Introducción.
Una buena crianza de rumiantes jóvenes sanos es un pre-requisito para un rendimiento y una producción económica óptimos. Esto es especialmente cierto para terneras de reemplazo, pero se aplica igualmente a terneros de carne y corderos. Los rumiantes jóvenes están normalmente amenazados por una serie de problemas de salud que reducen su potencial de crecimiento inmediato o su bienestar y que, además, pueden tener efectos de larga duración que afecten al rendimiento del resto de su vida.
En el caso de las terneras de reemplazo, el crecimiento acelerado se ha propuesto como un medio para asegurar una reproducción más temprana y alcanzar una edad de parto media de 24 meses. Esto tiene la ventaja añadida de un incremento en la producción de leche, sobre todo durante la primera lactación. Para alcanzarlo, es necesario un aumento en la ganancia diaria durante los primeros meses; y esto sólo puede conseguirse si la ternera no sufre un percance importante en su salud. Bajo las condiciones de producción intensiva actuales, esto es complicado ya que muchos terneros se crían en granjas especializadas lo que normalmente implica la reagrupación (mezcla) de terneros de distintas granjas y orígenes (con diferente exposición a patógenos); a menudo transportados desde largas distancias. Lo mismo también se aplica para terneros de carne blanca o terneros jóvenes que entran en sistemas de producción alternativos, como los terneros de carne rosada.
Para que estos sistemas de producción consigan llevar a sus terneros a un buen comienzo, son comunes los usos profiláctico y terapéutico de los antibióticos. Sin embargo, el uso de estos antibióticos es muy desalentador y se encuentra bajo una creciente presión en la UE, así como en otros países o regiones del mundo. El desarrollo de tratamientos naturales alternativos que mejoren la inmunidad y estimulen el aparato digestivo así como la salud general es, por tanto, una necesidad. Una de estas alternativas naturales es un producto basado en el ácido butírico, desarrollado específicamente para rumiantes jóvenes para ser utilizado en reemplazantes lácteos, en pienso de arranque o piensos de entrada.
El componente activo principal es el butirato sódico en una matriz compleja de grasa y minerales, comercializado bajo el nombre de ADIMIX. (En esta presentación nos centraremos en el componente butirato sódico).
Butirato; modo de acción en terneros.
El butirato es un ácido orgánico natural que se produce durante la fermentación anaeróbica en el rumen y el intestino grueso de los rumiantes. Ahora, se ha identificado claramente un número importante de efectos fisiológicamente beneficiosos del butirato en muchas especies. Muchos de estos efectos están asociados con la diferenciación celular, la proliferación y la detención del ciclo celular en el tracto gastrointestinal (TGI), en cuya base está la activación de un gran número de genes por el butirato. Algunos estudios proponen que, en los rumiantes, 450 genes diferentes están regulados significativamente por el butirato (Li and Li, 2006).
Una forma en la que esto se cumple es a través del papel del butirato como inhibidor de las histona de-acetilasas (HDACs), un regulador epigenético fundamental (Wu et al.,2012; Matis et al 2013). Esto parece ser especialmente importante en la regulación de la renovación y la diferenciación de las células del TGI, consideradas fundamentales en los procesos antiinflamatorios y en la preservación de la función de barrera del TGI. Por lo tanto, es razonable pensar que, en un número importante de órganos del tracto gastrointestinal, están presentes receptores de butirato, y éstos, de hecho, se han identificado. La expresión de los receptores de butirato es particularmente pronunciada en las células inmunológicas, donde muestran la mayor concentración, enfatizando así el papel fundamental del butirato en la regulación del sistema inmunológico asociado al TGI.
Los efectos del butirato a nivel celular se traducen en una serie de cambios fundamentales a nivel de producción de hormonas y enzimas en cascada hasta nivel de tejido; sobre todo, en animales jóvenes. Entre una serie de efectos específicos en los terneros, se ha demostrado que el butirato modula la expresión de los péptidos regulatorios IGF-2, GHrelina y GH, todas involucradas en el control del desarrollo y crecimiento del tracto gastrointestinal (TGI), en el ternero joven (Flaga et al., 2009; Kato et la., 2011). También se ha demostrado que el suplemento de butirato afecta la GLP-2 (una señal endocrina importante en la activación de la adaptación y proliferación intestinal en mamíferos recién nacidos), la actividad enzimática del cepillo en el intestino delgado y la secreción exocrina pancreática. Incluido en lo anterior, se encuentra el aumento de la producción de insulina y lipasa (Guilloteau et al., 2004, 2010).
