(*) Técnicos del Area Producción
Animal.(**) Becario de iniciación. EEA INTA Marcos Juárez. Enero
de 2005.
PRODUCCION DE FORRAJE EN EL AREA DE MARCOS JUAREZ
INTRODUCCION
La estabilidad en la producción de forraje
a lo largo de todo el año es un requisito importante de todo planteo
forrajero en los sistemas intensificados de alta productividad. Las alfalfas
sin latencia invernal constituyen un componente central de las cadenas forrajeras
de gran parte de la región pampeana norte. Si bien las mismas realizan
un valioso aporte otoño invernal de forraje fresco, subsiste todavía
un bache estacional en la oferta forrajera en esta época del año.
Para corregir esta situación es necesario recurrir a cultivos estacionales,
y la dependencia de estos recursos adquiere una significación aún
mayor en los sistemas productivos de las zonas subhúmeda y semiárida.
En contraposición
con otras formas de provisión de forraje invernal, los verdeos tienen
la ventaja de no alterar la cadena de cultivos agrícolas de cosecha.
Esto adquiere real importancia en los sistemas mixtos de producción
agrícola bovinos puesto que, ubicando al verdeo entre dos cultivos de
verano, se cumple perfectamente con el objetivo de obtener forraje verde en
los meses de invierno, liberando el lote oportunamente para la implantación
de un cultivo estival.
Por otro
lado, el aumento de la receptividad invernal que puede lograrse con la inclusión
de verdeos invernales en el planteo forrajero permite llegar a la primavera
con una mayor dotación de animales, requisito básico para una
mejor eficiencia de cosecha de los recursos perennes de la cadena de pastoreo.
Para conocer la capacidad productiva, así como la adaptación a la zona de
los materiales de especies forrajeras de invierno, desde el año 1970
se conducen en la Estación Experimental Agropecuaria INTA Marcos Juárez
ensayos comparativos de rendimiento de forraje con participación de
cultivares y líneas avanzadas obtenidas en los centros de mejoramiento
genético.
Además
del rendimiento total de forraje, parámetro de fuerte gravitación
en la elección de un cultivar, otros aspectos como la distribución
y calidad del forraje, el hábito de crecimiento, la capacidad
de rebrote y tolerancia a plagas, heladas y enfermedades deben ser valorados
en esta decisión. Las enfermedades foliares como la roya de la hoja (P.
coronata) asícomo la roya del tallo (P. graminis) afectan
el rendimiento y calidad del forraje y grano. Si bien la intensidad del ataque
está ligada a la susceptibilidad varietal, las condiciones ambientales
pueden aumentar la severidad del daño producido. Ante condiciones climáticas
favorables para ataques de roya, los mismos suelen adquirir mayor intensidad
en cultivos implantados en suelos con altos niveles de fertilidad (Hojas informativas
Nº 237, 296, 320, 347 y 357).
Como en
las anteriores, esta publicación tiene como objetivo mantener actualizado
el conocimiento acerca del panorama varietal y el comportamiento productivo
de las especies avena, centeno, triticale y raigrás anual,
presentando los resultados de los ensayos realizados en los años 2002,
2003 y 2004.
METODOLOGIA
La disposición
de los ensayos respondió a un diseño experimental de bloques
completamente aleatorizados, con parcelas de 8,4 m2 y cuatro repeticiones.
El suelo, un Argiudol típico, Brunizen clase I, serie Marcos
Juárez, con buen nivel de fertilidad y humedad, fue preparado convenientemente
cada año para realizar la siembra hacia fines del mes de marzo. En todos
los casos se utilizó semilla suficiente para lograr un stand de 250
plantas/m2 a la emergencia, distribuidas en líneas espaciadas a 20 cm.
La
producción
de forraje se evaluó mediante cortes, utilizando una motosegadora experimental.
En cada parcela se cortó, a 7 cm del suelo, en una superficie de 5 m2,
quedando el resto como bordura. El primero de los cortes se realizó cuando
los materiales habían alcanzado un estado fenológico equivalente
al del momento óptimo de pastoreo, con cinco a seis hojas en el macollo
principal, lo que dio lugar a la formación de dos o tres grupos de cultivares
de acuerdo a la velocidad de crecimiento inicial de los mismos.
Cada especie
recibió tres cortes durante el ciclo del cultivo, a excepción
del ensayo de raigrás anual que tuvo cuatro. Además de la obtención
del rendimiento de forraje y su porcentaje de materia seca (MS), antes de cada
corte se determinó altura del canopeo y el aspecto general de la parcela.
Durante el desarrollo del cultivo se efectuaron observaciones para establecer
características morfológicas, capacidad de rebrote y comportamiento
ante adversidades climáticas, plagas y enfermedades.
