EXTUNISA
5 de julio de 2023
Estimado Daniel, interesante tema que es, además, completamente común en los países, porque todos pasamos por el mismo impacto. Comprendo tu planteamiento y preocupación, creo que, al tratarse de pandemia, la mayoría hemos pensado en similar forma, obviamente, con base en el impacto que causó en cada país.
Sería ingenuo e irrespetuoso decir que todos podemos superarlo en igual forma y tiempo; cada país, con sus peculiaridades, debió hacer frente como pudo. En mi país, El Salvador, además del impacto de la pandemia, debimos enfrentar otros problemas internos, para luego ver hacia adelante, y lo estamos logrando con gran dosis de optimismo, lucha diaria, y a veces, no escuchando a quienes no conocen lo que hemos vivido y, por tanto, no comprenden los esfuerzos que estamos haciendo.
Cada país vivió y sigue viviendo el impacto de la pandemia por COVID, en diferente forma. Por supuesto que el impacto fue fuerte, pero llegamos a la conclusión que el daño ya está hecho y debemos seguir, además, cada país tiene sus propios líos y no todas las soluciones aplican en igual forma; es harto conocido por el mundo el conflicto que generan las pandillas que, en nuestro caso, nos hizo tanto daño o quizá mayor que la pandemia de Covid, y eso fue lo que debió tomarse primero como decimos “al toro por los cuernos”, para luego trabajar en lo demás.
Problemas tendremos siempre, pero al enfrentarlos con ánimo y la decisión de vencerlos, pueden superarse, todo dependerá del trabajo en equipos, es decir, cada uno haciendo su parte. Nosotros no estamos bien, seguimos trabajando en superar las debilidades, que son muchas, pero sin retroceder o detenernos, ni siquiera para tomar impulso, como dice la frase.
Los países grandes con grandes recursos, obviamente tendrán menos áspero el camino; nosotros debemos hacer malabares con lo poco que tenemos. Te expreso que comprendo perfectamente lo que manifiestas, pero la vida sigue y no podemos atrasarnos; mucho de lo perdido no podremos recuperarlo, pero aparecen otras oportunidades y es bueno ponerse en posición de verlas.
Los daños recibidos, por diferentes causas, son grandes y no prometen parar o desaparecer y acaso, aparecerán otros. Son tantos, que se dificulta abordarlos juntos, pero quizá podríamos separarlos por prioridades, teniendo presente que en todo podemos encontrar oportunidades; y lo expreso con la certeza que el hambre nos hace encontrar alimentos.
Su escrito es retador en tanto que invita a encontrar oportunidades donde con ojo normal creemos que no existen. Así estábamos en El Salvador, vencidos, desanimados, y ahora hemos visto oportunidades donde lo único que se veía era fracaso, y por supuesto, nos hace falta muchísimo, lo bueno es que estamos ya en camino.
Animo a establecer prioridades, son demasiados problemas para abordarlos juntos y, es importante hacerlo en equipo porque una sola persona, no tiene la solución para todo.
Daniel, creo acertado que se haya publicado tu artículo porque plantea una realidad en la que todos estamos inmersos, y obviarla sería un error.
Veo el miedo como una advertencia que nos pone en alerta, lo veo positivo siempre que sea para evitar daños y para crear oportunidades; al miedo no hay que tenerle miedo, pero creo importante aprender a manipularlo a nuestro favor.
Abrazo cordial.