Es bien conocido que la gran mayoría de la producción lechera en la Región Sur del Ecuador se caracteriza por utilizar sistemas de producción de leche bien definido, en alusión a la carga animal que experimenta y las tecnologías de desarrollo pecuario que aplica: el extensivo.
Este sistema extensivo adquiere dos perspectivas en su forma de producción: 1.- se constituye como una forma de manejo de tierra, que se dinamiza en el ámbito familiar de la clase campesina e indígena, donde el manejo de los componentes del sistema se realiza en forma tradicional, respetando creencias ancestrales y destinados a producción de leche para el consumo local y 2.el sistema extensivo utilizado en la propiedad privada.
Dentro del sistema extensivo, surge un nuevo un análisis a nivel de finca, un nuevo sistema de producción conocido como "sistema de fincas", misma que según el caso (superficie, calidad de suelos, mano de obra y disponibilidad económica) se maneja por separado con subsistemas agrícolas, pecuarios, o ambos a la vez, incorporando en otras ocasiones subsistemas forestales, de transformación de productos, y actividades económicas no agrícolas (artesanías), situaciones que se manifiestan en zonas específicas de la región austro-sur.
Sin embargo, se puede afirmar que el sistema de producción ganadero típico en esta región, en realidad constituye un sistema semiintensivo, de acuerdo a las características del manejo que poseen los pequeños y medianos productores. Así mismo, se sostiene que este sistema semiintensivo, puede clasificarse en sistemas que están en función del componente alimenticio que cada productor concibe y desarrolla, lo que conduce a denominar a estos sistemas como sistemas sin tecnología agrícola, o sistema de bajos insumos tecnológicos, cuyo principales formas de alimentación son el pasto y/o forrajes complementados con leguminosas, tubérculos, árboles, cultivos, subproductos agrícolas (banano de rechazo, subproducto de cacao, pajilla de arroz). La parte intensiva de estos sistemas radica en la incursión de algunos de las siguientes variables: el control del pastoreo, su tendencia a su conservación, mejoramiento y almacenaje, utilización de maquinaria, fertilización, riego, entre otros. Los siguientes contenidos permiten insertar denotar en una tipología de sistemas semiintensivos utilizados en función de la alimentación y que se describen a continuación.
1. Sistema sin riego con pastos mejorados
Existen alternativas de bajo costo y amplio impacto para mejorar la productividad de las áreas abiertas al pastoreo extensivo en Latinoamérica, tales como el aprovechamiento sistemático de los recursos genéticos nativos y el mejoramiento de pastos. Las experiencias en el mejoramiento de Brachiaria spp. y Panicum spp., han demostrado su impacto positivo en la productividad lechera, lo que ha denotado en un incremento significativo en la comercialización y siembra de cultivares de Brachiaria, en países de la región Latinoamericana. El efecto más directo de la adopción de pasturas mejoradas se observa en los incrementos en productividad de carne y leche.
Resultados en fincas de doble propósito de Centroamérica, Colombia, Panamá y México también muestran más producción con otras especies de Brachiaria y otras gramíneas tropicales de uso común en las fincas, cuyos efectos positivo además se reflejan en la mayor carga animal que puede soportar, lo cual se traduce en incrementos significativos de leche por unidad de superficie. Siguiendo la tendencia observada a través de toda América Latina tropical, en Ecuador, los últimos 15 años han sido testigos de la expansión en el área de pasturas basadas en Brachiaria (Brachiaria decumbens, B. humidicola, B. brizantha). Estas tecnologías de mejoramiento basadas en Brachiaria pueden aumentar la productividad de leche hasta 2700 kg/ha/año como promedio, frente a 1800 kg/ha/año promedio cuando este pasto no es mejorado.
Los pastos mejorados, particularmente las gramíneas asociadas con leguminosas, permiten aumentar la productividad animal en sistemas de producción tipo doble propósito. A nivel de finca el efecto principal se nota en la mayor carga animal en los pastos mejorados y no tanto en los incrementos diarios de leche por vaca; además de mejoramiento de la materia orgánica del suelo y al incremento de microorganismos benéficos del mismo como son las lombrices, las cuales mejoran la aireación y la fertilidad, y reducen los riesgos de degradación de los suelos bajo pastoreo.
