Situación Actual.
Un análisis de la forma como transcurre la ganadería para carne en el país, revela un panorama desconcertante. La mayoría del ganado, salvo algunas excepciones, muestra signos de consanguinidad causada por el uso de toros que son hermanos o padres de las vacas que sirven. Las praderas no son fertilizadas, ni renovadas y menos irrigadas, su recuperación es muy lenta, y gran parte del tiempo los pastos son de muy baja calidad nutritiva. Los ciclos de producción primaria transcurren entre la inundación y la sequía, durante las lluvias los animales padecen pudrición de los cascos y parasitosis a pesar de las cuales los animales ganan un poco de peso, para luego perderlo y en ocasiones morir por deshidratación y hambre durante la sequía.
Bajo tales condiciones estos animales llegan a los 4 o 5 años de edad con un peso de apenas 400 Kg cuando van al matadero con carnes endurecidas por la edad y el excesivo desgaste físico en busca de alimento.
Una vaca sujeta a tal régimen no ovula ni exhibe estros después de parir, hasta un año o más tarde, cuando vuelve a preñar. Es pues común que la tasa anual de nacimientos sea entre el 30 y 50% (en el mejor de los casos, un parto cada tercer año). Esta baja tasa reproductiva se ve determinada no solo por la inactividad ovárica, sino por la elevada muerte embrionaria y la frecuente mortandad de neonatos, dada su debilidad al nacer, e imposibilidad de seguir a sus madres, convirtiéndose en victimas de depredadores, o de enfermedades al ser incapaces de consumir su calostro.
Los suelos planos dedicados a la ganadería se ven deforestados, compactados y salinizados en grandes extensiones del país. Es fácil ver que de continuar este desmedro, en pocos años serán estériles y en vía a la desertización, habiéndolos perdido para siempre. Se habrá repetido la historia del norte de África, donde una selva se convirtió en el Sahara. Nuestros llanos orientales fueron alguna vez un bosque tropical húmedo, parte de la Amazonía.
Las tierras de ladera en las montañas están siendo mal usadas para cultivos de pan coger, haciendo surcos a lo largo de la pendiente que intensifican la erosión por escorrentía. También se hace ganadería con animales sueltos que suben y bajan la pendiente, malgastando en esto la energía que debiera ser para producción y exponiéndose al rodamiento, pero más nocivo aún, acelerando la erosión y remoción de la capa vegetal.
Soluciones convencionales.
Existen técnicas practicadas comúnmente en otros países, usadas para mantener la productividad del suelo, las praderas y los animales. La más extendida es la fertilización en base al análisis del suelo, para reemplazarle los nutrientes que le fueron extraídos por los animales. El control del exceso de aguas lluvias o nieve se realiza mediante drenajes y conducción del agua a reservorios para ser usada durante la estación seca en irrigar y para el consumo animal. La protección del suelo contra el pisoteo, la compactación y salinización se realiza rotando los potreros a cortos intervalos, pero cuando es insuficiente, mediante la descompactación mecánica, la renovación de praderas y el descanso; estas técnicas requieren de maquinaria e insumos muy costosos.
El exceso de alimento que se produce durante la primavera y el verano se cosecha cuando llega a su mayor crecimiento y calidad, se seca y se convierte en heno o se ensila para alimentar los animales durante el invierno. De nuevo, mediante el uso de maquinaria e instalaciones de alto costo. Gran parte del tiempo los animales permanecen estabulados y son alimentados con mezclas vegetales con alto contenido de materia seca y suplementos energéticos y proteicos para su terminación, o durante el periodo de transición y lactancia de las vacas, las cuales mantienen su condición corporal y preñan entre el segundo y tercer mes post parto, para dar una cría por año.
Como se aprecia, varias de estas soluciones además de costosas son perentorias o de corta duración, pero indispensables para mantener el nivel de productividad y rentabilidad y sobre todo para conservar el equilibrio ecológico ambiental del que depende la futura viabilidad de estas operaciones.
Soluciones posibles dentro de nuestra situación socio económica y ambiental.
