Independientemente que la producción de leche es la piedra angular en una empresa lechera, no es nada despreciable el evaluar la posibilidad de vender animales para carne en pie, de manera más rentable. Y, además, vale la pena pesar en aquel dicho que dice ¡No hay que poner todos los huevos en una canasta!
Permítanme explicarme. Como es sabido, las lecherías cuentan con varias fuentes de ingresos ---aparte de leche--- por la venta de carne: 1. vacas y vaquillas de desecho, y 2. los becerros neonatos, y 3. los animales semi-engordados o engordados totalmente en la lechería.
Año tras año toda lechería lleva al cabo un desecho de vacas del orden de un 25 al 45 %, aproximadamente, y un descarte entre 5 a 10% de becerras y vaquillas con un perfil improductivo. Por otra parte, de los partos anuales de la vacada, cerca de la mitad producen machos. Como es evidente, existe en todo lo anterior “un buen nicho de oportunidad” en el que---para mí parecer--- se deja de ganar. Es decir: convendría analizar las oportunidades englobadas en estas actividades, para encaminar mejores prácticas y lograr consecuentes ganancias en sus ventas.
Venta de las vacas de desecho. En los Estado Unidos de norte américa más del 18 % del ganado sacrificado en rastros son vacas, y de éstas, aproximadamente el 56 % son desechos de las lecherías (Hoard´s Dairyman, abril 10, 2020).
Las vacas que llegan a las empacadoras, principalmente en razón de la edad, no son elegibles para el grado de calidad de canal Prime, Choice o Select, establecido por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA).Por tanto, las vacas se comercializan en categorías basadas en la cantidad de carne magra que se espera que produzcan. Sin embargo, antes de determinar la categoría de una vaca, el comprador realiza una evaluación de salud de ésta; concluye si el animal puede caminar y ser transportado a la empacadora.
Después de eso, el comprador estima el porcentaje de canal, que para las vacas lecheras se sabe que varía del 35 al 55%. Así pues, los precios dentro de las categorías, pueden variar en función de una estimación del porcentaje de canal: Bajo, Promedio o Alto.
Las categorías de vacas vivas reportadas por el Servicio de Comercialización Agrícola del USDA son, de mayor a menor: Premium White, Breaker, Boner y Cutter.
Comercialización de vacas lecheras de desecho en La Laguna
Por comunicación personal con algunos dueños y/o administradores de establo y profesionales del ramo lechero, puedo concluir de su información, que la forma de categorizar a una vaca de desecho al momento de la venta, observa una valoración meramente visual y, de común acuerdo vendedor y comprador, se determina si la vaca en venta, reúne características para colocarse en grado Alto, Medio o Inferior de las categorías; que a decir de lo que me han comunicado, tales categorías son: “Gorda”, “Regular” y “Flaca”. El método de evaluación de la vaca es subjetivo, y en buen grado se apega a la calificación de la condición corporal utilizada en el ganado lechero, donde se aplica la escala de puntos del “1” (muy flaca) al “5” (muy gorda).
Pudiera aventurarme en decir, que las categorías “Gorda”, “Regular” y “Flaca”, se puedan acercar a las siguientes puntuaciones de condición corporal.
Cabe señalar, que cada categoría tiene un precio diferente, porque se le correlaciona con el porcentaje de canal, la cantidad y calidad de la carne (marmoleo de grasa, color de la grasa, etc.), a obtener.
Consecuentemente, es notorio el diferencial de precios existente entre categorías. Por ejemplo, en el momento de mí estudio, los precios se comportaban como seguidamente aparece:
- Entre la categoría “Gorda” y “Regular”, la diferencia en precio fue de 9 %.
- Entre “Gorda” y “Flaca”, 39 %.
- Entre “Regular” y “Flaca”, 28 %
Cobra sentido preguntarse, si la estrategia que se sigue en EE UU en la búsqueda de un cambio de categoría ---y un mejor precio---sirviéndose de la engorda de las vacas, sería rentable en nuestro medio.
Por supuesto que la respuesta tendrá que ver con el Costo-beneficio.
¿Cuántos kilos se requieren para llevar a una vaca de categoría Flaca, con 2 puntos de condición corporal, a categoría Regular de 3 puntos. ¿Cuántos kilos se necesitan para ese 1 punto de CC?
Teóricamente puedo decir que existe controversia respecto a la equivalencia entre el cambio de peso vivo y la condición corporal (ver cuadro siguiente). Mas tomando base en lo que establece el NRC de EE UU, en Nutrient Requirements of Dairy Cattle (2001), un punto (1 unidad) de Condición Corporal equivale a entre 80 y 84.6 Kg de peso corporal.
