En la última década del siglo pasado y la primera del presente, se han presentado cambios en los componentes de la ganadería mundial, como resultado del proceso de globalización, de cambios en las demandas de los consumidores, de la aparición de brotes de enfermedades como la Encefalitis Espongiforme Bovina (BSE), de la creación de nuevas tecnologías y de la necesidad de conservar la tierra, el agua, la biodiversidad y el cuidado del bienestar animal en las explotaciones pecuarias.
En este nuevo escenario, el agronegocio de la carne se concibe como un sistema integrado de negocios enfocado en el consumidor, que incluye los aspectos de producción primaria, su procesamiento, transformación y todas las actividades de almacenamiento, distribución y comercialización, así como los servicios públicos y privados necesarios para que las empresas del sector operen competitivamente.
La nueva visión considera a la ganadería como un sistema de cadenas de valor centrado en dar satisfacción a las demandas y preferencias del consumidor, mediante la implementación de prácticas y procedimientos que incluyen todas las actividades dentro y fuera de la unidad de producción. Es decir, incorpora todas las dimensiones de la ganadería y acepta que sus productos no resultan en la simple producción de carne y leche.
En las proyecciones actuales del crecimiento en la demanda de alimentos a nivel global no hay nada que contradiga una expansión de la producción orgánica Latinoamericana, tanto a nivel nacional como en las exportaciones. (Gudynas, 2003). Además de las demandas desde las naciones industrializadas, nuevas estimaciones realizadas al año 2020 por estudios del IFPRI y el Banco Mundial, indican que un aumento todavía mayor se observará en los países en desarrollo, en especial en el sector de la carne. (Fritschel y Mohan, 2002). Ese aumento se observará especialmente en Asia. Así mismo, esa demanda se debe a un proceso de urbanización, mejora en la calidad de vida y educación, lo que a su vez usualmente desencadena mayores requisitos de los consumidores sobre sus alimentos y la proliferación de exigencias sobre la calidad, la cual favorece a los productos naturales y orgánicos.
El incremento de la demanda por productos de origen animal mejorará el desarrollo rural en los países en desarrollo. Los pequeños ganaderos se podrán integrar al mercado comercial e industrial. Es necesario favorecer las Buenas Prácticas Ganaderas, la integración de la agricultura y ganadería mediante el uso de sistemas silvopastoriles y el desarrollo de mercados de productos orgánicos y naturales, entre otros. (De Haan, 2001, Delgado, 1998).
Actualmente existe un crecimiento de la oferta de productos naturales y orgánicos, manejados por la fuerza de la demanda debido a:
- Incremento de alimentos provenientes de Organismos genéticamente modificados-OGM.
- Brotes de enfermedades transmitidas por los alimentos, presencia de enfermedades transfronterizas. Por ejemplo: La Encefalitis Espongiforme Bovina BSE, Fiebre Aftosa, entre otras.
- Presión de los hipermercados.
- Menores sobreprecios de los productos naturales y orgánicos.
- Mejor nivel de ingreso per capita y educación en los países en desarrollo.
- Aumento de la oferta nacional e internacional.
- Mayor credibilidad en los sistemas de certificación.
La calidad de los productos alimenticios
La calidad de un producto es el resultado de su proceso de elaboración a lo largo de toda la cadena agroalimentaria. En el caso de la carne bovina, esta cadena se realiza desde la finca hasta la mesa del consumidor final. Con este enfoque los consumidores pueden esperar que la protección frente a los riesgos se realice en toda la cadena agroalimentaria, para lo cual es necesario que todos los eslabones de la cadena trabajen en forma integrada.
La Organización Internacional de Normalización-ISO- define calidad en función de la medida en que el conjunto de propiedades y características que ofrece un producto o servicio satisfacen las necesidades declaradas o implícitas del consumidor. Desde este punto de vista la calidad es una noción subjetiva, la cual además está sujeta a cambios con el paso del tiempo. Por ejemplo, se han incorporado a la noción de calidad aspectos relativos al proceso de producción, como el bienestar de los animales, el uso de los agroquímicos en los cultivos y praderas y finalmente, la protección del medio ambiente.
