Síntesis para el anticipo
Sin necesidad de explicar lo que sucedió en el período kirchnerista, veamos qué está pasando hoy en el negocio de la carne, en la Argentina y en el mundo.
Los números de faena indican que se está retrayendo, lo que es un indicador de intención de retención, desde hace más de 2 años en el caso de las hembras y desde hace mucho menos tiempo para los machos.
El precio del novillo ha registrado una mejora sustancial desde los menores valores de 2015, lo que también va en línea con lo sostenido en el punto anterior. El precio está más cerca del pico de 2010 que del pozo de 2008.
Por el lado del mercado internacional, se llevan 20 años de fuerte crecimiento:
El precio de la carne ha mostrado un comportamiento mucho más favorable en los últimos años que el de la mayoría de las commodities:
Tras la caída de volumen y de nivel de precios en 2015, ya se empiezan a ver rebotes en ambas variables.
Todo esto permite mantener pronósticos favorables sobre el curso futuro del mercado mundial.
Las medidas iniciales de este Gobierno (unificación y liberación cambiaria, eliminación de derechos de exportación y de trabas administrativas para exportar) sumadas a la situación externa permiten prever una época favorable para la actividad ganadera.
¿Qué ha pasado con el stock, si se discrimina cada categoría?
La prioridad deberá ser recomponer las categorías de novillitos y de novillos si se quiere mejorar la producción de carne y servir mejor a los mercados interno y a los del exterior.
La política llevada hasta el año pasado incentivó la producción de animales jóvenes y livianos para faena, para disminuir los riesgos de un ciclo más largo y por la pérdida de importancia de las exportaciones.
Esto ha hecho perder, en buena medida, la etapa de la recría a pasto, que es la más productiva y más rentable en cualquier ganadería.
Las ventas al exterior se están empezando a desarrollar, lentamente, pero por otro lado están trabadas por la falta de materia prima y por el fortalecimiento del peso (esto último es lo más preocupante).
El novillo del futuro
El mercado que los productores argentinos tendrán en los próximos años va a tener lugar para diferentes tipos de producción: terminados a pasto, terminados a grano, suplementados, pesados y muy pesados, castrados y enteros.
La elección de cada productor se basará en las condiciones de su zona, en sus conocimientos e instalaciones y en su visión acerca del negocio general.
Cuando el novillo pesado logre para una parte de sus cortes los precios internacionales plenos, tendrá valores más competitivos en el mercado interno.
Por lo tanto, la producción de animales jóvenes y livianos deberá reducirse para poder abastecer a un segmento de alto poder adquisitivo y, por lo tanto, reducido, que esté dispuesto a pagar un precio remunerativo para esas categorías, como sucede en cualquier país con ganadería.
Para pensar en una producción más dinámica de carnes vacunas el Estado tiene que buscar:
- el mayor acceso a los mercados externos (sanitario y comercial). Roles del Mercosur, de SENASA y de Cancillería
- el combate exitoso a la evasión impositiva, sanitaria y laboral
- modificar ciertos impuestos que conspiran contra la producción
- generación de fuentes de financiamiento para la inversión necesaria
- la forma de asegurar la extensión para aumentar la productividad que es un problema de muy larga data en la ganadería argentina
Pero, también, hay objetivos que los productores tienen que lograr y nadie los podrá reemplazar:
- aumento de los índices de productividad (tasas de preñez y marcación, producción de kilos vivos por ha/año entre los principales)
- para lo que habrá que concentrarse en las bases: manejo, alimentación, sanidad y genética
No será posible desarrollar una ganadería rentable para los ganaderos que tengan índices productivos individuales que se ubiquen por debajo del promedio nacional o regional.
El techo que existe está muy alto en relación a lo que se observa en la Argentina, y en el resto del Mercosur, por lo que el debate acerca de la necesidad de recuperar el stock perdido entre 2007 y 2009 es estéril.
Lo que necesita la economía sectorial, y que resulta consistente con los intereses económicos generales del país, es aumentar la producción. Esto pasará mucho menos por el mayor número que por la mayor eficiencia.
También habrá que estar preparado para ir incorporando los cambios tendientes a reducir el impacto de la ganadería en el ambiente.