La compañía "Dean Foods" se ha declarado en bancarrota unos días atrás. Este suceso no tendría la menor importancia en Latinoamerica, sino fuese por las razones que obligaron al distribuidor de leche más grande en Norteamérica de cerrar las puertas. Dean Foods tenía un revenu de $23 billones/año en ventas de leche y subproductos. Las razones que ellos han manifestado como más importante, es el detrimento en ventas ocasionado por el bajo consumo de leche que los primos del norte están experimentando; específicamente, la población joven nacida en este milenio. Pero qué beben los gringos en su lugar? No el vaso de leche obligatorio que había que beber antes de de dejar la mesa cuando mi generación estaba creciendo. Aquel paradigma de que la leche era el ingrediente más importante en cualquier dieta, ha dejado de existir. Hoy en día aquellos pequeños empresarios que durante años han estado insistiendo en que sus productos de origen vegetal son más saludables que la leche, finalmente han ganado y convencido al público de que tenían razón y de que la leche de almendros, soya, etc; son productos más saludables y no contaminan el medio ambiente con estiércol y gas metano. Otro factor contribuyente es que las compañías que distribuyen abarrotes, han introducido en sus productos una nueva modalidad, la producción de esos productos. Por ejemplo, Walmart construyó su propia planta procesadora de leche y Target está en el proceso de construir su propia planta procesadora de leche, ambos le compraban leche y subproductos lácteos a Dean Foods. El último factor y este es tremendamente importante, son los criticismos que la industria lechera ha recibido a través de grupos y organizaciones de ciudadanos que demandan derechos para los animales, protección del medio ambiente e instituciones de salud que repetidamente han refutado las cualidades dietéticas de la leche y sus derivados. Casos esporádicos de maltrato a animales que han sido filmados y expuestos en social media, han llamado la atención y cumplido su objetivo. A nadie le gusta ver una vaca caída bajo el chuzo eléctrico o ser levantada con el cargador como si fuera un costal de material inerte; desafortunadamente, algunos productores han pecado de insensibilidad al dolor y discomfort animal,.. justos pagan por pecadores.