Existen diferentes categorías para analizar la calidad de un producto alimenticio:
- La calidad desde el punto de vista de la inocuidad, consiste en que el alimento no cause riesgos a la salud de la persona que lo consume, correspondiendo al nivel básico que debe satisfacer todo producto alimenticio y es generalmente controlado por el estado o país, para resguardar la salud pública.
- La calidad nutricional, que se refiere a la aptitud de los alimentos para satisfacer las necesidades del organismo en términos de energía y nutrientes. Hoy el consumidor informado conoce sobre el potencial preventivo de una dieta saludable o equilibrada.
- La calidad de acuerdo a los atributos de valor o calidad diferenciadora. Estos atributos de valor se encuentran por encima de los requisitos básicos de inocuidad o seguridad alimentaria que se exige a todos los alimentos. De igual forma, se aclara que la calidad sanitaria y la conformidad de los productos, son condiciones básicas que deben cumplir todos los alimentos que sean avalados por un sello de calidad.
Estos atributos son factores que diferencian los productos de acuerdo con sus características organolépticas, de composición y a la satisfacción del acto de alimentarse ligada a tradiciones socio-culturales, educación y conveniencia. En la última década se han empezado a valorar factores como: el cuidado del medio ambiente a lo largo de toda su cadena productiva (productos orgánicos y naturales), el cumplimiento de las leyes sociales de los trabajadores encargados de la producción, y el respeto a las tradiciones en los alimentos elaborados por algún método convencional.
En el ámbito mundial, el grado de exigencia de los consumidores respecto de los productos alimenticios ha ido aumentado y diversificándose, en virtud del incremento de la información disponible y ante la oferta de un sinnúmero de productos. Aunque la demanda de estos productos con atributos de valor diferenciadores pueda corresponder a un número pequeño de personas en los países en vías de desarrollo, es una marcada tendencia que se observa en forma creciente en los mercados de países más desarrollados como los de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos. (Oyarzún y Tartanac, 2002).
Este consumidor consciente es muy selectivo a la hora de realizar sus compras. Se interesa por conocer aspectos sobre la naturaleza del producto, métodos de producción, transformación y respaldo de las características específicas que le ofrece el producto alimenticio. Asimismo, cuando le ofrecen garantías de que el producto corresponde a lo que él busca, está dispuesto a pagar un precio más alto. (Cantarelli, 2000).
Los Sellos de Calidad
Son una herramienta de comercialización que beneficiará a la ganadería latinoamericana, ya que nos permitirá diferenciar aún más y en forma certificada nuestras carnes frente a la competencia y a los consumidores finales en el mercado nacional e internacional. A la vez, nos permitirá acceder con mayor facilidad a los compradores y cadenas de supermercados que comercializan exclusivamente productos naturales y orgánicos. Ya no es sólo carne: "es carne con unos atributos de valor que a la gente le interesan".
Para garantizar al consumidor que un producto alimenticio presenta efectivamente uno o más atributos de valor diferenciadores, existen sistemas voluntarios de control. Estos sistemas consisten en el establecimiento de una entidad independiente de la empresa llamado organismo certificador, que verifica y controla que el producto corresponda a los atributos de valor que ostenta. Dichos organismos pueden ser controlados a escala estatal o por sistemas privados de certificación, dependiendo del país.
La forma visible como el producto muestra que ha sido verificado es mediante un sello, un símbolo o logotipo de calidad estampado en el empaque. El valor de éste sello o marca de calidad está en el conocimiento y la confianza que tengan de ella los consumidores. Cuando la marca está posicionada en el mercado, es reconocida inmediatamente y muestra que el producto y su proceso cumplen con los estándares y controles de calidad solicitados para poder exhibir ese sello. Los sellos de calidad pueden ser regulados por el sector público o por el sector privado.
