¿Qué fue primero, el pasto o el ganado?
A manera de analogía con el muy famoso dilema que se le planteó a filósofos como Aristóteles y Plutarco a cerca de la gallina y el huevo para dar luces sobre el origen de la humanidad, damos inicio a este documento mediante el cual pretendemos ilustrar al ganadero sobre la importancia y trascendencia de la producción de pastos y forrajes como alimento de primera necesidad para los bovinos rumiantes.
La producción de forrajes es, sin duda alguna, la base fundamental de cualquier programa ganadero. Antes de comprar ganado y cualquier otra cosa, el productor debe preocuparse por producir el alimento para los animales que desea mantener, especialmente si se es conciente que la ganadería es un negocio y no un asunto recreativo.
Los pastos y forrajes se constituyen por supuesto en la prioridad en cualquier empresa ganadera para su programa de alimentación de los bovinos que componen el hato productor. Así lo configuró El Creador, y un registro histórico de ello está plasmado en el libro de Génesis (La Biblia), capítulo 1, donde Moisés, el celebre líder judío de la época antes de Cristo, describe que en el día tercero de La Creación fueron hechos toda "hierba verde, hierba que da semilla según su naturaleza", y solo hasta el día sexto, justo momentos antes que fuese creado el hombre, fueron creados los "animales de la tierra según su género, y ganado según su género", entre ellos los vacunos.
Importancia de los forrajes en la empresa ganadera del presente y el futuro
Es pues el forraje, la materia prima de la cual el bovino obtiene los nutrientes que requiere, para luego producir la carne y la leche para nuestro consumo. En consecuencia, tal como lo hizo Dios, produciendo primero el alimento forrajero y pasado un tiempo prudencial, incorporando el ganado, así mismo es que debemos proceder los ganaderos.
La ganadería tradicional que realizamos en Colombia desde siempre, bajo el argumento que si le funcionó a nuestros ancestros también nos funcionará a nosotros igual, no es el modelo de producción en el que nos preocupe la producción de forrajes de excelente calidad y su manejo idóneo, por lo cual los resultados de producción en el ganado son indiscutiblemente pobres, y porque no decirlo, en esencia bastante mediocres. Las estadísticas de producción vacuna nacional nos revela cifras como: promedio de ganancia diaria de peso nacional inferior a 400 gr. y lactancias con duración menor a 300 días y producción inferior a 1400 litros por vaca al año.
Para ser competitivos en el mercado nacional e internacional sólidamente, la meta de producción debe estar en más de 700 gr. de ganancia de peso diariamente y superior a 4000 litros por vaca en lactancias de 305 días exactos, incluyendo al ganado de "doble propósito" y las lecherías tropicales.
Sin duda alguna, el trabajo de mejoramiento genético del ganado comercial que generalmente ingresamos a nuestras ganaderías es una de los propósitos más importantes, más no el prioritario, pues genética sin comida no se expresa, y mucho menos si se trata de alta genética. En conclusión, la prioridad en toda empresa ganadera debe enfocarse a la producción y máximo aprovechamiento del material forrajero.
Tres variedades, pero un mismo género (origen) y una misma especie
En las regiones tropicales, especialmente en los predios ubicados en clima cálido (por debajo de 1800 metros de altura sobre el nivel del mar), donde las temperaturas están por encima de 24 ºC, una gran variedad de especies forrajeras se adaptan a las características agroecológicas predominantes en cada uno de los ecosistemas que allí se forman. Para efectos de este artículo, pondremos el énfasis en una de ellas, que es una de las más reconocidas e implementadas por los ganaderos de las regiones cálidas. Se trata del pasto "Guinea", cuya clasificación científica la denomina como "Panicum maximum".
Cultivo de pasto Guinea
Foto archivo: Michael Rúa, Octubre de 2008, Sincelejo (Sucre).
Esta especie también es conocida popularmente como pasto "India". Para que usted, señor lector, no se confunda, es muy probable que también haya escuchado nombres como "Mombasa" o "Tanzania". Tenemos pues una misma especie, que puede presentarse en tres variedades diferentes: Guinea Común o India, Guinea Mombasa y Guinea Tanzania.
