INTRODUCCIÓN
La ganadería forma parte del desarrollo económico y social de las comunidades rurales; sin embargo, puede verse afectada por problemas sanitarios que repercuten en la salud de los animales y la comercialización de productos y subroductos de origen animal (Pinzón, 2007). Entre estas enfermedades, se encuentran las parasitosis gastrointestinales que afectan el bienestar animal y el potencial productivo (Pinilla et al., 2018). A ello se suma la preocupación por las enfermedades zoonóticas, que tienen prevalencias altas, tanto en animales como en humanos, principalmente en países con limitado desarrollo, las cuales contirbuyen al retraso en el desarrollo económico y social de la población afectada (Steinfeld et al., 2009).
Por ello, la vigilancia epidemiológica resulta importante, ya que permite conocer la tendencia de las enfermedades y su evolución, así como identificar regiones geográficas y grupos poblacionales comprometidos en quienes se ha de priorizar las medidas de control. En el sistema clásico, las oficinas y puestos veterinarios de las unidades administrativas de gobierno, deben llenar un reporte de ocurrencias y de actividades de control que se realizan periódicamente. Ante esto, el Diagnóstico Rural Participativo (DRP) se presenta como alternativa al sistema tradicional, permitiendo a las comunidades realizar su propio diagnóstico y, a partir de ello, autogestionar su planificación y desarrollo (FAO, 2011). Entre ellas destaca la entrevista en profundidad, la que recopila información sobre conocimientos, creencias, rituales, de una persona o sobre la vida de una sociedad, su cultura. Mediante esta técnica se solicita información a partir de una conversación personal larga, no estructurada, en la que se persigue que el entrevistado exprese de forma libre sus opiniones, actitudes, o preferencias sobre el tema objeto estudio (Carmona y Ribot de Flores, 2007).
Las herramientas de la epidemiología participativa han demostrado ser de gran valor para acceder al conocimiento de comunidades rurales sobre las enfermedades de los animales (Catley, 2006; Jost et al., 2007). En Colombia permitió diagnosticar la presencia de un amplio inventario de servicios veterinarios y la sobreoferta profesional ante una baja demanda, así como abunadantes necesidades insatisfechas (Romero y Villamil, 2002). En una zona de Chile se logró caracterizar la producción bovina, encontrando el predominio de crianzas extensivas, basando el manejo sanitario en vacunación y tratamiento antiparasitario, con el propósito de obtener como producto final terneros para venta (Araya, 2009). De otra parte, el diagnóstico situacional con DRP, permitió que en Colombia se introdujera un paquete tecnológico de ganadería tropical para tecnificar y especializar la producción en comunidades vulnerables, gracias a describir previamente las perspectiva de la población y las enfermedades animales observadas en sus predios (Ortiz et al., 2011).
El uso de metodologías participativas en estudios de investigación han resultado útiles porque permiten identificar problemáticas particulares desde el punto de vista de los pobladores e identificar las soluciones y compromisos que asumen. En este contexto, el estudio utilizó la metodología de entrevista a profundidad con el objetivo de identificar aspectos culturales en el manejo de las enfermedades que afectan a los bovinos, entre los ganaderos y comercializadores de productos veterinarios del distrito de Aguaytía, Ucayali.
MATERIALES Y MÉTODOS
El estudio se llevó a cabo en diciembre de 2019, en el distrito de Aguaytia, ciudad ubicada en la parte central y oriental del Perú, capital de la provincia Padre Abad, Región Ucayali, Perú. El procesamiento y análisis de la información se realizó en la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. El estudio correspondió una investigación cualicuantitativa exploratoria basada en la opinión de actores que intervenían en el desarrollo de la ganadería en la región y en la recolección de reportes sanitarios históricos.
La población objetivo involucró a ganaderos y comercializadores de productos veterinarios. La selección de los participantes siguió un muestreo no probabilístico utilizando el modelo de bola de nieve, en donde se identifican a los participantes a partir de alguien que conozca a alguien que puede resultar un buen candidato para participar (MartínezSalgado, 2012), debido a la dificultad de encontrar una asociación que los represente. El número de participantes se limitó a las necesidades de información requerida y se definió por la saturación de la información ofrecida (Crespo y Salamanca, 2007).
