Históricamente en el tambo nos concentramos en prevenir y tratar las mastitis y en preñar nuestras vacas, pero esto no alcanza, es hora de comenzar a tomar conciencia de que sus patas son otro pilar que sostiene nuestra producción y que por lo tanto es ahí donde se nos escapan los litros de leche si no estamos atentos, y donde muchas veces tenemos pérdidas económicas muy grandes que no las vemos. En estudios realizados en Europa y Estados Unidos las pérdidas causadas por las enfermedades podales varían entre 150 a 450 dólares por vaca. Si bien no hay muchos datos en Argentina sobre cuánto nos cuesta una vaca renga no deberían ser mucho menores que los citados anteriormente.
Como bien dice el dicho “es mejor prevenir que curar”, por lo tanto si bien debemos tratar las vacas que presentan alguna enfermedad en las patas lo fundamental es prevenir la aparición de las mismas. Un programa de prevención de enfermedades podales debe constar en la detección de los problemas que haya en el establecimiento como potenciales causas de las lesiones (manejo, dieta, genética, instalaciones, etc) debido a que son de característica multifactorial, por lo tanto debemos identificar las causas que los originan, y en cada tambo pueden ser muy variados. Además de corregir el origen de las lesiones, debemos contar con el servicio de un podólogo que trabaje de manera rutinaria, con la suficiente experiencia, conocimiento de los tratamientos para cada patología, con el instrumental mínimo para desvasar, que el trabajo sea realizado con eficacia y, de esta manera, obtener los resultados deseados.
Un punto muy importante en la prevención es el uso del pediluvio o también conocido como “pietinero”. El mismo consiste en una especie de pileta en el cual se colocan distintos tipos de productos químicos para prevenir la aparición de dermatitis, la cual está asociada al nivel de barro que haya en el tambo. Hay muchos tipos de diseños de pediluvios, los más modernos realizados de acero inoxidable con llenado de agua, dosificación del agente químico y vaciado automático de manera de disminuir el trabajo por parte de los operarios, claro está que, a un precio bastante elevado. Para la realidad Argentina tenemos alternativas de construcción más económicas, construidos con paredes de ladrillo y piso de cemento, que permiten su instalación sin erogar mucho dinero y que mediante su uso correcto nos harán mitigar las pérdidas económicas.
¿Dónde y cómo lo construyo?
A la hora de construir un pediluvio debemos tener ciertas precauciones para evitar problemas que nos hagan, con el paso del tiempo, dejar de utilizarlo una vez construido. Ante todo debemos comenzar a pensar que el pediluvio debe ser usado como rutina, por lo tanto, debe ser diseñado de tal modo que no altere las demás actividades del tambo. Debe ser colocado en un lugar donde no se vea afectado el flujo de animales, se debe limpiar fácilmente, las vacas deben entrar y salir sin inconvenientes del mismo para citar situaciones importantes en el diseño.
El pediluvio como dijimos debe ser colocado en un lugar en que no complique o enlentezca el normal funcionamiento del tambo, que no implique tener una tarea extra más allá de llenarlo y vaciarlo, por lo tanto un lugar práctico es a la salida del ordeño. De esta manera, una vez que las vacas son ordeñadas al volver a su potrero pasan obligatoriamente por el pediluvio.
Para que sea efectivo debe tener como mínimo 3 metros de longitud, para garantizar que los cuatro miembros del animal se bañen en la solución que utilicemos, 15 cm de alto, pero lo llenaremos a un nivel de 10 cm de altura para evitar salpicaduras con el paso de los animales y con el consecuente desperdicio de producto usado y un mínimo de 70 cm de ancho. A las vacas no les gusta las pendientes, y menos las descendentes por lo tanto debemos evitarlas cuando lo diseñamos para garantizarnos el correcto flujo de animales y que no se queden paradas delante del pediluvio. Otra consideración importante es que el pediluvio lo vamos a tener que vaciar y limpiar después de cada uso, por lo tanto debe tener un desagote de dimensiones lo suficientemente grandes como para que se vacíe rápidamente y que no se tape con un eventual bosteo de las vacas dentro del mismo.
¿Qué soluciones utilizo?
Hay distintas soluciones para utilizar, por ejemplo amonios cuaternarios, sulfato de cobre, formol, etc. Todas tienen sus pro y sus contras pero lo más importante es tener en cuenta que cualquiera sea la que elijamos, se inactivan con el tiempo y sobretodo con la contaminación orgánica (bosteo de los animales y barro), por lo tanto deberá ser eliminada después de cada uso y volverá a ser llenado con solución nueva para que sea efectivo.
Debemos calcular 1 litro de agua con el producto disuelto por vaca que pasa por el pediluvio; por ejemplo si tengo 250 vacas en ordeño, el mismo deberá tener una capacidad de 250 litros. Para calcular el volumen de líquido que contiene el pediluvio deberemos hacer una simple cuenta; largo x alto (solo 10 cm a llenar) x ancho del pediluvio.
¿Cada cuánto paso las vacas?
Como se dijo anteriormente el éxito del pediluvio es cuando se utiliza correctamente. Con esto quiero decir que no debemos pasarlo cuando el podólogo nos informa que hay un brote de dermatitis, o el tambero nos dice que está viendo “mucha llaguita” en las vacas. El paso por el pediluvio debe constituir una rutina en el manejo de los animales, así como tenemos una rutina de ordeño con el uso de toallas para secar, soluciones para sellar pezones, debemos garantizar el paso de las vacas por el producto elegido para las patas aunque no tengamos dermatitis en nuestro rodeo. Esta es la única manera de combatir la enfermedad y evitar pérdidas de dinero.
Se puede empezar a pasar 3 veces por semana, por ejemplo lunes, miércoles y viernes y después ir espaciándolas en el tiempo pero nunca menos de 1 vez por semana. Aunque no veamos signos de enfermedad. Una vez que el podólogo levanta la pata de una vaca renga significa que hemos llegado tarde y que no pudimos prevenir la lesión infecciosa.
El uso correcto del pediluvio es parte de un plan de prevención como se indicó previamente, por lo tanto para disminuir la aparición de vacas rengas debe funcionar en todos sus puntos. El pediluvio servirá para disminuir la incidencia de dermatitis digital, siendo ésta una de las patologías más comunes de las pezuñas, y al ser contagiosa, si no la controlamos podemos llegar a tener brotes de enfermedad. Para que su implementación sea exitosa y no termine en decepciones a corto plazo es fundamental que las vacas pasen rutinariamente, y con las consideraciones enumeradas anteriormente, por el pediluvio por más que no haya dermatitis, y de que es un pilar para el control de las enfermedades de las pezuñas dentro de un plan integral podal.