Con base en tal cifra de 1 punto de CC = a 80 Kg, tendríamos que calcular cuántos días de alimentación y manejo se requerirían para alcanzar esos kilos. ¿Cuánto se incrementaría el precio por 1 punto adicional de CC?, Y ¿Cuánto sería el costo-beneficio de ese incremento en la CC?.
Naturalmente que las vacas flacas a engordar serían las que no exhiben ningún signo de enfermedad (tuberculosis, por ejemplo) ni padecimiento alguno (cojera o golpes aparentes) y, sobre todo, que fuesen animales jóvenes (menores de 5 años).
Producción de becerraje media sangre de razas para carne y refuerzo del mejoramiento genético del hato lechero.
Másde uno, seguramente, podrá estar diciendo que introducir genes de razas para carne en la lechería, acarrearía más desventajas que beneficios.
Sin embargo, estimadas lectoras y estimados lectores, trataré de ser claro en mis puntos de vista.
Ventajas en el mejoramiento genético del hato lechero: Con una mayor presión de selección.
Es del dominio general de los productores de leche y técnicos del ramo, que a un hato lechero lo componen desde vacas de la menor producción de leche hasta las de más alta producción, y que alrededor del promedio se congregan la mayor parte de las vacas lecheras del hato. No sale sobrando decir que todavía las vacas de más baja producción han de justificar su permanencia en el establo, porque pagan su hospedaje; mas no quiere esto decir que sean las más recomendables para dejar progenie, para el futuro de la lechería.
Ejemplificación: Asumamos que tras de una auditoria genética del hato lechero, estandarizamos las lactancias de todas las vacas ---sirviéndose del sistema de cómputo--- a 305 días en leche y a Equivalente adulto. Y si en este hato las vacas que se hallan en los extremos en producción (bajo y alto) andan desde 4,500 Kg hasta 13,500 Kg, anuales; se podrían agrupar las vacas en clases de producción; y en vez de hacer clases para cada kilo de variación, hacer clases para cada 100 kilos de variación, y contar las vacas que caigan entre 4,500 y 4,600, entre 4,600 y 4,700, etc. hasta llegar a 13,400 y 13,500. Sin duda la mayoría de las vacas (el 68 %) estarán distribuidas en las clases más cercanas al promedio (de 9,000 Kg.), esto es, entre 7,500 y 10, 500 Kg. A esta curva de distribución de las vacas de una población (hato), con mayor acumulación de ellas en derredor del promedio e iguales disminuciones graduales hacia los extremos, se le denomina “Curva normal de distribución”.Ver gráfico siguiente.
Curva normal de distribución de producción de leche de vacas Holstein de un establo comercial.
Ahora bien, asumamos que en el establo se está consignando un excedente de vaquillas (muy superior al porcentaje anualizado de vacas de desecho que hay que reponer), gracias a tener los mejores números en la crianza de reemplazos lecheros; a la magnífica eficiencia reproductiva del hato, y por haber inseminado fuerte con semen sexado en vaquillas y vacas de varios partos.
Ante tal escenario, es decir, de contar con excedentes de vaquillas al parto, es lógico que resistirían análisis las siguientes opciones de negocio: 1) darle un crecimiento en el número de vacas, al establo; 2)emprender la venta de vaquillas al parto, y 3)ejercer una mayor presión de selección genética: inseminando con semen de toros de razas para carne (Agnus negro, por ejemplo), la porción de vacas de rendimiento pobre y adicionalmente aquellas vacas de baja fertilidad; y además inseminar la porción “Elite“ con excelente genética de toros de aptitud lechera (con semen sexado) y/o obtener embriones de las mejores vacas (“Elite”). Con esto----como se dice coloquialmente--- se matarían dos pájaros de un solo tiro. Es decir: vender a mejor precio el becerraje cruzado para la carne y elevar la genética de las vacas.
Ahora bien, si las primeras dos opciones fueran inviables, la opción elegible, por ende, es la de vender becerros y becerras media sangre (Holstein o Jersey por Angus, Limangus, etc.) y machos Holstein, en el primero o segundo día de su nacimiento, o desarrollarlos y/o engordarlos.
En resumidas cuentas, el progreso genético provendría del no permitir la producción de reemplazos lecheros a las vacas que se hallan en la porción de rendimiento de leche bajo, y a aquellas vacas de más baja fertilidad.
Un mejor precio por la venta de sus becerros cruzados
De una década al presente, más o menos, los becerros lecheros---en su mayoría de raza Holstein---han llenado un lugar importante en las engordas de bovinos. Previo a ello, los machos de las lecherías eran sacrificados sus primeros días de vida, con poca recompensa económica para las empresas lecheras.
En el presente, contrariamente a la vieja creencia popular de que la carne de novillos Holstein gordos, sólo servía para las hamburguesas (Hoard´s Dairy Man. Marsh 10, 20209), ha sido evidente que los modernos novillos de esa raza, son consistentes en su comportamiento (ganancias diarias de peso, eficiencias alimenticias, etc.), y productoras de canales de calidad.