Los datos de todas
las especies fueron sometidas al análisis de variancia por separado para cada año. Posteriormente
se realizó un test de comparación de medias por LSD. Con los
cultivares comunes, presentes en los tres años, se realizó el
análisis conjunto y el LSD para cultivares contra el error común, sin
considerar eventuales interacciones cultivar * año.
CONDICIONES CLIMATICAS
En el Cuadro
1 se muestran las precipitaciones mensuales y el número de heladas ocurridas
durante el barbecho y ciclo del cultivo en cada año de ensayo.
Cuadro 1. Precipitaciones y número de heladas a 5 cm
del suelo durante el período.
Si bien las precipitaciones estivales en el año 2002 no fueron tan
elevadas como para lograr una buena reserva de humedad en el suelo, las lluvias
de otoño y principios de invierno contribuyeron para que la humedad
no fuera limitante de la producción. En cuanto al número de heladas
a 5 cm del suelo, los registros fueron cercanos a la media histórica.
Los ciclos 2003 y 2004, en cambio, pueden considerarse normales, con precipitaciones
importantes en los meses de verano y otoño que permitieron almacenar
suficiente humedad en el perfil del suelo para satisfacer las necesidades del
cultivo en todo el período. Esto, sumado a las oportunas precipitaciones
de julio, en ambos años, hizo que la humedad no fuera limitante para
la producción. La cantidad de heladas registradas en el período
2004 fue levemente superior al de la media histórica.
RENDIMIENTO DE FORRAJE
En los
Cuadros 2, 3, 4 y 5 se muestran los valores de producción de forraje
de los ciclos 2002, 2003 y 2004 para los cultivares de avena, centeno,
triticale y raigrás anual respectivamente.
Cuadro 2. Avena. Producción de forraje (kg MS/ha)
Cuadro 3. Centeno. Producción de forraje (kg MS/ha)
Cuadro 4. Triticale. Producción de forraje (kg
MS/ha)
Cuadro 5. Raigrás anual. Producción de forraje
(kg MS/ha)
Para determinar la producción de los materiales de avena, centeno y
triticale se utilizó una metodología restringida a la realización
de tres cortes por año, abarcando un período total de 140–150
días entre la siembra y el último corte. No obstante, resulta
factible lograr un cuarto crecimiento cuya producción puede aportar un
10-20 % más de forraje, extendiendo el período de utilización
por 25–35 días. Sin embargo, debe tenerse presente que en condiciones
prácticas, en los sistemas predominantemente agrícolas, pocas
veces puede disponerse de este cuarto aprovechamiento dada la temprana competencia
por el uso del suelo que establecen los cultivos estivales de cosecha.
Por su parte los cultivares de raigrás anual, al tener un período de
crecimiento más extendido, fueron evaluados en cuatro cortes, pudiendo
incluso aportar uno o dos crecimientos más si la modalidad de uso del
sistema lo requiriese.
La alta
producción alcanzada por casi todos los materiales de la distintas especies
durante el ciclo 2004, en parte, puede explicarse por las buenas condiciones climáticas
reinantes y por una fertilización nitrogenada (30 kg N) realizada después
del primer corte.
Individualmente,
cabe destacar la producción de los nuevos cultivares de avena Violeta
INTA y Graciela INTA. Estos materiales, junto a Cristal INTA, Millauquén
INTA y B. INTA Calén entre otros, fueron los más productivos,
aún en condiciones ambientales diferentes.
Por razones operativas el ensayo de centeno no fue sembrado en ciclo 2004.
Los materiales Don Guillermo INTA, Don Enrique INTA, Naicó INTA
y el nuevo cultivar Camilo INTA se ubicaron dentro del grupo de mayor
producción en los dos ciclos evaluados.
Los cultivares
de triticale presentaron los rendimientos más uniformes dentro de años. Dentro
de ellos pueden resaltarse las cualidades de Yagán INTA, Ňinca UNRC,
Quiñé UNRC y Genú UNRC y la línea de inminente
inscripción LAJP 1001.
Entre los cultivares de raigrás anual, considerando el promedio de
los tres años, se destacaron Abundant, Bill, Bisonte y Barturbo.
También cabe mencionar el buen comportamiento productivo del cultivar
Jumbo en el año 2004.
A modo
de resumen, como surge de la información presentada, existe un amplio
panorama de opciones para la elección de especies y cultivares de verdeos
invernales. La diversidad en comportamiento de estos materiales permite
decidir la incorporación de los más adecuados para cada cadena
forrajera, los cuales permiten lograr elevadas producciones estacionales de
materia seca otorgando así estabilidad a la oferta forrajera de los
distintos sistemas productivos.