Para focalizar el tema, generalicemos diciendo que existen dos tipos de ambientes bajo explotación ganadera en el país, los planos de clima frio o templado, propios de los altiplanos andinos, dedicados a la producción de leche y los semiplanos de clima cálido cuya vocación es la producción de carne y comprenden, las sabanas costeras caribeñas, los valles inter Andinos y los llanos orientales.
Existe una tercera categoría de suelos poco utilizados de clima medio que corresponden a los terrenos quebrados de los Andes. Entre estos se definen tres ambientes: las cumbres o paramos de tierra fría, donde las nubes descargan constantemente su humedad y los bosque andinos húmedos de vegetación nativa. Estos dos ecosistemas son intocables, porque son reservas acuíferas protegidas por ley, de las cuales se surten los acueductos de las más populosas ciudades y deben ser declarados parques nacionales. A pesar de esto, siguen siendo ilegalmente deforestados o usados en labores agrícolas o ganaderas transitorias.
El tercer ambiente está constituido por laderas de clima medio, usadas en ganadería de baja escala, en cultivos de minifundio o pan coger y por tierras que aún no son usadas dada su inclinación, baja fertilidad o escasa capa vegetal. Estas tierras rodean las ciudades de los altiplanos, ciudades cuya continua expansión está dejando sin tierra a las ganaderías de leche, alimento que se reemplaza con leche en polvo importada o traída de climas cálidos, causando que un alimento que solo contiene un 10% de solidos nutritivos, resulte muy costoso. Es aparente que el espacio de ese tercer ambiente puede ser el único disponible para recibir la ganadería especializada en leche, disponiendo de técnicas adecuadas, como las que a continuación se exponen.
Una nueva ganadería de leche en las laderas.
Las tierras de ladera cercanas a los centros de consumo, pueden ser convertidas en ganaderías de leche aplicando algunas técnicas de manejo del ganado, de la tierra y de su producto; plantas forrajeras adecuadas. Como ha sido expuesto, estos terrenos deben protegerse contra la erosión mediante cinturones de leguminosas arbustivas comestibles y fijadoras de nitrógeno. Las raíces profundas de estos arbustos estabilizan la tierra previniendo los deslizamientos del terreno y la pérdida de la capa orgánica por escorrentía. Otro notable beneficio de los arbustos, es desacelerar con su hojas la lluvia, que de golpear con fuerza el suelo lo levanta y lo lava. Otro gran beneficio es la retención del agua lluvia mediante la absorción capilar que ejercen las raíces y la utilización de esa agua subterránea durante la sequía, mediante la evapo-transpiración del follaje arbóreo.
Las franjas entre los cinturones de arbustos podrán cultivarse con pastos perenes de corte, que crecen a más de 2 mt de altura. Estos serán sembrados por franjas longitudinales a lo largo de la pendiente, en días sucesivos, para ser cosechados en el mismo orden, una franja por día, atando y cortando manojos, los que serán colgados a un cable tendido entre ruedas ubicadas en la parte alta y baja de la montaña y transportados por gravedad hasta el corral donde serán picados y ofrecidos a las vacas, estabuladas en la parte baja de la finca. (Figura 1). Este pasto puede completarse con hojas de los arbustos, ricas en proteína y con leguminosas de cobertura que pueden crecer bajo los árboles.
Observemos cómo este tipo de adaptación del terreno a la ganadería, puede ser benéfico para los animales, para el suelo y para el ambiente: el sistema descrito hace posible alimentar las vacas con la cantidad necesaria, de un pasto cortado en el momento de su mayor crecimiento, en su mejor estado nutricional y de manera continua, factores de productividad de alto valor, imposibles de lograr en nuestras actuales ganaderías.
Mediante inseminación sincronizada, pueden generarse cruces bien adaptados a este ambiente, usando una base cebuina o criolla, cubierta con ganado lechero pequeño, como el Jersey. Tal cruce puede ser tan productivo como una raza de gran tamaño, al tiempo que se eliminan los partos difíciles y el malgasto en energía de mantenimiento del ganado pesado y la energía gastada en buscar el alimento. La misma estabulación elimina el pisoteo y el rodamiento del suelo y de los animales que a veces se ven pastando en lomas.
