Introducción
Los engordadores de ganado en el Valle de Mexicali pastorean sus animales en praderas irrigadas de zacate bermuda (Cynodon dactylon L.) por un periodo de 180 – 210 días, lo que abarca primavera, verano y parte del otoño dependiendo de las temperaturas óptimas para el rebrote y crecimiento. (Vargas y Yañez, 1996). En el año 2010 el total de hectáreas sembradas de pasto bermuda ascendía a 1,385, con una producción mensual de 3,330 kg MS/ha (SAGARPA, 2014). Los suplementos son frecuentemente requeridos para satisfacer las necesidades nutritivas del ganado que tienen altos requerimientos de energía y proteína (Garcés et al., 1997). Varios estudios plantean la hipótesis que la proteína es el principal limitante para el crecimiento en pastoreo pero el aumento de consumo de forraje provocado por los suplementos proteicos se traducen en incrementos en el consumo de energía dado que se favorece la síntesis y actividad microbiana generándose mayor cantidad de productos de la fermentación ruminal (Nocek y Russell, 2001). Es por esto que cuando el contenido de nitrógeno en el forraje es mínimo, al adicionar suplementos proteicos han resultado en incrementos en la tasa de digestión y pasaje, digestibilidad de la fibra y en consecuencia del consumo voluntario, (DelCurto et al., 1990, Bodine et al., 2000). En contraste los concentrados que contienen almidón, adicionados a dietas a base forraje usualmente disminuyen su consumo y la digestión de la fibra y su utilización (Chase y Hibberd, 1987; Moore et al., 1999). Zinn y Shen (1998) sugieren que la respuesta a cualquier tipo de suplementación se fundamenta en la capacidad de llenado, la tasa de digestión y el balance de nutrientes. Aunque la energía suplementaria a menudo disminuye el consumo de forraje y su utilización (Moore et al., 1999), no existe suficiente evidencia experimental al respecto si la suplementación proteica o energética es el limitante para el comportamiento de los bovinos a través del ciclo de producción de las praderas, específicamente de Bermuda Cruza 1, en una región desértica en que la condición climatológica altera el patrón de requerimientos establecido por los estándares de alimentación. Debido a lo antes señalado y a las fluctuaciones marcadas en el valor nutritivo y disponibilidad de forraje nativo podría esperarse que la respuesta a la suplementación energética sea más consistente que la proteica cuando se utiliza un forraje de mediana calidad como principal fuente de alimento. El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto de la suplementación proteica o energética sobre la ganancia de peso y la digestión total en novillos consumiendo pasto Bermuda en el Valle de Mexicali.
Materiales y metodos
El experimento se llevó a cabo en 4.39 ha ubicadas en la Unidad de Bovinos de Engorda del Instituto de Ciencias Agrícolas de la Universidad Autónoma de Baja California. Se utilizaron 30 novillos cruzados y Holstein (280 ± 4 kg) pastoreando pasto Bermuda Cruza I (Cynodon dactylon) distribuidos en un diseño completamente al azar en cinco tratamientos: testigo (TG), baja proteína (SPB; 0.3 g/kg del PV, alta proteína (SPA; 0.6 g/kg del PV), baja energía (SEB; 0.4% del PV) y alta energía (SEA; 0.8% del PV). El testigo fue solo pastoreo de zacate Bermuda, la suplementación proteica (SP) fue a base de pasta de soya (PSOY) y la suplementación energética a base de trigo rolado al vapor (TRV). Los niveles de suplementación se hicieron basados en los valores recomendados por NRC 2000 para novillos en pastoreo con una ganancia de peso (GDP) esperada de 0.8 kg/d. Los suplementos se asignaron individualmente dos veces al día (0700 y 1900 horas) y los animales pastorearon continuamente en grupos identificados por tratamiento, de tal forma que cada animal representó una unidad experimental. La prueba tuvo una duración de 98 días entre los meses de agosto a octubre de 2011. Para la estimación del consumo voluntario de forraje se utilizó óxido de crómico (Cr2O3) al 0.3% de un consumo diario de materia seca esperado de 2.1% del peso vivo. Las muestras de suplemento, forraje y heces se sometieron a todos o parte de los siguientes análisis: materia seca, ceniza, N total (AOAC, 2000), FDN (Goering and Van Soest, 1970), oxido crómico (Hill and Anderson, 1958).