El guíon de entrevista fue elaborado por el equipo investigador y consideró las siguientes categorías: características de los ganaderos y origen del sistema productivo (ganaderos), reconocimiento de signos clínicos, diagnóstico de enfermedades, solicitud de apoyo técnico veterinario, (ganaderos y comercializadores de productos veterinarios), participación del SENASA (ganaderos y comercializadores de productos veterinarios), compra de productos veterinarios y uso de recetas (comercializadores de productos veterinarios). El instrumento recibió evaluaciones sucesivas por tres profesionales, considerándose como válido cuando ellos quedaron conformes con las modificaciones realizadas.
La entrevista a los ganaderos se realizó en sus domicilios y a los comerciantes de productos veterinarios en sus centros laborales, solicitando la autorización para el grabado de estas. La recolección de la información se inició con la presentación del equipo de estudio y del entrevistado. Inmediatamente después se solicitó describir brevemente su interés por la ganadería y a continuación se propuso los demás temas del guión de la entrevista. El tiempo de duración fue de 15 a 30 minutos, de acuerdo al grado de motivación de los participantes.
Cuadro 1. Características de los ganaderos de crianza bovina participantes en el estudio. Distrito de Aguaytía – Ucayali, 2019
La recolección de información de fuente secundaría se basó en información del SENASA. Para ello se envió una carta dirigida a la oficina regional del SENASA solicitando información de las enfermedades confirmadas durante los dos últimos años en la región Ucayali.
Para el análisis de la información se transcribieron las encuestas grabadas a un documento Word. Se clasificaron las respuestas de acuerdo con las categorías definidas en el guión y según la frecuencia mencionada dentro de las entrevistas por ganaderos y comecializadores de productos veterinarios. El extracto de las expresiones respecto a la solicitud de apoyo sanitario, requerimiento de recetas para la adquisición de productos veterinarios y asesoría del SENASA se presenta en cuadros, según la opinión de los ganaderos («G») y comercializadores de productos veterinarios («CPV»).
El estudio fue aprobado por el Comité Institucional de Ética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia mediante Constancia N.° 0420419.
Cuadro 2. Enfermedades del ganado bovino reconocidas por los ganaderos y comerciantes de productos veterinarios. Distrito de Aguaytía – Ucayali, 2019
RESULTADOS
Las características de los ganaderos entrevistados se presentan en el Cuadro 1. El tiempo de dedicación a la actividad ganadería estuvo entre 5 y 30 años, predominando la crianza de bovinos de carne. Entre las enfermedades de los bovinos que reconocieron ganaderos y comercializadores de productos veterinarios se destacan las parasitosis externas e internas, rabia y carbunco sintomático (Cuadro 2). En contraste, el informe del SENASA confirmó casos de rabia, miasis por Cochliomyia hominivorax, brucelosis bovina, rinotraqueitis infecciosa bovina y carbunco sintomático, para el periodo enero 2018 – noviembre 2019. Los signos clínicos de enfermedad que fueron reconocidos por los ganaderos se presentan en el Cuadro 3, incluyendo algunas expresiones de los ganaderos donde definen dichos signos clinicos.
Los requerimientos de servicio veterinario por parte de los ganaderos eran mínimos (Cuadro 4). Por esas razones, los comercializadores de productos veterinarios indicaron que en la mayoría de los casos no existen recetas expedidas por médicos veterinarios, de allí que la compra y venta de medicamentos se realizan sin prescripción médico veterinaria (Cuadro 5). En cuanto al involucramiento del SENASA en la solución de los problemas de salud de los animales de la región, los ganaderos y comercializadores de productos veterinarios mencionan que esta se limita al desarrollo de los programas oficiales de control de enfermedades (Cuadro 6).
Los ganaderos eran conscientes de que para prevenir los casos de rabia y carbunco era necesaria la vacunación, práctica que no la realizaban con la totalidad de su ganado.