El plan de mejoramiento de las áreas de pastos, esta ligado al mejoramiento del pastizal nativo, compuesto por diversas especies de gramíneas de bajos rendimientos y poca calidad, sobretodo, cuando no se utiliza riego, con lo cual se incrementan sus rendimientos y su calidad, permitiendo superar el déficit de materia seca y alcanzar las respuestas en la producción animal. Los criterios para adoptar y establecer nuevas pasturas en una finca es una decisión de largo plazo que implica una alta complejidad en su análisis e involucra numerosos factores de riesgo biológico y económico. La inversión en pasturas mejoradas es de mediano y largo plazo en la cual muchos de sus beneficios no son inmediatos, sino que se difieren a lo largo de prolongados períodos en los cuales pueden ocurrir cambios sustanciales en las condiciones económicas (por ejemplo, cambios de precios) y ambientales (plagas y enfermedades, sequías). Estas circunstancias hacen que la decisión de invertir en pasturas involucre un alto nivel de riesgo.
2. Sistemas que utilizan los subproductos agroindustriales
La actividad agrícola con amplio desarrollo tecnológico en la región sur del Ecuador, se centra en la producción de banano, en sus formas convencional y orgánica, cuyos subproductos (banano de rechazo) es ampliamente utilizado en la alimentación del ganado vacuno. Así mismo, la alta presencia de piladoras de arroz en determinadas zonas de la región, permiten el acceso a subproductos como polvillo y pajilla de arroz.
En los sistemas de bajos insumos tecnológicos con pastoreo sin riego y fertilización, la utilización de residuos de productos agrícolas como cacao, banano, arroz y polvos (residuos de piensos), aumentan solamente entre 0.1 y 0.3 L/animal/día, debido a la calidad nutritiva deficiente de los mismos. Sin embargo, al introducir indica la tecnología de asociación de gramíneas y leguminosas con riego y alimentación suplementaria con estos subproductos, permiten aumentos entre 0.7 y 1.1 L/animal/día, en condiciones de ganado especializado en leche.
3. Sistema que incluyen el uso de leguminosas
El valor nutritivo de un alimento está determinado por su habilidad para proveer de los nutrientes requeridos por un animal para su mantenimiento. Las leguminosas han sido ampliamente usadas como alimentos para rumiantes. Las leguminosas son especies que por su misma naturaleza son capaces de sintetizar altos niveles de proteínas, con una menor tasa de disminución de este componente con la edad de la planta. En el Ecuador, la forma de usar las leguminosas en la alimentación del rebaño, debe corresponder a las necesidades que posean las unidades de explotación, de las condiciones generales de los pastizales y del manejo en general del resto de componentes del sistema. Existen algunas modalidades importantes para el uso de las leguminosas, las más frecuentes son: asociaciones con gramíneas, bancos de proteínas, como forrajeras y, combinadas con otras especies arbóreas (sistemas silvopastoriles).
3.1. Asociaciones con gramíneas.
Se puede definir la asociación como la interrelación armónica y equilibrada entre dos o más especies, siendo en este caso gramíneas y leguminosas. Estas asociaciones se pueden realizar con leguminosas nativas que se encuentran presentes en el pastizal o con especies introducidas o mejoradas. En ocasiones, las especies naturales se ven amenazadas a desaparecer por acción del hombre, quien desconociendo sus bondades, realiza prácticas de mantenimiento de potreros como el control químico de malezas, perjudicándolas gravemente. Esto desmejora significativamente las condiciones nutricionales del pastizal. Las asociaciones con especies introducidas es una vía factible ante dicho problema. En este caso, se jugaría con la agresividad vegetativa, tanto de las gramíneas presentes como de la leguminosa a usar. Esto es muy importante, ya que si no existe ese equilibrio, la competencia se hace difícil, persistiendo, finalmente, la más agresiva e invasora de las dos.
Con estas asociaciones se pretende introducir en el subsistema pastizal un componente mejorador de la dieta animal, sobre todo en las épocas críticas, donde decaen drásticamente los niveles proteicos de las gramíneas a causa del estrés hídrico. También es una alternativa para mejorar pasturas pobres desde el punto de vista nutritivo.
Las asociaciones se pueden usar en diferentes formas, estando su selección particular sustentada en el tipo de especies a emplear (leg-gram) y manejo del pastoreo.