Creando un piso afirmado en el corral, el ordeño podrá instalarse en la parte alta, y las excretas colectarse en fermentadores ubicados en la parte baja, para producir gas combustible y abono líquido que puede bombearse para fertilizar los pastos. Con este tipo de ganadería se habrán rescatado tierras marginales o en gran peligro de degradación, acelerada por las labores a que se han dedicado.
Sin embargo, existe un factor humano que debe resolverse creando un ambiente de entendimiento entre los actuales poseedores de esas tierras y el empresario productor de leche quien necesita hacer una inversión, productiva solo en el mediano plazo, cual es la arborización de las pendientes y posteriormente la compra del ganado. Mejor que comprar las tierras puede ser aprender a trabajar cooperativamente, para que el hombre de campo aporte la tierra y su trabajo y el empresario la tecnología y el capital, en beneficio mutuo.
Fin de la ganadería extensiva, comienzo de la tecnificada a la colombiana.
Los terrenos planos del país para ganadería son abundantes, y de buena fertilidad los de los valles inter Andinos, los de las sabanas costeras del norte y los del pie de monte llanero, se encuentran bajo explotación con diferentes grados de tecnificación. Los demás se encuentran en los llanos orientales y varían desde los inundables del norte del rio Meta, no aptos para ganadería, hasta los de las sabanas de la altillanura con pastizales nativos de baja calidad.
En general esta extensa región oriental corresponde a ultizoles y oxizoles de baja fertilidad, marcada acidez y toxicidad por exceso de aluminio o hierro. Esto no significa que sean inútiles, hoy se acepta que mientras haya agua, se puede hacer un jardín aún en el desierto, y agua es lo que caracteriza a estos parajes. Aunque es por demás cierto, que dejada al capricho de la naturaleza, el agua a veces puede ser destructiva y a veces hacerse esquiva, revelándonos que es una solución de manejo y control del agua lo que haría fecundas estas tierras y más productivas a las demás, dedicadas a la ganadería incluyendo a las de las mejores tierras con mayor o menor tecnificación, y que son más fácilmente adaptables a los avances técnicos que aquí se exponen.
Controlar el agua significaría conservar el exceso que se produce durante la estación lluviosa y dosificarla durante la sequía, construyendo canales y reservorios de alto costo y poca duración. Después de muchos intentos fallidos en muchas partes del mundo, hoy podemos concluir que restaurar la biodiversidad propia de la naturaleza puede ser la solución al alcance de nuestras posibilidades económicas. El conjunto de estas técnicas lo denominamos “Cuña por día” Su componente inicial es la siembra de leguminosas arbustivas o arbóreas y a su alrededor leguminosas de cobertura del suelo. Los árboles se ubicarán en hileras paralelas orientadas de oriente a occidente, para disminuir las sombras sobre las bandas entre las hileras, las que serán sembradas con pastos.
Las profundas raíces de los árboles actúan como extensos sistemas capilares que llevan el agua lluvia a la profundad del terreno, evitando la inundación y disminuyendo la evaporación causante de la extracción de sales a la superficie de la tierra. Al término de las lluvias, a través de las mismas raíces, la evapo-transpiración del follaje arbóreo, extrae el agua del subsuelo, para ser evaporada, creando una atmosfera húmeda que prolonga la vida de las pasturas durante la sequía. Este ecosistema subterráneo, constituye un extenso reservorio de agua, dentro del cual puede taladrarse un pozo a donde drena el agua para consumo del ganado y aún para regar las pasturas durante la sequía.
“Cuña por día” significa que el terreno que alberga el ganado se pastoreará de forma rotativa, en el orden en que fue sembrado, mediante dos cercas eléctricas que se moverán a diario y que confluyen desde la periferia hacia el centro del terreno, donde se encuentra el bebedero alimentado por agua del pozo, mediante una bomba movida por energía eólica. La electricidad para las cercas podrá ser generada mediante un panel solar ubicado sobre la estructura que sostiene la hélice de la bomba extractora. (figura 2).
