4 de marzo de 2016
Con relación al comentario del Sr. Alfredo Gutierrez Valdez, realmente la rotación de potreros tiene poca incidencia positiva en el control de parasitos debido a la capacidad de hipobiosis o latencia de los parásitos y otras condiciones particulares del parasito, siendo por ejemplo para el caso de garrapata Riphicepalus microplus (antes Boophilus) y Amblyoma cajanense, que la larva en medio ambiente y potreros tiene la capacidad de sobrevivir hasta 9 meses sin consumir alimento, (hay una especie de garrapata en Africa que tiene la misma capacidad hasta por 1 año), para un efectivo control de parásitos debemos poner en práctica el MIP que se originó para cultivo de plantas: Es un sistema que utiliza todas los técnicas adecuadas para reducir la población de las distintas especies de plagas en los cultivos, manteniéndolas en niveles que no causen daños económicos significativos. Es una estrategia para producir alimentos sin perjudicar el medio ambiente ni la base de los recursos de las futuras generaciones. El MIP permite controlar enfermedades, insectos, malezas y otras plagas de una manera más efectiva en términos de costos, ambientalmente segura y socialmente aceptable”.
En ganadería hablamos de CIP (Control Integrado de Parásitos), y consiste en el uso de manera racional de los recursos y generar la menor cantidad de impacto negativo como residuos en productos cárnicos y lácteos, y daños a los ecosistemas y por ende al hombre; este método consiste en combinar una serie de prácticas que incluye varios métodos de control que pueden ser entre otros:
A- CONTROL QUIMICO: aplicación tópica en baños por aspersión o inmersión; pour -on; aretes o caravanas; antihelmínticos orales; o antiparasitarios inyectables,
B- CONTROL NO QUIMICO
- uso de vacunas (o antígenos): (Gavac Cuba, Tick-Vac Colombia, Gar Australia).
- control biológico con plantas o especies de insectos u otros animales que atacan insectos
- utilización de principios naturales o extractos de plantas
- uso de hongos entomopatógenos
- utilización de especies bovinas, razas o cruces resistentes o adaptadas al medio
- buenas prácticas de manejo como cuarentena, recolección de desechos, elaboración de compost o de
lombricultivo, rotación de potreros; rotación de uso del suelo alternando periodos de tiempo de uso en
praderas alternando con cultivos; esparcir con rastrillo las boñigas o majadas, etc.
- especies forrajeras desfavorables a los parasitos, (ejemplo pasto Melinis minutiflora o comúnmente
llamado Yaragua peluda o chopin, produce un aceite que repele a las garrapatas; Neem o Nim árbol
que proporciona sombrío para el ganado en los potreros y contribuye como repelente al control de
Hemípteros voladores como moscas y tábanos).
“La clave del CIP (Control Integrado de Parásitos) está en encontrar estrategias de control que permitan un uso prudente y racional de los antiparasitarios químicos disponibles, en combinación con estrategias no químicas, que aseguren mantener las poblaciones parasitarias por debajo de su umbral económico, que no produzcan residuos en carne y leche y que tengan un mínimo impacto ambiental”.
La selección de la estrategia de control mediante el CIP, dependerá de las peculiaridades del sistema de producción y las condiciones de manejo de cada finca.
Con relación a la RESISTENCIA transcribo textualmente de: Manejo Integrado De Plagas Y Enfermedades En Explotaciones Ganaderas; control de las pérdidas ocasionadas por los parásitos del ganado. Por Efraín Benavides Ortíz.
También leer del mismo autor:
https://books.google.com.co/books?id=ZeKWtUIN7eoC&pg=PA39&lpg=PA39&dq=CARTA+FEDEGAN+69&source=bl&ots=7_D4EQFUZ2&sig=4Ic2ZtLq5s568Ec3dKW6cu_toYI&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiVienNtKfLAhWJ6SYKHVAYC8YQ6AEITDAI#v=onepage&q=CARTA%20FEDEGAN%2069&f=false
“Resistencia se define como la habilidad de una cepa o de una población de parásitos, para tolerar dosis de tóxicos que serían letales para la mayoría de individuos en una población normal (susceptible) de la misma especie (Stone, 1972). Este fenómeno es una habilidad fundamental de los seres vivos, para evolucionar en condiciones ambientales cambiantes, con el fin de sobrevivir bajo nuevas circunstancias. El desarrollo de resistencia es un proceso complejo genético - evolutivo asociado con la exposición de la población a un compuesto y ocurre en cuatro etapas (Conway & Comins, 1979; Riddles & Nolan, 1986):
1. La primera ocurre con anterioridad al uso de pesticidas, pues se acepta que las poblaciones de campo poseen alguna proporción de genes resistentes, antes de la introducción del producto (Stone, 1972).
2. En la segunda fase, el uso de pesticida permite el aumento de las poblaciones que poseen genes mutantes; en esta fase, la eficiencia del control aún no se reduce de manera apreciable y es en éste período en el que hay que aplicar los correctivos.
3. Durante la tercera etapa se presenta la crisis de baja eficiencia del control y el producto, luego de un corto periodo de dosis incrementadas, es abandonado; esta fase es generalmente corta y la aplicabilidad de medidas correctivas es limitada.
4. La cuarta fase ocurre cuando el pesticida ha sido abandonado; existen muchas dudas teóricas acerca de si una vez establecidos los genes resistentes estos podrían revertir a un estado de susceptibilidad, si no hay inmigración de individuos susceptibles (Benavides, 1995).
En las poblaciones de campo estas fases transcurren rápidamente por la presión química ejercida y los productores en su gran mayoría solo atienden el problema cuando ya se encuentran en la cuarta fase.”
En cuanto a la rotación de productos, ahora años recomendaban cambiar cada determinado tiempo sin tener en cuenta su desempeño en campo, por ejemplo cada año; por experiencia personal, acostumbro cambiar el ingrediente activo anti- parasitario cuando presente resistencia; si veo que es efectivo en campo lo sigo usando y cuando presente resistencia hago el cambio por otro antiparasitario de diferente composición química; esto es bien distinto a cambiar por otro de nombre comercial diferente, sin la precaución de verificar la composición, porque puedo estar usando productos con el mismo ingrediente activo pero de distinto nombre comercial, algo muy frecuente entre los ganaderos por falta de asesoría.