Para que los sellos de calidad sean efectivos a la hora de ostentar los atributos de valor diferenciadores de un producto, requieren las siguientes condiciones:
- Que el sello sea reconocido por el mercado objetivo del producto.
- Que el sello garantice que un organismo independiente controla o verifica la característica diferenciadora avalada por el mismo.
- Que la entidad certificadora sea reconocida como autoridad en la materia que avala.
- Que el consumidor sea educado en los atributos diferenciadores que avala el sello.
- Que exista un mercado interesado en los atributos diferenciadores que ofrece el producto.
- Que exista un mercado con capacidad de compra para pagar el valor agregado por el atributo del valor diferenciador correspondiente.
El sello de calidad debe garantizar: la diferenciación del producto (valor adicional o agregado), confianza al consumidor y una calidad específica con estándares locales o internacionales para ser una buena herramienta de comercialización. Todo lo anterior implica poseer una cultura de la calidad, en donde todos los actores de la cadena agroalimentaria están capacitados (educados en aspectos de calidad) y se mantienen informados sobre los productos diferenciados. (Oyarzún y Tartanac, 2002).
Programa de certificación de la calidad
Los programas de certificación son necesarios cuando la calidad o seguridad de los alimentos no pueden ser comprobadas directamente por el consumidor, porque son el resultado de muchas decisiones de manejo durante el proceso productivo. De allí, la importancia de implementar un programa de certificación de la calidad que tiene como objetivo el proporcionar a los consumidores la verificación de que el producto ha sido producido de una manera determinada de acuerdo a lo estipulado en el pliego de condiciones.
Desde el punto de vista técnico existen tres tipos de certificación: la de primera, la de segunda y la de tercera parte, realizadas a su vez por el productor, el cliente y un organismo certificador independiente respectivamente. Todas las certificaciones quieren dar confianza y garantizarle al consumidor la veracidad de que el producto responde a la característica diferenciadora que él busca. Pero, desde la perspectiva del consumidor, le da más confianza aquella certificación expedida por un organismo certificador (OC) independiente acreditado (certificación de tercera parte). Porque garantiza la independencia y la imparcialidad en la evaluación de la conformidad de las características de un producto y/o de su método de producción respecto al pliego de condiciones. El pliego es un documento escrito que está constituido por un referencial técnico y un plan de control. A su vez, el referencial técnico, es el conjunto de las características o de las reglas de obtención propias de este producto. Dicho pliego de condiciones de un producto diferenciado es obligatorio para su certificación.
La motivación para adoptar un programa de certificación de un producto diferenciado, es capturar a aquella parte del mercado dispuesta a pagar por la calidad superior asociada a características determinadas por las preferencias organolépticas (color, olor, sabor, textura y terneza), la seguridad u otras características diferenciadoras. Los retornos de la
Certificación dependen del número de consumidores que demandan productos de mejor calidad y que están dispuestos a pagar más por esa diferencia de calidad. (Oyarzún y Tartanac, 2002).
Quien de manera voluntaria acepta el compromiso de producir un producto certificado se entiende que es un productor informado y capacitado, que ha tenido un cambio de aptitud y mentalidad hacia la cultura de la calidad y que maneja su unidad productiva con criterio empresarial, que le permiten ofrecer un producto con un valor agregado o diferenciado para incursionar en el mercado globalizado y así posicionarse en un nicho de mercado objetivo, que se apoya en instrumentos de gestión de la calidad para cumplir con las características del producto y/o proceso especificados en el pliego de condiciones y que finalmente se somete a verificación y control.
