Un principio fundamental en la elaboración de suplementos para animales en pastoreo es que primero se deben cubrir los requerimientos de proteína degradable en rumen para el funcionamiento de los microorganismos del rumen y se obtenga la mayor digestibilidad del forraje. Posteriormente, se puede considerar el uso de proteína de escape y de aminoácidos protegidos, en función del potencial genético del rumiante. A mayor potencial de crecimiento o de producción de leche, mayor será su repuesta a la proteína de escape (Mendoza, 1996).
Para formular suplementos de rumiantes en pastoreo, es importante considerar la concentración de proteína recomendada en la dieta de acuerdo con el estado fisiológico (cuadro 38.1) y la concentración de proteína del forraje o la ración consumida por el rumiante.
Lo primero que se debe de asegurar en rumiantes en pastoreo es que se cumplan los requerimientos de nitrógeno degradable en rumen para lograr la mayor actividad microbiana y obtener la mayor digestibilidad del forraje, el mayor consumo y la mayor cantidad de síntesis de proteína. Dependiendo del estado fisiológico del animal se considera la suplementación de proteína no degradable en rumen poniendo atención en los aportes duodenales de lisina y metionina.
Cuadro 38.1 Concentración de proteína en rumiantes, estado fisiológico, condición y tipo de proteína recomendada para suplemento
Otro aspecto importante es que el suplemento debe ser una parte pequeña de la dieta (no más del 25 o 30 % del consumo de la materia seca). También se debe conocer el porcentaje de proteína de la ración basal, o del forraje o forrajes que consumen los rumiantes en pastoreo. Esto es fácil cuando se tiene un solo forraje, pero puede ser complicado en agostaderos en especies como cabras o venados, que consumen una gran variedad de plantas (Mendoza y Ricalde, 1996; Mendoza et al., 2006).
Una recomendación práctica para suplementos de rumiantes en crecimiento o lactancia, es que el 50 % de la proteína sea suministrada de proteína degradable en rumen y el 50 % de proteína de escape (Garduza et al., 2013; Alonso et al., 2008; Maquivar et al., 2006a). Se puede usar urea para suministrar el N degradable en rumen (Aranda et al., 2001). Después de balancear los requerimientos de proteína degradable y de escape, se puede considerar el uso de metionina protegida (Gómez et al., 2011a; Alonso et al., 2008) y grasas inertes (Garcia-Bojalil et al., 1998), aditivos como enzimas fibrolíticas (Gómez et al., 2003; Gómez et al., 2011b) y el suplemento también debe incluir minerales (McDowell 1997; García-Bojalil, 1988; 1994; 1995; 1996ab).
Para ejemplificar cómo formular un suplemento para bovinos, considere que se quiere elaborar un complemento para bovinos en crecimiento (180 kg de peso vivo) con una ganancia potencial de 0.9 kg/d, los cuales consumen un pasto Kikuyo con 10.16 % de proteína cruda. Se espera que el suplemento constituya el 30 % del consumo de la materia seca. Para formular el complemento se cuenta con urea (cuyo N es 100 % degradable en rumen; Deg como % del N o proteína total), gluten de maíz (35 % Deg), melaza y sales minerales. Para esto se desea que la ración total tenga una concentración de 14 % de proteína cruda y se realizan los cálculos mostrados en el cuadro 38.2.
Cuadro 38.2 Cálculos iniciales para estimar concentración de proteína requerida en suplemento
Nótese que se usó 0.70 porque se desea que el pasto constituya el 70 % de la ración y el suplemento el 30 %, de tal forma que se calcula el aporte del pasto. Posteriormente se estima la concentración que debe tener el suplemento para cubrir el 14 % deseado en el 30 % del suplemento (0.3):
Entonces, el suplemento a formular requiere 22.96 % de proteína cruda para que ofreciéndose al equivalente del 30 % de su consumo de materia seca, cubra el requerimiento de proteína (cuadro 38.1). La formulación del suplemento se puede hacer al tanteo o con programación lineal. se ejemplifica al tanteo. Se recomienda que 50 % de la proteína sea suministrada por proteína degradable y el otro 50 % por una fuente de proteína que aporte proteína de escape (Ramos et al., 1998a), se estima el porcentaje de urea dividiendo el requerimiento entre el aporte de proteína de la urea (280):
El nivel de urea es muy elevado por lo que en términos prácticos lo dejaríamos entre 2 y 4 % de la dieta (Aranda et al., 2001). Se elabora un cuadro, considerando el 12 % de melaza (5 % PC) y el resto de gluten de maíz (42 % PC) que es la fuente de proteína de escape (64 % de su proteína es de escape). En todo concentrado usamos un grano como el maíz para dar energía (10 % PC) consideremos un 40 % inicial (cuadro 38.3).
Cuadro 38.3 Aporte de proteína cruda de suplemento para bovinos
El primer ejercicio nos da un exceso de proteína, para lo cual, ajustamos, reduciendo la urea a un 2 % y subiendo el maíz (esto se puede hacer en una hoja de cálculo), hasta encontrar una fórmula que nos da el 22.96 % de proteína cruda o un valor cercano (cuadro 38.4).
Cuadro 38.4 Ajuste de suplemento con base en el aporte de proteína cruda
Finalmente se estiman los kilogramos de materia seca que deberán ofrecerse del suplemento al día. Para esto se debe estimar el consumo, lo cual en forma general puede considerarse que dependiendo de la calidad del forraje puede ser entre 2.5 y 3 % de su peso vivo. Considerando el 2.5 % del peso vivo, de 180 kg, el consumo diario sería de 4.5 kg y el 30 % de este valor sería 1.35 kg, de tal forma que el de suplemento a proporcionar es de 1.35 kg/día/bovinos en base seca (al ajustar en base húmeda se incrementa un poco dependiendo de la humedad de los alimentos).