El arreador electrónico, “picana eléctrica”, es un instrumento ampliamente difundido en el manejo de los animales en instalaciones pecuarias, locales de remate feria y medios de transporte.
El fundamento se basa en la descarga de energía de alto voltaje y bajo amperaje que reciben los animales, lo que les produce un fuerte dolor, como resultado de una enérgica contracción muscular de la zona donde se lo aplica, para estimular el movimiento.
El uso indiscriminado de la “picana”, producto del dolor y del miedo consecuente que genera, induce conductas que se manifiestan en animales intranquilos, difíciles de manejar, más aún, si el mal hábito se implementa desde edad temprana.
La aplicación prolongada del inductor sobre la musculatura, genera lesiones en la estructura de los capilares sanguíneos, que por su ruptura, producto de la intensa contracción, causan micro hemorragias, que se manifiestan como pequeños hematomas dentro de las fibras musculares.
Esto, en animales terminados, cuando reciben descargas eléctricas en aquellas masas musculares que guardan los cortes de mayor calidad y valor económico, como lomo (longissimus dorsi) y cuartos traseros, antes de ir a faena, provoca decomisos, por la inaptitud de la carne para su posterior procesamiento y consumo.
Los animales representan el capital de la empresa ganadera. Muchas de las prácticas de malos tratos a los que se los somete, son tomadas como normales,tantopor el personal de campo, como por aquellaspersonasresponsables de la gestión, quienes por tolerancia o muchas veces por desconocimiento, lo permiten.
Las consecuencias del mal trato, por lo general, pasan desapercibidas, porque no se ven, las tapa el cuero.
El inductor electrónico del movimiento debe mantenerse siempre guardado en un lugar seguro y a buen recaudo, fuera del alcance del personal. Solo debe emplearse en contadas oportunidades, en aquellas ocasiones en las que amerite su uso, aplicándolo brevemente, a la altura de los garrones, para después volver a restituirlo a su lugar.