Existe a nivel mundial gran cantidad de información que señala a la Morera como un árbol o arbusto de gran valor forrajer o. Un informe del Servicio de Producción Animal (AGAP) del Departamento de Agric ultura de la FAO establece que la morera ( Morus spp ) produce más elementos nutritivos digeribles que la mayoría de los forrajes tradicionale s. En consideración a la importancia de la especie, la FAO creó un sitio donde a ctualmente se encuentran disponibles, en idioma español, 141 artícul os sobre el tema.
La Morera es un árbol de uso múltiple que tradiciona lmente se utiliza como alimento para el gusano de seda, pero también tie ne uso como forraje para el ganado bovino, ovino, caprino y monogástricos ( cerdos, aves, conejos), paisajismo y uso en la industria de fármacos. El follaj e se puede utilizar como alimento principal para las cabras, ovejas y conejos, y com o complemento alimenticio, en lugar de los concentrados, para el ganad o vacuno productor de leche, y como ingrediente para la alimentación de los an imales monogástricos, como los cerdos. Esta especie pertenece al orden de las Ur ticales, familia Moraceae y género Morus. Es originaria de una zona ubica da al pie del Himalaya y su cultivo se ha extendido desde zonas con clim as templados de Asia a todo el mundo, por lo que se le considera "cosmo polita" y, tradicionalmente, ha sido seleccionada y mejorada por ca lidad y rendimiento de hojas en muchos ambientes, por lo que actualmente tie ne un alto valor forrajero y amplia adaptación a condiciones de clima. Las hojas de m orera son muy palatables y digestibles (70-90%) en los rumiantes y tam bién puede ser dadas a los monogástricos. El contenido de proteína de las hoj as y tallos tiernos, con un excelente perfil de aminoácidos esenciales, varía entre 15-28% dependiendo de la variedad (Benavides,1999).
El contenido mineral es alto y no se han identificado hasta ahora compuestos tóxicos o principios antinutricionales. El estab lecimiento de este forraje perenne es a través de esquejes o de semilla, y la cosecha se puede hacer arrancando las hojas o cortando ramas o la plant a entera. El rendimiento depende de la variedad, la localidad (temperatura men sual, radiación solar y precipitación), densidad de plantas, aplicación de ferti lizantes y técnica de cosecha. Las hojas pueden ser usadas como suplemento, reemp lazando a los concentrados, en vacas lecheras, o como el alimento prin cipal en cabras, ovejas, conejos, terneros o vacuno de carne, o como ingr ediente en la dieta de cerdos y aves (Benavides, 1999).
Las hojas de morera ( Morus spp .) han sido el alimento tradicional del gusano de seda ( Bombyx mori ). Hay evidencias de que la sericultura comenzó hace unos 5.000 años (Huo Yongkang, Universidad Agrícol a del Sur de China, citado por Benavides, 1999) y por tanto la domesticació n de la morera. La morera ha sido seleccionada y mejorada en cuanto a su valor nutritivo y al rendimiento de sus hojas desde hace mucho tiempo. A travé s de proyectos de gusano de seda, la morera ha sido llevada a muchos países alrededor del mundo, y ahora se encuentra desde las áreas templadas de Asia y Europa, en los trópicos de Asia, Africa y América, hasta el hemisfer io sur (Sur de Africa y Sudamérica). Existen variedades de morera para muchos med ios ambientes, desde el nivel del mar hasta altitudes de 4.000 msnm (F AO, 1990), y desde los trópicos húmedos hasta las zonas semiáridas (como el Cercano Oriente con 250 mm de precipitación anual) y templadas. Los rangos climáticos para su cutivo son: temperatura de 18 a 38 ºC; precipitación de 600 a 2.500 mm; fotoperíodo de 9 13 horas/día y humedad relativa de 65 a 80 % (Ting-Zing et al., 1988). En Chile existen ejemplares de morera en zona s climáticas con temperaturas promedio inferiores a 18 ºC, desde la IV a la X Región. La morera también se cultiva bajo condiciones de riego. Aunque l a mayoría de los proyectos de producción de seda han tenido una vida limi tada debido a las dificultades en el procesamiento y en la comercialización de la seda o los productos terminados, los árboles de morera han permane cido en la mayoría de los lugares donde han sido introducidos, lo que tambi én ocurre en Chile.
