ANÁLISIS Y DISCUSIÓN
Harvey et al., (2008) proponen seis estrategias para la conservación de la biodiversidad en sistemas de producción agrícola, donde debe predominar la articulación entre la gestión de áreas protegidas y áreas en producción agraria en beneficio de la conservación a largo plazo y planificar el futuro de los ecosistemas de Mesoamérica.
Según Ibrahim et al., (2006), plantean es evidente la fragmentación del paisaje, al observar un gran porcentaje de diversidad biológica y bosques tropicales complejos que han sido transformados en pasturas y áreas de cultivos. La fragmentación del bosque provoca una reducción de grandes hábitats en pequeñas áreas, la creación de bordes entre hábitats de bosque y no bosque, los cuales experimentan diversos cambios físicos y bióticos asociados con lo abrupto de las márgenes de los fragmentos de bosque y el aislamiento de los fragmentos de bosques intactos. Todo esto tiene efectos en la calidad del hábitat de los fragmentos de bosque y su habilidad para mantener la biodiversidad.
En Colombia Etter et al., (2006) demostraron que el ganado de carne es el que más contribuye a rastrear las huellas en el paisaje dejadas por los usos agrícolas, y representa el 42% para los Andes, 46% para el Catatumbo, 79% para el Magdalena, 68% para el Caribe y 76,5% para el Orinoco.
En América Central los patrones de deforestación muestran que las áreas en expansión del bosque se han convertido a usos agrícolas o en ganadería, y estos paisajes están caracterizados por pequeños parches de fragmentos de bosque. Sánchez et al., (2001) encontraron que la pérdida de 2 250km2 de bosque en Costa Rica de 1986 a 1991fue acompañada por un drástico incremento en el número de fragmentos de bosque, de alrededor de 0,03-0,5 km2 . El grado de deforestación y fragmentación fue particularmente severo en los bosques húmedos tropicales y bosques húmedos premontanos, donde hay poco bosque remanente. Si bien la conversión de bosque a pasturas y otros usos agrícolas ha ocurrido durante décadas, no siempre ésta se ha estudiado para cuantificar el impacto de la fragmentación del bosque en la conservación de la biodiversidad (Harvey et al., 2005).
Un estudio de la fragmentación en la Amazonía brasilera sugiere que cierto grupo de animales son más vulnerables a la fragmentación que otros, incluyendo aves del sotobosque, primates, mariposas de sombra y avispas (Bierregaard, et al., 2001). Además, de los cambios ocurridos por la deforestación y la fragmentación, la cobertura arbórea en las fincas puede disminuir con el tiempo, debido a la cosecha de madera y leña, la muerte natural de los árboles remanentes y la limitada regeneración natural (Harvey, & Haber,. 1999). Los ganaderos pueden incrementar la cantidad de cobertura arbórea en sus paisajes por diversas vías: plantación de cercas vivas o árboles dispersos en potreros; abandono de las áreas para permitir que ocurra la regeneración natural.
Los pequeños productores agroecológicos basados en Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas silvopastoriles (SSP) han logrado demostrar que pueden transformar las fincas con mejores productividades debido a una mejor fertilidad y estabilidad del suelo, optimización del uso del agua, diversificación de cultivos e ingresos, resistencia al cambio climático, mejores rendimientos en condiciones adversas y la creación de nuevos mercados, contribuyen directamente a restablecer, recuperar, mantener y enriquecer la biodiversidad a partir del respeto de la capacidad natural del suelo, las plantas, los animales y el ecosistema, mantiene una alta biodiversidad del paisaje agrícola, haciendo uso de las funciones ecológicas naturales para realzar la productividad y la resistencia a las plagas y enfermedades.
Los agricultores indígenas y campesinos han criado 5000 especies de cultivos domesticados y han donado más de 1.9 millones de variedades de plantas a los bancos genéticos del mundo. Según Worldwide, hay 1,5 millones de habitantes rurales que viven en 380 millones de granjas; 410 millones practican recolección de plantas práctica en los bosques y sabanas; 190 millones de pastores y más de 100 millones de pescadores campesinos. Por lo menos 370 millones de estos son los pueblos indígenas, que ocupan cerca de 92 millones de granjas. En conjunto, estos campesinos forman casi la mitad de los pueblos del mundo y crecen en parcelas de un promedio de 2 hectáreas por lo menos el 70% de los alimentos del mundo, lo que implica que los campesinos alimentan a la mayoría de los 712 millones de hambrientos que viven en las zonas rurales y remotas y un no menos del tercio de los 238 millones de personas que viven en pueblos y ciudades (Altieri, et al., 2011).
