1. La grasa en la alimentación de los rumiantes
Por definición se denomina grasa a una serie de compuestos que tienen en común ser insolubles en agua y solubles en solventes orgánicos. Las grasas son parte esencial de la composición nutritiva de la dieta de los rumiantes, sea cual sea el régimen alimentario dominante. La mayoría de los forrajes y concentrados de la alimentación de los rumiantes contiene concentraciones de grasa en su composición. La inclusión de alimentos con altos contenidos de grasa (semillas de algodón, habas de soja, harina de palmiste…) o la complementación con grasas alimentarias (inertes en el rumen o no) en las dietas de los rumiantes, ha sido práctica habitual desde hace tiempo y en explotaciones de alto rendimiento son un buen recurso alimentario para satisfacer sus necesidades.
Desde hace unos años se vienen utilizando como fuente de grasa los jabones cálcicos en la alimentación de los rumiantes por diferentes motivos. Entre ellos se encuentra la posibilidad de incorporar aceites vegetales, su comodidad de manejo y adición a las mezclas de piensos, y sus efectos beneficiosos en la compactación del gránulo en los procesos de fabricación.
Aunque inicialmente fueron diseñados para la alimentación de vacas de alta producción (son estables a pH neutro o ligeramente ácido, pero se disocian a pH del orden (o inferior) a 5 (la estabilidad depende del grado de insaturación del ácido graso), liberándose a nivel estomacal (pH 2,5) los ácidos grasos y el calcio), sus ventajas como materia prima de elección han provocado un elevado interés por el sector por la utilización de jabones cálcicos en la alimentación de rumiantes en todas las fases de producción, desde el inicio (pre-starter) hasta el cebo incluidos.
1.1. Animales jóvenes
La utilización de grasas se ve afectada por la fuente administrada, su estructura, tamaño de la cadena de carbonos y su grado de saturación.
El éxito en el desarrollo de una dieta pre y postdestete es suministrar aquella fuente de grasa que tenga una mayor similitud a la grasa presente en la leche de la madre (grasa butírica o mantequilla). De los triglicéridos que forman las grasas utilizadas en la formulación de una dieta, podemos clasificarlos en tres tipos:
- TCL, los llamados de cadena larga (con más de 12 átomos de carbono), se encuentran en la mayoría de los lípidos de la naturaleza.
- TCM, los de cadena media (con 8-12 átomos de carbono), son menos comunes y se obtienen de fuentes como el aceite de coco o aceite de palmiste.
- TCC, los de cadena corta (con menos de 8 átomos de carbono).
2. ÁCIDOS GRASOS DE CADENA MEDIA
Los ácidos grasos de cadena media y corta (AGCM y AGCC) se digieren y absorben mejor que los de cadena larga (AGCL) (Sucher, 1986). También los AGCM tienen la ventaja de que se absorben y pasan directamente a la vena porta y de ahí al hígado para ser utilizados como fuente de energía; mientras que los AGCL entran al sistema circulatorio por vía del sistema linfático y después llegan al hígado.
Otra diferencia entre estos dos tipos de ácidos grasos, es que los AGCM pasan libremente y en forma más rápida a la mitocondria para ser utilizados; mientras que los AGCL necesitan un sistema de transporte específico para entrar en la mitocondria (Lupine, 1993).
Es conveniente emplear mezclas de grasas con una amplia variedad de ácidos grasos, con lo que se evita toda sobrecarga digestiva o metabólica. En particular, la presencia de ácidos grasos de cadena corta a intermedia (aceite de coco y palma) ejercen un efecto favorable, por ejemplo en terneros y corderos, ya que los digieren bien, incluso con un bajo peso al nacimiento y ejercen, además, un efecto favorable sobre el crecimiento y la calidad de canal (Cañete, 1976, 1990). La digestibilidad de las materias grasas depende, esencialmente, de su composición en ácidos grasos (Cuadro 1) (Bacha 2002). Así cuanto mayor sea el contenido en AGCM y/o ácidos grasos insaturados, mayor es su digestibilidad (Gorril, Boison, 1973).
En la práctica, la mejor fuente de ácidos grasos en dietas para piensos de iniciación de terneros y corderos es el aceite de coco, ya que éste contiene hasta un 70% de AGCM y AGCC. Comparando las otras fuentes de ácidos grasos, le sigue en importancia el aceite de oliva, palma, girasol, soja y maíz. Las dos fuentes de grasa de origen animal, el sebo y la manteca, no se utilizan tan eficientemente.
