La recría actualmente se encuentra en dos situaciones: la retención de terneros o recría sobre campo natural y la recría en base a granos en corrales o piquetes. Este escenario está presente en casi todas las regiones ganaderas del país, y si bien los precios de la hacienda se han ajustado y el negocio ganadero tiene otras perspectivas, la instalación de un sistema pastoril en base a pasturas cultivadas requiere al menos tres años para estabilizase y de un importante nivel de inversión para hacerlo. Por ello en lo inmediato, la mayor demanda de información se orienta a la suplementación sobre pastizal natural y las alternativas de recría en piquetes con granos.
La decisión de suplementar y los criterios que se toman para hacerlo en general están definidos por la calidad y disponibilidad de forraje. En este sentido, se planifica una “suplementación estratégica” o una “suplementación basal”. Con la suplementación estratégica se proveen nutrientes específicos o se balancea la dieta para mejorar el consumo y utilización de forraje disponible; y con la suplementación basal se reemplaza parcial o totalmente el forraje por otra fuente de nutrientes y esta es prioritariamente energética. En este último caso la dieta se compone básicamente de los alimentos concentrados que se ofrecen como ración, pero el límite entre suplementar y recriar en confinamiento (piquetes o corrales) es muy estrecho y el resultado obtenido con uno u otro sistema de alimentación puede ser muy diferente.
El nivel de inclusión de los suplementos en la dieta definen el tipo de suplementación o alimentación. La capacidad de consumo de alimento para un bovino es en promedio del 3% de su peso vivo (base materia seca). Tomando como base ese porcentaje, si se suministra una ración diaria cercana al 1% del peso vivo estaríamos hablando de una suplementación estratégica; si se encuentra por encima del 1,5% sería una suplementación basal; y superando el 2% de peso vivo deberían estar encerrados en corrales o piquetes. Esto es así debido a que, por un lado, a medida que se incorpora más concentrado el animal comienza a sustituir la fracción de la dieta que ocupa el forraje (campo natural, pastura o verdeo) por el alimento concentrado cuando la oferta de forraje es buena; y por otro, cuando la oferta de forraje es escasa el costo energético de pastoreo es tan alto que consume lo aportado por el suplemento en el acto de pastorear y no queda resto para optimizar la ganancia de peso que era el objetivo inicial de la suplementación.
Recría en “piquetes”
En este punto el primer concepto a introducir es el de piquete. ¿Por qué piquete y no corral? En la pampa húmeda donde se desarrollan gran parte de los emprendimientos ganaderos que utilizan granos para recriar o engordar, conocidos por su denominación en inglés - “feedlot” - se suele encontrar muchos problemas de formación de barro, cuando en la instalación de los corrales no se ha previsto el afirmado o impermeabilización del suelo. Este problema se acrecienta cuando la actividad se desarrolla sobre suelos pesados (caso E.Ríos) y con regímenes de precipitación por encima de los 1000 mm anuales, convirtiéndose en un “barrial” casi permanente durante otoño-invierno (Foto 1). La manera de evitarlo es utilizando piquetes. La diferencia entre los corrales tipo “feedlot” y los piquetes es la superficie asignada a cada animal. En el feedlot esta superficie oscila entre 8 y 16 m2 por cabeza y en los piquetes ronda los 50 m2 por cabeza. El mayor espacio otorgado garantiza evitar la formación de barro y todos los problemas productivos y sanitarios que esta acarrea.
Foto 1: Feedlot ubicado en Cuenca del Salado, Bs. As. (Gentileza Dr. Enrique F. Costa, FCV-UNLP)
En recría de terneros/as desde el punto de vista nutricional se debe tener muy presente que el ritmo de ganancia de peso debe ser controlada para evitar el engrasamiento temprano, por debajo del peso mínimo de faena (300 kg actualmente). Existen básicamente dos formas posibles de lograrlo:
- Componiendo las raciones con alto contenido alimentos voluminosos de baja energía (silos y henos).
- Controlando la asignación en raciones a base de granos (maíz; sorgo).
La utilización de silajes para recrías se ha difundido y adoptado en gran medida desde la aparición del peso mínimo de faena. Incluso la modalidad de utilización de jaulas autoconsumo para silos de planta entera, de sorgo o maíz, ha surgido como una alternativa práctica que resuelve el problema del suministro, evitando la utilización de palas y mixers. Con los sistemas de autoconsumo y una suplementación para corregir el déficit proteico se logran aumentos diarios de peso del orden de los 700 – 800 g/día en terneros de 120 kg en adelante (Figuras 1 y 2).
Figuras 1 y 2. Evolución de peso de novillitos recriados con silaje de sorgo (autoconsumo) suplementados con el 1% PV (50% maíz entero, 50% sorgo molido + 90g Nitrum 24).
Aunque estos sistemas con alta inclusión de silos (50 - 70 % de la ración) no son recomendables para la recría de terneros destetados precozmente (< 90kg peso vivo). En experiencias realizadas recientemente en el INTA Concepción del Uruguay, se han observado bajas ganancias de peso y retraso en el desarrollo de esta categoría frente a raciones con alto contenido silo. Por el contrario, si a estos terneros se los enfrenta a raciones a base de sorgo o maíz son altamente eficientes convirtiendo el alimento en kilos de peso vivo (Eficiencia de Conversión= 3:1).
Por otro lado, la asignación controlada de raciones a base de granos, ricas en energía, y sin el agregado de fibra (silo, fardo o rollo) es otra alternativa. Esta modalidad de suministro es muy eficiente desde el punto de vista de utilización de los granos, y de operatoria muy simple ya que consiste en combinar cereales y suplementos para corregir el contenido proteico de la dieta, sin el engorroso problema de mezclar y suministrar la fibra. En el INTA C. del Uruguay también se han desarrollado sistemas de recría en piquetes con asignación controlada de la ración. Estos se basan en restringir la oferta de alimento para moderar la ganancia de peso y evitar la terminación temprana. En la tabla I se presentan los resultados de una experiencia de restricción de oferta. En esta experiencia se utilizó una ración a base de grano de maíz entero con el agregado de un concentrado proteico comercial al 40% PB (Concentrado Iniciador ACA, en este caso); relación 85:15. En esta experiencia se encontró que a medida que se restringía la oferta de alimento del 3% del peso vivo (consumo a voluntad) al 2,5 o 2%, los terneros eran más eficientes en la utilización del grano. Sin embargo, para logar una recría sin engrasamiento temprano la asignación debe ser del 2% del peso vivo (Figura 3).
Tabla I. Asignación controlada de ración en función del % de peso vivo.
Figura 3. Evolución del Esperor de Grasa Dorsal (EGD) según el nivel de asignación de alimento.
Como conclusión final y en repuesta al interrogante “suplementación en pastoreo o recría en piquetes” la decisión más adecuada es aquella que permita la mejor performance animal. Teniendo presente que se puede alternar entre uno y otro sistema de acuerdo a la disponibilidad de forraje, pero nunca racionar cuando hay poco pasto en el campo sino hacerlo en piquetes.
Finalmente, si se analiza la evolución de peso que los terneros chicos tienen en las etapas iniciales de recría frente a alimentos concentrados, no cabe ninguna duda que el sistema más redituable y eficiente es con alimentación en base a granos. Estos animales requieren solo de 3 a 4 kg de alimento para ganar 1 kg de peso vivo (asignación al 2% del PV), con un costo que no supera los $ 6,00 por kg producido para un ternero que puede ser vendido fácilmente a $20,00.
Engorde en confinamiento
Las condiciones de alimentación para la terminación de terneros o vaquillas (300 kg) y novillos (>380 kg) en Argentina es definida principalmente por dos condiciones; una de ellas es la aptitud productiva de los suelos donde se desarrolla la actividad; y la otra es la escala de producción. Si bien se puede afirmar técnicamente que el “feedlot o engorde” a corral puede desarrollarse en cualquier zona o región, el costo del transporte de insumos condiciona el lugar de emplazamiento. Un flete de 400 kg actualmente carga un costo de 80 – 100 U$S por tonelada a cualquier insumo transportado. Por lo tanto, si el establecimiento tiene suelos con alta capacidad productiva de cultivos para silajes, seguramente la formulación de la dieta sea compuesta mayoritariamento por este tipo de alimento por ser las de menor costo (en engordes terminales usualmente se usa hasta en un 50% de la dieta). A esto se suman limitaciones o capacidades por escala, encierres chicos (<1000 animales/año) encuentran dificultades tanto para conseguir los equipos en el momento justo de hacer el picado como para amortizar las herramientas necesarias para confeccionar dietas TMR (raciones totalmente mezcladas). En estos casos las dietas secas y sin fibra presentan ventajas comparativas en la operatoria de acopio y suministro del alimento. Por unidades de energía requieren menos espacio de acopio y menos volumen de distribución y suministro en las bateas.
Por otro lado, el peso de los animales al inicio del engorde y el peso objetivo de terminación deben ser considerados al momento de elegir una ración seca en base granos o una ración con alto contenido de silaje. Para pesos de terminación en categoría terneros o vaquillas, es deseable que el peso inicial sea superior a los 200 kg para machos y 250 para las hembras. De esta manera se sortea el engrasamiento temprano por debajo del peso mínimo de faena. Las raciones con mayor retorno económico en estas categorías son las compuestas mayoritariamente por granos de cereales (maíz, sorgo) y con poco o nada de fibra. Con este tipo de raciones se pueden esperar conversiones debajo de 6:1 (kg alimento:kg peso vivo). Por el contrario si el engorde teminal es para lograr novillos pesados (tipo exportación; 500 kg) y el encierre inicia con animales que ya han detenido su crecimiento (mayores a 2 años) y que tienen su sistema digestivo muy desarrollado procesando fibra de baja calidad, las raciones más convenientes son las que incorporan alimentos voluminosos como los silajes. Son de mayor costo final, pero garantizan no pasar por disturbios digestivos como el timpanismo o acidosis.