El uso principal de la morera a escala mundial es como a limento del gusano de seda, pero dependiendo de la localidad, tam bién es apreciada por su fruta (consumida fresca, en jugo o en conservas), po r sus propiedades medicinales en infusiones (té de morera), para paisajism o y como forraje animal. Los usos múltiples de la morera han sido reconoci do (Zepeda, 1991). Es sorprendente, sin embargo, que una planta que ha sid o utilizada y mejorada para alimentar a un animal con requerimientos nutricio nales elevados, como lo es el gusano de seda, haya recibido una atención limita da por ganaderos, técnicos e investigadores pecuarios. Hay ciertos lugares don de el follaje de morera se usa tradicionalmente en la alimentación de rumiantes, como en ciertas partes de India, China y Afganistán, pero fue s olo en los ochentas que empezó el interés en su cultivo intensivo y su uso en la al imentación de animales domésticos. Al igual que pasos importantes en la ciencia y la tecnología, el descubrimiento del valor alimenticio de la morera en América Latina sucedió por casualidad (Sánchez, citado por Benavi des, 1999). Un campesino costarricense de origen chino, a quién falló su proyecto de gusano de seda, ofreció el follaje de morera a sus cabras y se sorprendió por su palatabilidad y el comportamiento de sus animales. Él r eportó sus hallazgos a los investigadores del Centro Agronómico Tropical de Inv estigación y Enseñanza (CATIE) en Turrialba (Costa Rica), quienes fu eron receptivos y astutos en incluir la morera dentro de los ensayos de árboles forrajeros y comportamiento animal. Igualmente, el Centro Interna cional de Investigación en Agroforestería (ICRAF) con sede en Kenia, y el Institu to de Investigación en Producción Animal de Tanzania, han llevado a cabo exitos os trabajos agronómicos y de alimentación animal, aparentemente si estar al tanto de los trabajos en el CATIE. En el Valle de Cauca se han he cho evaluaciones con morera y se usa como forraje de corte desde hace algun os años (González y Mejía, 1994 ).
Recursos genéticos
La morera pertenece a la familia Moraceae (Clase Di cotiledóneas; Subclase Urticales) y hay varias especies: Morus alba , M. nigra, M. indica, M. laevigata, M. bombycis , etc. que han sido usadas en forma directa, o a través de cruzamientos o mutaciones inducidas, para el desarroll o de variedades en apoyo a la producción de gusano de seda. La especie dipl oide M. alba (2n=2x=28) es la más extendida, pero las variedades polipl oides originadas en varias estaciones experimentales de Asia, presentan mejor es rendimientos y calidad. En general, las variedades poliploides tienen h ojas más gruesas y grandes con color verde más obscuro, y producen más hojas p or hectárea. Existe una gran variación en la producción de hojas y en su calidad (por ejemplo el contenido de proteína) entre los biotipos y variedades de morera cultivadas en diferentes localidades y bajo condiciones dive rsas de suelo y medio ambiente, lo que demuestra el tremendo potencia l para identificar el germoplasma apropiado para muchos sistemas de producción. Muchas referencias en la literatura no especifican que especie o variedad se usa. Seguido se le dan nombres comunes según la forma de l as hojas. En muchos casos, las variedades cultivadas localmente (locales o criol las) parecen comportarse adecuadamente comparadas con otras introducid as, ya que probablemente están bien adaptadas a esas condiciones.
Composición y valor nutritivo
La proteína cruda de las hojas de la morera, varía entr e 15 y 28% dependiendo de la variedad, edad de la hoja y las con diciones de crecimiento. En general, los valores de proteína cruda pueden ser con siderados similares a la mayoría de los follajes de leguminosas. Las fracciones fibrosas en la morera son bajas comparada con otros follajes. Shayo (1997) repo rtó contenidos de lignina (detergente ácido) de 8,1 y 7,1% para las hoj as y corteza respectivamente. Una característica sorprendente en la mor era, es su alto contenido de minerales con valores de cenizas de hasta 17%. Los contenidos típicos de calcio son entre 1,8-2,4% y de fósforo de 0,14 -0,24%. Espinosa et al . (1999) encontraron valores de potasio entre 1,90-2,87 % en las hojas y entre 1,33-1,53% en los tallos tiernos, y contenidos de magnesi o de 0,47-0,64% en hojas y 0,26-0,35% en tallos tiernos.
