Estudios realizados en la Universidad del Estado de Colorado (CSU) concluyeron que las hijas de los toros buen desarrollo testicular (mayor CE), alcanzaban la pubertad a edades mas tempranas que sus contemporaneas. Por otro lado también se evidencio una correlación positiva entre la CE y el peso al año de edad, lo que indica que es posible seleccionar por fertilidad sin comprometer el crecimiento. Un trabajo (Geske et al. 1994), basado en 4.000 toros reporto una correlación positiva entre la medida de CE a los 205 días y el año de edad, lo que significa que un toro con testículos pequeños al destete será un torete con testículos pequeños al año de edad.
La influencia genética sobre el desarrollo testicular se refleja directamente en las diferencias de CE reportadas, entre toros Bos taurus (razas europeas) y toros Bos índicus (razas cebú). Los primeros alcanzan la pubertad mas temprano y medidas de 30 cm (CE) entre los 12 y 15 meses de edad, mientras los segundos, sin selección por este carácter, superan los 18 meses de edad para alcanzar dichas medidas. Toros con medidas de CE por encima del promedio de su población producen crías más precoces, con mejor potencial reproductivo. Cada centímetro de superioridad en CE del padre sobre la media de su población, podría representar un aumento de .25 cm en la CE de los hijos o 3.9 días menos para alcanzar la pubertad en las novillas. La medida de CE es considerada como el indicador mas confiable, que edad o peso, del inicio de pubertad en toros, sin importar la raza de los mismos. Se recomienda seleccionar sementales jóvenes (<2 años), con medidas superiores a 30 cm de CE, sobre el criterio de que a mayor desarrollo testicular mayor será el beneficio.
El efecto de la edad y la raza sobre el desarrollo testicular debe ser tomado en cuenta. La curva de crecimiento testicular es casi lineal (Figura 1), aumenta rápidamente durante el período prepuberal (6 a 16 meses), mostrando amplias variaciones entre animales de la misma raza o edad, para estabilizarse durante la madurez (36 meses). Entre los 12 y 24 meses de edad se registra un aumento entre 2 y 3 cm. Al conocer la distribución normal de las medidas de CE de una población o rebaño, debemos seleccionar aquellos animales con valores ubicados en el tercio superior de la curva de distribución.
Asimetría testicular: La diferencia en tamaño entre ambos testículos no debe sobrepasar el 10%, ya que la asimetría testicular esta relacionada con fallas en desarrollo (hipoplasia), traumas y/o infecciones localizadas (orquitis), también es posible detectar acumulo de liquido en la cavidad vaginal del escroto (hidrocele).
Figura 1. Incremento de la Circunferencia Escrotal en relación con la edad en toros Bos taurus, durante pruebas de ganancia de peso (1978-1981)
La correlación genética favorable entre la medida de CE, la edad a la pubertad, a primer servicio (-.55), y edad al primer parto (-.66) de las novillas, indica que básicamente se trata del mismo componente genético. Por otro lado, el efecto de la heterosis, entre los cruces Bos taurus x Bos índicus sobre la medida de CE, se manifiesta en un aumento de 13% del mestizo sobre el promedio de los animales puros.
Los estudios realizados, desde los años 70, han documentado la influencia favorable de la medida de CE sobre la calidad del semen. Toros jóvenes con mayor desarrollo testicular producen semen de mejor calidad (volumen y motilidad de los espermatozoides). En los EUA, la Sociedad de Teriogenología, que agrupa a los Médicos Veterinarios especialistas en reproducción animal, recomienda un esquema de evaluación reproductiva que reconoce el valor de la CE, asociada a la edad del animal. Para los toros Bos taurus, se exige un mínimo de 30 cm de CE, a los 15 meses de edad. En nuestro país, trabajando con ganado Brahman (Bos índicus), nuestros trabajos indican que aún cuando el crecimiento testicular, en animales jóvenes, es retardado al compararlo con animales Bos taurus, éste tiende a nivelarse en los animales adultos. La información existente en toretes Brahman), documenta el retardo en alcanzar la pubertad y madurez sexual en estos animales, asociada a la falta de presión de selección por este carácter en la población. A fin de mejorar la eficiencia reproductiva de nuestros rebaños (Bos índicus), debemos seleccionar sementales con medidas de CE superiores a 30 cm a los 18 meses de edad.
