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Atención para no repetir las decisiones equivocadas de otros

Publicado: 12 de febrero de 2025
Por: Ing. Agr. Félix Fares
En las empresas tamberas ocurren también decisiones equivocadas, de las que poco se habla pero que afectan el desempeño (a veces en forma importante por sus efectos directos pero también indirectos. Estos son algunos ejemplos. Y cualquier parecido con la realidad, NO es pura coincidencia. Solamente se han cambiado los nombres…
En el tambo “El Faisán”, su nuevo administrador, Carlos F., ha decidido, luego de llevar la gestión económica anual por muchos años complementada por el Balance Patrimonial, que llegó la hora de dejar de lado la Gestión, y considerar solamente el Patrimonial. Suponiendo quizás que no valía la pena seguir acopiando datos para ésta, y que en realidad lo importante era conocer solamente esa “foto” que brinda el Patrimonial. El problema es que cuando los socios quisieron considerar a fin del ejercicio los resultados obtenidos la explicación de por qué se había llegado a ese menor Activo y paralelamente al crecimiento del Pasivo (con lo cual disminuyó en forma importante el Patrimonio Neto,  no obtuvieron explicación detallada de todo el proceso que ocurrió en esos doce meses. Simplemente contaban con las dos “fotos”: la del patrimonial a inicio, y la otra, a cierre. De modo que el resultado fue que quedaron preguntas en el aire, sin poder ser contestadas, con las lógicas consecuencias…
En “La Madrugada”, en cambio, se continúa llevando la Gestión económica anual además del Balance Patrimonial. Pero en este caso el administrador Juan Pedro M, cumple con la formalidad de enviárselas por mail a los tres socios de la empresa. El problema es que lo que manda es una serie interminable de planillas Excel, en las pretende volcar con todo detalle lo ocurrido durante los doce meses. Pero faltan dos “detalles”  fundamentales: no hay ningún comentario sobre todos esa gran nube de números. Y además, “por h o por b”, nunca se llega a concretar una reunión (por lo menos anual) con los socios para atender sus dudas, consultas, y lograr un ida y vuelta de toda esa información que reciben…
El error de suponer que bastaba con el Balance Patrimonial, dejando de lado la Gestión Económica…
En “Tres Marías”, su administrador, Felipe M, el mayor de cuatro hermanos dueños de la empresa, solamente informa escuetamente sobre las novedades cuando alguno de sus hermanos pregunta sobre tal o cual tema. Si llovió o continúa la sequía, si subió o no el precio de la leche. Y, lo más importante, la consulta que llega sistemáticamente:  si hizo la transferencia de retiros mensuales o cuándo la realizaría…De modo que no existe un informe periódico de situación, de nuevo, bajo la suposición de Felipe de que no lo leerían, de modo que mejor esperar a que hayan consultas…Pero reforzado su argumento de no insistir en elaborar informes ya que cuando aquella vez se dedicó a elaborar un minucioso informe para los socios, con abundantes datos técnicos que probablemente sólo él sabría comprender, y no tuvo respuesta de sus hermanos (quizás porque entendieron muy poco de ese detalle tan técnico)…
Veamos ahora el caso de “Dos Lagunas”, que cuenta con dos tambos. En este caso se trata de un administrador externo, Paco H., que periódicamente recorre el campo y emite luego un informe para los dueños, Carlos M., y sus dos hermanas Susana M. y Violeta M. Cuidadoso de su puesto, Paco no hace objeciones a las solicitudes de retiros de los dueños, y avala todos los ajustes que requieren, prácticamente mensualmente. Al no haber un protocolo establecido de retiros, por ejemplo en litros de leche equivalentes todo queda a la voluntad de las necesidades de los socios. No sea cosa que por regatear retiros, Paco caiga en desgracia, y alguno de los socios, frente a la negativa de aumentar sus retiros, plantee la posibilidad de cambiar de administrador…Y así, las consecuencias, fueron llegando. Al punto de tener que la empresa tuviera que tomar un importante crédito bancario para afrontar las necesidades de capital de trabajo, cuando en realidad, dicho crédito estaba destinado mayoritariamente a financiar los crecientes retiros de los socios…
Saliendo de lo meramente económico, veamos el caso de “Don Claudio”, un tambo ubicado en la zona del Abasto de la provincia de Buenos Aires. Juan P., guachero, lleva años a cargo de la crianza de los terneros, no solamente las hembras sino también los machos. Los resultados obtenidos alcanzados se vienen manteniendo en niveles muy buenos, comenzando por la baja mortandad, buen calostrado, entre otros, y en definitiva el buen estado general de la ternerada. Juan se ha enterado por las redes acerca de un interesante Curso de Guachera, a distancia, por zoom, que va comenzar el mes siguiente. Y un costo accesible. Se lo comentó en su momento al dueño, Don Germán, pero la respuesta no fue la que esperaba. Germán decidió que el curso era caro, que además no valía la pena capacitarlo a su guachero, si total era probable que en algún momento le anunciaría que renunciaba por otra mejor oferta en algún tambo vecino, o sea que no valía la pena capacitar el personal si al fin y al cabo estaba de paso. De modo que su respuesta fue: “si te interesa hacer el curso, pagátelo vos…”, con lo cual Juan no pudo tomar el curso Sin tomar conciencia el dueño de que la labor de Juan constituía la base de la pirámide productiva del tambo…
No sea cosa que por regatear retiros, Paco caiga en desgracia, y alguno de los socios, frente a la negativa de aumentar sus retiros, plantee la posibilidad de cambiar de administrador.