Enfocándose más estríctamente en la formulación de las raciones, independientemente de las indicaciones por categoría o selección por costos, todas deben tener una corrección proteica adecuada, una corrección mineral ajustada por el recurso de mayor inclusión y contener monensina. En primer lugar, la corrección proteica favorece o condiciona el consumo de energía. Raciones con bajo contenido proteico pueden afectar el consumo de alimento. En segundo lugar, la adecuada corrección mineral garantizará no enfrentarse con bajos índices productivos y/o con enfermedades carenciales. Un clásico ejemplo es la osteomalacia o raquitismo que se presenta en animales alimentados con raciones base grano de maíz sin una inadecuada oferta de calcio. Finalemente, la monensina tiene dos efectos relevantes, por una lado, desvía la curva de producción de AGV (ácidos grasos volátiles) en favor del ácido propíonico haciendo más eficiente el uso de los forrajes, y por otro lado, es coccidiostática.
A continuación se presentan dos experiencias de engorde que modelizan lo antes expuesto respecto a los recursos a utilizar de acuerdo al peso objetivo y a la regíon donde se realiza el encierre. Además suman la evaluación de reemplazar una fuente de proteína tradicional por cápsulas de nitrógeno de liberación controlada conocidas también como urea protegida.
Engorde terminal de vaquillas con raciones sin fibra efectiva
En esta experiencia el objetivo fue evaluar la performance animal de una dieta de terminación sin fibra utilizando urea protegida (UP; Nitrum24®) como única fuente de proteína en una ración seca sin el aporte de fibra efectiva. Se utilizó un grupo de 32 vaquillas de raza Heredford y Polled Hereford de 18 meses de edad con 257 kg de peso vivo alimentadas con raciones compuestas a base de grano de maíz entero y grano sorgo molido (relación 70:30) con el agregado de UP (N=41,92%) o expeller de soja (PB=40,5%; MO=93,7%; DIVMO=67,1%) para la corrección proteica. La UP fue incluida en la fracción molida de la dieta junto con un núcleo 6 vitamínico-mineral premezcla (AF MIX Feedlot, ACA). Durante los 14 días iniciales de la experiencia se instaló un programa de acostumbramiento pasto a grano utilizando heno de grama rhodes a voluntad e incrementado la fracción concentrada de la dieta hasta alcanzar un consumo del 3% de peso vivo (PV) con esta última. Finalizado el período de acostumbramiento se retiró la fibra y no se incluyó ninguna otra fuente de fibra efectiva (rollo, fardo, silo) en la dieta de terminación.
Los animales fueron distribuidos en 4 grupos con el fin de evaluar tres dosis de Nitrum24® (UP) frente a un testigo de expeller de soja. Las vaquillas fueron alojadas en 16 corrales (2 animales x corral) con aguadas y comederos independientes, asignándose 4 corrales grupo en tratamiento. El período experimental tuvo una duración de 55 días. En la tabla II se presentan los grupos de animales y tratamientos a evaluados.
Tabla II. Animales y tratamientos
RESULTADOS. El consumo de alimento fue diferente entre grupos, registrándose un mayor consumo con una dosis de 150g de Nitrum24® respecto a 100g, no observándose diferencias con el resto de los tratamientos. No se encontraron diferencias en la eficiencia de conversión, ni en el aumento diario de peso vivo. Los resultados se resumen tabla III. En esta experiencia se encontró que es posible corregir los niveles de proteína bruta de la dieta con UP en raciones de terminación sin fibra manteniendo una óptima performance animal.
Tabla III. Evolución de peso, consumo y conversión (media ± DE) de vaquillas engordadas a corral con Nitrum24® como único corrector proteico en raciones sin fibra efectiva.
Urea protegida como único corrector proteico en raciones base silo para novillos pesados
Este trabajo realizado por el Dr. Ramón Gorosito tuvo como objetivo evaluar el efecto de la incorporación de Nitrum24® a raciones de novillos sobre la eficiencia de producción, en dietas basadas en silo de maíz y grano de maíz entero, en reemplazo de pellet de girasol. La experiencia se realizó en la Estancia La Caledonia en Gral. Villegas (Bs. As.) con 291 animales. En la tabla IV se presenta la composición de la dieta diariamente consumida por cada grupo en evaluación.
Los resultados de esta experiencia comercial mostraron que es posible realizar un reemplazo total del aporte proteico a través de una fuente de nitrógeno no proteico como el provisto por la urea de liberación controlada. En este caso, pudo observarse además una mejora en la eficiencia de conversión a favor del grupo que utilizó urea protegida en un sistema para terminación de novillos pesados. En la figura 4 y tabla V se presenta un resumen de los resultados obtenidos.
Tabla IV. Consumo medio por animal (kg/día ración “tal cual”)
Figura 4. Evolución de peso de novillos engordados con raciones base silo de maíz y urea protegida vs. Grupo control con expeller de girasol.
Tabla V. Composición de dietas evaluadas y eficiencia animal (177 días de duración)
En estos dos casos el ajuste por categoría, vaquillas con raciones base maíz sin fibra y novillos pesados raciones base silo, expresaron el mejor ajuste de conversión para cada dieta. Si bien en toda condición de engorde en confinamiento las variables a analizar son muchas, valores de producción similares a estos son los que toda empresa debe ponerse como objetivo.