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Estoy de acuerdo con los parámetros de la crianza artificial de terneros con objetivos de duplicar el peso al nacer antes del destete y mantener la mortandad por debajo del 3%. El plan convencional de alimentación, aproximadamente 4 L/día de leche, no cubre los requerimientos para alcanzar ganancias de ˜700 g/día, necesarias para cumplir esta meta. Sobretodo con la genética Holstein moderna.
En contraste, los planes intensificados ofrecen volúmenes mayores de leche o sustituto lácteo (con concentraciones de sólidos del 18–20% MS) en las primeras semanas de vida. No solo la concentración de solidos es importante sino manejar niveles de proteína arriba del 20% (22%) como se ha demostrado en varios ensayos. Esto permite:
Alcanzar ganancias diarias de 700–800 g, incluso superiores en algunos casos.
Aumentar el peso al destete en 8–12 kg frente al sistema convencional.
Mejorar la eficiencia de conversión de nutrientes en crecimiento.
Favorecer un mayor desarrollo inmunitario, reduciendo la incidencia de enfermedades posdestete.
Diversos estudios respaldan que un inicio nutricional sólido no solo influye en la salud y el desarrollo temprano, sino que también repercute positivamente en la producción de leche en las primeras lactancias y en la longevidad productiva de la vaca.
En conclusión la alimentación intensificada en la crianza de terneros es una estrategia que combina mejores indicadores productivos y sanitarios con un impacto positivo a largo plazo sobre el potencial productivo y la rentabilidad del sistema lechero.
Hay algunos metanálisis que muestran que los mayores volúmenes de leche o sustituto de leche que se administran a los terneros son responsables solo del 3 % del aumento de la producción de leche durante la primera lactancia de las terneras alimentadas para acelerar su crecimiento durante la fase de crecimiento alimentadas con leche. Además, si esas terneras jóvenes producen más leche en su primera lactancia, el intervalo entre partos aumenta y la segunda lactancia o las futuras no muestran ninguna ventaja en cuanto al rendimiento. El volumen de leche o sustituto que se les da a comer en las primeras etapas de su vida no cubre el aumento de la producción de leche durante su primera lactancia. No hay que olvidar que el aumento de la producción de leche tiene un coste. Los ganaderos no obtienen toda la ventaja del precio de la leche extra, sino solo el porcentaje de beneficio que realmente les corresponde y no el precio total obtenido por la leche entregada. Cuanto mayor sea el volumen alimentado en las primeras etapas de la vida, menor será la ingesta de pienso de inicio, lo que permitirá un destete más seguro. El destete gradual para prolongar la fase de alimentación con leche con volúmenes más altos traerá complicaciones adicionales para la gestión de la granja de diferentes grupos de edad de terneros.
Si lee atentamente el siguiente metanálisis publicado por Heinrichs y Gelsinger, verá que todos los resultados publicados son económicamente desastrosos.
https://www.jdscommun.org/issue/S2666-9102(24)X0005-8?utm_source=ADSA&utm_medium=banner&utm_campaign=JDSC_BehaviorSI#ProductionHealthWelfareandBehavior55.
Ellos llegaron a la siguiente conclusión:
Concluimos que las ganancias en la producción de la primera lactancia logradas al aumentar el ADG de los terneros antes del destete son pequeñas y representan menos del 3 % de la variación en la producción de leche de la primera lactancia. La genética, la salud y otras prácticas de gestión de las explotaciones representan el 97 % de la producción real de leche que observamos. Además, cualquier mejora del GAD que queramos lograr en los terneros antes del destete es mucho más barata de conseguir aumentando la ingesta de pienso de inicio para terneros en combinación con un programa razonable de leche/sustituto de leche.
Los resultados económicos de los experimentos publicados mostraron que, para los resultados publicados, el valor adicional de la leche menos el aumento de los costes de alimentación son negativos.