El arroz junto con el trigo y el maíz, es uno de los cereales que puede ser utilizado para hacerle frente al déficit energético que sufre la población a nivel mundial, razón por la cual los Centros de Investigación de los países latinoamericanos han creado nuevas variedades y tecnologías que permitan incrementar los índices de producción, ya que constituye la principal fuente de calorías para un buen porcentaje de la población.
En Guatemala, en el año 2016 se reporta una producción de 760,000 quintales provenientes de las regiones Norte, Suroriente y Suroccidente, siendo los departamentos de Jutiapa e Izabal los mayores productores. La producción nacional cubre el 30 por ciento de los requerimientos de consumo de la población y el resto proviene de importaciones.
Del cultivo de arroz se generan una serie de subproductos como la paja que se usa en la alimentación de ganado bovino, el pulimento que sirve para elaborar dietas alimenticias de monogástricos y la cascarilla que es de uso común como cama de gallinero, sustrato de hidroponía y abono orgánico; algunos productores de ganado bovino la han incluido como parte de las dietas alimenticias, a pesar de una serie de restricciones que tiene debido a su composición química.
Como resultado del procesamiento de los productos que provienen de las actividades agrícolas, se generan miles de toneladas de desechos sólidos que en la mayoría de los casos no se aprovechan y llegan a representar un problema de contaminación. Por esta razón se buscan formas de aprovechar dichos desechos, para así disminuir la contaminación ambiental que provocan y obtener algún beneficio de los mismos.
La mayoría de desechos agroindustriales son materiales que contienen lignina y celulosa, compuestos químicos que representan los mayores porcentajes. Ambos son polímeros de gran abundancia en la naturaleza, los cuales se encuentra en las estructuras de las paredes celulares de las plantas por lo que se consideran como un recurso renovable, razón principal para considerar que a estos materiales se les puede encontrar nuevos usos
La cascarilla de arroz es un subproducto agroindustrial que se obtiene del procesamiento del grano de dicho cultivo agrícola, estimando que por cada tonelada de arroz, se producen 200 kilogramos de cascarilla; tiene una naturaleza fuerte, leñosa y abrasiva, por lo cual es resistente a factores ambientales y protege al grano de arroz de cualquier deterioro durante el tiempo de desarrollo de la planta, a causa del ataque de hongos, insectos o cualquier otra plaga. La cascarilla de arroz no es apta para el consumo humano y animal debido a su alto contenido de sílice, aunque en algunos casos se usa para la alimentación de animales de granja en cantidades menores al cinco por ciento.
Este ingrediente casi no aporta fibra a la dieta de los animales y las aristas provocan la irritación del tracto digestivo de los animales que la consumen, como consecuencia del alto contenido de sílice. También se han encontrado lesiones pulmonares leves en animales de laboratorio sometidos a dietas con cascarilla, las cuales pueden tener efectos crónicos sobre la respiración; por estas razones en algunos países no se permite incluir más del 5 por ciento de este desecho en las dietas con que se alimentan los animales de granja.
En la tabla siguiente se describe la composición química de la cascarilla de arroz y otros subproductos del cultivo, de donde se puede extraer como conclusión que no es recomendable incluirla en las dieta para animales domésticos.
La dureza de este subproducto es debida al silicio que está contenido en su estructura, por lo que se utiliza de abrasivo para la limpieza de ciertos metales como hierro, acero, aluminio, latón y bronce, dado que el tamaño de la partícula de sílice es tan fina que no raya el metal. El silicio entra a la planta de arroz a través de las raíces en una forma soluble, probablemente como un silicato o ácido monosilícico, moviéndose hacia la superficie exterior de la planta donde se concentra por evaporación y polimerización para formar una membrana silico-celulósica.
El principal componente de las cenizas de la cascarilla de arroz cuando ésta se incinera, es el sílice ya que representa más del 90 por ciento; el porcentaje restante de las cenizas son impurezas que en la mayoría de los casos no tienen efectos negativos. Un problema que actualmente genera la actividad humana y que se debe solucionar en los países en desarrollo, es el tratamiento a la gran cantidad de residuos que se producen en la industria y la agricultura, siendo una parte significativa de dichos residuos, biomasa, que podría ser eventualmente empleada como un combustible renovable o en la industria de los materiales de construcción.