Introducción
Conaprole, es una cooperativa de productores lecheros con 85 años de trayectoria. Actualmente nuclea a más de 1600 socios cooperarios, y procesa más de 1.500 millones de litros de leche al año. De este volumen, el 30 % es destinado al mercado interno y el 70% a la exportación, llegando a más de 60 países. Esto significa que la competitividad del sector tanto en términos de costos, calidad, inocuidad, así como cumplimiento de regulaciones, se debe ajustar al contexto internacional. En los últimos años, la sensibilidad del consumidor y por ende las exigencias, en cuanto al cuidado del medio ambiente, bienestar animal y la producción natural y saludable, han tomado mayor relevancia en la agenda del sector. Conaprole ha establecido programas de trabajo específicos para abordar áreas claves, algunos de los cuales desarrollaremos con más detalle en este trabajo.
Acciones
Para incorporar estas señales desde el mercado al proceso productivo con visión de cadena, se requiere de un plan de acciones concretas que se incorporen al quehacer cotidiano, de modo que el alcance sea real y masivo. En este sentido, podemos citar dos ejemplos de proyectos definidos por la Cooperativa: Tambo Sustentable (www.sustentable.eleche.com.uy), y Grass Fed (www.grassfed.com.uy). En 2012, Conaprole comenzó un proyecto llamado Tambo Sustentable, el cual aborda aspectos de infraestructura en el tambo asociados a mejorar la eficiencia de los sistemas cuidando el medio ambiente en el cual se desempeñan. Las áreas abordadas actualmente por este proyecto son: infraestructura eléctrica y eficiencia energética, distribución de agua para el ganado, gestión de efluentes y residuos sólidos, caminería para el ganado y sombra. La modalidad de trabajo es a través de consultorías realizadas por un equipo técnico especializado, que comienzan con un relevamiento de la situación del establecimiento, para posteriormente elaborar un plan de acciones que incluye: obras a realizar, mejoras de procesos operativos, inversión inicial, costos operativos y períodos de repago. A la fecha se han realizado en total 1.200 consultorías. Los resultados obtenidos en estos nueve años de trabajo, han permitiendo que el proceso de intensificación del sistema de producción se llevara adelante en forma eficiente y cuidando los recursos naturales involucrados. El segundo ejemplo es el proyecto de certificación Grass Fed, implementado en el año 2020. Esta certificación asegura al consumidor que la leche con la cual se elaboran los productos lácteos, es producida con vacas alimentadas principalmente a pasto y a cielo abierto. Es decir, una leche obtenida en condiciones “naturales” de producción para las vacas, a diferencia de los sistemas de encierro. Adicionalmente, se certifica el cumplimiento de atributos adicionales del sistema de producción como ser: la trazabilidad animal y de producto, la no utilización de promotores de crecimiento ni productos de origen animal en la dieta, animales libres de hambre y sed, y el arraigo de las familias involucradas en el medio rural.
De esta forma, a través de estos dos proyectos: Tambo Sustentable y Grass Fed, Conaprole abordó en forma práctica y eficiente un conjunto de acciones a nivel del tambo, que permiten actualizar los modelos de producción, no solo buscando eficiencia biológica y económica, sino incorporando conceptos y buenas prácticas de sensibilidad e interés para los consumidores finales, que son quienes traccionan el proceso de generación de valor.
Mensajes y Desafíos
La lechería uruguaya ha crecido en las últimas décadas en forma muy importante, siendo ese crecimiento dirigido al mercado externo. Este proceso de crecimiento ha sido traccionado desde el consumidor local, pero principalmente a nivel internacional desde mercados a veces muy diferentes en cuanto a preferencias y exigencias. Por ello, el sector enfrenta el desafío de continuar este proceso de crecimiento, ajustando niveles de eficiencia y competitividad, pero atendiendo la demanda de los consumidores finales. En este sentido se requiere establecer programas de trabajo que “aterricen” los mensajes del consumidor en las propuestas productivas y tecnológicas a incorporar. Los intereses y mensajes del mercado son dinámicos, cambiando en forma permanente y a velocidad creciente, por lo que estos programas deben tener la capacidad de ajustarse rápidamente a esas tendencias. A nivel primario, en el tambo, estos cambios incluyen: readecuación del modelo productivo, actualización y rediseño de infraestructura, actualización de rutinas y formas de trabajo a través de la capacitación, sistemas integrados de información, seguimiento y evaluación permanente. En la última década, la mayor preocupación respecto al cuidado del medio ambiente, el bienestar animal, y la capacidad de los sistemas de enfrentar los desafíos planteados por el cambio climático, hacen necesario contar con programas concretos que incorporen acciones que aseguren cambios en este sentido. Sin dudas es un gran desafío, no solo para el sector primario, sino para el sector lácteo en su conjunto, el cual tiene que ser abordado en forma integrada por todas las instituciones que integran el sector.