Resultados y discusión
Los distintos niveles de suplementación energética o proteica no provocaron (P < 0.14) diferencias en las ganancias diarias de peso en los primeros 60 días de pastoreo (cuadro 1). Sin embargo, a los 98 días, los tratamientos con suplementación energética presentaron mayor GDP (P < 0.03), respecto a la suplementación proteica. Al contrastar la suplementación proteica y el testigo, fue la suplementación energética quien presentó la mayor (P < 0.01) GDP al considerar el periodo total (98 d) del experimento. Bodine et al., (2001) observó casi similar comportamiento en novillos suplementados pastoreando una pradera de pasto bermuda, se observa la influencia de los tratamientos sobre la ganancia acumulada de peso. La suplementación energética baja y alta tuvieron un promedio de ganancia de peso total mayor (P < 0.05), 19.6 y 29.6 kg respectivamente, comparado con la respuesta a la suplementación proteica baja y alta. En relación al testigo, la diferencia en ganancia total promedio fue de 13.4 y 9.7 kg, respectivamente. Bodine et al., (2001) encontró diferencia entre el TG, la suplementación proteica y energética pero no encontró entre proteica y la energética. Wheeler et al., (2002) no observó diferencias entre niveles de 0.4 y 0.6 kg/PV de proteína utilizando como fuente de suplementación PSOY pero si contra el testigo. Se observó diferencias el consumo de MS total (Cuadro 2) entre la suplementación proteica baja y suplementación proteica alta (P < 0.05) y para la suplementación energética baja (P = 0.001) pero no así para la suplementación energética alta. En esto coincide lo reportado por Galloway et al. (1993) quienes observaron entre suplementar novillos en pastoreo con maíz o cascarilla de soya una diferencia de 23 % en consumo de MS. El consumo total de forraje disminuyo (P < 0.01) con la SE respecto a la SP.
Conclusiones
Bajo las condiciones en que se desarrolló este experimento, se concluye que la suplementación energética en novillos pastoreando una pradera de mediana calidad tuvo una mejor respuesta productiva comparada con la suplementación proteica. Las diferencias principales entre los tratamientos se manifestaron en el último periodo de pastoreo, cuando disminuyo la disponibilidad de forraje, antes que sus estimadores de calidad, que permanecieron sin mayor cambio hacia el final de experimento. El efecto sustitutivo de la suplementación sobre el consumo de forraje en la pradera fue mayor con la adición de energía y a la vez directamente proporcional con el nivel de suplemento energético.
Literatura citada
AOAC (2000) Official Methods of Analysis (17 th ed.). Association of Official Analytical Chemists. Gaithersburg, MD, USA. 2200 pp.
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DelCurto, T., R. C. Cochran, D. L. Harmon, A. A. Beharka, K. A. Jacques, G. Towne, and E. S. Vanzant. 1990. Supplementation of dormant tallgrass-prairie forage: I.Influence of varying supplemental protein and(or) energy levels on forage utilization characteristics of beef steers in confinement. J. Anim. Sci. 68:515.
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Wheeler, J. S. D. L. Lalman, G. W. Horn, L. A. Redmon and C. A. Lents. 2002. Effects of supplementation on intake, digestion, and performance of beef cattle consuming fertilized, stockpiled bermudagrass forage. 80:780-789.
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Cuadro 1. Ganancias de peso en novillos consumiendo pasto bermuda en pastoreo suplementados con pasta de soya o trigo rolado.
Cuadro 2. Consumo de forraje por novillos en pastoreo suplementados con pasta de soya o trigo rolado.