El aparato mide en 30 segundos las propiedades de la leche e indica al tambero, desde un visor electrónico, si la vaca presenta esa infección
En pleno desarrollo se encuentra un biosensor para el diagnóstico rápido de una enfermedad que afecta la producción de las vacas lecheras, la mastitis. El aparato mide en unos 30 segundos las propiedades de la leche e indica desde un visor electrónico cuál es la situación, con un 90% de efectividad, según precisan investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN-UBA).
"La idea fue aplicar el conocimiento teórico de la facultad para hacer un aparato que sirva en la medición de un problema real como la mastitis, que causa pérdidas del orden del 7 % de la producción láctea del mundo. Sólo en la Argentina equivale a 700 millones de litros al año", indica el doctor Eduardo Cortón, desde el Laboratorio de Biosensores y Bioanálisis de FCEN-UBA.
Antes del diseño actual, estudiaron el panorama del sector. "No había buenos métodos para detectar esta infección de la glándula mamaria del animal de modo rápido y confiable que permitiera realizar un diagnóstico temprano", subrayaron Cortón junto con Astrid Hilding Ohlsson, integrante del equipo. "Los tambos se están tecnificando por lo tanto no se puede seguir con un anotador y un lápiz, sino que se pretendía hacer un medidor electrónico que detectara de un modo instantáneo y de fácil manipulación la presencia de la mastitis", agregan.
Este proyecto del que participan Cortón, Hilding Ohlsson, Marcos Paredi, Leonardo Cantoni y Pablo Núñez Pölcher fue uno de los 16 seleccionados para recibir apoyo de Incubacen, que es la incubadora de empresas de base tecnológica de la Facultad de Ciencias Exactas, y fue ganador del primer premio del llamado de Incubacen 2007: "Premio al Mejor Plan de Negocios". "Recibimos 20.000 pesos por este galardón con los cuales estamos empezando a diseñar dos prototipos del aparato", anticipa Cortón.
¿De qué se trata el biosensor? Técnicamente también se lo conoce como lengua electrónica y posee un conjunto de sensores electroquímicos para medir diferentes propiedades fisicoquímicas de la leche. "El aparato -describe Cortón- tiene una manija con cuatro reservorios o pocillos, que se coloca debajo de la ubre. En unos 20 a 30 segundos analiza las propiedades lácteas e indica en un visor si la vaca tiene problemas. En el display aparece el grado de mastitis: 0, 1 ,2 ,3 y 4. Este último indica el nivel más elevado de la enfermedad relacionado con el número de bacterias y glóbulos blancos presentes en la leche."
Astrid Hilding Ohlsson sostiene el prototipo Foto:FCEYN-UBA
Con este aparato se pretende diagnosticar cuanto antes la enfermedad, que disminuye la calidad de la leche y por ende su valor comercial, deteriora el rendimiento en litros y aumenta los gastos en tratamientos veterinarios. "Las vacas de tambo están genéticamente seleccionadas por su alta productividad, esto les causa una gran exigencia energética y estrés por lo que aumenta su sensibilidad a infecciones", indican los científicos.
Presencia de grumos, pus, sangre y acidez son algunos de los cambios que produce la mastitis en la leche. "Cuanto antes se detecten estas modificaciones, mejor para evitar que se contagien otros animales", puntualizan quienes también obtuvieron el primer premio en la "Convocatoria Ideas-Proyecto Incubacén 2007", que les permitió viajar a la Universidad de Miami, a la Universidad de Boston, al Babson College y al Massachusetts Institute of Technology (MIT-Cambridge) para conocer incubadoras de negocios de Estados Unidos.
"La visita nos permitió presentar el proyecto para recibir comentarios de modo de ajustarlo a los estándares internacionales y hacerlo atractivo para conseguir capital de riesgo y poder avanzar con el emprendimiento tecnológico", precisa. Actualmente se hallan trabajando en el primer prototipo que "tiene una efectividad de más del 90%, y mide varias propiedades de la leche y no una sola, como suelen hacer los sensores existentes de menor eficacia pues alcanzan el 70%", advierte Cortón.
El costo del prototipo asciende a 400 dólares según sus cálculos y esperan diseñar un segundo aparato que "permita descargar los datos obtenidos en una computadora, de manera que el productor pueda llevarlo en una planilla Excel actualizada a diario", anticipa.
Marcos Paredi, Astrid Hilding Ohlsson, Eduardo Cortón, Leonardo Cantoni y Pablo Núñez Pölcher
Foto: FCEYN-UBA
La autora de la noticia integra el Centro de Divulgación Científica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA