INTRODUCCIÓN
Los hemotrópicos son agentes microscópicos que viven y se reproducen en el sistema circulatorio, por fuera o dentro de glóbulos rojos o blancos. Estos microorganismos se encuentran ampliamente distribuidos en todo el mundo y sus principales vectores son las moscas (Haematobia irritans, Stomoxys calcitrans, Tabanus spp.), garrapatas (Rhiphicephalus (Boophilus) microplus, Amblyomma cajennense) y otros artrópodos hematófagos que también son cosmopolitas. Cobran importancia por los efectos perjudiciales que producen en la salud de los bovinos (Bos taurus y Bos indicus), generando cuadro anémico que se caracteriza por decaimiento y Plaquetopenia [12]. Se destacan dos componentes que generan impacto económico negativo en las afecciones por hemotrópicos e incluyen las pérdidas directas que contemplan morbilidad, mortalidad y reducción en la producción de carne y leche; y las pérdidas indirectas representadas por la aplicación de tratamientos y el establecimiento de medidas de control, además de las restricciones para la comercialización de productos [5]. En general, los hemotrópicos son uno de los principales factores limitantes en el desarrollo de la ganadería en América Latina por las altas pérdidas que generan al sector pecuario [18, 33].
La Babesia bovis produce fiebre alta, hemólisis intravascular masiva en casos graves, hemoglobinuria, ictericia, inapetencia, lagrimeo y apatía. Los animales afectados por Anaplasma marginale: muestran debilidad, disminución de los movimientos ruminales, mucosas pálidas y fiebre que alcanza 40,5°C, pudiendo permanecer elevada o fluctuar durante varios días (d) o semanas. En Trypanosoma spp, los episodios clínicos se caracterizan por una severa caída en la producción de leche, pérdida de la condición corporal, abortos y mortalidad en el ganado adulto; esto contrasta con el síndrome de Nagana o Renguera descrito en algunos textos como una enfermedad crónica, consuntiva, acompañada de fiebres intermitentes, anemia y edemas [4].
La humedad, temperatura y luminosidad son características climáticas de regiones tropicales, que brinda nichos ecológicos propicios para el desarrollo de garrapatas (Rhiphicephalus (Boophilus) microplus, A. cajennense), de moscas picadoras (S. calcitrans) y de tábanos (Tabanus nebulosus), que son vectores de hematozoarios [5, 31].
Las alteraciones en los regímenes de lluvia y los patrones de temperatura debido al calentamiento global han permitido cambios en la frecuencia y distribución de los vectores de hemotrópicos en la mayoría de regiones del trópico y subtropical, resultando en un incremento en la transmisión de enfermedades, ya que puede tener efectos significativos sobre diferentes hábitats de garrapatas transmisoras de hemotrópicos entre otros agentes infecciosos, tanto en animales como en humanos [10]. Los factores climáticos que podrían ejercer un efecto importante sobre la prevalencia estacional son humedad, lluvia y temperatura, siendo este último el más importante, debido a su influencia sobre la actividad de la garrapata, pero es limitado una vez superado el umbral mínimo de temperatura (7-10°C); mientras que el efecto de la humedad y la lluvia es mínimo [39].
La detección de los hemotrópicos a nivel de laboratorio se realiza con métodos directos e indirectos. El método directo más común es el frotis sanguíneo, el cual permite la identificación directa de los parásitos en la sangre periférica de animales infectados [35]. Por otro lado, las técnicas de tinción presentan la ventaja de ser de bajo costo y la rapidez de realización de los procedimientos, pero que deben ser apoyadas en la anamnesis, datos clínicos, examen semiológico y epidemiologia de la enfermedad [49].