Como consecuencia de los cambios endocrinos mencionados anteriormente o a través de un efecto directo, el butirato es conocido por estimular el desarrollo del rumen. Este desarrollo incluye del engrosamiento de la pared del rumen junto a un aumento en el desarrollo capilar, la formación de papilas, pero también un aumento de su longitud y anchura (Sander et al., 1959; Baldwin and McLeod, 2000; Gorka et al., 2009; Kato et al., 2011). Aparte de estos efectos estructurales, el butirato también se conoce por ser una fuente de energía importante para el epitelio del rumen (Baldwin et al., 2004) y, como tal, ayuda claramente en el desarrollo del tejido del rumen. Es, de hecho, probable que la contribución energética del butirato opere de acuerdo con los cambios secretores mencionados anteriormente. El butirato es a menudo considerado como el estimulador principal del crecimiento y la diferenciación del epitelio del rumen. Cuando se introduce en el epitelio como sales puras – especialmente en la forma de sales de sodio – el butirato aumenta el desarrollo del epitelio y proporciona energía para la pared del rumen. Esto, evidentemente, debería facilitar la absorción de nutrientes desde este compartimento.
Aparte de los cambios estructurales en el rumen, el butirato parece que también afecta la estructura del intestino delgado. Se han observado aumentos en la proliferación de células intestinales, el crecimiento de vellosidades y la actividad del cepillo debido a los suplementos de butirato (Hill et al., 2007; Guilloteau et al., 2009, 2010). No está claro si estos efectos estructurales se pueden atribuir por completo a un efecto directo del butirato o si son el resultado de un efecto indirecto. No se puede excluir el efecto del butirato en cambios en la flora intestinal. Varios estudios en especies no rumiantes han mostrado que, incluso en niveles relativamente bajos, el butirato puede tener un impacto mayor en determinadas especies microbianas en el intestino ( e.g. Galfí and Bokori, 1990; Pérez- Gutiérrez, 2010). No se ha determinado el grado en el que tales cambios en la microbiota intestinal son operativos en el ternero.
De lo anterior se puede concluir que el butirato puede tener un efecto positivo importante en la salud y el rendimiento de los animales jóvenes, especialmente. Para que esto ocurra, es necesario se produzca suficiente butirato por los microorganismos anaeróbicos en el TGI; en el caso de los rumiantes, en el rumen en desarrollo. Hasta que se establece una fermentación importante en el rumen, el ternero lechal o alimentado con leche recibe la mayor parte de, si no todo, el butirato a través de la leche. Se estima que la leche de vaca contiene butirato en una concentración aproximada de 0.15-0.20 g /L (1.7 – 2.3 mmole/L). Así, un ternero que consume 6 l de leche de vaca, recibe aproximadamente 1 g de butirato al día. Este butirato se absorbe del abomaso o intestino delgado, donde normalmente se libera de los triglicéridos de la leche como resultado de la acción de la mayoría de las lipasas pre-intestinales (Bugaut, 1987). La absorción es probablemente completa, pero la cantidad y la concentración en el quimo son sustancialmente menores que aquéllas vistas normalmente en rumiantes más mayores. Las concentraciones normales en el rumen de las vacas lecheras o en rumiantes de funcionamiento normal tienen un rango entre 0.6 – 2.0 g/L (7.5 – 22.5 mmole/L) y se estima que se produce en una tasa de 0.8M/kg IMS (ingesta de materia seca) (Steckley and Metcalf; pers. comm.). El setenta por ciento del butirato producido en rumiantes funcionales se estima que es absorbido directamente desde el rumen; principalmente como β-hidroxiburato que aparece como tal en el torrente sanguíneo. Una fracción pequeña se metaboliza en la pared del rumen para fines energéticos. El 30% restante se absorbe desde el resto de compartimentos del estómago o el intestino delgado. La absorción desde el intestino delgado es muy eficiente y parece ser en la forma de butirato no-disociado (Herrick et al. 2013). No obstante, incluso si sólo pasa un 30% al abomaso o al intestino delgado, la concentración de butirato en el quimo duodenal de los animales rumiantes es un múltiplo importante de lo que reciben los terneros alimentados con leche. Por consiguiente, comparado con el rumiante funcional, el ternero es relativamente deficiente en butirato.