Con la utilización de los Sistemas silvopastoriles en Quindío, los agricultores reportaron que percibían un aumento de la abundancia y diversidad de aves (71%), un incremento en la diversidad de plantas y animales (54%), mayor frecuencia de mamíferos (36%), y más avistamientos de especies en peligro o raras especies (11%). Por lo tanto, es posible mejorar la biodiversidad colocando estratégicamente elementos como cercas vivas, árboles dispersos, zonas de amortiguación ribereñas y corredores de conectividad en el paisaje (Murgueitio, et al., 2011). Otro análisis que deberíamos hacer es como los Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas Silvopastoriles (SSP) han contribuido al bienestar humano y los Objetivos de Desarrollo del Milenio y, aunque el informe del año 2012 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) es alentador en el logro de tres de ellos y representan una reducción en el “sufrimiento humano”, todavía es necesario un gran trabajo en equipo entre todos los actores. Afortunadamente, existe una alternativa viable social económica y ambientalmente para cumplir con estos objetivos a nivel local, regional y mundial y son es SAF-SSP. El acuerdo internacional alrededor de los ODM ha sido un paso trascendental para garantizar una dignidad mínima a todas las personas. La alimentación, el agua, el ingreso mínimo, el acceso a la educación básica, la equidad entre los géneros, la disminución de las muertes evitables entre niños, madres y personas con enfermedades prevenibles, son derechos y como tal deben constituir la prioridad de los países y de sus entidades Ban Ki-moon (2012). El indicador mas sensible es la mortalidad infantil, más de 30.000 niños mueren cada día sobre el planeta, antes de cumplir cinco años, como consecuencia de enfermedades que se pueden prevenir o por malnutrición (más del 50%). mortalidad infantil asociada a la pobreza, y su origen las aguas contaminadas. WHO. (2001). Es vergonzoso y desgarrador el indicador que se menciona que cada seis segundos se muere un niño en el mundo (ONU, 2009).
La mala calidad del agua es reflejo de la degradación de los ecosistemas y contribuye al aumento de las desigualdades entre personas, lo que en ocasiones, es el principal factor causante de la pobreza y el conflicto social PNUMA (2005). El desarrollo sostenible es una opción en el manejo ambiental responsable y la reducción de la pobreza. Sin embargo, el logro de la sostenibilidad exigirá esfuerzos concertados entre disciplinas. Un enfoque SAF- SSP más integrado y consiente a la sostenibilidad es una necesidad urgente. (Mc Michael, et al., 2003). Para el logro de los ODM se han fijado indicadores, como la superficie de tierras en bosques. Para Colombia existe la meta de reforestar 30.000 ha/año, consolidar áreas protegidas del Sistema de parques Nacionales, incorporando 165.000 ha, sin embargo, esta meta va en contra de la tasa anual de deforestación del 0.15%, y ello se debe esencialmente a la expansión de la frontera agropecuaria y a la colonización (73%) (FAO, 2010).
Un ejemplo para mejorar estos indicadores es el proyecto PACOFOR que el gobierno de Colombia, la FAO, con apoyo financiero Holandés, y participación de familias campesinas, indígenas y negras de la zona Andina en Caldas, Quindío, Risaralda y Tolima, ejecutaron SAF con enfoque de género, incrementando los ingresos de 3.200 familias, que establecieron 3350 ha en SAF mejorando significativamente su alimentación (FAO, 2010).
Es claro que los SAF –SSP están asociados directamente con los objetivos 1 y 7. Sin embargo, contribuyen a reducir la mortalidad salud materna E infantil (objetivos 4 y 5) y mejorar la realizan la contribución coadyuvando a la seguridad alimentaria y suministrando medicinas naturales. Los SAF-SSP permiten a las familias rurales enviar a sus hijos a la escuela primaria (objetivo 2). Los SAF con enfoque de género ayudan a reforzar la situación de la mujer y a mejorar su acceso a los beneficios que derivan de los SAF-SSP (objetivo 3). Asimismo, se están adoptando diversas medidas en relación con los bosques con la finalidad de mitigar los efectos negativos del VIH/SIDA y de otras enfermedades (Objetivo 6) (FAO, 2001). Por tanto, es evidente que los SAF contribuyen a la consecución prácticamente de todos los ODM. ICRAF ha identificado siete principales retos que los SAF-SSP direccionan. 1. Erradicar el hambre de los pobres en las zonas de baja fertilidad 2. Disminuir la pobreza rural con valores agregados, 3. Avanzar en la salud y la nutrición; 4. Conservar la biodiversidad; 5. Proteger las cuencas a través que permitan a los pobres ser recompensados con pago deservicios ambientales; 6. Ayudar a los campesinos pobres a adaptarse mejor al cambio climático y beneficiarse de los mercados emergentes de carbono. 7. Desarrollar la capacidad humana e institucional Agroforestal en investigación y desarrollo en el contexto delos ODM (Garrity et al., 2001).