Sigue ahora el caso de “El Talero”, otra empresa con tambo, en la zona de La Pampa. Su dueño, Gregorio T. luego de años de retribuir a sueldo al personal de sus tambos, tomó la decisión de abandonar ese sistema, y pasar a remunerarlos bajo un sistema de diferentes porcentajes al equipo de ordeñe y a los mixeros. Se dedicó entonces a confeccionar una detallada tabla de porcentajes, que además contemplaba premios y descuentos para diferentes ítems (por ejemplo leche con antibióticos, altos valores de U.F.C, de células somáticas, según temperatura de entrega, según manejo general de la hacienda, según puntualidad en los ordeñes, etc., etc., etc.
El resultado obtenido fue una completísima tabla en la que no faltaba absolutamente ningún detalle o ítem a considerar, con rangos de valores y su correspondiente porcentaje de bonificación o descuento. Era un verdadero trabajo científico, que además le había llevado horas y horas llegar a confeccionarlo. Se puso en práctica entonces el nuevo sistema a partir del mes de marzo. Solamente se le comunicó al equipo de ordeñe que a partir de dicho mes se modificaba el sistema de remuneración, que pasaba de sueldo fijo a porcentaje pero sin dar mayores detalles de la complicada mecánica de cálculo de la que resultaría su retribución mensual.  Cuando llegó fin de mes, fue la hora de pagarle al personal. Y comenzaron entonces las preguntas, las dudas, incluso las sospechas, ya que era tan engorroso poder llegar a entender la forma de cálculo, que prácticamente ninguno del equipo de ordeñe pudo entender de dónde salía esa cifra que le tocaba cobrar…Resultado: hubo que, luego de tantas horas invertidas, dejar atrás el nuevo sistema, y pasar a otro mucho más simple, que pudiera ser comprensible para el personal.   
La tabla de premios y castigos era tan compleja que difícilmente el personal llegaría a entenderla
Y para terminar, veamos que sucedió en “La Tormenta” (nunca mejor aplicado a lo ocurrido), un tambo importante, propiedad de cinco hermanos en sociedad. Ya desde tiempo atrás había quejas, sobre todo de parte de dos de los hermanos: Teresa D. y Fernando D. El motivo, el monto de los retiros que percibían por mes, y que ellos consideraban insuficiente. De modo que la tensión fue creciendo en las sucesivas reuniones llevadas a cabo. Al punto que en cierto momento Teresa D. anunció que dejaba la sociedad, de modo que quería “vender” su parte al resto de sus hermanos, y quedarse con su porción de tierra. Comenzaron entonces las tratativas para poder determinar, por un lado, cuál era ese valor, correspondiente al 20% del total de la sociedad, sin incluir la tierra, ya que ya estaban asignadas las diferentes parcelas para cada uno de los hermanos. El capital que le seguía en importancia era la hacienda de tambo, pero sin olvidar la parte de las maquinarias, el resto del activo y, detalle no menor su parte proporcional del pasivo…Pero, además de determinar el valor de su parte, había que considerar, detalle no menor, la forma en que se le pagaría, en qué plazos, y a qué valor de cuota…¿Tendría la posibilidad de dejar en capitalización su parte del rodeo de tambo o habría que pagárselo sin otra alternativa? Pero además quedaba como incógnita cuál sería el destino de su parcela de campo: quizás querría venderlo, o en todo caso arrendarlo, pero en este último caso no quedaba claro si la prioridad en arrendarlo la tendría (o no) la empresa de la que iba a salir, o en todo caso quien fuera el mejor oferente. Como se ve, quedaban en el aire muchos detalles a conversar, y a discutir (a veces en forma acalorada).
Para terminar de completar el panorama complejo, su hermano Fernando decidió que iba a tomar la misma decisión: dejar la empresa. De modo que ya no era una sino dos las partes que se iban, de modo que el problema se multiplicaba.
Y todo por no haber pensado a tiempo en confeccionar un protocolo entre los hermanos, previendo que podían llegar a ocurrir situaciones como ésta…Por ejemplo estableciendo en ese protocolo que no se podría ir de la sociedad más de un integrante en el mismo ejercicio, y que deberían transcurrir por lo menos otros dos ejercicios para que pudiera salir el próximo socios. Por otro lado, fijando un mediador en caso que no hubiera acuerdo entre las partes. Estableciendo además la posibilidad de poder dejar en capitalización la hacienda en ordeñe, y a qué valor mensual expresado en litros de leche. Dejando por escrito  (y firmado por todos los socios) todo lo acordado, porque las palabras se las lleva el viento. Estableciendo la forma de pago de esa parte; dándole a la empresa la prioridad de arrendar esa parcela de tierra en caso que quien dejara la sociedad deseara alquilarla, entre otros detalles a tener en cuenta.
Conclusión
Como hemos visto a lo largo de este artículo, se cometen errores en las empresas. Y los mencionados son solamente algunos de los muchos que pueden estar ocurriendo. No son imaginarios sino que corresponden a situaciones reales, en empresas “de carne y hueso”. Lo importante en todo caso es poder detectar cuáles son los que afectan cada empresa, de modo de buscar la forma de no seguir incurriendo en ellos.
Se preguntará el lector cómo terminaron varias de estas historias. Buena pregunta. Lo dejo a su albedrío.
No digo que sea simple evitar o en todo caso subsanar los errores, pero vale la pena intentarlo…
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Félix Fares
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