El empleo de gramíneas y leguminosas en los sistemas de explotación bovina, exige un manejo cuidadoso. Se ha observado que en la asociación de gramíneas y leguminosas sin riego ni fertilizantes, es posible el uso de altas cargas instantáneas (150-200 UGM/ha) si se dispone de suficientes potreros o cuartones que permitan el reposo necesario para que las especies se recuperen de la acción del pastoreo, por medio de la rotación en forma racional; sin embargo, no es posible el uso de altas cargas globales por unidad de superficie.
3.2. Banco de proteínas.
Un banco de proteínas no es más que un área de terreno o potrero destinado al uso exclusivo de una especie vegetal rica en proteínas, el cual puede ser usado mediante un pastoreo controlado o cosecharse mediante prácticas de cortes. Para la implantación de este sistema se requiere de especies de alta producción de materia seca, un buen desenvolvimiento durante la época seca y que garantice una buena calidad tanto química como física en el forraje.
Investigaciones realizadas en Cuba, donde el banco de proteína representó el 20 % del área total de pastoreo, se encontró que, al evaluar dos sistemas de producción, uno con segregación de áreas y otro con forraje de caña, la producción de leche fue de 9,1 y 9,4 kg/vaca/día) lo que superó en 1 kg de leche/vaca/día al potencial informado cuando se estudiaron esos sistemas sin banco de proteína. Además, la utilización del banco de proteína en este trabajo mejoró otros indicadores en las vacas mestizas (¾ Holstein x ¼ Cebú), tales como la duración de la lactancia (292 días), el intervalo entre partos (393 días) y el estado reproductivo.
En otras investigaciones, se encontró que vaquerías sembradas con pasto estrella (Cynodon nlemfuensis) y guinea likoni (Pánicum máximun) sin fertilizar y banco de proteína, se obtiene una producción de leche de 5,7 y 6,6 kg/vaca/día, respectivamente.
Una de las plantas promisorias para este tipo de sistema es la leucaena, cuyas características de rendimiento, palatabilidad y calidad la hacen una leguminosa importante para la alimentación bovina. La introducción de la leucaena en los bancos de proteína permite flexibilizar el manejo, debido a su persistencia en pastoreo después de establecida, aun en condiciones comerciales de explotación.
3.3. Forrajeras
Otra alternativa en la utilización de las leguminosas, es la de emplear especies temporales de alto valor nutritivo en forma de forraje. Se indican dos estrategias del uso de leguminosas forrajeras en la alimentación animal: para prevenir la pérdida de peso y las que aumentan al máximo las ganancias en peso vivo. La primera estrategia proporciona un uso conservador de follaje de las leguminosas y el segundo una producción orientada al abastecimiento a los animales. El nivel de suplemento requerido dependerá de la calidad del alimento basal. Por ejemplo, niveles altos de suplementación de forraje leguminoso pueden ser al 1.1% peso vivo o 33% MS para mantener al ganado, con Gliricidia sepium o con Leucaena leucocephala, aunque con 0.5% de pesos vivo o 15% MS es suficiente para mantener adecuadamente al ganado. Se logran las ganancias máximas cuando se proporcionan los suplementos a 1.0-1.5% PV (40-60% MS), los niveles más altos disminuyen a menudo el efecto nutritivo de las mismas
La aplicación de leguminosas forrajeras, posee sus limitantes en cuanto a calidad nutritiva, sobretodo en muchas partes de los trópicos húmedos. La conservación de las leguminosas es un problema debido a las condiciones de humedad que conducen a un mayor tiempo para el secado de las mismas, que reduce su calidad. Una razón mayor para el forraje de leguminosas conservado sea de calidad pobre es la pérdida de proteína que se degrada a amoníaco durante la fermentación anaerobia que produce el ácido láctico. Para prevenir que la proteína sea fuente de fermentación, se suele agregar melazas que contienen altos niveles de carbohidratos que serán destinados al proceso fermentativo. Sin embargo, la Digitaria decumbens no presenta estas ventajas al suministrarle melazas, pero existen otras especies, como gliricidia y leucaena, que junto con las melazas producen forrajes de características organolépticas apetecidas por el animal que promovieron su ingestión y posterior ganancia de peso en vivo.