Los incrementos de rendimiento con los SAF-SSP suelen ser de dos a tres veces, han llegado a más de 100.000 hogares en África, y la demanda de semillas de árboles y la transferencia de conocimiento está aumentando de forma exponencial Estas prácticas tienden a ser adoptados en mayor medida por las familias más pobres (Mumiati, et al., 2001). Los SAF tienen fuertes vínculos con la conservación, domesticando frutas autóctonas salvando estas especies de la sobrexplotación. Tienen implicaciones para el tratamiento de la malaria y otras enfermedades que contribuirán a reducir la mortalidad infantil (WORLD AGROFORESTRY CENTRE. 2005). Pueden proporcionar redes de seguridad de vital importancia, al servir como fuente de supervivencia en situaciones de emergencia (FAO, 2003).
Tienen el potencial para ayudar a las poblaciones a salir de la pobreza, se calcula que 12,9 millones de personas trabajan en el sector forestal industrial. El número de personas que trabajan en el sector no estructurado es el doble de esta cifra (especialmente en los estratos más pobres de la sociedad) (Lebedys, 2004). Esto pone de relieve la necesidad de elaborar políticas y programas destinados específicamente a los pobres (Gilmour, y Nurse. 2004). Las principales organizaciones, entre ellas el Banco Mundial, han armonizado sus objetivos y estrategias de financiación con los ODM, y muchas de ellas están canalizando gran parte de la financiación al sector forestal hacia programas que combatan la pobreza (Grosnow, 2003).
Volviendo a la propuesta de Harvey et al. (2008), quiero presentar un diagrama que interpreta la interacción de las seis estrategias para conservar la biodiversidad y mantener los medios de vida rurales en los paisajes ganaderos y su interacción con diferentes programas propuestos para promover las acciones a desarrollar y lograr la producción sostenible y la conservación, basada en SAF-SSP (Figura 1).
Figura 1. Estrategias de Interacción entre la conservación de la biodiversidad y la producción sostenible basada en SAF-SSP.
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Las estrategias de mayor impacto para la conservación de la diversidad biológica unida a la producción sostenible de Agroecosistemas ganaderos deberían partir por la identificación y priorización de los puntos Hotspots en agroecosistemas ganaderos donde la conservación de la biodiversidad y la producción sostenible se alcance simultáneamente. Esta es una de las principales estrategias que en país se debería implementar. Los productores pequeños y medianos que sus empresas están en zonas de conflicto de uso, y en ecosistemas estratégicos se deberían priorizar y vincular a proyectos de Desarrollo rural-Conservación. En este sentido el grupo de investigación que lidero tenemos algunas experiencias exitosas, con humedales y paramos en localidades de Bogotá, y en Nariño pero es necesario masificar los resultados e incluir mayores áreas de influencia directa de futuros proyectos.
Además, CIPAV y las Corporaciones regionales en la Zona Cafetera, también han trabajado en esta identificación de agro ecosistemas estratégicos y con pago de servicios ambientales. En nuestros proyectos se establecieron bancos dendroenérgeticos, acción que se contempla en la segunda estrategia de Harvey et al. (2008), y corredores biológicos que se definen en la tercera estrategia. Sin lugar a dudas la estrategia de cobertura arbórea por medio de Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas Silvopastoriles (SSP) con conservación de la biodiversidad, es la que se debe consolidar en el país. En un gran porcentaje de los proyectos SAF y SSP que se han realizado en Colombia se ha priorizado el componente de producción sostenible, y con enfoque muy pecuario, donde la inclusión del componente leñoso dentro de los SSP para producción de frutas o madera ha sido incipiente, pero indirectamente estos sistemas vienen generando servicios importantes a la conservación de la biodiversidad.
Por tanto, es necesario que en la formulación de los proyectos SAF y SSP deba ser mas especifico el componente de conservación. Se ha evidenciado por nuestros indígenas, campesinos e investigadores que los SAF y SSP, contribuyen a la biodiversidad conservación, proporcionando hábitats adicionales y recursos para las especies vegetales y animales, que mejoran la conectividad del paisaje entre otras.
Las respuestas Zootécnicas obtenidas con los SSP de mas de un 25% tanto en producción de leche como en carne son una respuesta a interacciones positivas de los componentes de los SSP, donde el componente arbóreo mejora la humedad del suelo, protege de las heladas y vientos a las praderas, mejora y conserva los consorcios microbiales, meso y macrofauna edáficos, por el aporte de sombra del componente arbóreo, se mejora la producción y calidad de la biomasa forrajera, mejora el bienestar animal, protegiéndolos del sol, rompe ciclos de parásitos, incrementa la velocidad de descomposición de las heces, disminuye la aplicación de fertilizantes principalmente nitrogenados por el uso de leguminosas multiusos, mejora la disponibilidad del fosforo y nitrógeno, incrementando fracciones de proteínas protegidas que mejoran el balance nutricional de los bovinos. Protege a los animales del viento, lluvias (Figura 2).
