Las enfermedades del pie bovino son consecuencia de la interacción de diferentes factores, los cuales, desencadenan la enfermedad cuando alcanzan un punto crítico. Las causas involucradas son múltiples y complejas, destacándose particularmente la alta producción, el estrés, los trastornos nutricionales, además de etiologías ambientales, infecciosas, genéticas, de razas, estado fisiológico de los bovinos y el comportamiento, tanto animal como humano. El recorte funcional de las pezuñas en ambos tipos de producción, así como el uso de pediluvios en establecimientos lecheros, son medidas profilácticas que favorecen la no aparición de trastornos pódales, mientras que el maltrato de los animales durante el manejo, no respetar los tiempos de desplazamiento de los animales, el hacinamiento y el mal estado de los corrales, pueden promover dichas patologías.
El peso corporal, el tamaño del animal, la conformación de los miembros y el sedentarismo, son factores específicos importantes en la aparición de dichas enfermedades (Solano et al. 2016).
Una alimentación mal balanceada puede producir trastornos pódales cuando posee un contenido en fibra menor de 18% y un alto porcentaje en proteínas, las cuales serían responsables de trastornos ruminales que, luego, se reflejan en lesiones de las pezuñas. El estrés calórico también es responsable de trastornos ruminales que posteriormente se traducen en laminitis y en sus diferentes enfermedades secundarias (Mader et al. 2006). Además, es probable que aquellos animales confinados en espacios que no respetan las medidas establecidas en las normas de bienestar animal, no puedan desplazarse libremente y activar la circulación podal como habitualmente lo hacían antes de ser destinados a los corrales de encierro (O’Callaghan et al. 2003; Leach et al. 2010). Si bien no es un problema nuevo, está adquiriendo gran importancia debido a la intensificación de la producción y al aumento del uso de concentrados en la alimentación, lo que influye en trastornos de la producción y en la reproducción. Por otro lado, los animales afectados requieren atención y tratamiento terapéutico inmediatos, lo que incrementa las tareas de manejo, los gastos de medicamentos, honorarios profesionales veterinarios y, en algunos casos graves, descarte anticipado de animales de alto valor genético y productivo en plena producción (Cha et al. 2010; Harris et al. 1998).
¿Cómo me impactan los problemas podales?
Existe evidencia científica que demuestra que las vaquillas que sufren de cojeras antes de iniciar su vida productiva tiene 30.8% de ser sacadas del establo antes de completar su primera lactancia, es decir, 6 veces más probabilidades de descarte. Los problemas pódales van más allá que solo el bienestar animal, también existen efectos reproductivos y sobre la producción de leche.
Impacto en la reproducción.
- Vacas con problemas pódales tienen un aumento de días abiertos y un intervalo entre partos de más de 400 días (Martínez, et al., 2019).
- 6 veces más probabilidades de desarrollar quistes ováricos.
- 8 veces más probabilidad de aumentar los días al 1er servicio
- 6 veces más probable de aumentar los días abiertos
- 9 veces más probable de tener más servicios por concepción
- 4 veces más probable de ser descartada en comparación a sus compañeras de hato (Martínez, et al., 2019; Charfeddine, et al., 2017).
Impacto sobre la producción de leche.
- Vacas con una puntuación de 4 a 5 en la escala de locomoción tiene una pérdida de producción de leche de 9 al 15 %
- 270-574 kg/lactación/caso clínico (Huxley, et al., 2013).
Patologías involucradas
Más del 90% de las patologías pódales se encontraron en miembros posteriores; algunos factores que favorecieron la presentación de patologías pódales fueron la humedad y los caminos con materiales abrasivos (piedras, clavos, madera, concreto). Las pezuñas que permanecen en agua durante 12 horas, aumentan su peso en un 2% por la absorción de agua y esto reduce su dureza entre un 10% y un 20% favoreciendo la incidencia de patologías pódales (Hüeckmann; Jaramillo, et al., 2015).
Necrobacilosis interdigital bovina: Es una enfermedad infecciosa también conocida como dermatitis interdigital. Se caracteriza por el aumento de grosor de la piel interdigital y por el aumento de tamaño del área comprendida entre el rodete coronario y el menudillo. Causada por agentes como el Fusobacterium necróphorus y Bacteroides melaninogenicus los cuales actúan sinérgicamente (Schulz, et al., 1986). Para el tratamiento se aplican antibióticos de amplio espectro como Curacef® Duo. De manera tópica se puede aplicar una solución de glutaraldehido al 5% combinado con sulfato de cobre.
Erosión de talones: Se caracteriza por pérdida irregular del tejido córneo en forma de cráter. Es causada por el Dichelobacter nodosus y predispone el descuido de las pezuñas, produce cojera de ligera a moderada, principalmente en las extremidades anteriores. El tratamiento se orienta igual al anterior y se deben corregir las pezuñas (Schulz. et al., 1996; Cardona, et al., 2003; Confalonieri, et al., 2016).
Laminitis bovina: También llamada pododermatitis aséptica difusa; es considerada como una manifestación local de un trastorno de orden sistémico como factores nutricionales (exceso de granos en dieta), alteraciones posparto (mastitis, metritis), etc. Presenta estadios agudos, subagudos y crónicos pudiendo afectar a todas las extremidades. En la fase aguda hay aumento de la tríada, anorexia, sudoración y la pezuña se encuentra caliente y dolorosa. En la subaguda se aprecian petequias en la suela, mientras que en la crónica no hay síntomas generales pero presenta rigidez y cojera (Confalonieri, et al., 2016).