La cuña dentro de la cual permanece el ganado, podrá ampliarse o cerrarse de acuerdo a la cantidad de forraje aforado y el número de animales que alimentar en el día, de modo que todos coman hasta saciarse. Este corto tiempo de pastoreo permite: evitar la compactación del suelo, evitar que las plantas sean comidas hasta el suelo matando las yemas germinativas, lo cual acortará en gran manera el tiempo de recuperación del pasto. Y tercero, que las heces fertilizantes puedan esparcirse, usando unas llanta viejas ensartadas por un lazo cuyos extremos serán uncidos a un burrito o buey, encargado de recorrer las llantas sobre el terreno de un extremo al otro.
El ambiente descrito será acogedor para el ganado, encontrará sombra donde echarse a rumiar protegido del sol, así como alimento fresco y de óptima calidad, agua, sal mineralizada y demás suplementos nutricionales alrededor del bebedero, sin necesidad de caminar largas distancias, o estar moviendo las bateas o bebederos, ni tender mangueras por los potreros, o transportar agua y demás insumos. Será útil hacerle al piso un afirmado en recebo para evitar el enlodamiento alrededor del bebedero.
Este sistema concebido para satisfacer nuestras necesidades, supera en varios aspectos al sistema Voisin de rotación de potreros, Es mucho más barato, elimina la necesidad de cercas fijas, de tubería de distribución del agua y ofrece una óptima utilización y recuperación del pasto, previniendo el daño de sus raíces por arrancamiento y sobre-pastoreo, al tiempo que puede llegar a resolver las nocivas fluctuaciones de la disponibilidad del agua.
Que puede hacerse en las regiones que permanecen inundadas hasta por 8 meses cada año, como ocurre desde el norte del rio Meta hasta el rio Arauca y otras regiones cenagosas a lo largo de ríos caudalosos? En 1988 este autor con J. Jorgenson y M. Millan, publicamos una tesis y un estudio de 5 años (Revista Nacional de Zootecnia, Vol 5, No 29, Sept Oct, 1988), sobre la dinámica poblacional y hábitos del chigüiro, conducentes a un manejo racional de la especie, la cual abundaba en esas regiones, donde era cazado sin control alguno.
La conclusión del estudio fue que esas regiones no eran aptas para criar ganado, el cual moría por hambre y parasitismo, mientras el chigüiro, animal semi-acuático, adaptado a comer una amplia variedad de plantas hasta cortezas de árboles y plantas acuáticas, se reproducía dos veces al año con camadas de unas 5 crías y podía producir entre tres y cinco veces más carne por hectárea que el ganado, no había que comprarlo y todo lo que se requería era mantener un cuerpo de agua permanente, donde las manadas se concentraban en el verano. Obviamente las extracciones selectivas, de machos jóvenes, se harían al inicio de la sequía cuando el alimento comenzaba a escasear y se les mantendría un recipiente con sal mineralizada mezclada con un parasitida. La carne del chigüiro es más tierna y de mejor sabor que la bovina cuando este proviene de ganado famélico. En aquellos días los salones de chigüiro eran subrepticiamente exportados a Venezuela donde los pagaban al doble del valor de la carne. Los zoocriaderos, idea que estaba en boga, resultaron ser un rotundo fracaso, pues encerrar en un área restringida una manada, los exponía a morir de hambre en la sequía y el estrés a que se les sometía los tornaba agresivos entre sí y dejaban de reproducirse.
Oportunidad única en muchos años.
La economía del país se ve convaleciente desde el desplome del precio de los hidrocarburos y la única salida a la vista, es mejorar las exportaciones, en un momento de contracción de los mercados a nivel mundial. Entre los productos nacionales con potencial exportable, el único promisorio, con aumentos sostenidos de su precio, es la carne de alta calidad, la cual escasea en el país, pues la forma de producirla requiere de técnicas como las aquí presentadas, que aunque disponibles y adecuadas a las posibilidades ambientales y socio económicas del ganadero, no se practican al nivel requerido para exportar.
La presente exposición deja en claro que tenemos al alcance de nuestras manos la manera de convertir la ganadería en una industria exportadora de carne de alta calidad, a un costo muy competitivo internacionalmente. Sin embargo a las técnicas aquí expuestas se deben adicionar algunas herramientas que viabilizan el éxito de tales operaciones. A continuación una enumeración de las más importantes:
1.Estacionalizacion de la producción, 2.Inseminación sincronizada, 3.Salud preventiva, 4.Cria artificial de terneros, 5.Suplementacion durante el periparto .