Figura 2. Sistemas Silvopastoriles como eje central en producción de leche y carne sostenible en el Trópico bajo Colombiano.
El SSP más generalizado en Colombia son las cercas vivas, que ofrecen protección a los animales, forraje, frutas, leña, linderos, y conectividad. Los SAF y los SSP como parte integral de la Agroecología, presentan altos niveles de biodiversidad, con muchas especies nativas de uso local.
Adicionalmente, estos sistemas por su contribución al ambiente, son más fáciles de obtener certificaciones nacionales o internacionales. Nacionales como en BPG Resolución No. 3585 del 2008 del ICA, Sistema Ecológico (Resolución N° 000187 de 31 de julio del 2006 del MADR), o internacionales GLOBALGAP, Good Agriculture Practice (2007), Red de Agricultura Sostenible RAS - Rainforest Alliance (2010). Este es el camino que otros países han logrado consolidar la producción sostenible, y donde la biodiversidad es un actor definitivo. Además, la generación de valores agregados y estímulos económicos a nuestros productores, contribuyen a lograr los objetivos del milenio (Figura 3). Gran parte de los Agroecosistemas en Colombia se originan de un cambio drástico del uso de la tierra, acelerando la deforestación, y erosión, han generado un descenso marcado en la oferta de agua, de alimento para el hombre y para los animales, fundamentalmente en épocas de sequía, incrementado la perdida de la biodiversidad de bosques y páramos.
Figura 3. Sistemas Silvopastoriles como piedra angular de la producción sostenible, la conservación de la biodiversidad y la certificación el Trópico Alto Colombiano.
De ahí, la necesidad de intensificar y socializar investigaciones con SAF y SSP, incorporando en los arreglos especies nativas fijadoras de nitrógeno, especies que retengan humedad, o estén bien adaptadas a las condiciones ambientales, especies de alta producción de biomasa en cantidad y calidad, que mejoren la oferta ambiental del ecosistema, incorporar especies multipropósito que defina el productor con énfasis en frutales y especies madereras.
Mediante resultados obtenidos de los últimos años de trabajos interinstitucionales y multidisciplinarios del equipo se viene proponiendo el manejo Agroforestal sostenible por medio de los Sistemas Silvopastoriles como la posibilidad real de manejo sostenible y de conservación de ecosistemas estratégicos, sistemas que contribuyen a la adaptación y mitigación al cambio climático, visualizando opciones de pago por servicios ambientales. Es por lo tanto, seguir consolidando la investigación y extensión en este tema y Desarrollar Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas Silvopastoriles (SSP) como estrategia de adaptación, mitigación al cambio climático, conservación in situ, ex situ y circa situ de especies amenazadas y reingeniería de Agroecosistemas ganaderos La reconversión de los sistemas tradicionales de producción ganadera, a sistemas de producción sostenibles y productivos Regionales y Locales debe ser un propósito de todas las entidades.
CONCLUSIONES
Si las acciones en Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas Silvopastoriles (SSP) se dirigiesen a regiones donde se concentra la pobreza y si los bosques se considerasen desde la óptica de los pobres, la forma en que se enfocan las actuaciones en el sector forestal podría cambiar significativamente (Angelsen y Wunder 2003). Particular importancia reviste la cooperación intersectorial, reforzar la integración recíproca de los SAF-SSP nacionales con las estrategias de biodiversidad y los planes y programas de lucha contra la desertificación. El desafío consistirá en establecer vínculos entre los diferentes actores multisectoriales sin restar importancia a cada uno de los ellos, y conseguir la contribución de todos los sectores a la consecución de los ODM (Banco Mundial, 2004).
Por lo anterior, y para lograr dos propósitos mundiales, producción sostenible y conservación de la biodiversidad, unida a la seguridad alimentaria es necesario el fortalecimiento de las alianzas entre los agricultores, profesionales del agro, extensionistas, biólogos de la conservación que en unión promovamos la producción sostenible basada en Sistemas Agroforestales (SAF) y Sistemas Silvopastoriles (SSP). No es utopía, es una realidad que debemos los docentes e investigadores agropecuarios, los profesionales de las ciencias económicas y sociales, por compromiso con nuestros hijos, nuestros estudiantes, por nuestros productores que nos han dado ejemplo, por ética y en agradecimiento a la madre tierra por todos los servicios que nos presta, volverla este propósito una meta en nuestros proyectos, en nuestros cursos y en nuestro proyecto de vida.
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