Guinea Común o India Guinea Tanzania Guinea Mombasa
Foto archivo: Michael Rúa, 2008. Cultivos de pasto Guinea
El pasto Guinea podría considerarse una especie nativa, pues se dice que su origen es africano, pero se ha implementado muy ampliamente y casi desde siempre, en Centro y Suramérica. En nuestro país es común verla en los pastizales, y se ha utilizado en un sinnúmero de ganaderías, tanto para engorde como para cría y lechería, ubicadas en pisos térmicos inferiores a 1200 m.s.n.m. donde logran su mejor adaptación y mayor productividad, predominantemente en los llanos orientales, los santanderes, y la costa norte (Cesar, Magdalena, Atlántico, Bolívar, Córdoba, Sucre), y en regular proporción en regiones cálidas del centro y sur del país. Pero a pesar de ser una especie tan común, es increíblemente frecuente el mal manejo que se le proporciona.
Aspectos claves en el uso de Panicum maximum
El ganadero actual, debe tener una visión empresarial de largo plazo. No sólo debe preocuparse por su rutina diaria, ni en cómo va a superar la crisis del próximo verano o intenso invierno. Debemos tener muy en claro que si continuamos dando hoy un mal uso a los pastos, mañana irremediablemente nuestro ganado padecerá hambre severamente.
En consecuencia, el empresario ganadero debe planificarse, proponiéndose estrategias simples mediante las cuales pueda obtener el máximo provecho del pasto que dispone a diario, sin afectar la sostenibilidad de su programa ganadero en el futuro próximo.
1. Bien manejado, el pasto guinea puede ser perenne
Se dice comúnmente, que una pastura tiene una vida útil de 5 años. Sin embargo, la gran mayoría de especies que utilizamos en los potreros son perennes genéticamente, es decir, tienen la capacidad potencial de sobrevivir por un tiempo indefinido. Pero para que suceda así, es estrictamente necesario que se le proporcionen suficientes garantías en el uso y manejo que hagamos de ellas.
La ganadería tradicional se ha desarrollado bajo un modelo de pastoreo extensivo, lo cual quiere decir, que la carga animal es demasiado baja para el área de la que se dispone, o en otras palabras, los potreros son más extensos de lo debido. Por lo tanto, se le permite al ganado consumir los pastos a libre voluntad de forma que seleccionen lo que prefieren según su gusto particular. Las consecuencias de esto son fatales, pues el ganado comúnmente prefiere los pastos que apenas vienen rebrotando y cuando el animal consume dos o más veces la misma planta durante un mismo período de pastoreo, se afecta negativamente el crecimiento y desarrollo de esta, disminuyendo así la producción severamente. Y si este procedimiento se repite pastoreo tras pastoreo, finalmente la planta se va a degradar hasta quedar casi improductiva. Así pues, no hay pasto que sea perenne.
Pastoreo extensivo con baja carga animal por potrero en pasto Guinea
Foto archivo: Michael Rúa, 2008.
2. ¡No más cálculos al ojo! - Pastoreo extensivo = degradación de la pastura
Otras consecuencias negativas al practicar el pastoreo extensivo, es que mientras el ganado se va desplazando a lo largo y ancho del potrero en busca de su alimento, a su paso va pisoteando, aplastando, orinando, defecando, salivando y mordisqueando el pasto, y donde todo esto sucede, el ganado no volverá a consumir ese pasto durante su estadía en el potrero, y muy probablemente tampoco lo hará en por lo menos uno o dos pastoreos más. Trabajos de campo en múltiples regiones y empresas ganaderas del país nos permiten asegurar que en promedio, alrededor de un 50 a 70% del pasto ofrecido en un potrero, se desperdicia por las causas mencionadas anteriormente. Eso quiere decir, que si usted invirtió por ejemplo entre 1 y 2 millones de pesos en el establecimiento de una hectárea de pasto, durante cada pastoreo estará perdiendo entre un 50 y un 70% de dicha inversión, y que muy seguramente en menos de 5 años tendrá que volver a invertir lo mismo o tal vez un poco más en renovarla.
Degradación del pasto Guinea bajo pastoreo extensivo
Foto archivo: Michael Rúa, 2008.