Cuadro 3. Signos clínicos reconocidos por los ganaderos para las principales enfermedades. Distrito de Aguaytía – Ucayali, 2019
Cuadro 4. Expresiones de ganaderos y comercializadores de productos veterinarios respecto a la solicitud de apoyo técnicoveterinario en el distrito de Aguaytía – Ucayali, 2019
DISCUSIÓN
El estudio muestra que los ganaderos de Aguaytía poseían conocimientos empíricos respecto a reconocimiento de signos clínicos de enfermedad y prácticas sanitarias para el cuidado del ganado bovino; comocimientos que según ellos, los adquirieron de sus ancestros que también fueron ganaderos. Ello representa conocimiento y experticias adquiridos por la dedicación a la actividad y por influencia de algunos ganaderos de la región considerados «expertos» en el tema. Esta condición que podría ser considerada de autosuficiente por algunos ganaderos, podría afectar la receptividad de nuevos conocimientos que les permita enfrentar los problemas de salud de sus animales, especialmente en caso de enfermedades nuevas o reemergentes en la región. Acerca de ello, Rodríguez (2014) menciona que en Chile, un 35% de ganaderos de mayor edad o tiempo de crianza de animales, preferían el uso de medicina tradicional, rechazando los productos farmaceúticos, debido a que su experiencia previa con la medicina tradicional había sido favorable.
Cuadro 5. Expresiones de los comercializadores de productos veterinarios respecto al requerimiento y uso de receta por parte de los ganaderos bovinos del distrito de Aguaytía – Ucayali, 2019.
Cuadro 6. Expresiones de los comercializadores deproductos veterinarios y ganaderos respecto a la participación del Servicio Nacional de Sanidad Agraria (SENASA) en la solución de los problemas de salud de los bovinos del distrito de Aguaytía –Ucayali, 2019.
Los ganaderos y comercializadores de productos veterinarios reconocieron a las parasitosis, rabia y carbunco como las enfermedades que afectan con mayor frecuencia al ganado bovino de la zona. En contraste, el reporte del SENASA registra como los problemas más frecuentes, casos de miasis por C. hominivorax, brucelosis bovina y rinotraqueitis infecciosa bovina. El no reconocimiento de la miasis por ganaderos y comercializadores de productos veterinarios se debería a que estaría controlada secundariamente debido al uso de antiparasitarios externos en el ganado. La brucelosis bovina no habría sido reconocida debido a que suele estar asociada a la producción lechera, explotación que según los entrevistados es poco frecuente en la zona de estudio. El caso de la rinotraqueitis infecciosa bovina solo fue reconocida por un comercializador, de profesión Médico Veterinario, quién indicó que es solicitada entre los diagnósticos laboratoriales diferenciales cuando el SENASA se encuentra involucrado en la investigación, debido a que la enfermedad se encuentra en la Lista de Enfermedades de Notificación Obligatoria (SENASA, 2018).
Para las enfermedades mas comunes en la zona, los signos clínicos reconocidos por los ganaderos coincidieron con los mencionados por la literatura. En caso de la rabia se reconoció la salivación; sin embargo, Flores (1998) puntualiza que el momento en que los ganaderos reconocen los signos de la rabia en el ganado, la muerte de los animales resulta inexorable. En caso del carbunco, los ganaderos mencionaron la presencia de hinchazón y contenido gaseoso en las masas musculares; sin embargo, Cesar (2010) menciona que estos signos son menos frecuentes y que más bien, la muerte súbita del animal, la vacilación al andar, temblores y dificultad respiratoria suelen ser mas comunes. De otra parte, las parasitosis gastrointestinales presentan signos clínicos de conocimiento mayoritario por los ganaderos, entre ellas las mencionadas por el SENASA (2017), donde se incluyen la diarrea, pérdida de la elasticidad de la piel (deshidratación), anemia, caquexia y muerte en casos graves.
El haber vivido una experiencia anterior con casos similares de enfermedades y haber conocido el tratamiento recomendado, hace que los ganaderos se consideren conocedores de las patologías que afectan a sus animales, por lo que en futuros episodios repiten las «recetas» previas y dejan de recurrir al servicio de un profesional. Ello también es reconocido por Romero y Villamil (2002) en Colombia, al evaluar el papel de la salud pública veterinaria en la demanda de los servicios en la ganadería bovina, en donde la condición de «experto» de los ganaderos en el tema, ha resultado en una sobreoferta profesional y baja demanda de servicios veterinarios en las comunidades.