La mayoría de los estudios hemotrópicos se han enfocado solo en la determinación de la prevalencia, pero son escasas las investigaciones sobre la interacción entre los factores genéticos y ambientales sobre ellos. Como en la mayoría de regiones tropicales, en el departamento de Arauca, Colombia, son comunes las enfermedades causadas por la presencia de ecto y endoparásitos en los bovinos domésticos. Igualmente, los problemas parasitarios en la ganadería araucana merecen especial estudio, y aún más cuando no hay estadísticas verificables sobre indicadores sanitarios, lo que hace fundamental conocer los problemas parasitarios locales; otra consideración importante es la introducción constante de razas exóticas (Holstein, Pardo Suizo, Simental, Jersey, entre otras) las cuales son más susceptibles a padecer enfermedades anemizantes en comparación que los recursos genéticos adaptados. Por tanto, conocer el comportamiento epidemiológico es muy importante para poder realizar un oportuno diagnóstico y control [18].
El objetivo del presente estudio fue determinar la prevalencia de los hemotrópicos A. marginale, Babesia spp. y Trypanosoma spp. y las interacciones ambientales y genéticas en vacas en ordeño del sistema de producción doble propósito (DP) en el municipio de Arauca.
MATERIALES Y MÉTODOS
Lugar de estudio
El estudio se realizó en el municipio de Arauca, localizado al oriente del Departamento del mismo nombre, en la región de sabana inundable, con una topografía plana típica de la llanura; cuenta con una extensión aproximada de 587.000 hectáreas dividida en cinco corregimientos y 56 veredas. La población ganadera es de 305.000 animales distribuidos en 1300 predios [38]. El régimen de lluvias es básicamente monomodal, con una época seca o verano que corresponde a los meses de noviembre a abril, y una época lluviosa o invierno que corresponde a los meses de mayo a octubre. En general, la precipitación anual es menos de 1500 mm. El Municipio se encuentra a una altitud de 128 msnm, con temperatura ambiental de 35ºC en marzo hasta 19ºC en enero, con humedad relativa que va desde el 65% en marzo hasta el 85% en los meses de junio y julio [2, 21]. La región, según la clasificación de Holdridge, corresponde a la zona de bosque subhúmedo tropical [20].
Manejo de los animales
Las fincas pertenecen a pequeños productores con escaso nivel tecnológico, cuya principal actividad es el ordeño manual con presencia del ternero, que producen leche para la elaboración de quesos artesanales y para la venta directamente en la finca. El tipo de explotación es extensivo, sistema tradicional de la sabana inundable, pocas fincas manejan rotación de potreros y en época de verano algunas fincas cuentan con disponibilidad de agua en los potreros, mientras que en otras los animales tienen que recorrer distancias consideradas para el acceso a ésta. Se suministra básicamente sal blanca (Cloruro de sodio) y esporádicamente se les proporciona sal mineralizada. El Plan de desparasitación no es frecuente y en ocasiones se fundamenta en la administración de lactonas-macrocíclicas, albendazoles y baños ectoparasiticidas a base de cipermetrinas. Reportan que la presencia de garrapatas, moscas y tábanos es común en la mayoría de fincas.
Los animales pastorean en potreros cubiertos en su mayoría por gramíneas y leguminosas nativas como la Paja de Agua (Hymenachme amplexicaulis), Guaratara (Axonopus purpussi), Rabo de vaca (Andropogon bicornis), Carretera (Parateria prostrata) y Lambedora (Leersia hexandra), entre otras. Algunas gramíneas y leguminosas introducidas como Brachiarias (Brachiaria spp.), Estrella (Cynodon nlemfuensis), pasto alemán (Echynochloa polystachya), Brachipará (Brachiaria plantaginea), pasto Elefante (Pennisetum purpureum), King grass (Pennisetum hybridum), Kudzu tropical (Puearia phaseoloides), Matarratón (Gliricidia sepium), Pasto mulato (Brachiaria hibrido).
En todas las fincas, la población bovina estuvo constituida por animales con proporciones Bos indicus-Bos taurus indefinidas, puesto que no se contó con registros genealógicos confiables, por tanto, la clasificación de los grupos raciales se realizó teniendo en cuenta su apariencia externa según lo recomendado por algunos autores [23, 36] y por la información entregada por los ganaderos.
Animales muestreados
La población muestreada fue de 333 bovinos hembras, de diferentes edades, localizadas en 18 fincas ganaderas DP y se tomó como criterio de inclusión solo las hembras que estaban en ordeño en cada finca. Los grupos raciales fueron: Cebú (n=157), Criolla (n=14), Criolla x Cebú (n=32), Mestiza (n=64), Pardo x Cebú (n=22), Puro Tauro (n=23), Simental x Cebú (n=16) y Holstein x Cebú (n=5).
