No hay mal que por bien no venga, dice el viejo dicho. Y es cierto. El famoso Coronavirus, que tiene al mundo entero en vilo, también nos dejará enseñanzas. Aunque parece ser que no difiere mucho de otros virus respiratorios, tiene como particularidades dos cosas que le dieron fama y que siguen preocupando: su gran contagiosidad y la falta de vacunas preventivas. Es decir, el virus gana las batallas cuando “no alcanza” la inmunidad de las personas (recordar que no hay personas vacunadas en el mundo entero), de ahí que se vuelve mortal en los mayores de edad con enfermedades preexistentes, que son quienes no tienen suficientes defensas inmunitarias en la primera barrera, que es inespecífica.
¿Qué tiene esto que ver con lo que sucede en nuestros bovinos? Mucho, si se analiza sin prejuicios y con conocimientos suficientes.
Hoy es prácticamente imposible abordar el tema de bioseguridad sin tener en cuenta el bienestar animal (BB). Si se entiende por bioseguridad la implementación de todas las medidas que hacen falta para que microorganismos patógenos (MP) no infecten a los animales, desde el control de ingresos de otros animales a un rodeo, personas y/o vehículos que puedan transportar a los predios MP, hasta los correctos planes sanitarios con vacunaciones, desparasitaciones y luchando contra ectoparásitos, realizando manejos adecuados para la nutrición, hasta el máximo refuerzo posible de la inmunidad, que permita a los animales defenderse adecuadamente de los MP que puedan llegar hasta ellos (este último ítem es muchas veces el menos atendido), todo influye en la salud.
¿Qué son las vacunas sino herramientas para elevar la inmunidad contra uno u otro MP? Sin embargo no siempre son efectivas, a veces por sus propias limitaciones y muchas otras veces porque no encuentran animales capaces de responder inmunológicamente a las vacunaciones.
Las causas por las cuales no hay suficiente inmunidad en los animales, aun en aquellos que reciben excelentes vacunas, son todas derivadas de falta de bienestar: enfermedades preexistentes, insuficiente alimentación, deficiente nutrición, clima adverso (estrés térmico), ambientes inapropiados, instalaciones inapropiadas, malos manejos, situaciones de miedo, dolores y malos tratos.
Entonces; de poco valdrá el aislamiento de un predio, todos los cuidados preventivos que minimicen la llegada de MP a los animales, las mejoras vacunas, etc. si los animales no están en un estado inmunitario óptimo, resultado de una permanente situación de bienestar y buen manejo por parte de quienes con ellos trabajan.
Muchas de las medidas para lograr bienestar y por lo tanto inmunidad y bioseguridad son gratis o de muy bajo costo. Las defensas contra los MP causantes de muchas enfermedades con consecuencias económicas ya muy probadas deben superar al ejército de microorganismos, toxinas o parásitos que ingresan a los organismos de los animales productivos; el bajo costo (capacitación del personal, concientización para el trabajo en forma responsable y la supervisión, siempre necesaria) justifica ampliamente trabajar por la bioseguridad.
El Coronavirus y muchos otros MP harán mucho más daño a los hombres y mujeres que tengan menos posibilidades de reaccionar bien inmunológicamente. Con los animales ocurre lo mismo.