3. El engaño mental: Dividir potreros + rotación = menor degradación
No se engañe amigo ganadero, pues es frecuente encontrar que el productor supone que al dividir los potreros con cerca fija o móvil, de púas o eléctrica, y hacer rotación, ya ha solucionado el problema, lo cual no es cierto. Es increíblemente frecuente encontrar que incluso rotando potreros, el ganadero implementa cargas animales por debajo de la capacidad y al final el resultado es casi el mismo. En resumen la clave está en la carga animal, la cual debe deducirse de la disponibilidad de pasto en cada pastoreo y no al cálculo visual como estamos acostumbrados a hacerlo.
4. El engaño de la resiembra natural
En suma a lo anterior, tradicionalmente hemos aprendido que el pasto debe dejarse semillar para que el ganado consuma la semilla la cual al salir en la excreta pueda germinar y así ir resembrando el pasto sin tener que invertir en más semilla y en mano de obra. Este también es un engaño que hemos asumido ignorantemente, pues aunque esto es en parte algo cierto, el resultado es negativo en dos aspectos fundamentales: Pasto que semilla, es un pasto muy maduro, con alta lignificación, lo cual reduce su digestibilidad. Cuando la digestibilidad de un pasto es menor, el paso de este material por el tracto digestivo es mucho más lento y requiere mayor remasticación, lo cual hace que el ganado consuma menos pasto y por tanto, produzca menos carne o menos leche. Y segundo, que la cantidad de semilla resembrada mediante este método no logra satisfacer la demanda del potrero mal pastoreado. Lo preocupante es que esta es una de las prácticas más comunes con el pasto Guinea.
Macollas de Guinea no asociada con especies rastreras
Foto archivo: Michael Rúa, 2008.
5. Mejor cosecharlo al corte que pastorearlo con ganado
Las diferencias entre Guinea Común y las variedades Tanzania y Mombasa, en cuanto a contenido de nutrientes no son significativas, y de hecho son muy similares, enmarcadas dentro del mismo rango. La digestibilidad es mejor si se les cosecha en su punto verde óptimo y no cuando ya maduró. Pero la diferencia entre estas variedades es en adaptación y exigencias de fertilidad, siendo mayores en Mombasa, y menores en India, mientras para Tanzania son intermedias.
Para lograr su máximo aprovechamiento se prefiere su uso como pasto de corte, ya que por su comportamiento natural es un pasto que debe cosecharse a ras de piso, sin permitir que quede una reserva de 15 a 20 cm. como se hace generalmente con los pastos de pastoreo, pues este pasto después que el ganado lo consume, tiende a lignificarse formando macollas secas que el ganado no consumirá y que al final le restan productividad al cultivo. Es por esto que en caso que se implemente para pastoreo directo por parte del ganado, debe repasarse con una guadaña que lo termine de llevar al nivel rastrero para obtener su máximo potencial productivo en la siguiente cosecha.
Uso del pasto Guinea para corte y suministro en comederos
Foto archivo: Michael Rúa, 2008.
6. El pastoreo racional intensivo, la mejor alternativa para su manejo en potreros
Además, se debe implementar un sistema de pastoreo racional e intensivo, mediante el cual se controlen al máximo todas las causas de desperdicio que se describieron y se logre de esta forma el mayor consumo posible en su mejor estado de calidad nutricional, programando las cosechas basados en la cantidad de pasto disponible en cada pastoreo. Debe garantizarse un período de ocupación no superior a tres días por potrero, con la carga animal máxima posible, y un descanso lo suficientemente prolongado como para que en la próxima cosecha se obtenga una alta cantidad de forraje verde y de la mejor calidad posible para lograr una digestibilidad óptima y un uso idóneo de sus nutrientes.
Modelo de Pastoreo Racional Intensivo para máximo consumo y producción
Foto archivo: Michael Rúa, 2008.
7. Sea agricultor antes que ganadero...
Para su establecimiento, NUNCA pase por alto iniciar con un análisis de suelo previo a la siembra, que le permita detectar deficiencias de fertilidad para que realice las correcciones oportunamente y después de cada cosecha, efectúen un plan de mantenimiento que le permitan garantizar la perennidad del cultivo establecido. Prefiera siempre su asociación con una especie rastrera como Brachiaria humidícola o como Estrella Africana, o en su defecto algún tipo de leguminosa como Kudzú tropical o maní forrajero, que cubra el terreno alrededor de las macollas de Guinea para así lograr la máxima producción de forraje en el terreno disponible.
Artículo publicado en la revista INFORTAMBO ANDINA, Febrero de 2009