Al mismo tiempo es necesario que el empresario ganadero implemente un Sistema de Control Interno (SCI) en la ganadería. Este SCI es un instrumento de gestión de la calidad, es un compromiso voluntario de la responsabilidad del productor que tiene como objetivo primordial reducir los riesgos inherentes a la actividad de la empresa ganadera. Por ser un Sistema Integral permite comprender: sus componentes, sus interrelaciones, su dinámica y se puede autorregular y retroalimentar para poder anticipar eventos y tomar las medidas preventivas necesarias para disminuir los riesgos de pérdidas económicas y físicas, costos de producción y garantizar la inocuidad y características diferenciadoras del producto. Además, coadyuva en la planificación estratégica de la empresa, disminuye costos en la certificación y permite que el inspector pase de una labor de solo inspección a una actividad de auditor.
Experiencias de sellos de calidad de la carne en América Latina.
Uruguay
En el año 2001 el Instituto Nacional de Carnes-INAC elaboró el protocolo o pliego de condiciones para el sello de calidad "Carne Natural del Uruguay" de manera que mediante el cumplimiento de los requisitos establecidos en dicho protocolo, los productores puedan certificar dicho cumplimiento y de esa forma agregarle valor a los productos cárnicos uruguayos. El protocolo fue elaborado con la participación de técnicos del propio INAC, y de otras instituciones vinculadas al sector cárnico (Plan Agropecuario, INIA, Industria y otros informantes calificados). El pliego tiene en cuenta elementos del proceso productivo vinculados con aspectos de seguridad alimentaria, ambiente, bienestar animal y otros aspectos relacionados con la calidad del producto cárnico, que podrían ser especialmente valorados por clientes potenciales de la carne uruguaya.
Este instrumento permitió al Uruguay homologar los atributos de la carne uruguaya ante el programa de procesos verificados del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos -USDA y poder ingresar los productos cárnicos al mercado americano a partir de enero de 2005. La certificación del USDA y el sello de calidad "Carne natural del Uruguay" señalan en la etiqueta del producto y en las cajas, los siguientes atributos:
- Sin hormonas
- Sin antibióticos
- No uso de proteínas de origen animal
- Con animales alimentados a pasto
- Con trazabilidad
- Con adecuado manejo de los animales
El proceso de certificación es un régimen abierto (los productores eligen la certificadora y tomarán a su cargo los costos) e INAC otorgará el uso del sello. Actualmente, Uruguay se encuentra en el proceso de homologación de los atributos de su carne ante EUREPGAP en la Unión Europea.
México
La marca México Calidad Suprema, es propiedad del Gobierno Mexicano cuyos cotitulares son la SAGARPA, y la Secretaría de Economía (SE), y que ha sido concebida bajo un Sistema de Certificación que da credibilidad y transparencia a los procesos de cesión de la marca, es decir, es necesario pasar por un proceso de evaluación (mediante inspecciones de tercera parte) de los sistemas productivos que garanticen el cumplimiento de los requisitos (calidad, inocuidad y sanidad) establecidos en un Pliego de Condiciones, documento donde se establece de manera clara y confiable requisitos con base en Normas Oficiales Mexicanas (NOM), Normas Mexicanas (NMX) y Normas Internacionales. Esta certificación garantiza la trazabilidad y la inspección del sacrificio, el engorde, los alimentos empleados, las vacunas y medicamentos suministrados para el cuidado y desarrollo de los bovinos que son sacrificados y procesados.
Propuesta de un sello de calidad "carne natural tropical o tropical natural meat"
. La propuesta consiste en crear un sello de calidad específico para la carne, teniendo en cuenta que "ecológico, biológico y orgánica" no son lo mismo que "natural" en este caso particular. Adicionalmente, lograr en este momento un producto ganadero ecológico de acuerdo a la normatividad orgánica tanto de la Unión Europea como de los Estados Unidos para homologar nuestro producto sería muy costoso y algo difícil de conseguir. Considero prudente y más acorde a nuestro contexto producir un producto certificado como natural en nuestros sistemas ganaderos. Ver el siguiente cuadro comparativo.