Para la toma de las muestras se concertó una entrevista con el propietario del predio para tomar información que permitió caracterizar los animales muestreados y asegurarse que los bovinos seleccionados no tuvieran tratamientos recientes contra algún hemotrópico. El muestreo de las fincas se realizó por conveniencia [16, 29].
La sangre de cada animal se extrajo mediante la punción de la vena coccígea media, desinfectando adecuadamente el sitio, se utilizó agujas 21 Gx1 ½ pulgadas y tubos Vacutainer® con anticoagulante (EDTA) de 4 mL; las muestras fueron almacenadas en un recipiente de icopor y mantenidas a temperatura 2-5°C[30], para ser transportadas al laboratorio de Básicas Biomédicas de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Cooperativa de Colombia, sede Arauca; para el diagnóstico de hemotrópicos la técnica empleada fue frotis de sangre completa con coloración Wright y Hemacolor® [26]. Al momento del muestreo se registraron los datos relacionados con el tipo racial y la edad de los animales. Los datos fueron recolectados en el periodo de octubre 2015 a octubre 2016 con el propósito de circunscribir el muestreo en época seca y lluviosa.
Análisis estadístico
Se utilizó un análisis descriptivo mediante tablas de contingencia para determinar la cantidad porcentual de animales positivos a hemotrópicos por finca y por grupo racial. Para evaluar la relación existente entre la presencia de Babesia spp. Trypanosoma spp. y A. marginale con las variables finca, grupo racial, época del año, edad y número de partos, se realizó la prueba de independencia de Ji-cuadrado con un nivel de significancia del 5%, algunas variables se categorizaron de la siguiente manera: número de partos (1-2, 3-4, >5), edad (3-4, 5-6, 7-8, >8). Los datos se procesaron en Infostat [22].
Aspectos éticos
Todos los aspectos éticos del presente artículo se encuentran orientados por la resolución 8430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia que establece las normas científicas, técnicas y administrativas para la investigación en salud [32].
RESULTADOS Y DISCUSIÓN De las 18 fincas muestreadas, el 72,22% fueron positivas para A. marginale; 66,66%para Trypanosoma spp. y el 16,66% para Babesia spp., respectivamente (TABLA I), lo que indica que la Babesia spp. es el hemotrópico de menor prevalencia en este tipo de explotaciones en sabana inundable. La información es muy similar a lo reportado en dos fincas del piedemonte amazónico [28], pero difiere a lo obtenido en 12 fincas, donde todas fueron positivas a A. marginale; 58% para B. bigemina y 25% para Trypanosoma vivax [8]. La literatura indica que la presencia de A. marginale es común en los hatos donde existe un inadecuado control de vectores [27], situación que puede estar presentándose en el presente estudio.
En este trabajo, la prevalencia general de hemotrópicos fue variada para todas las fincas, observándose valores desde un 14,29% hasta el 100% de prevalencia, destacándose 8 fincas positivas para los tres hemotrópicos, muestreadas en época de lluvias siendo los grupos raciales predominantes Cebú y Mestizo, la prevalencia general fue de 71,43 y 59,38%, respectivamente; mientras que las fincas 6 y 7 se muestrearon en época seca, siendo positivas únicamente para Trypanosoma spp. y grupo predominante Cebú, con prevalencia del 100 y 14, 29%. Esta variación puede ser debido: a) no todos los predios fueron positivas a los tres hemotrópicos, b) el número de animales muestreados, c) la época del muestreo, d) grupo racial predominante, e) constante permanencia de vectores como moscas, tábanos y garrapatas f) inapropiado plan sanitario de control de hemotrópicos.