Los ganaderos mencionan haber llevado sus consultas acerca de las enfermedades de sus animales a los comercializadores de productos veterinarios, solicitando un tratamiento, cuando no encontraron solución en sus conocimientos y experiencias previas. Cuando el responsable de la atención no fue un Médico Veterinario, los tratamientos habrían sido empíricos con lo que no se aseguraba la recuperación de la salud de los animales. Este tipo de práctica representa un ejercicio ilegal de la profesión médico veterinaria, afectando la imagen del profesional, debido a que no siempre alcanzan a cubrir las expectativas del ganadero, trayendo consecuentemente la disminución de la demanda de los servicios profesionales especializados.
El uso empírico de los productos veterinarios podría exponer a casos de resistencia a algunos principios activos, haciéndolos ineficientes o requiriendo una mayor dosis para hacerlos efectivos. En este contexto, García (2012) realizó un estudio sobre la resistencia antimicrobiana en Perú y en América Latina, concluyendo que en la región, las infecciones bacterianas importantes han comenzado a incrementar su resistencia de manera alarmante. De manera similar, San Martín et al. (2005) encontraron en Chile niveles de resistencia muy altos (86%) en ganado bovino para antibióticos como oxitetraciclina, enrofloxacino, ciprofloxacino y ceftiofur.
En ese contexto, Rivera et al. (2012) mencionan que entre los factores que provocan la presencia de resistencia a los antibióticos se encuentra su uso en situaciones innecesarias, que conlleva a dosificación desconocida e incorrecta. En general, para evitar problemas de resistencia a los antibióticos, Lazovski et al. (2018) señalan que estos deben de venderse bajo receta médico veterinaria, los establecimientos de producción de animales deben llevar un libro de registro de administración de productos veterinarios y deben estar sujetos a inspecciones y que en lo posible se debe de determinar el agente etiológico de la enfermedad y medir su sensibilidad antibiótica mediante diagnóstico de laboratorio; además de administrar el tratamiento a dosis y tiempos recomendados por el profesional Médico Veterinario.
La resistencia a los antiparasitarios fue reconocida por algunos ganaderos al mencionar que no encontraban recuperación de las parasitosis, especialmente con el uso de ivermectinas, requiriendo aumentar las dosis en futuras aplicaciones. Al respecto, Encalada et al. (2008) mencionan que en México, la pesencia de resistencia a ivermectina, para los casos de bovinos infectados naturalmente on nematodos gastrointestinales, ha alcanzado niveles de hasta 60%, especialmente para Cooperia spp, Oesophagostomum spp y Haemonchus spp.
En cuanto a la metodología de investigación utilizada en el estudio (entrevista a profundidad), Morales (2004) menciona que esta facilita la comunicación con los ganaderos, pues mermite escuchar sus experiencias, conocimientos y expectativas en cuanto a sus intereses, con pleno respeto de su cultura y tradición. Por su parte, Jost et al. (2007) resaltan que las metodologías participativas son herramientas útiles para el trabajo con la agricultura familiar, ya que permite que los ganaderos reflexionen y discutan críticamente sobre sus problemas productivos, y donde los profesionales y la comunidad en su conjunto pasan a ser actores del proceso investigativo. Bajo esta lógica, los profesionales deben estar preparados para aprender de las personas y entender las preocupaciones y prioridades de la comunidad. En el caso del estudio realizado, las encuestas a profundidad permitieron conocer con mayor detalle algunos aspectos culturales en el manejo de la sanidad de los bovinos en la zona de Aguaytía, permitiendo obtener un diagnóstico desde la mirada de los actores involucrados directamente como son los ganaderos y comercializadores de productos veterinarios.
CONCLUSIONES
La rabia, carbunco y parasitosis fueron las enfermedades reconocidas como más frecuentes en la zona de estudio.
Los ganaderos conocían los principales signos clínicos compatibles con las enfermedades más frecuentes presentes en la región por lo que no solicitan los servicios de médicos veterinarios independientes o del SENASA para su confirmación.
El conocimiento empírico de las principales enfermedaes de los bovinos ha promovido la medicación y venta de productos farmacológicos sin prescripción veterinaria, lo que puede conllevar a resistencia a algunos principios activos antimicrobianos o antiparasitarios, principalmente.