Pododermatitis séptica: También llamado pie podrido, mal de uña, foot rot, puede ser difusa o localizada. Es causada principalmente por traumatismos (clavos, piedras) por donde penetran los agentes patógenos que ocasionan necrosis, abscesos y degeneración de la pezuña, principalmente en aquellas zonas donde no se realiza profilaxis podal. Los signos principales son cojeras, deformación de la pezuña, expulsión de material purulento, dolor e inflamación (Confalonieri, et al., 2016). Para el tratamiento se aplican antibióticos de amplio espectro como Curacef® Duo, De manera tópica se puede aplicar una solución de glutaraldehido al 5% combinado con sulfato de cobre.
Estrategias para establecer una buena salud de las pezuñas.
Regulación del Medio Ambiente: Se debe regular la permanencia de los animales en los corrales freestall. En estos casos es recomendable construir pediluvios para adicionarles soluciones de sulfato de cobre al 10 % o glutaraldehido diluido a partes iguales con sulfato de cobre diluido. Esta profilaxis debe hacerse entre 5 y 10 días seguidos introduciendo las pezuñas durante 5 minutos y realizarlo con un intervalo de tres meses (García, et al., 2001; Cardona, et al., 2017).
Genética: Las alteraciones digitales son heredables. Por lo tanto, se deben eliminar del hato aquellos animales cuya descendencia presenten la patología. Por otra parte, cuando se van a comprar reproductores se debe prestar atención a los rasgos morfológicos de las pezuñas (Cardona, et al., 2003).
Nutrición: Hoy en día en la ganadería, los estudios y las tecnologías aplicadas en la nutrición han disminuido las problemáticas de los trastornos alimenticios y desbalances metabólicos en el ganado bovino productor de leche, sin embargo, debemos prestar atención a estos, debido a la relación entre estos trastornos y los problemas pódales, se recomienda realizar pruebas digestivas como pH ruminal, con el objeto de evaluar el funcionamiento del rumen. En este sentido, los cambios de dietas deben ser paulatinos para adaptar la flora a las nuevas condiciones (Tamayo, et al., 2001; Cardona, et al., 2003). En casos de acidosis ruminal, se debe suministrar Hepatonic® inyectable con la aplicación simultánea de Megludyne® y FOSFOSAN® Además, se debe estimular la circulación del pie.
Pediluvios: El uso tópico de profilácticos como glutaraldehido, sulfato de cobre, sulfato de zinc, sulfato de aluminio y sulfato de benzalconio, que desinfecten las pezuñas de los animales, siendo un biocida para evitar las colonización de las bacterias en la pezuña, La frecuencia de uso depende del grado de humedad a la que estén expuestas las pezuñas y la cantidad de barro que acumulen diariamente, por lo que se recomienda realizar un score de higiene patas y pezuñas del hato; en épocas de lluvia con pezuñas muy sucias es recomendable hacer uso del pediluvio al menos 3 ó 4 veces por semana con un cambio luego de cada 200 animales.
Recorte funcional de la pezuña: Se deben realizar por lo menos dos veces al año. El arreglo está orientado básicamente a rebajar la suela, procurar la concavidad de la misma, así como el recorte de la punta. Es necesario inmovilizar el animal ya sea en un potro, mesa de cirugía o simplemente en el suelo bien sujetado. Los materiales incluyen tranquilizantes, limpia uñas, gurbios, agua, cepillo, guantes, gafas, lazos, alicate corta pezuñas o pulidora. Los pasos a realizar son los siguientes:
- Tranquilizar a los animales.
- Retiro de una ligera capa de tejido córneo en la intersección de la tapa y la suela para observar bien la línea blanca.
- Limpieza de la suela, iniciando desde el borde lateral hacia el espacio interdigital, respetando el borde de la pared. Se debe retirar todo el tejido anormal como la sobresuela, escarza, cuerpos extraños y limpieza prolija de los orificios presentes.
- Recorte del excedente de la tapa que sobresale de la suela, respetando un grosor de 0.5 cm de la línea blanca, nivelación y rectificación de la suela con una tabla.
- Realización de concavidad de la suela en el borde medial de la pezuña.
- Se recomienda realizar los cortes al inicio del periodo seco 50-60 días preparto y de 100 a 150 días postparto.
Cuando se trabaje con cuchillas, la dirección debe ser siempre desde el talón hacia la punta de la pezuña. Los talones no deben ser recortados a menos que presenten problemas. En la medida que se vaya nivelando la suela es necesario realizar pruebas de digito presión para ir evaluando su dureza. Un exceso de pulición debilita la pezuña predisponiéndola a patologías perforantes o infecciosas (García, et al., 2001; Cardona, et al., 2003). Con el establecimiento de esta medida se pueden evitar los siguientes problemas:
- Apoyo anormal.
- Predisposición a traumas debido a una mala repartición del peso durante el apoyo.
- Penetración de cuerpos extraños a través de la línea blanca.
- Distribución anormal del peso sobre ambas pezuñas.