Los múltiples efectos mediados por el butirato antes mencionados pueden no encontrar su expresión completa hasta que el ternero se convierta en un rumiante completamente funcional o en un rumiante que tenga una fermentación del rumen desequilibrada o sub-óptima (es decir, deficiente en butirato) (como puede ser el caso de animales bajo estrés térmico, fiebre de transporte, o incluso acidosis severa; véase, por ejemplo, Dionissopoulos et al., 2013). Claramente, un desarrollo temprano de la pared del rumen y sus papilas es necesario para aumentar no sólo la capacidad este órgano de absorber butirato, sino también otros sustratos energéticos (acetato, propionato a.o.) y nutrientes de gran importancia.
Efectos en terneras de reemplazo; Digestibilidad, GMD, IC, Variabilidad, Salud.
Los efectos del butirato sódico en el desarrollo estructural y las secreciones pancreáticas que afectan la digestibilidad, como muestran Guilloteau et al. (2009, 2010) y Gorka et al (2009), están resumidos en la Tabla 1. En una serie de experimentos, estos trabajadores demostraron que, en terneras jóvenes de reemplazo y terneros de carne blanca, el butirato aumenta el desarrollo estructural del rumen, así como la función o secreción del páncreas y el intestino delgado.
Las mejoras en la eficiencia del tracto gastrointestinal asociadas con mayores secreciones pancreáticas en terneros jóvenes alimentados con leche deberían llevar a capacidades digestivas mejoradas. Aunque no fue significativa, Guilloteau et al., (2010) observaron una diferencia numérica en terneros de carne blanca. El número de experimentos en los que se analizó la digestibilidad es reducido y necesita más atención. No obstante, el butirato sódico indujo mejoras en el desarrollo y la función del tracto digestivo, que deberían conducir, lógicamente, a mejoras en el crecimiento y el índice de conversión (IC). A partir de los resultados revisados, se espera que este efecto sea especialmente obvio en las primeras semanas de vida, cuando la producción endógena de butirato es generalmente baja o cuando los terneros son alimentados con sustitutos de leche que suelen tener una concentración menor de butirato.
Tabla 1. Efecto de un suplemento de 0.3% de butirato sódico en el sustituto de leche y el pienso de arranque en el desarrollo de la pared del rumen, la secreción de enzimas y la digestibilidad en terneros Holstein.

Recientemente, se ha llevado a cabo una serie de pruebas de producción en terneros. Una comparación de estas pruebas debería dar un mejor entendimiento de cómo y bajo qué condiciones el uso del butirato sódico como aditivo es ventajoso. Los primeros resultados con terneros fueron publicados por Hill et al. (2007), que alimentó a 96 terneros Holstein bien con un sustituto lácteo control, o bien con un sustituto lácteo suplementado con un 1% de butirato sódico. Los sustitutos lácteos fueron formulados con suero de leche dulce (54.5%), grasa seca y aceite o manteca (28.7%) y CPS (concentrado de proteínas séricas; 14.2%). Ambos sustitutos lácteos se formularon para un 20% de proteína bruta y un 20% de grasa bruta. Los terneros fueron alojados en corrales individuales, alimentados durante 42 días, y recibieron un pienso de arranque con 18% de proteína bruta que contenía 0.025 g de decoquinato por kg (además de los 0.065 g de decoquinato por kg en el sustituto lácteo). Los resultados de esta prueba se resumen en la Tabla 2.
Tabla 2. Rendimiento y estado de salud medios de los terneros que recibieron 0 (control) o 1% de butirato sódico en el sustituto de leche (47 terneros por grupo).
1Ganancia dividida entre el sustituto de leche y la ingesta de arranque. (Adaptado de Hill et al., 2007)2Punuaciones fecales anormales: días con puntuaciones > 2; en un rango de 1 – 5; de normal a acuosa.
En esta prueba, se usaron unos niveles de butirato sódico bastante altos, aunque esto se compensó con los niveles relativamente bajos de sustituto lácteo que fue consumido. Rutinariamente, se incluye una tasa de butirato sódico de aproximadamente 0.3% en el sustituto lácteo. Sin embargo, no se ha llevado a cabo un trabajo de respuesta a las dosis con butirato sódico y, por tanto, no se pueden proporcionar recomendaciones claras para la inclusión del butirato sódico.