De las 333 muestras analizadas, 145 fueron positivas al menos para uno de los agentes etiológicos indagados, correspondiendo a una prevalencia general del 43,54%. No se identificaron infecciones mixtas, siendo el hemotrópico más prevalente el A. marginale, con 24,92% (83/333), seguido del Trypanosoma spp. con 14,41% (48/333) y Babesia spp. con 4,2% (14/333) (TABLA I). Los valores de prevalencia son inferiores a los reportados en Venezuela [15], donde se determinó, en frotis de capa blanca coloreados con Giemsa al 10%, una prevalencia para T. vivax de 37,7%, A. marginale 66,6%, B. bigemina 22,2% y B. bovis 13,3%, respectivamente, diferencias explicadas por la mayor sensibilidad del frotis de capa blanca por el efecto de la concentración de parásitos en la muestra. En Veracruz, México, la frecuencia general obtenida para Babesia spp. fue de 26,8% [24] y en Ecuador, la prevalencia general fue del 69,10% con 43,6; 20 y 5,5% para B. bigemina, A. marginale e infecciones mixtas, respectivamente [48]. Estudios realizados en Uruguay reportaron valores de seroprevalencia para Babesia entre 67 a 100% y entre 22 a 80% para Anaplasma [11], argumentándose que las explotaciones con seroprevalencias “mayores al 75% se consideran como en estabilidad enzoótica para babesiosis, mientras que valores inferiores se consideraron como en inestabilidad de la misma”, concepto también refutado en otra investigación [33]. Para el presente estudio, las fincas se podrían considerar en inestabilidad enzoótica ya que los valores de Babesia spp. no superaron el 4,20%, aún cuando el uso de técnicas serológicas, y directas como en este estudio, pueden tener interpretaciones diferentes, así como entre especies de hemotrópicos y edad de los animales infectados.
La Orinoquia es una región geográfica, que forma parte de dos países, Venezuela y Colombia donde, se encontró una prevalencia por Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR) de 7,14% para Trypanosoma spp. [9], en tanto que en la Amazonia evidenciaron solo A. marginale con valores de prevalencia de 11,2% y no hallaron Babesia, ni Trypanosoma spp. [34], valores menores a los hallados en el presente estudio. En la región del bajo Cauca y Alto San Jorge [19] determinaron una prevalencia del 23,5%, siendo el A. marginale el hemotrópico con mayor presencia, con 61,8%, seguido de Trypanosoma spp. 33,3% y Babesia spp. del 4,9%, éste último similar al valor reportado en el presente estudio. En fincas bovinas del sistema DP en Venezuela encontraron valores de prevalencia del 90% de A. marginale en frotis coloreados de capa blanca y de seroprevalencia a T. vivax de 25 y 50% [43]; a diferencia de otros estudios, casi simultáneamente para el mismo país, donde observaron valores de 77,7% de prevalencia parasitológica en frotis de capa blanca coloreados con Giemsa al 10% [37]; y 18,43% de positividad solo para T. vivax [1], en frotis de capa blanca coloreados con Giemsa al 10%.
En una región del Noreste de Brasil se determinó que, el agente con mayor prevalencia fue A. marginale, con el 89,1%, seguido de B. bovis, con el 68,8% y B. bigemina, con el 52,5% por medio de la técnica de PCR [40]. Entre tanto, en la región del caribe colombiano encontraron una frecuencia del 49,35% para hemotrópicos, donde el 27,74% fue para A. marginale, el 19,35% para B. bigemina y el 2,25% para T. vivax [8]. En el piedemonte amazónico colombiano, reportaron una prevalencia del 7% para A. marginale, en frotis sanguíneos coloreados con Giemsa al 10%, valor inferior al reportado para los otros estudios, no obstante que la investigación fue realizada en terneros [28]. En Tolima, Colombia se reportaron valores de 11,57 y 3,94% para A. marginale y B. bigemina, respectivamente [46], determinados en frotis sanguíneos coloreados con Giemsa al 10%, considerándose una prevalencia baja con respecto a los valores hallados para Arauca.
En la investigación realizada y teniendo en cuenta lo reportado en la literatura, el A. marginale puede considerarse el hemotrópico más endémico de las regiones tropicales; sin embargo, se señala que el T. vivax es uno de los principales problemas sanitarios en ganadería DP en Venezuela con valores de prevalencia oscilantes entre 25 y 50% [15], superior a lo referenciado en el presente estudio. Por otra parte, la Babesia spp. presentó baja prevalencia, similar a la información concluyente para Venezuela [35] quienes reportan valores de 0,41 y 2,85%.