Fuente: www.maverickranch.com
El producto que ostente el sello de calidad que se propone "Carne natural tropical" en su empaque, garantizará al consumidor de la carne natural bovina los siguientes atributos de valor:
- La trazabilidad, que verifica la procedencia e identificación de todos los animales y productos en toda la cadena de la carne bovina. La identificación individual de los animales estará dada por el Sistema Nacional de Identificación e Información del Ganado Bovino.
- Los animales en ningún momento de sus vidas han sido mantenidos bajo sistemas de producción intensivos o confinados. Son criados, levantados y cebados en praderas a cielo abierto durante todo el año.
- La dieta de los animales es exclusivamente pastos y leguminosas. El uso de forrajes conservados es permitido. Las variedades empleadas no deben ser Organismos genéticamente modificados-OGM.
- No se permite el empleo de proteínas de origen animal en la alimentación. Los animales nunca han sido alimentados con proteínas de origen animal excepto la leche materna.
- No se utilizan antibióticos en la alimentación. No se emplean antibióticos en la dieta de los animales en forma subterapéutica, ni se administran como suplemento en la alimentación o en el agua de bebida como promotores de crecimiento.
- No se administran hormonas, anabólicos, ni ningún otro equivalente como promotor de crecimiento.
- Uso de medicinas veterinarias para la prevención, control y tratamiento de enfermedades animales, solo bajo prescripción y supervisión del médico veterinario autorizado por la entidad competente.
- Bienestar animal. Los animales provienen de empresas ganaderas donde se gestionan Buenas Prácticas Ganaderas. El transporte es adecuado para los animales y sus productos.
- Las empresas ganaderas se encuentran en el trópico.
- No se permiten animales que provengan de fincas que se localicen zonas deforestadas. Existe apoyo a la preservación de las selvas tropicales húmedas
Consideraciones Finales
El diseñar e implementar sellos de calidad en Latinoamérica implica tener en cuenta nuestro contexto, cultura, idiosincrasia, preferencias, nichos de mercado, e innovación del producto sin perder su saber hacer, entre otras.
Existe un contexto favorable para desarrollar y apoyar la ganadería natural en nuestro Continente; Por lo cual, es necesario revisar la normatividad vigente al respecto. Adicionalmente, como señala De Haan (1999), "es necesario establecer sistemas de certificación nacional que respondan a las exigencias de los países importadores y cuyos costos no sean demasiado altos".
Se requiere un cambio de aptitud y de mentalidad en los ganaderos para implementar esa cultura de la calidad que impone las nuevas reglas del mercado. Para satisfacer la nueva demanda es necesario que los productores se asocien, estandaricen la producción con calidad y tengan una oferta disponible mínima. Adicionalmente, que los gremios, hipermercados y el Estado apoyen este tipo de productos diferenciados. Paralelamente, es indispensable realizar campañas publicitarias, de educación e información.
El papel que juegan los hipermercados para jalonar la promoción y el consumo de productos naturales es fundamental. Además, pueden colocar la producción nacional en sus tiendas del exterior. Por Experiencia propia al trabajar en Carrefour, ahí se promueve un sello de calidad denominado "Calidad natural" (mediante certificación de segunda parte), como una estrategia de mercado de la carne bovina y de acuerdo a un pliego de condiciones de la tienda.
Teniendo en cuenta lo enunciado y observando las circunstancias actuales en el contexto ganadero, se hace inminente: implementar como una herramienta de comercialización el sello de calidad para nuestra carne natural bovina; elaborar un protocolo de Buenas Prácticas Ganaderas y finalmente, homologar los atributos diferenciadores de nuestro producto ante: El programa de verificación de procesos del USDA; el IFA - EUREPGAP y; el JAS de Japón.
ANEXOS
Estos cuadros muestran claramente los atributos esenciales y las diferencias entre los sistemas de producción con respecto al programa Prototipo Carne Natural
Anexo.1
Anexo 2. Sistemas de Producción Bovina de Carne