Novillo Holstein apropiadamente acabado, que muestra una cobertura uniforme de grasa sobre las costillas, amplitud de pecho, y modestas protuberancias de grasa en ambos lados de la cabeza de la cola; característica de un puntaje de condición corporal de 7 (escala de 1 al 9). El peso en vivo de este novillo es de 643 Kg, con porcentaje de canal estimado en 61.5%. Este es un tipo ideal de novillo, que muestra juventud y termina siendo clasificado por USDA grado 3 y alto Choice; con una relación músculo / hueso deseable. Fotos cortesía de Ron Mayer, JBS - Packerland (Green Bay, WI). Tomado de Large Dairy Herd Management, third edition.
Sin embargo, son señaladas como debilidades en los novillos Holstein (Hoard´s Daiyman, Marsh 10, 2020, página 151):
- Más bajo porcentaje de rendimiento en canal que de las razas comunes para carne.
- Tamaño más pequeño de los rib eyes y forma alargada de éstos, comparado con los de razas de aptitud cárnica comunes.
- Riesgo de que se excedan las restricciones de las empacadora de la altura y peso, si no son propiamente manejadas.
- Número limitado de rastros que manejan Holsteins, lo que resulta en menos oferentes competidores.
Por lo anteriormente expuesto, y aunado a que los becerros cruzados de razas lecheras (Holstein y Jersey) con razas para carne, tienen un precio de venta muy superior al de los becerros Holstein y Jersey puros, se han popularizado los cruzamientos en las lecherías estadounidenses.(Maureen Hanson. Beef-on-Dairy Decisions, Opportunities. March 9, 2020).
¿Pero… qué se está haciendo o se debe hacer en nuestras empresas lecheras regionales?
Habida cuenta de que las crías cruzadas cuentan con mejor precio que las Holstein o Jersey puras, es evidente que algunas empresas regionales ya están incursionando en los cruzamientos. Pero no obstante a que ya existe una buena cultura empresarial por cuanto hace a la selección genética de los toros lecheros (Holstein y Jersey, etc.); se considera que hay aún buen camino que recorrer en lo tocante a saber seleccionar, primeramente, la raza de bovino para carne que más convenga a sus circunstancias y, también, los toros ideales; que la selección de la razas y los toros no se base solo en el costo de la dosis de semen (que sea barato) y que la cría que nazca cuente con pelo negro.
Por de pronto, una recomendación sobre estos puntos es cerciorarse sobre qué es lo que se ha hecho en otras latitudes al respecto.
Para obtener una mejor comprensión del uso de la genética de carne en los cruzamientos con vacas lecheras, en el 2018 se realizó una encuesta (Bill Halfman & Ryan Sterry) en varios estados de la unión americana.En la encuesta se preguntó a los productores de leche sobre sus criterios de selección de toros de carne: Los costos de semen, la tasa de concepción y la facilidad de parto; razas utilizadas, etc. fueron las respuestas mejor clasificadas. En cuanto a razas utilizadas es bien claro que la raza Angus negra fue la favorita. Más del 60 % de los encuestados dijeron que utilizaban toros Angus, seguidos de Lim-Flex (12%); Limousín (11%); SimAngus (7%); Simmental (6%); y otros (2%).
Por otra parte, para la selección de los toros para carne habrán de considerarse --- al igual que con los toros lecheros con sus PTAs--- los EPDs (siglas en inglés de Expected Progeny Differences = Promedio de Diferencia Esperada) para Rib eye, peso de la canal, tamaño del cuerpo, peso de la cría al nacer, peso a los 12 meses, etc.; sin duda que esto podría ayudar a mejorar las áreas en que el ganado lechero bajo engorda tiene fallas. Pero la duda que prevalece es si estas evaluaciones---obtenidas en razas puras para carne---- se expresarán en el producto obtenido por cruzamiento con vacas lecheras.
Afortunadamente, las compañías de inseminación artificial han desarrollado programas que ayudan a llevar a cabo la mejor selección de los toros para las vacas de una empresa lechera. Por ejemplo, ABS trabaja con las empresas lecheras para crear un plan genético a la medida de las metas de dichas empresas. La mayoría de los planes elaborados por ABS utilizan genética (semen) sexada Sexcel en las vacas genéticamente superiores y utilizan de manera estratégica Beef InFocus de ABS en las vacas de más bajo nivel productivo del hato lechero, con el fin de producir las crías cruzadas para la carne que demanda el mercado consumidor.
Como cierre a esta contribución quiero decir que la producción de carne en las empresas lecheras es una sobresaliente interfase entre los sistemas de producción de leche y carne; que en esta actividad creo que hay aún “nichos de oportunidad” a los cuales habrá de analizarse a fin de derivar mayores dividendos en la venta del ganado para carne.