4 de marzo de 2007
Son interesantes las observaciones comentadas por los colegas. Quiero en lo posible contribuir de una forma sencilla a visualizar el complejo mecanismo del empaste y sus factores relacionados.
En principio, hay que resaltar la importancia que la alfalfa tiene como forraje, lo que obliga al productor a convivir con el empaste, pero si se tienen en cuenta los factores que modifican el riesgo y se conocen las técnicas que aseguran una prevención aceptable, se puede lograr un nivel admisible de control.
Los factores relacionados con el empaste son factores de la pastura, del animal, del ambiente y del manejo:
En cuanto a los factores de la pastura, para que ocurra el empaste, el animal debe ingerir determinadas especies vegetales meteorizantes, las cuales en general pertenecen a la familia de las leguminosas, siendo particularmente peligrosas en primer lugar la alfalfa. Especialmente cuando son de alta calidad.
Además de las especies, es importante recalcar la calidad de la misma, en base a su estructura, estadio fenológico etc.
En lo referente a los factores relacionados con el animal y como hemos podido observa muchas veces en el campo, el empaste se presenta generalmente en los animales más productivos, debido a que son los de mayor avidez y consumo de alimento y los más expuestos a consumir forrajes peligrosos.
Dentro de estos, podemos decir que las categorías más susceptibles son los terneros, con rúmen desarrollado, los novillos con altos ritmos de engorde y vacas lecheras de alta producción debido a sus elevados niveles de consumo.
Otro factor del animal muy relacionado con el empaste es el hambre, los animales hambrientos comen más rápido, por lo que están más predispuestos a sufrir empaste.
El ambiente es muy importante. Sabemos que el efecto del clima sobre el empaste es muy complejo. Por otra parte, mucha de la información generada en el exterior no es aplicable a las condiciones de nuestro país.
Generalmente en nuestro país, las épocas más peligrosas son la primavera, el comienzo del verano y, en menor proporción, el principio del otoño hasta después de las primeras heladas.
Cuando hay épocas de sequías, hay un alto riesgo de que veamos animales empastados, especialmente en pasturas consociadas de alfalfa con gramíneas, dado la mayor capacidad de crecimiento de ésta con respecto a las gramíneas en épocas de seca.
Cuando llueve luego de una sequía, se produce el rebrote activo de plantas, especialmente de leguminosas. Si la sequía fue prolongada, disminuye la existencia de gramíneas, lo que convierte a la pastura en peligrosa.
Además de las lluvias, los rocíos hacen que disminuya la necesidad de secreción de saliva para tragar el bolo y los tejidos son más frágiles y de masticación y fermentación más rápida, produciéndose, por lo tanto, la rápida disponibilidad de los componentes solubles del pasto en el rúmen, lo que incrementa el riesgo.
Las pautas y condiciones de manejo son muy importantes. Con respecto al ayuno previo a un pastoreo, es importante que los animales no ingresen nunca hambreados y/o con sed. El pastoreo por horas en pasturas con potencial meteorizantes, salvo que limiten fuertemente el consumo también eleva el riesgo de meteorismo.
Cuando el animal consume leguminosas de alta calidad, es recomendable realizar una sustitución con suplementación de fibra de alta calidad lo que contribuye a disminuir los riesgos.
Otro de los factores del manejo es el estrés, los animales que se estresan por corridas, perros, vehículos, gritos, etc. cuando están pastando, están predispuestos a empastarse porque se interrumpe la rumia, lo que favorece la retención de gases.
Por último quiero mencionar una experiencia, la cual llevo adelante en varios establecimientos. Hay que recordar que al ser el empaste una enfermedad que depende de muchos factores (botánicos, edáficos, climáticos, alimenticios, propios de los animales y de manejo), de acuerdo a la forma en que se combinen puede presentarse repentinamente o desaparecer súbitamente, creando confusión en el encargado de tomar las medidas.
En general trabajando con invernada, en épocas de alto riesgo tratamos de evitar los encierres prolongados para el manejo sanitario o pesadas, y en caso de ser imprescindibles, lo realizamos con tropas pequeñas. Antes de volver a la pastura administramos rollos o silo de maíz.
Tenemos muy presente que en épocas de lluvias o de heladas, los animales no ingresan a una parcela hasta que se haya levantado la helada, el rocío o la lluvia. Si el clima obliga a mantener los animales fuera de la pastura, suministramos reservas forrajeras de alta calidad
Siempre otras de las medidas que tomamos es tener un grupo de animales probadores, ósea que echamos a la pastura unos pocos animales probadores para conocer si empasta antes de exponer a todo el rodeo. En lo posible, estos animales deben haber sido identificados previamente como susceptibles al empaste, aunque estos animales susceptibles pueden inducirnos a error por su facilidad para empastarse.
Trabajamos mucho con el remanente de una parcela, hay que acordarse de que es peligroso si los animales pasan con hambre a la próxima parcela. Un alto nivel de remanente en la parcela significa que los animales no están hambrientos al pasar a la siguiente.
Hemos realizado, como comento el colega anteriormente, corte y marchitado de la pastura. Generalmente el forraje se corta depositándose en andanas en el mismo lugar del corte, hemos trabajado con un tiempo de oreado de 24 horas aproximadamente, aunque varía en función de la temperatura y la humedad relativa ambiente. Cortamos un cuarto de la pastura de la parcela al atardecer o temprano en la mañana para pastorear al día siguiente.
Lo que más resultados no ha dado es el empleo simultaneo de un tensioactivo, hemos empleado BLOATAID, de Laboratorios AVIAR y de monensina, SINAMON, también del mismo laboratorio. Además de la prevención del empaste la monensina ha mejorado las ganancias de los animales.
El BLOATAID lo rociamos sobre la pastura, para nosotros ha resultado muy confiable, ya que los animales ingieren el producto antiempaste simultáneamente con la pastura. Hay que tener la precaución de fumigar solo la parcela que se va a consumir como máximo en tres días, para evitar el lavado del principio activo utilizado por precipitaciones o rocío que lo pueden lavar.
La monensina se suministra como aditivo en la ración a razón de 100 a 300 mg/animal/día, hemos llegado a una reducción del empaste solamente con la utilización de estos dos productos del 90 en las temporadas de mayor riesgo.
Quiero terminar mis comentarios hacia este foro de discusión recordando que no existe aun un método o producto único 100 efectivo para la prevención, debiéndose recurrir a un paquete de medidas. No debe esperarse que el uso de estos métodos preventivos haga desaparecer completamente el problema, en especial si existen condiciones definidas como de alto riesgo. Es decir, que el empaste puede seguir apareciendo, aunque en forma más esporádica y con menor severidad que cuando no se emplean medidas de control.
Aunque se extremen todas las medidas para un correcto manejo y prevención, la vigilancia permanente de los animales que están sobre pasturas peligrosas es imprescindible.