamente 1 día). El estrés puede llegar a ser muy grande y el ritmo de crecimiento y la producción menor mientras el orden social no está bien establecido. Esto puede continuar para aquellos animales que se ubican en el grupo de los sometidos. Es importante por lo tanto no mezclar categorías de edad y tamaño muy diferentes y usar el fenómeno de facilitación social para incrementar el consumo de alimento y la ganancia de peso.
En un sistema de producción pastoril, los patrones de comportamiento influencian la manera en que los bovinos utilizan las pasturas. Los animales son más activos al amanecer y al anochecer y menos activos al mediodía y medianoche. La diferencia de comportamiento también está relacionada con las estaciones. El plan de alimentación y de acceso al alimento, debería considerar estas diferencias.
Cuando se trata de mover ó arrear a los animales, especialmente durante la carga y descarga, deberían tomarse en consideración las características propias del comportamiento animal. Esto incluye su particular visión, de casi 360 grados, y el efecto del ruido. Los alaridos o chiflidos de la gente les generan un fuerte estrés.
Una persona podría facilitar el manejo de un novillo si se imagina en el lugar del animal y analiza las causas por las cuales no avanzará. Tendría que imaginarse una visión de casi 360 grados, ángulo dentro del cual la presencia de personas u objetos le ofrecerán un impedimento para avanzar; poca profundidad de percepción; la cabeza mirando al piso y la hipersensibilidad a los estímulos debido al miedo. Es probable que imaginando esta escena, nos acerquemos a la real situación del animal y de esta forma se le permita más tiempo para sus movimientos, no se le castigue o aumente su sufrimiento con el uso de picanas, palos, látigos, perros, etc. El animal debería ser conducido, en lugar de forzado a avanzar. Para esto debe ofrecerse "tiempo suficiente, espacio para moverse y la visión de una salida o escape".
En general, los consumidores asocian la producción intensiva (feedlot) con un bienestar deficiente. Esto es debido a que los animales suelen producirse en ambientes en donde se restringe su calidad de vida, y frecuentemente con consecuencias negativas sobre la salud del animal. Muchas de estas restricciones podrían ser minimizadas tomando en consideración los siguientes aspectos o puntos críticos:
- Utilizar prácticas de manejo que consideren los patrones normales de comportamiento, propios de la raza. Eliminar el manejo rudo a los animales con personal no capacitado y el uso excesivo de elementos como látigos, palos y picanas eléctricas.
- Minimizar el estrés producido por temperaturas muy elevadas y la necesidad de obtener algún alivio. Considerar la necesidad de sombra y protección contra adversidades climáticas extremas. El estrés producido por las altas temperaturas reduce la ganancia de peso.
- Controlar el barro. Cuando el barro cubre las pezuñas se afecta el bienestar animal y se reduce la ganancia de peso por efecto del estrés. Los animales embarrados significan un problema de seguridad alimentarla, tienen una carga bacteriana más alta y mayor posibilidad de contraer enfermedades. Debe permitirse el acceso a zonas altas, limpias y secas.
- Minimizar el sufrimiento de los animales enfermos o lesionados proporcionando rápido diagnóstico y tratamiento. Para los animales severamente enfermos o lesionados, aplicar las técnicas de eutanasia recomendadas para minimizar el sufrimiento.
- Las prácticas de castración y descorne, deberían realizarse a la edad más temprana posible y cuando los animales están sobre pasturas.
- Los terneros deberían provenir de establecimientos en donde se aplican las vacunas correspondientes semanas antes de ser embarcados.
- Las instalaciones deberían estar en buenas condiciones, libre de elementos cortantes, con diseños adecuados que faciliten el movimiento de los animales y pisos no resbaladizos en todas las áreas de manejo y de carga.
La producción de carne sobre pasturas es normalmente asociada con mejor bienestar, dado que en la mayoría de los casos el ambiente de producción permite minimizar los riesgos sobre la salud del animal, y por ende contribuye a lograr productos más inocuos. Sin embargo, aún en estos sistemas las estrategias de manejo utilizadas pueden ocasionar severos problemas de bienestar. Debería considerarse:
- Minimizar el sufrimiento de los animales: "Mirando su ganado se puede saber qué clase de ganadero es el dueño", este dicho es fácilmente comprobable observando a los animales que ingresan para su comercialización en la feria. Hemos podido apreciar que existen diferencias significativas en la manera en que los productores consideran a sus animales. Puede observarse fácilmente cuando han recibido valoración y "aprecio", o también cuando ha existido total insensibilidad sobre el sufrimiento de los mismos. Debería proporcionarse rápido diagnóstico y tratamiento ante lesiones y enfermedades. Los animales que no son capaces de entrar al transporte por si mismos o mantenerse de pie, no deben ser transportados.
- Cuando los animales están severamente enfermos o lesionados, debe actuarse humanitariamente y aplicar las técnicas de eutanasia recomendadas para minimizar el sufrimiento.
- Los animales caídos, con imposibilidad de movilizarse por si mismos, no pueden ser arrastrados tirando de su propio cuerpo. Si es necesario trasladarlos, debe hacerse sobre una estructura fuerte desde donde se tirará.
- Aplicar técnicas e instrumentos que permitan minimizar el sufrimiento: realizar la castración tan temprano como sea posible y el descorne antes de los 4 meses de edad. Para animales más grandes se debería aplicar anestesia.
- Los terneros deberían ser vacunados antes de ser transportados a un nuevo destino.
- Deben disponer de protección contra condiciones climáticas adversas, especialmente sombra en verano.
- Debe procurarse el volumen y calidad de agua adecuada y que la misma esté disponible para todas las categorías.
- El plan de alimentación debe incluir las reservas en cantidad suficiente, para una alimentación adecuada en épocas de restricción de oferta de pasturas.
Los sistemas extensivos de producción ganadera de Argentina representan normalmente una oportunidad desde el aspecto de bienestar animal. Permiten demostrar su patrón de comportamiento normal (libertad de movimiento), proveen un ambiente menos estresante y más saludable, y una alimentación más natural. Estos son elementos importantes de competitividad en el mercado internacional de la carne.
Las consecuencias de la falta de bienestar animal y sus efectos en la salud del animal, la calidad de la carne obtenida y el retorno económico del sistema productivo, indican la conveniencia de revisar y corregir las prácticas de manejo y operaciones que se realizan desde los establecimientos ganaderos hasta la faena.