Las diferencias entre los valores encontrados en el presente estudio y los reportados en la literatura referenciada, pueden deberse también a las diferencias en sensibilidad y especificidad de las técnicas empleadas, así como por el tipo y la edad de los animales muestreados, entre otros factores climatológicos y de producción.
La prevalencia de hemotrópicos por grupo racial se presenta en la TABLA I. La prevalencia general hallada fue predominante para el grupo Holstein x Cebú, seguido del Puro Tauro, Mestizo y Cebú con valores de 80; 56,52;51,56 y 44,59%, respectivamente, y para el caso del denominado Criollo se presentó el menor valor, 14,29%. En cruces de Holstein y Pardo Suizo por Cebú se evidenció una prevalencia de hemotrópicos de 69,10% [48], valor que presenta cierta similitud al hallado en el presente estudio.
La Babesia spp. se presentó en mayor proporción en el grupo Simental x Cebú (12,5%), valor apreciablemente inferior, en tanto el estudio realizado en México [24] indicó que, en los animales cruzados, la prevalencia de Babesia spp. fue de 19,42%. La prevalencia de Trypanosoma spp. fue similar en los grupos Cebú y Mestizo, en cambio los valores más altos para A. marginale se observaron en Holstein x Cebú y en el Puro Tauro (80,00 y 47,83%). Investigaciones realizas en Bolivia en bovinos mestizos Cebú citan que, el 6,9% de la población estudiada resultó positivo a A. marginale, y el 13,3% fue positivo a Babesia spp. [25], resultados inferiores a los reportados en el presente estudio.
Los investigadores en Bolivia manifiestan que los factores que condicionan la propagación de vectores transmisores de estas enfermedades son: el inadecuado uso del material médico, malezas, clima, compra y venta de bovinos, limpieza de corrales e infraestructura. En la investigación en el Bajo Cauca, los animales mestizos presentaron una mayor proporción de A. marginale y Babesia spp. en (23,8 y 2,5%), en tanto que la infección por Trypanosoma spp. fue evidente en los animales de raza pura (9,0%) [19], porcentajes inferiores a los valores reportados en el presente estudio para los mismos grupos raciales.
La prevalencia para el grupo Cebú (44,59%) fue superior a lo reportado en Córdoba para la raza Gyr cuya frecuencia fue 24,43% de positivos a hemotrópicos [6]. Entre tanto, en otra investigación reportaron valores menores para grupo denominado Mestizos (23,55%) y en bovinos Cebú (16,77%) [8]. En estudio llevado a cabo en bovinos Criollo Casanare y Cebú [47] se reportó 100% de prevalencia para A. marginale, mientras que la Babesia spp. fue más frecuente en los cebuinos (30,77%) y el Trypanosoma spp. en los Criollos (6,25%), siendo estos valores superiores a los reportados en el presente estudio, indistintamente que las dos investigaciones se realizaron en la misma zona agroecológica.
En otro estudio de campo, en Venezuela [44], refieren que la prevalencia promedio general de T. vivax fue de 0,87% por la técnica de Woo y 2,68% por frotis coloreado con Giemsa al 10%, en bovinos de tipología racial predominante mestizos Brahman y 5/8 Bos indicus x 3/8 Bos taurus, sin diferencias significativas entre los grupos experimentales, conformados por tres grupos etarios (P<0,01).
Interacción finca y presencia de hemotrópicos
Los resultados indicaron una asociación significativa (P=0.0001) de las fincas con los tres hemotrópicos (TABLA I). Los mayores valores para Babesia spp. se presentaron en los predios 9 (20%) y 8 (15.63%), teniendo ambos en común no presentar plan de desparasitación ni control de vectores. El primero se ubica en región de sabana inundable, los animales pastan en grandes extensiones y se observó presencia de moscas y tábanos en el ganado; mientras que el segundo se localiza en zona rivereña y el productor mejora la alimentación del ganado a través de la rotación y mejoramiento de potreros.