Palatabilidad. Una de las cualidades principales de la morera como for raje es su alta palatabilidad. Los pequeños rumiantes consumen ávi damente las hojas y los tallos tiernos frescos primeramente, aún cuando no ha yan sido expuestos a este forraje previamente. Luego, si el forraje se les ha ofrecido entero, pueden arrancar la corteza de las ramas. Los bovinos con sumen la totalidad de la biomasa si esta finamente molida. Hay un reporte (J egou et al ., 1994) de un consumo de materia seca cuando se ofreció fresca ad libitum de 4,2% del peso vivo en cabras lactantes, el cual es más alto que otros folla jes de árboles.
Jayal y Kehar (1962) reportaron consumos de materia sec a de morera del 3,44% de peso vivo en ovinos bajo condiciones experime ntales. Los animales prefieren inicialmente la morera sobre otros f orrajes ofrecidos simultáneamente, e incluso buscan hasta el fondo de un m ontón de forraje hasta encontrar la morera (Antonio Rota, FAO Barbados, comunicación personal). En un estudio comparativo, Prasad y Reddy (19 91) reportaron consumos mayores de materia seca de hojas de morera en o vinos que en cabras (3,55 vs 2,74 kg MS/100kg peso vivo).
Prácticas culturales
Establecimiento. El método de plantación más común a nivel mundial es por esquejes, pero en ciertos lugares se prefiere la semilla. Como es el caso de otras forrajeras tropicales perennes, para sistemas de c orte y acarreo, el sembrar por semilla probablemente asegura un sistema r adical más profundo con mayor capacidad para encontrar agua y nutrientes, q ue se reflejará en mayor productividad y más larga longevidad. Las semillas pueden también ser la manera más barata y aceptable para transportar, man tener en cuarentena y almacenar germoplasma. Las ventajas de la reproducción veg etativa (por esquejes) son la garantía de las características productiva s, la facilidad de obtención de material y la facilidad de plantación. El establecimiento de plantas machos puede ser preferida cuando se introduce germoplasm a importado a lugares nuevos para evitar su expansión involuntaria (Mor gan P. Doran, Universidad de California, Davis, EE.UU., comunicación p ersonal). Como es el caso de la mayoría de los forrajes perennes, el tiempo y los costos de establecimiento (principalmente para la preparación de tierra, la siembra y el control de malezas) son aspectos críticos para la introducci ón exitosa de la morera.
Cultivo . La morera se cultiva por su fruto en árboles aislados o en huertos caseros para la producción de gusano de seda a pequeña esc ala a lo largo de cercos o intercalado con otros cultivos en los sistemas de p roducción mixta; en cultivo puro en proyectos grandes de seda o producción i ntensiva de forraje; y en mezclas con leguminosas fijadoras de N para la prod ucción intensiva de forraje (Talamucci y Pardini, 1993). También se haya m ezclada con otros árboles en bosques naturales o en plantaciones.
Fertilización. Todos los nutrientes extraídos por la morera para su cr ecimiento tienen que venir del suelo o del subsuelo, pues la morera no fija nitrógeno. En cultivos puros, los fertilizantes químicos o orgánicos (abono s animales o vegetales) deben ser usados para reponer los nutrientes ext raídos en el follaje para poder mantener una producción sostenible. La asocia ción con leguminosas con efectiva fijación de nitrógeno por medio del rizobium puede reducir los insumos de fertilizantes y puede que sea la m ejor combinación en muchas situaciones, pero aún reciclando los nutrientes conte nidos en las excretas animales, fertilizantes adicionales pueden ser req ueridos para obtener rendimientos máximos (J.E. Benavides, comunicación persona l). Las respuestas a los fertilizantes nitrogenados han sido claram ente demostradas, tanto en forma inorgánica como orgánica, con mejores respuestas a la primera. Según Kamimura et al ., (1997) el nivel de nitrógeno del suelo es el factor principal para el crecimiento de la morera.