- La estacionalización en el trópico, consiste en hacer coincidir los nacimientos con el período de máxima producción forrajera que estimule las lactancias y el crecimiento temprano de las crías. Se logra mediante la inseminación sincronizada de todo el hato al mismo tiempo.
- La inseminación sincronizada se logra mediante el uso de un dispositivo, dentro los que se destaca el nacional DP4, que instalado en la vagina libera Progesterona a la dosis que lo hace un Curpo Luteo 4, y que al ser retirado desencadena, como la luteolisis, los estímulos hipotalámicos e hipoficiarios que culminan en la ovulación. El uso más benéfico que podemos darle es el de preñar vacas entre los dos y tres meses de haber parído, resolviéndoles el anestro en que se encuentran con el dispositivo, sin más hormonas exógenas.
- La salud preventiva se inicia re-vacunando a las vacas un mes antes de su parto, de manera que su calostro, ordeñado a fondo, proteja al ternero contra las enfermedades prevalentes en la región. Se continúa haciendo que el ternero beba 3 Lt de calostro al nacer y otros 3 antes de las 6 horas de nacido, esto solo se logra usando una sónda gástrica.
- La cria artificial la iniciamos atendiendo el parto y al recién nacido y manteniendo la cría separada de la madre, forzando al ternero a tomar de un biberon 2 Lt de leche 2 veces al día la primera semana, e incrementándole 2 Lt por día cada semana hasta la cuarta. El segundo y tercer mes lo alimentamos con un lacto reemplazador granulado, hecho por nosotros, en cantidad inicial de 1.5 Kg/día e incrementos semanales hasta llegar a 2 Kg al final del segundo mes. Un kilo de este lacto reemplazador equivale a 10 Lt de leche, volumen que un ternero no puede tomar y que vale la mitad del valor de esa leche. Al tercer mes se le merma al lacto reemplazador semanalmente, cambiándole la merma por una mezcla de heno picado y almidón, hasta el cuarto mes cuando pasa a consumir heno y leguminosas en comedero y pasto ad libitum. Con este régimen se aprovecha al máximo la acelerada tasa de crecimiento del neonato, de manera que acostumbrado a este nivel de ingesta, llega a unos 400 Kg al año y medio, cuando puede ser faenado para obtener carne Premium.
- La marcada pérdida de peso, hasta de 100 Kg, que sufre la vaca durante el periparto, cuando inapetente debe sacrificar sus reservas para sostener la exponencial ganancia de peso del feto hasta el parto y luego durante el pico de su lactancia, cuando convierte sus músculos en leche, hace que la vaca no preñe hasta restablecerse, lo cual con solo pasto se logra hasta un año después de parida.
En numerosas experiencias hemos logrado que la vaca llegue al parto y mantenga su condición corporal en 3.5 durante todo el periparto y luego preñe con ayuda del DP4 entre los dos y tres meses de parida. Esto se logra suplementando su alimentación en cada ordeño (2 al día) con 2 Kg de maíz triturado, adicionado de 200 gr de Glicerol NP (enriquecido con nitrógeno y fosforo) y de otros 200 gr de grasa-Ca (sobrepasante). El costo de esta comida es de $3500 y equivale a los nutrientes en 10 Kg de un concentrado para vacas que valen $10000.
En conclusión
Pocas veces el país ganadero se ha visto frente a una oportunidad tan auspiciosa para convertirse en una industria exportadora de carne. En primer lugar goza de tierras baratas y fácilmente adaptables al cambio requerido, con aguas abundantes y manejables mediante la siembra de árboles, que de sí, rinden otros importantes beneficios. Dispone de tecnologías desarrolladas en Colombia para Colombia, con las cuales, hacer producir un ternero por vaca cada año, el que tendrá una salud casi perfecta, se convertirá en animal faenable en año y medio, o ternera que preñará a la misma edad, consumirá forrajes en forma continua y de óptima calidad. Esto se logra con una inversión mínima, comparada con la que se requiere para que la agricultura genere el mismo resultado. Todo lo que falta es un cambio de mentalidad y la voluntad para hacerlo.
Figura 1
Figura 2