La prevalencia de Trypanosoma spp. fue dependiente de la finca (P<0,0001), la finca 6 presentó el mayor valor (100%) y fue el único agente etiológico hallado, seguido del predio 17 con un 40%, teniéndose en común para ambos según lo informado, la realización ocasional de controles parasitarios basados en tratamientos con lactonas macrocíclicas como ivermectinas.
Los mayores valores de prevalencia para el A. marginale (P<0,0001) se presentaron en las fincas 13 (66,67%), 15 (62,5%) y 10 (50%), lográndose confirmar que ninguna tiene control de hemotrópicos y esporádicamente suministran tratamientos parasitarios con ivermectinas y albendazoles. Es de destacar que en el predio 10 se apreció elevada infestación de garrapatas y animales Bos taurus no adaptados, condiciones a quienes se les podrían atribuir el favorecimiento para la presencia del hemotrópico.
Un aspecto en común observado en la investigación fue la presencia de al menos un agente hemotrópico en todos los predios, variando su frecuencia entre unos y otros, diferencias que pueden ser atribuidas básicamente a la ausencia de control de vectores como las moscas y las garrapatas, como se evidenció en las visitas realizadas a cada una de ellas.
Interacción grupo racial y presencia de hemotrópicos
La prevalencia de Babesia spp. y Trypanosoma spp. fue independiente del grupo racial (P>0,05) por lo que no se puede determinar cuál raza es más susceptible entre sí a la parasitosis (TABLA II); sin embargo, el mayor valor de positivos fue para los grupos Simental x Cebú (12,5%) y Mestiza (17,9%) en tanto que el menor lo fue para Cebú (2,55%) y Criollo (7,14%), respectivamente. Para A. marginale se halló dependencia de la raza (P=0,0046), siendo de mayor susceptibilidad Holstein x Cebú (80%), y Puro Tauro (47,83%); las diferencias son atribuibles a la influencia genética del Bos taurus, animales poco adaptados a las condiciones ambientales de la Orinoquia araucana.
Respecto al Trypanosoma spp. la condición de tripanotolerancia evidenciada por primera vez en el continente americano [1] es de considerar, ya que en otra investigación [14] refieren que se determinó diferencia significativa (P<0,01) en la proporción de bovinos tripano-tolerantes en comparación con tripano-susceptibles dentro de una misma especie, a excepción de los bovinos con predominio de Bos indicus. Los bovinos Bos taurus o mestizos con predominio Bos taurus muestran una condición de tripano-tolerancia, coincidiendo con lo reportado por estudios africanos utilizando otras razas pertenecientes a la especie Bos taurus [17,41]. Este comportamiento hace suponer que hay una condición genética común entre las diversas razas Bos taurus involucradas.
Dentro de la ganadería DP evaluada en Venezuela se identificó que, entre los bovinos tripano-tolerantes se presentaban bovinos de la raza Criollo Limonero puros y mestizos, lo que refuerza las cualidades que presentan estas razas bovinas: adaptación al trópico, fertilidad, longevidad, docilidad, resistencia o tolerancia a algunas enfermedades [1]; elementos claves para nuevos usos o potenciar su utilización en programas de cruzamiento [7, 13, 45].
Interacción época y presencia de hemotrópicos
La prevalencia de animales infectados con Babesia spp. y A. marginale presentó dependencia relacionada con la época del año (P<0,05), siendo menor para los dos hemotrópicos la época seca con valores de 0 a 6,25%, respectivamente (TABLA III), lo que indica que en la época lluviosa se presentan mayores casos de animales positivos para estos dos agentes etiológicos. Los resultados hallados en la presente investigación divergen de los obtenidos en otros estudios [3,8] quienes reportan mayor prevalencia para los dos hemotrópicos en la época seca.
Es de anotar que no se evidenció interacción (P=0,7775) entre la prevalencia de Trypanosoma spp. y la condición de la época, indicando que éste hemotrópico es permanente en este tipo de explotaciones ganaderas; sin embargo, contrario a los otros dos géneros identificados, la menor prevalencia de positividad se observó en el periodo de lluvias (14,03%), confirmando que el tábano, como vector, es más habitual para el periodo de lluvias; difiriendo estos resultados a otros reportes [3] donde la presencia en época seca fue menor para esta entidad parasitaria.
