INTA EEA El Colorado
Con precipitaciones entre 700 mm (al oeste de la región) y 2000 mm (en algunas zonas de la provincia de Misiones), el nordeste argentino presenta condiciones subtropicales que varían de semiárido a húmedo. En la región chaqueña los suelos son de textura arcillo limosa, con mayor contenido de arena en Corrientes y lateríticos en Misiones. Por otro lado existe una gran amplitud térmica, con temperaturas extremas de más de 40ºC en verano y heladas de variada intensidad en la época invernal.
Las pasturas mejoradas en la región.
El recurso forrajero en la región está constituido, en gran medida, por pastizales naturales, que presentan una gran diversidad en cuanto a su potencial ganadero. Las pasturas cultivadas representan, actualmente entre el 5 al 6% de la superficie de la región oriental formoseña, registrándose un fuerte incremento en los últimos 5 a 8 años.
La baja producción y calidad (en general, pues hay algunas excepciones) de los pastizales naturales, llevan a la conveniencia de incorporar pasturas cultivadas para una mejor producción. La productividad de éstas variará según sea la especie, el ambiente y las condiciones climáticas del año en cuestión. De todas maneras, más allá de que las pasturas cultivadas presenten una mayor producción de forraje, también presentan, una marcada estacionalidad, que obliga a la utilización de estrategias forrajeras complementarias y reservas de invierno. En la región se considera que la producción de campo natural estaría en un rango de 3000 a 7000 Kg MS/ha/año con una eficiencia de cosecha del 40% y el de las especies forrajeras mejoradas entre 7000 a 12000 Kg MS/ha/año con una eficiencia de cosecha del 50%, por lo que se hacen evidentes las ventajas productivas de estas últimas.
Elegir no es fácil, pero vale la pena.
La elección de la especie a sembrar se debe hacer en primer lugar en función del tipo de suelo y del régimen de lluvia, luego se debería considerar los requerimientos nutricionales de la categoría a la cual se destinará dicha pastura (vaca en ordeñe, vaca seca, recría, etc.). Las especies responden de manera diferente a las características de suelo, así encontramos especies muy demandantes en fertilidad como el gatton panic y brachiaria hibrida y otras menos demandantes como dicantio y pangola; especies con tolerancia a suelos salinos, como pasto estrella y algunos cultivares de grama rhodes y otras tolerantes a encharcamientos como es el caso de pasto siam y pasto pará. A su vez hay especies que requieren altas precipitaciones (pasto elefante, jesuita gigante), mientras que otras son mas tolerantes a estrés hídrico como el pasto salinas o buffel grass .
Una particularidad del NEA, en especial la región chaqueña, es la variabilidad de suelos, incluso a nivel de potrero, lo cual determina que la pastura no presente un comportamiento homogéneo en todo el lote. Una sugerencia es utilizar mezclas de 2 o más especies en función de las diferentes características de suelo que presenta el potrero. La ventaja de esta alternativa es que ofrece mayor cantidad de forraje en forma homogénea en toda la superficie.
Mejor en primavera.
La época de siembra se extiende desde septiembre a marzo, aunque los mejores resultados se logran en siembras tempranas (septiembre – noviembre), siempre y cuando los regimenes de lluvias sean normales.
Si no se dan condiciones de humedad, la siembra se debería realizar a fines del verano (febrero – marzo) para evitar que en los meses de diciembre – enero, las plántulas que emergen queden expuestas a altas temperaturas y evapotraspiración lo que provocaría una alta mortandad.
La calidad de las semillas forrajeras tropicales es variable de un año a otro, por lo que la densidad de siembra también debería variar en función a esto.
El mecanismo adecuado para establecer una correcta densidad de siembra, es a través del número de plantas que se quiere lograr por m². Para ello es indispensable la correcta interpretación de los parámetros de calidad de semilla que determina el análisis de laboratorio (poder germinativo, pureza, etc.).
Por otro lado, debemos considerar el porcentaje de logro que vamos a tener a campo con esa semilla “potencialmente germinable” que estamos utilizando. El porcentaje de logro es la cantidad de semillas que realmente van a germinar y producirán plantas en el campo. Este valor va a depender de; la preparación del suelo, el sistema de siembra que se utilice (voleo, en línea, con sembradora de directa, etc.), las condiciones climáticas al momento de la siembra y el tamaño de la semilla (semilla más grande, mayor porcentaje de logro).
¿Cómo y con que sembrar?
Es posible lograr implantar un buen lote de pastura mediante los distintos sistemas de labranza utilizados en la zona (convencional, mínima o cero). La clave en todos ellos es garantizar un buen contacto de la semilla con el suelo.
En siembras al voleo sobre un suelo con labranza convencional o mínima por ejemplo, el uso del rolo compactador permite lograr en gran medida dicho objetivo. Sin embargo, esto no ocurre en labranza cero (barbecho químico) debido a que el suelo no se rotura y permanece duro. En estos casos, se logran mejores resultados empleando una sembradora de siembra directa puesto que esta coloca las semillas debajo del suelo, lográndose un buen contacto. Caso contrario se recomienda aumentar la densidad de siembra. La mayoría de las semillas de forrajeras tropicales son de bajo peso lo cual dificulta su siembra con sembradoras convencionales. Normalmente se utilizan fertilizadoras para la siembra al voleo, o cajones sembradores de grano grueso, pero sin la placa. A medida que la semilla va aumentando de peso y tamaño las posibilidades de utilizar sembradoras convencionales aumentan. Esto ocurre principalmente con las especies del género Brachiaria. En este caso se sugiere este tipo de sembradoras porque garantizan un mayor contacto de la semilla con el suelo.
En síntesis, la elección de la especie adecuada es el primer paso para lograr una pastura bien implantada. Para utilizar la densidad correcta, se debe considerar la calidad de la semilla (poder germinativo, pureza, peso de 1000 semillas, etc.), el porcentaje de logro y la cantidad de plantas por m² que deseamos obtener. Las siembras al voleo serán más exitosas en la medida que el suelo haya sido roturado y se utilice un rolo compactador posterior a la siembra. En el caso de barbecho químico se sugiere, en la medida que el tamaño de la semilla lo permita, utilizar sembradoras directas.