La incorporación de plantas forrajeras en los sistemas de producción animal puede convertirse en una alternativa útil, ya que a la vez que mejoran las condiciones del suelo y por ende de la biodiversidad aportan a los niveles de producción y de productividad en las explotaciones ganaderas. Pues la insuficiencia de los piensos será el principal obstáculo para satisfacer la demanda creciente en los próximos años de las explotaciones pecuarias.
En los sistemas de producción pecuaria es necesario establecer asociaciones con plantas de diferentes tipos que aporten tanto proteína como protección al ecosistema, y en este caso a las explotaciones pecuarias.
Se pueden diferenciar al menos varios grupos de sistemas de explotación asociadas a árboles o sistemas agroforestales, donde se emplean plantas para la producción de forrajeras y otras alternativas dentro de las explotaciones pecuaria. Entre estos, se encuentran los sistemas silvopastoriles en ganadería extensiva, plantaciones forestales con pastoreo de ganado, cercos vivos, barreras contra el viento, linderos arborizados, corredores biológicos, espacios para el sombrío de animales, sistemas silvopastoriles con uso de la sucesión vegetal dirigida, y sistemas para ganadería intensiva y otras especies animales, sistemas silvopastoriles de alta densidad arbórea, sistemas de corte y acarreo, bancos de proteína puros, policultivos de corte, policultivos de varios estratos y múltiples usos. Todas estas alternativas parten del uso de unas especies vegetales que aportan niveles de proteína y forraje para los animales y donde básicamente se utilizan leguminosas y otras especies diferentes.
Las leguminosas además del aporte de proteína, contribuyen a transformar el nitrógeno atmosférico en nitrógeno disponible para el suelo, ya que sus raíces suelen formar simbiosis por la asociación que se establece entre las bacterias del tipo Rhizobium, que tiene la propiedad de fijar el nitrógeno atmosférico al suelo.
Las plantas forrajeras al mismo tiempo que contribuyen a alimentar los animales, pueden servir como cercas vivas, fuente de madera, protectoras de humedales, reservorios de biodiversidad, corredores biológicos, barreas para el viento, espacios para el sombrío, manejo de las sucesiones vegetales, aporte de forraje durante las épocas de verano. Además, las plantas forrajeras contribuyen a la reducción de costos de mantenimiento y fertilizantes, donde el ganadero obtiene productos como postes, madera, varas delgadas, leña; el ganado consume frutos y follajes; atenúan el impacto del pisoteo, reducen la erosión y la fauna silvestre encuentra nuevas oportunidades para su multiplicación.
Es por esto que las plantas forrajeras se deben tener en cuenta como una alternativa muy importante en la toma de decisiones dentro de una explotación pecuaria.