Es de aclarar que en la época de menor precipitación hay menos disponibilidad de comida para los animales, aumenta la presencia de garrapatas y moscas, conduciendo a situaciones de estrés en los bovinos y consecuentemente la posibilidad de un incremento en la prevalencia parasitaria para éstos. La región de sabana inundable presenta dos problemáticas definidas con respecto a la disponibilidad de alimento: en época de lluvias escasea el alimento por las grandes inundaciones y en época de verano por las sequías prolongadas. En la literatura consultada se destaca que las mayores prevalencias de hemotrópicos han sido en la época seca, condición que no fue coincidente con la del presente estudio donde la mayor prevalencia de las entidades parasitarias fue para la época de lluvias. Lo anterior podría argumentarse que, en la época de mayor pluviosidad en la sabana araucana, se incrementa la población de insectos antes que la de garrapatas, como transmisores potenciales de afecciones hemotrópicas en esta zona geográfica del Arauca colombiano.
Interacción número de parto y presencia de hemotrópicos
El número de partos fue independiente (P>0,05) para las prevalencias de Babesia spp. y de Trypanosoma spp., sin embargo, se observó una mayor infección por Babesia spp. en hembras de 3 y 4 partos, para el Trypanosoma spp., en animales de 1 y 2 partos, y para el A. marginales la mayor prevalencia fue en animales de más de cinco partos (P=0,0410) (TABLA IV); lo que podría estar relacionado con la edad de los animales, a medida que ésta se incremente se hacen más susceptibles al hemotrópico.
Interacción edad y presencia de hemotrópicos
No se encontró dependencia (P>0,05) de los tres agentes etiológicos con respecto a la edad de los animales (TABLA V). Sin embargo, los bovinos con edad entre 7 y 8 años fueron más susceptibles a la presencia de hemotrópicos, específicamente para Trypanosoma spp. (22,34%). Entre tanto, en los animales de edades intermedias se observó menor frecuencia de hemotrópicos con igual prevalencia para Trypanosoma spp. y A. marginale (13,95). En México se halló mayor frecuencia de Babesia spp. en animales con edad de 6 años con 31,76% [24], y se sugiere que el riesgo de contraer tripanosomosis se incrementa con la edad, lo cual está condicionado también a factores ambientales y de manejo que permiten situaciones particulares de acuerdo a la edad de los bovinos [42]. Por otro lado, se sostiene que, en la mayoría de las enfermedades transmitidas por garrapatas, los animales jóvenes son más resistentes en comparación con los de mayor edad; o bien, pueden ser susceptibles a la infección, pero la presentación de la enfermedad es de menor gravedad [33].
CONCLUSIONES
Del estudio se deduce que en el sistema DP en la región de sabana inundable araucana, la mayor prevalencia de hemotrópicos está asociado a A. marginale y Trypanosoma spp. mientras que la Babesia spp. no es muy frecuente en este tipo de explotaciones
La prevalencia de Babesia spp. y de Trypanosoma spp. no presentó asociación con ningún grupo racial, por lo que no se pudo determinar susceptibilidad para esta variable.
A. marginale presentó interacción con el grupo racial, siendo más susceptibles los animales con predominio taurus y más resistentes los animales criollos.
Las interacciones dadas en la prevalencia de los hemotrópicos son debido posiblemente al manejo en general, programa sanitario y a la localización agroecológica de los predios ganaderos.
En la época lluviosa se presentó la mayor prevalencia de hemotrópicos A. marginale, Trypanosoma spp. y Babesia spp. en tanto que, de forma individual, el Trypanosoma spp. mantuvo similar prevalencia en ambas épocas.
AGRADECIMIENTO
Al Comité Nacional de Investigaciones-CONADI de la Universidad Cooperativa de Colombia por el financiamiento de esta investigación; a los productores por facilitar los animales; y a los estudiantes auxiliares de investigación de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia por su dedicación al trabajo de campo.
Publicado originalmente en Revista Científica, FCV-LUZ / Vol. XXVIII, N° 1, 52 – 62, 2018