En la prueba realizada por Hill et al (2007), que duró 42 días, el suplemento de butirato sódico mejoró el rendimiento de los terneros entre un 3 y un 4 %. Los días en tratamiento y las puntuaciones fecales mejoraron, pero la diferencia numérica era pequeña en comparación a los resultados obtenidos en otras pruebas. El hecho de que todas las dietas (sustituto lácteo y de arranque) contuviesen decoquinato puede haber modificado el efecto del butirato en el estado de salud general. Por otro lado, los terneros fueron sometidos a un estrés sanitario inicial importante ya que fueron recogidos con menos de 1 semana de edad de varias granjas lecheras, y transportados durante 10 horas. Este procedimiento probablemente haya afectado el rendimiento y haya atenuado el efecto del butirato al principio de la prueba. No obstante, no se utilizó ningún tratamiento con antibióticos. Guilloteau et al., (2009) compararon el butirato sódico con un tratamiento con un antibiótico promotor de crecimiento (flavomicina).
El rendimiento temprano de los terneros alimentados con sustituto lácteo suplementado con butirato sódico se comparó con el de los suplementados con flavomicina (figura 1). Estos son datos obtenidos bajo las condiciones de una granja lechera de tamaño medio estándar de Francia pero bajo la supervisión de investigadores del INRA, Francia. Los terneros eran machos criados en establos individuales y destinados a la producción de carne blanca. Fueron asignados por pares (basándose en la fecha de nacimiento, el peso y los valores del hematocrito en sangre) a los dos grupos de tratamiento; y fueron alimentados con un sustituto lácteo formulado con manteca, grasa vegetal, suero en polvo delactosado y almidón pre-gelatinizado. Además, cada ternero recibió un complemento enriquecido en fibra desde la semana 2 (50 g/d) hasta la semana 22 (250 g/d).

Fig. 1. Peso corporal e índice de conversión de terneros de 59 y 124 días de edad alimentados con sustituto lácteo con flavomicina (16.5 mg/kg de MS) o butirato sódico (3 g/kg de MS).
Los terneros que recibieron el butirato sódico crecieron de media un 5% más rápido que los terneros que recibieron un suplemento de flavomicina y el índice de conversión (g consumidos:g ganados) mejoró proporcionalmente (4%). A pesar de los niveles menores de butirato sódico y la composición diferente del sustituto lácteo, estos resultados están en línea con los resultados de Hill et al. (2007).
Recientemente se han obtenido resultados parecidos con terneras de reemplazo en una gran lechería en México. Las condiciones de producción generales eran más estresantes y las terneras fueron alimentadas con un sustituto lácteo con poca proteína de leche y rico en soja. La presión sanitaria y el estado de salud general fueron peores, pero todas las terneras recibieron al día 5 g de levadura seca + 5 g de una premezcla con sulfa-trimetoprim. La inclusión de butirato sódico en el sustituto lácteo fue de sólo 0.2% de la materia seca del sustituto lácteo. Los resultados de esta prueba se muestran en la Tabla 3.
Tabla 3. Efecto del suplemento con 0.2% de butirato sódico como Adimix CP® sobre los parámetros productivos en terneras alimentadas con un sustituto lácteo comercial hasta los 60 días de edad.

La comparación entre un grupo con suplemento de Adimix CP (butirato sódico) y un grupo control sin suplemento resultó en una mejora del 5% en la ganancia de peso. Junto a la mejora en GMD – y probablemente de mayor importancia en términos de productividad a largo plazo en cualquier rebaño lechero – se encuentra el gran efecto del butirato sódico sobre los días de enfermedad (diarrea) y la mortalidad. El butirato sódico disminuyó los días con diarrea en un 60% y la mortalidad en un 75%, a pesar de la utilización de sulfatrimetoprim y el menor nivel de inclusión del producto en la dieta También se ha mostrado el efecto del butirato sódico en el rendimiento y la salud general de las terneras en una prueba realizada con terneras de reemplazo en la granja Hód-Mezögazda Zrt, en Hungría. La granja es una explotación lechera moderna con 900 vacas Holstein y un promedio de producción de más de 9.000 kg/vaca/305d. En esta granja, las terneras fueron separadas de sus madres inmediatamente después de nacer y recibieron calostro a las 2 horas del nacimiento. Se continuó administrando calostro tres veces al día durante los 4 días siguientes al nacimiento, en una tasa de aproximadamente 7 litros por ternera. Las terneras fueron alojadas en establos individuales. Después del periodo de alimentación con calostro, 80 terneras Holstein se asignaron alternativamente (de acuerdo con la fecha de nacimiento) para el grupo control o para el grupo con un tratamiento con Adimix-Pro (butirato sódico). Todas las terneras recibieron 7 litros de leche entera fresca o pasteurizada en dos comidas diarias desde el día 4 hasta el día 80 (hasta el día 21 recibieron leche de sus madres; y durante el resto del periodo, leche pasteurizada de vacas con mamitis). El grupo con butirato sódico recibió 3.5 g de Adimix-Pro al día, lo que se traduce en un 0.2% de butirato sódico (en materia seca), y esto se mezcló en la leche de cada ternera individualmente en el momento de la comida. Desde el día 28, todas las terneras tuvieron acceso libre a un pienso de arranque y a heno de alfalfa. No se utilizó ningún otro aditivo o promotor de crecimiento. El efecto del butirato sódico en el rendimiento y la salud se resume en la Fig. 2.
