INTRODUCCIÓN
Los animales destinados a la producción láctea sufren gran estrés debido a las exigencias de la alta producción. La reproducción es la parte básica para lograr el equilibrio productivo de carne, así como de leche; aunado a factores como las instalaciones, el clima, el manejo y otras, es así como se podrá en su momento tener el éxito deseado de un hato. En México en el año 2014 la población de bovinos fue de 28,415,337 cabezas de ganado bovino, de las cuales el 62% son destinados a producción de leche y el 38% a producción de carne. El 29.4% de unidades de producción agropecuaria tienen bovinos; Puebla ocupa el 22º lugar en número de cabezas con 379,595 y el 9º lugar en producción láctea con 3.7%. La raza Holstein es la más productiva de todas las razas lecheras, su desempeño óptimo se da en clima frio y templado, y complicadamente al clima tropical, solo con la hibridación ha logrado la adaptación parcial para las temperaturas elevadas, o en su defecto, en instalaciones con temperatura controlada. La mayoría de los índices reproductivos para un hato son calculados como el promedio del desempeño individual (Ortiz et al., 2005). La eficiencia reproductiva es el parámetro de producción alcanzado por el animal, considerado como óptimo para su especie; en el caso de los bovinos, es la producción de una cría por año. El intervalo entre partos, los días abiertos y los servicios por concepción son los que mejor describen la eficiencia reproductiva de un hato (Gallegos, 1998). La temperatura del medio ambiente altera de manera inmediata la temperatura corporal del animal y puede incrementar su metabolismo hasta un 10%, disipando el calor para reestablecerse (Moberg y Mench 2000). La habilidad para deshacerse del calor es mediante pérdida de iones y agua, comprometiendo al organismo a un estado de deshidratación (Kluger, 1991). La utilización del ITH utilizado para indicar la falta de confort causada por los efectos combinados de la temperatura y la humedad del aire logra ser una buena herramienta para el monitoreo del estrés calórico, fue desarrollado por Thom en 1959. Se han caracterizado distintas categorías según la magnitud del ITH (Livestock Weather Safety Index, Livestock Conservation Institute, 1970):
- Normal, menores a 72.
- Alerta, ITH entre 73 y 78, la productividad de los animales se ve disminuida.
- Peligro, ITH entre 79 y 83, la productividad de los animales es altamente disminuida.
- Emergencia, ITH de valores mayores a 83, puede ocurrir la muerte de los animales.
Si la temperatura ambiental alcanza valores por encima de los 20° C para los animales de origen templado y 26° C para los de origen tropical, se produce una falla en los sistemas de termorregulación, aumenta la temperatura rectal, disminuye el consumo de alimento, baja de la producción de leche con un cambio en su composición (Flamenbaum, 1995). Se ha reportado que la glándula mamaria se ve afectada en su desarrollo durante la etapa de preparto, disminuyendo la producción de leche en las siguientes lactaciones (Tao et al., 2012). Los cambios climáticos y la adaptación de los animales a los ambientes para los que fueron seleccionados son algunas de las causas del por qué no se logra obtener una producción láctea esperada, además de que se ve afectada la eficiencia reproductiva, por lo que se propone evaluar la relación entre estas últimas y los índices que hacen referencia al estrés térmico.
MATERIAL Y MÉTODOS
Animales: Se utilizó información de 2500 registros para realizar los cálculos de los parámetros reproductivos. Las bases de datos se capturaron en una hoja de cálculo de Excel, la información empleada fue a partir de enero de 2012 a diciembre de 2017. Los animales se encuentran estabulados en 3 corrales sin separar altas, medianas y bajas productora, pesebres amplios y agua a libre acceso. La dieta de las vacas en producción consiste principalmente en ensilado de maíz, zacate, alfalfa achicalada y un concentrado comercial al 18% de proteína. Índice de Temperatura Humedad: Los valores de temperatura y humedad relativa se obtuvieron del servicio meteorológico nacional. El índice de temperatura y humedad (ITH) de Ingraham et al., 1971, se calculó como: ITH = (1,8*T+32)-(0,55-0,55*HR/100)(1,8*T-26)
Dónde: T temperatura (º C), HR humedad relativa (%)
Análisis estadístico: Los datos fueron analizados mediante el programa R for Statistical Computer v 3.13, en donde se calcularon las matrices de correlación de Pearson, para identificar las variables que presentaron relación con el ITH.
RESULTADOS
En la figura 1 se muestran los índices de temperatura humedad promedio de los 6 años de evaluación, que posteriormente se utilizaron para relacionarlos con la información productiva y reproductiva de los animales.
En el análisis de correlación se encontró que al aumentar el índice de temperatura humedad, los servicios por concepción aumentaron, de la misma manera la presencia de fetos momificados (P?0.01). Para el caso del ITH bajo (octubre a marzo) se observó una correlación negativa en el estro natural, el parto normal y la metritis fétida, lo que indica que si el ITH es bajo el estro natural y los partos normales aumentan. Por otra parte, el estro natural tiene una mayor influencia con la involución uterina normal y el parto normal, además de que se presentó un aumento en la piometra uterina. Para el estro sincronizado se notó que aumenta el número de hembras nacidas (P?0.01). La tasa más alta de fertilidad se obtiene durante los meses más fríos del año y cuando las vacas se encuentran libres de enfermedades reproductivas, problemas asociados al parto y los desbalances nutricionales.
DISCUSIÓN
Los índices de temperatura humedad (ITH) más altos oscilaron entre 73.6 y 76.3 que corresponde a los meses de abril a septiembre, según lo establecido por el Livestock Weather Safety Index, los valores óptimos de producción deben mantenerse por debajo de un ITH de 72, por lo que los índices por arriba de este valor que consideran como una llamada de alerta y se recomienda tomar medidas para disminuir el estrés térmico del animal, a su vez disminuye la producción y la reproducción, cabe mencionar que no en todos los meses se presentaron índices que pudieran comprometer la producción de los animales. Por lo general las vacas lecheras son muy susceptibles al estrés térmico, en esa etapa su temperatura rectal supera los 39º C, su frecuencia respiratoria es mayor a 80 por minuto, la ingestión de materia seca disminuye del 10% al 30% que es empleado por el animal como un método para disminuir la producción de calor en el tracto digestivo y la producción láctea puede descender hasta el 10% (Moberg y Mench 2000). Muchas de las anomalías uterinas están asociadas a los procesos de concepción del producto y al parto, estos procesos son desencadenados principalmente por la utilización de métodos hormonales y por los periodos de descanso como los días abiertos y el periodo de días de lactación. Si consideramos que son animales de origen europeo que durante la época fría encuentran el clima óptimo para desarrollar sus actividades fisiológicamente reproductivas y productivas, siendo en esta época más eficientes. En los meses de mayor temperatura que son desde finales de la primavera y el verano, las vacas no suelen mostrar fácilmente signos de celo y cuando lo hacen, la duración del celo es más corta (Arias et al., 2005).
CONCLUSIÓN
Las anomalías reproductivas en el ganado bovino se deben principalmente a causas externas, principalmente el mal manejo que se le brinda a los animales y las deficiencias nutricionales de la dieta, poco se sabe de la influencia de la temperatura medioambiental sobre las anomalías reproductivas, es por ello que se requiere de una mejora constante de las instalaciones y el manejo acerca de los cambios climáticos para brindar el confort adecuado a los animales.