Cosecha y conservación del forraje . Para alimentar al gusano de seda se cosechan ya sea las hojas en forma individual, los rebrote s o toda la rama, dependiendo de los requerimientos alimenticios de la la rva y de los costos (FAO, 1988). Al gusano se le ofrece el follaje fresco, aunque se están desarrollando en forma experimental otras metodologí as. Para la alimentación de los rumiantes, el método preferido ha sido el cort e de las ramas a mano, aunque se puede predecir que un corte mecánico sea us ado en el futuro para facilitar la alimentación en fresco a grande escala o pa ra el secado artificial. La conservación del forraje de morera por medio de ensilad o ha sido logrado con éxito (Vallejo, 1995 y González, 1996; citado por Bena vides, 1999) y ha habido otros estudios preliminares en el secado de las hojas (Oje da et al ., 1997). Las láminas de las hojas se secan bajo el sol en unas horas p ero se requiere más tiempo para los pecíolos y tallos. Un acondicionamiento del follaje (ejemplo, pasándolo por rodillos) facilitará el secado de los ta llos y con esto se evitará el deterioro de la calidad nutritiva de las hojas por exposi ción excesiva a los rayos solares o al calor. Las variedades diploides se secan más r ápido ya que tienden a tener más estomas por unidad de área foliar (Govindan et al ., 1988)
Rendimientos. La producción de hojas y materia seca por hectárea de mo rera depende de la variedad, la localidad, la densidad de siembra, las aplicaciones de fertilizantes y la técnica de cosecha. El rendimient o de biomasa y la proporción de hojas varía con la especie y la variedad. E l clima (precipitación y radiación solar) y la fertilidad del suelo, son fact ores determinantes en la productividad (Espinoza et al. , 1999). Incrementando la densidad de siembra se aumentan los rendimientos de hoja (Gong et al ., 1995).
Rendimientos de hojas frescas de hasta 40 ton/ha/año (apr oximadamente 10 ton de materia seca) han sido reportadas en la India ( Mehla et al., 1987) y en Costa Rica (Espinoza, 1996; citado por Benavides, 1999) . Rendimientos máximos de materia seca de material comestible (hojas y tallos tiernos) fueron 15,5 y 45,2 ton/ha/año, respectivamente. Cosechas de m ateria seca de hojas de menos de 10 ton/ha/año se pueden esperar bajo con diciones de producción menos intensiva.
Comportamiento animal con morera
Rumiantes. Aunque el alto valor de la morera para las vacas lech eras ha sido reconocido desde hace tiempo en Italia (Vezzani, 1938; Maymore et al., 1959) y ha sido usada en forma tradicional en los países del Hi malaya, la investigación de morera para rumiantes ha sido más bien escasa. Jayal y Kehar (1962), basados en los valores altos de digestibilidad de las h ojas de M. indica , sugirieron que la morera podría ser usada como suplement o a las dietas de forrajes de menor calidad. La morera ha sido usada par a reemplazar exitosamente los concentrados de granos en vacas en lactac ión (Cuadro 1). Los rendimientos de leche no disminuyeron cuando se reem plazó el 75% del concentrado con morera. La producción de leche de las cab ras se incrementó con los niveles de morera en substitución del pasto King. E n el CATIE, un módulo de dos cabras lecheras (Saanen x Toggenburg) alim entadas exclusivamente con follaje de morera de 775 m2 (17.000 plantas/ha) en asociación con Erytrina berteroana (5.128 árboles/ha) solo como follaje verde y con pasto King de 425 m2, produjo un promedio de 4 l itros por día, equivalente a más de 12.000 litros por ha/año (Oviedo et al ., 1994).