A) Eficiencia de la alimentación y sostenibilidad medioambiental
Menor producción de metano, lo cual, aumenta la eficiencia de la alimentación parcialmente. El problema sería que reduciríamos la actividad de ciertas especies microbianas que intervienen en la digestión de la racion, con lo cual, la dosis e inclusión en la dieta debe llevarse a cabo de forma precisa. Hristov et al. (2011) observaron que el ácido laúrico (C12:0) tuvo profundos efectos sobre la fermentación ruminal, inhibiendo poblaciones microbianos. Previamente, Hristov et al. (2009) ya observaron que C12:0 y C14:0 (aceite de coco) redujeron la población de protozoos un 80%. Van Zijderveld et al. (2012) también observaron la cantidad de protozoos. Las mayores reducciones (96% de reducción) fueron observadas por Hristov et al. (2011) al compararlas con C14:0 y C18:0. Van Zijderveld et al. (2012) encontraron reducciones de nitrógeno ureico en leche, mientras que Hristov et al. (2010) observaron reducciones de metano y amonio en el estiércol tras la alimentación con C12:0 o aceite de coco. La producción se metano en rumen también se vio reducida con el uso de C14:0 (aceite de coco) (Hristov et al. (2009) y de C12:0 y C14:0 (Machmüller, 2006). En este último trabajo se observaron reducciones del 50% del metano con niveles de inclusión del 3% de C12:0 y C14:0Hristov et al. (2009) también observe reducciones de amonio ruminal con el uso de C12:0 y aceite de coco (principalmente C14:0).
B) Efectos antimicrobianos
Amalaradjou et al. (2006) encontraron que las sales de ácido caprílico es efectivo como bactericida contra E. coli O157:H7 administrado en agua de bebida. Nair et al. (2005) observaron que el ácido caprílico y la monocaprilina son efectivos en la reducción de Streptococcus agalactiae, Streptococcus dysgalactiae, Streptococcus uberis, Staphylococcus aureus, y Escherichia coli. Por ello, se ha recomendado emplear estos ácidos grasos como alternative o terapia de apoyo a los antiobióticos contra mastitis. Annamalai et al. (2004) tambi´n concluyeron acerca de este efecto del ácido caprílico en la inactivacion de E. coli O157:H7, esta vez en fluido ruminal. En este caso, los autores lo recomendaron incluirlo antes del sacrificio para reducir la carga de patógenos.
C) Recuento de Células Somácticas
Kelsey et al. (2009) encontró (in vitro) reducciones de crecimiento microbiano. In vivo, Gonzalez et al. (2010) observaron que la inclusión de una mezcla bien definida de AGCM, a razón de 4-5 gramos/oveja y día, tuvo efectos muy positivos en el descenso del RCS. Odongo et al. (2007): C14:0 reduced methane (CH4) production by 36%. MA could be used to inhibit the activities of methanogens in ruminant animals without altering the conjugated linoleic acid and trans-18:l fatty acid profile in milk.
PROPUESTA: Jabones Cálcicos Funcionales(COCO: Ácidos Grasos de Cadena Media)
Es, por tanto, efectivo desarrollado un jabón cálcico con un perfil alto en ácidos grasos de cadena media, ácidos grasos de cadena corta y contenido ideal de ácidos grasos insaturados, buscando el perfil idóneo (lo más parecido a la composición de la grasa de la leche de la madre) junto a las grasas que habitualmente se vienen utilizando en los piensos de iniciación (aceite de palma y/o soja), por lo que conseguimos una alta digestibilidad de las grasas a nivel intestinal en su conjunto.
Los jabones cálcicos de coco son una materia prima de elección como fuente de grasa de origen vegetal en la alimentación de rumiantes durante su fase de iniciación, y que cuando se utiliza con las consideraciones propuestas, constituye una alternativa real como fuente de energía en los piensos de preiniciación e iniciación, mejorando los índices productivos y el estado sanitario de los animales.
El producto está indicado para lactoiniciadores y piensos de iniciación de rumiantes; la dosis dependerá de las otras fuentes de grasas que entren en la formulación de dichos piensos. También, para animales adultos en lactación se observan beneficios muy interesantes. A dosis de 1-3% en la formulación de estos, los beneficios que encontramos con estos jabones son los siguientes:
- Aumenta la densidad energética del pienso
- Alta digestibilidad, por su perfil de ácidos grasos
- Mejora la digestibilidad a nivel intestinal de la grasa total del pienso
- Mejora los índices productivos de los animales (GMD e IC)
- Mejora el estado sanitario del animal
- Facilidad de manejo y mezcla: polvo grosero
- Producto estable, producto totalmente inerte