Las diferencias en ganancia de peso y estado de salud fueron importantes (P<.05) y los resultados de esta prueba confirman claramente los resultados obtenidos anteriormente con el sustituto lácteo. Éstos subrayan los efectos beneficiosos de la adición del butirato sódico; no sólo en el sustituto lácteo, sino también en la leche entera. Las terneras fueron destetadas a principios de diciembre, dando como resultado una disminución temporal en GMD y en una ganancia de peso que fue similar en ambos tratamientos. El peso vivo a los 90 días de edad fue de 3.6 kg más para el grupo que estaba recibiendo el butirato sódico (103.7 frente a 104.1 kg respectivamente).


Fig. 2 (a,b,c,d). Rendimiento y estado de salud de las terneras de reemplazo con y sin butirato sódico (Adimix-Pro). Respectivamente, peso vivo medio (kg) de las terneras tras un periodo de 90 días (a), GMD en intervalos de 14 días (b), la diferencia en GMD por ternera tras el periodo de 90 días (c), y estado de salud de las terneras (d); (Control, sin suplemento; Adimix-Pro).
Como en pruebas anteriores, parte de las mejoras en la ganancia de peso se puede atribuir a la mejora del estado de salud; principalmente el número de terneras (y días) sin diarrea. En comparación con el grupo control, los días de tratamiento médico y el número de terneras tratadas por problemas digestivos o respiratorios disminuyó a menos del 50% para el grupo con butirato sódico en relación con el grupo control (Fig. 2d).
Es importante resaltar que el suplemento de butirato sódico llevó a grupos de terneras más homogéneos. Para fines de manejo y sus subsecuentes objetivos de cría, la homogeneidad de los grupos de terneras en el destete es un atributo importante. El coeficiente de variación (CV) para el peso vivo, como se muestra en la figura 3, demuestra claramente que, mientras que el CV fue similar para las terneras de hasta 6 semanas de edad, el CV para las terneras tratadas con butirato sódico fue más bajo – y continuó disminuyendo – más allá de las 6 semanas de edad. Durante el mismo periodo, el CV del grupo control siguió aumentando (≥ 12 %). Si observamos la distribución del peso de los dos grupos de terneras, parece que al final de la prueba, el grupo con butirato sódico tuvo menos terneras con un peso más ligero. De hecho, el peso medio para el cuartil más ligero del grupo con butirato sódico fue de 95.8 kg y para el grupo control, de 84.4 kg; mientras que, al principio de la prueba, el peso medio del mismo cuartil del grupo con butirato sódico fue de 39.8 kg y para el grupo control, 40.4 kg, respectivamente. La diferencia entre las terneras en el cuartil más pesado de ambos tratamientos fue menor. Al principio de la prueba, el peso medio de este cuartil fue de 54.2 y 52.8 kg para los tratamientos con butirato sódico y control, respectivamente; y al final de la prueba, sus pesos medios respectivos fueron de 114.8 y 112.3 kg. Estas diferencias en las respuestas parecen sugerir que son las terneras más ligeras las que más se benefician del suplemento de butirato sódico. Se han obtenido resultados similares en la estación de investigación de la University College de Dublín (Irlanda) (Kelly et al., sin publicar).

Fig. 3. Coeficiente de variación (CV) del peso vivo de terneras Holstein alimentadas con leche pasteurizada con o sin 0.2 % de butirato sódico (Adimix-Pro).