CUADRO 1. Efecto de la substitución de concentrados por morera e n vacas Holstein pastoreando pasto Kikuyo ( Pennisetum clandestinum ) (Esquivel et al ., 1996)
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También en Costa Rica, las ganancias de peso de toros de raza Romosinuano (raza criolla) alimentados con pasto elefant e, se incrementaron a más de 900 g/d cuando la morera se dio como suplemento a l 1,7% de su peso vivo como MS (González, 1996 citado por Benavides, 1999). El Cuadro 2 presenta los resultados de un experimento en Guatemala con novillos castrados Zebú-Pardo Suizo alimentados con niveles creciente s de morera como suplemento a su dieta basal de ensilaje de sorgo. Aunque las tasas de crecimiento con el nivel más alto de morera no fueron i mpresionantes (195 g/d) debido probablemente a la baja calidad del forraje b asal, este ensayo demuestra nuevamente su valor como suplemento. La tasa de crecimiento diario de las terneras (0-4 meses) no fue afectado cuan do se ofrecieron hojas de morera ad libitum y se redujo la cantidad de concentrado ofrecido a solo el 25% de lo habitual. (González y Mejía, 1994). En cor deros las ganancias llegaron a 100 g/d cuando el pasto King se suplementó con 1,5% de MS de morera (Benavides, 1986).
CUADRO 2. Efecto del nivel de suplementación con morera sobre e l consumo y los cambios de peso de novillos Zebu x Pardo Suizo alime ntados con ensilaje de sorgo.
Sistemas de producción pecuaria
La manera tradicional de usar la morera como alimento en las zonas de producción de gusano de seda, es de dar los residuos no c onsumidos por el gusano a los animales domésticos. Un modelo integrado d e producción de seda y leche ha sido propuesto por Mehla et a l. (1987), en el cual las vacas solo reciben residuo de morera y concentrado. La produ cción de proteína comestible y la generación de empleo es mucho mayor que con el cultivo de granos básicos. El residuo de morera es arrojado a los est anques de policultivo de peces en el sistema Chino de diques y estanques, el cua l es uno de los sistemas agrícolas de bajos insumos más intensivos y que pr oduce alimento e ingresos para un gran número de personas (Korn, 1996) .
En las áreas de producción de morera, en cultivo puro o e n asociación, así como en aquellas donde la morera crece en forma na tural, el corte y acarreo es la manera más práctica de usar la morera para el ganado (Benavides et al., 1995). El follaje de morera puede constituir el suplemento a dietas basadas en forrajes de baja calidad o el alimen to principal de la ración.
Una integración natural de morera y ganado ocurre en regiones del Cercano Oriente y Asia Central donde los árboles de m orera se tienen para fruta. Las hojas que caen en el otoño son consumidas p or los animales. Ya que la maduración de los frutos ocurre en la primavera o a principios del verano, puede ser posible cosechar las hojas, una o más veces, antes del invierno.
El único intento, hasta ahora, de utilizar morera di rectamente en pastoreo han sido el de Talamucci y Pardini (1993), qu ienes propusieron una asociación complementaria con el trébol subterráneo ( Trifolium subterraneum ) para ovinos y bovinos en Toscania (Italia). La morera se beneficia de la fijación de nitrógeno por el trébol y a su vez contribuye con f orraje de alta calidad en el verano. La asociación produce más forraje que los cultivos individuales.
CONCLUSIONES
El resultado neto del largo período de selección y mejo ramiento de la morera la ha hecho ser comparable o superior a muchos otros forrajes en términos de valor nutritivo y rendimiento de nutriente s digestibles. Sus rendimientos, su calidad y su disponibilidad en diversas partes del mundo, hacen de la morera una opción muy importante para in tensificación de la producción animal, o para explotaciones donde la superf icie es limitante, especialmente en aquellos lugares donde existen o se puede n aplicar suficientes nutrientes para asegurar altos rendimiento s de biomasa. Los altos contenidos de minerales de las hojas de morera deben ser tomado en consideración cuando se calculan los balances de nutrientes y las necesidades de fertilización para evitar la pérdida de la fertilid ad del suelo.
Considerando su alto valor nutritivo y su palatabilidad, el follaje de morera es valioso a medida que el animal tiene mayores requerimientos. En igualdad de circunstancias, los animales con mayores requer imientos nutritivos por unidad de peso deben tener la prioridad al util izar la morera. Esto significa, los animales más jóvenes o aquello en lactancia, dentro d e una especie.
En sistemas de producción de leche, la morera podría estar asociada a la utilización de los purines como fertilización básica, con lo cual se lograría minimizar los costos de fertilización.
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