Pasturas perennes

Desde la Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales consideramos que la siembra de pasturas perennes para la presente campaña de otoño 2011, representa una oportunidad de recomposición de recursos forrajeros única desde la última década. Hoy, la inversión para la siembra de una hectárea de pastura puede recuperarse en los primeros meses de producción de carne del campo.

En ese sentido, se aporta una reflexión sobre si conviene ahorrar costos o incrementar la eficiencia.

Si analizamos los costos de implantación de una pastura perenne de base festuca alta para los últimos tres años, en términos de su inversión en pesos y kilogramos de carne por hectárea, nos encontramos con que (ver Cuadro 1):

La inversión demandada para las próximas siembras representa menos de un 5 por ciento de incremento en pesos en los diferentes costos involucrados. Sin embargo, cuando se mide la inversión en el producto final obtenido, esta inversión representa 117 kg de carne por hectárea, es decir, un 17,6 por ciento menos de lo requerido en el año 2010 y un 40 por ciento del valor requerido durante la campaña de siembras 2009.

Estos 117 kg de carne necesarios para recuperar la totalidad de la inversión en la siembra de pasturas, se ha comprobado en muchos casos reales que son recuperados con los primeros tres meses de producción del recurso.

Un modelo productivo eficiente debería incluir en su inversión un costo de manutención anual de la pastura que involucre el uso de fertilizantes y control de malezas e insectos. Y también resultaría lógico presupuestar una intersiembra de especies forrajeras al tercer o cuarto año de la pastura.

Al analizar los costos totales involucrados en la inversión, durante los cinco o seis años definidos como objetivo de producción, podemos comprobar que las semillas forrajeras representan un 15 por ciento del total de la inversión a lo largo de los años y el rubro fertilizante resultaría el de mayor impacto, con una respuesta más que comprobada de la producción de materia seca a la unidad de fertilizante aplicada.

Indudablemente, con la realidad actual, la forma más eficiente de producir pasto y acceder al excelente negocio ganadero que se presenta, no es ahorrando costos sino incrementando la eficiencia productiva. Producir alta cantidad de pasto, materia seca y luego su transformación a producto animal.

¿Qué sentido tiene ahorrar en la inversión en semillas forrajeras, cuando su impacto final en la inversión total es tan bajo? ¿No se deberá aumentar el rigor en el momento de seleccionar las semillas forrajeras que representan el inicio del negocio completo?

 

Además de analizar en profundidad la inversión a realizar en la siembra de pasturas, resulta clave definir los objetivos buscados. Cuál es el nivel de producción de materia seca demandado al recurso y vinculado al objetivo de producción animal final.

Basado en casos productivos verídicos, se puede estimar la composición global del negocio que se consigna en el Cuadro 2, utilizando productividades de pasto reales, y eficiencias de aprovechamiento y de conversión de materia seca a carne obtenidas en planteos eficientes de producción.

La realidad actual productiva no sólo proyecta la obtención de rentas históricamente alentadoras en la producción ganadera, sino que permite realizar una efectiva competencia con otras producciones agropecuarias. No sólo posibilita abrir nuevos horizontes a las nuevas tierras ganaderas -ampliación de fronteras hacia zonas marginales- sino también generar un excelente escenario para las tierras con aptitud agrícola.

 

Costos de implantación de una pastura perenne de base festuca alta para los últimos tres años, en términos de su inversión en pesos y kilogramos de carne por hectárea.

Fuente: Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales

Composición global del negocio, utilizando productividades de pasto, y eficiencias de aprovechamiento y de conversión de materia seca a carne reales.

Fuente: Cámara de Semilleristas de la Bolsa de Cereales