Evaluación de Semen: Una vez recolectada la muestra de semen (eyaculado) la evaluación debe ser inmediata, prestando especial atención a los cambios de temperatura y el manejo de la muestra. Una vez en el laboratorio se procede a evaluar bajo el microscopio, la motilidad y la morfología espermática, ambas características han demostrado una correlación positiva con los índices de preñez (fertilidad). La motilidad espermática individual debe ser superior al 30% y el porcentaje de espermatozoides normales superior al 70%. La importancia de la morfología espermática sobre los índices de preñez, quedo demostrada en el estudio de Wiltbank y Paris (1986), donde se evidencio que toros con más de 70% de espermatozoides normales preñaron 5% a 6 % mas vacas que los controles. Los eyaculados que no superan estos valores mínimos, reflejan problemas reproductivos severos y el animal no debe seleccionarse como reproductor.
En cuanto a la concentración de espermatozoides (esp/mL) en la muestra, el Médico Veterinario responsable de la evaluación, debe ser capaz de interpretar las variaciones en concentración y su relación con el método de recolección y los otros parámetros evaluados.
La edad y la raza del toro influencian el resultado de la evaluación, aproximadamente el 28% de los toros jóvenes no clasifican como reproductores potenciales, principalmente debido a la medida de circunferencia escrotal (<30 cm) y/o elevado porcentaje de anormalidades espermáticas (>30%). Considerando que la calidad del semen mejora apreciablemente durante los 4 meses post-pubertad, debe programarse una re- evaluación de estos animales.
Evaluación de la Líbido y Capacidad para la Monta: Este aspecto de la evaluación de potencial reproductivo es muy importante, ya que un animal que produzca suficientes espermatozoides pero NO sea capaz de depositarlos en el sitio adecuado (vagina), durante el servicio natural, no será capaz de lograr los deseados índices de preñez. Aún, cuando esta evaluación es compleja de realizar deben descartarse las alteraciones de origen endocrino (baja líbido) y defectos anatómicos (incapacidad para la monta), que comprometen la eficiencia reproductiva. La líbido se define como el deseo sexual o la disposición del toro para realizar la monta a una vaca receptiva.
La expresión de la líbido varía entre toros, y depende de un componente genético, siendo importante seleccionar animales con buena líbido, en los programas reproductivos. Desafortunadamente, ninguno de los componentes de la evaluación de potencial reproductivo, muestra correlación positiva con la líbido del animal y es posible que un toro con medida de CE adecuada y buena calidad de semen presente baja líbido o viceversa.
La determinación de la posible asociación entre los niveles circulante de andrógenos (testosterona) y el deseo sexual se ve limitada, en la práctica, por la característica de liberación hormonal, que fluctúa a través de ciclos diarios (6 a 8 picos por día). Recientemente, con fines de investigación, se ha utilizado la administración de hormona liberadora de gonadotropinas o GnRH (estímulo) y la toma de muestras pareadas de sangre, para determinar la magnitud de la respuesta, reportándose una correlación positiva entre el número de servicios y los niveles hormonales 2 horas postinyección.
En toros jóvenes, a inicios de su primera temporada de servicios, la inexperiencia puede manifestarse en su incapacidad para la monta, que mejora con el transcurrir del tiempo. Estos toros no deberían ser expuestos a mas de 20 o 25 vacas en su primera estación. En la práctica, es recomendable mantener la observación directa de la actividad de monta, 2 veces al día, durante la primera semana de servicios, descartando defectos anatómicos que comprometan la penetración del pene en la vagina o la eyaculación. Otra alternativa, consiste en sincronizar mediante tratamiento hormonal un grupo de vacas y observar la actividad de monta durante el período de presentación de celos.
Diagnóstico de Enfermedades Venéreas e Infectocontagiosas: Si bien, el toro representa la posibilidad de mejorar la genética del rebaño, él debe ser cuidadosamente evaluado a fin de garantizar su estado sanitario, ya que la introducción de nuevos animales al rebaño significa riesgos de introducir nuevas enfermedades. Además, de los exámenes diagnósticos para las enfermedades de trasmisión sexual (venéreas) como la Trichomoniasis, Ureaplasmosis y Campylobacteriosis, también deben descartarse: la Brucelosis, la Leptospìrosis y conocer el status de la enfermedades virales (IBR-BVD- Parainfluenza).
Como rutina, es recomendable el examen y cultivo anual del esmegma prepucial de todos los toros en servicio y cualquier resultado positivo indica la necesidad de realizar varios (2 o 3) exámenes consecutivos, pues la efectividad del examen solo es 85%. Afortunadamente, los toros jóvenes (<2 años), no representan, a diferencia de los toros adultos (>4 años) reservorios permanentes de enfermedades venéreas.