Hemos probado recientemente el efecto de Adimix-Pro en las dietas recibidas por jóvenes terneros en una estación de investigación del IRTA (Devant, sin publicar). Se recibieron los terneros de varias granjas después de horas de transporte variables. En cuanto fueron recibidos, los terneros fueron asignados al azar a 8 corrales (19 animales/corral). El peso inicial fue 136.4 kg y tenían un promedio de edad de 111 días. Todos los animales recibieron la misma dieta concentrada, calculada para representar aproximadamente el 90% de su ingesta ad. Libitum, y además de esto, los terneros tuvieron acceso libre a paja de cebada. Se aplicaron dos tratamientos: una dieta control consistente en un alimento concentrado completo, y una dieta de prueba que contenía Adimix-Pro en un 5 % (aproximadamente 2.5 % NaHBu) de la dieta concentrada. Esto representa una dosis que está cerca de un factor 10 mayor que aquel utilizado en terneros alimentados con leche. Se usó una dosis mayor para proporcionar un tratamiento terapéutico así como profiláctico. Las dietas concentradas se equilibraron para todos los nutrientes, con especial atención en los contenidos de energía neta, proteínas y sodio.
Los pesos vivos de los terneros se registraron semanalmente y durante un periodo de 6 semanas. Los resultados se muestran en la Figura 4 y la Tabla 4 (debajo).
No hubo diferencias significativas en el peso vivo de los terneros durante el periodo de 5 semanas. Sin embargo, los GMD en las semanas 1, 2 y 4 fueron significativamente más altos (P<.05) para los terneros con Adimix-Pro, lo que resultó en pesos corporales numéricamente superiores de los terneros que recibían Adimix-Pro. Como en pruebas anteriores, el CV para el peso vivo se vio afectado significativamente (P<.001) por el tratamiento de Adimix-Pro. Desde la primera semana de la prueba, el CV fue más bajo para los terneros que recibían Adimix-Pro y esto continuó en una tendencia a la baja, mientras que el CV para los terneros control se mantuvo sin cambios (Fig. 4B).
Fig. 4A y 4B. Peso corporal y coeficiente de variación (CV) del peso corporal de los terneros que recibieron 5 % Adimix-Pro frente a los Control; del día 1 al 42 de prueba.

Tabla 4. Registro de salud individual de los terneros que recibieron 5 % Adimix-Pro, frente a los Control; 1-35 días de prueba.
Los datos de salud de los terneros en prueba, como se reportan en la Tabla 4, muestran que los terneros con Adimix-Pro presentaron una incidencia significativamente menor de problemas de salud. Estas diferencias en el estado de salud de los terneros estresados pueden explicar la mayor ganancia de peso y la menor variación en peso vivo entre los terneros que recibieron Adimix-Pro. También sugieren que, incluso, en terneros más mayores – con una fermentación del rumen alterada y probablemente desequilibrada – el butirato puede tener un efecto beneficioso significativo en la salud y el rendimiento de estos terneros. Como en pruebas anteriores – y sugerido por los CV y PC (peso corporal) reducidos – este efecto probablemente se asocia más con mejoras en la salud y el rendimiento de terneros más pequeños o más ligeros con un estado inmunológico más severamente afectado.
Conclusión.
• Adimix-Pro – un producto de fermentación anaeróbica normal y, por tanto, completamente natural – cuando se añade en leche, sustituto lácteo y pienso de arranque mejora el rendimiento en términos de ganancia de peso e índice de conversión de los terneros. Esto se ha demostrado para terneros de reemplazo y de carne, pero también para terneros estresados.
• La base fisiológica para el modo de acción de este aditivo natural está siendo dilucidada pero las mejoras en la integridad y madurez del TGI junto con una mayor secreción de enzimas digestivas y el estado inmunológico se han demostrado en investigaciones previas. Como tales, los resultados adicionales aquí presentados, sugieren que los terneros jóvenes y los terneros estresados tienen una deficiencia relativa de butirato y que un tratamiento suplementario con butirato puede utilizarse para aumentar el desarrollo temprano y superar el estrés.
• El nivel óptimo de butirato sódico – especialmente bajo condiciones prácticas – no se ha determinado, pero probablemente dependa de la madurez fisiológica y el nivel de estrés. Los terneros que están relativamente menos desarrollados o que están sujetos a un mayor estrés probablemente se beneficien más y en más niveles del butirato suplementario que los terneros más mayores, más pesados y menos estresados.
• En los terneros jóvenes, Adimix puede considerarse como un promotor de crecimiento natural efectivo y como sustituto de antibióticos.
* (Con un agradecimiento especial a Dr. J.C.Herrera, Nutriad Mexico; Mr T. Péter de la granja Hod-Mezögazda y Mr. O. Czirbus de Panadditiv, Hungría, por su información/datos cuidadosamente recopilados y su valiosa cooperación).
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