El tambo es una actividad que ofrece varias formas de generar ingresos. La más importante, sin dudas, es a través de la producción de leche. Pero no es la única, ya que además se pueden generar otros ingresos, si se quiere a partir de las sub actividades derivadas de la leche.
Una es por ejemplo la venta de hacienda destinada a faena, a partir, por un lado, del descarte de hacienda que se va produciendo periódicamente, por diversas razones, y además por la crianza y engorde los terneros machos, y que no vienen al caso para este artículo. Y ambas vías de ingresos son habituales para todos, absolutamente todos los tambos, sin excepción.
Pero hay además otra vía de ingresos, que no es menor, y que puede llegar a ser muy importante, y que está solamente reservada para algunos, como dice el título del artículo: y se trata de la venta de hacienda no ya para faena sino para seguir en producción. Y referida a las distintas categorías: desde terneras, pasando por vaquillonas a entorar, vacas ya en producción, y, la estrella de las categorías, por su valor, las vaquillonas preñadas.
Y decimos que este es un negocio (como tal) solamente para algunos. Porque lo pueden llevar a cabo, sin ser afectadas, aquellas empresas que tienen un excedente de hacienda que supera su reposición anual. Y llegar a lograr esto implica un largo camino que arranca temprano, cuando se cuenta con bajos índices de mortandad perinatal en hembras y luego una baja mortandad durante la crianza. Sigue luego con una adecuada recría, con baja mortandad, buenas ganancias de peso, edad temprana y buen estado corporal al primer servicio. Pero aún falta otro recorrido, cuando llega la etapa de preñar esas vacas o vaquillonas.
De modo que es necesaria toda una cadena de eventos favorables para lograr ese excedente. Y, como si fuera poco, por el otro lado, tener bajos índices de descarte que hagan que pueda llegar a haber un excedente luego de la reposición anual.
Cuando decimos que este es un BUEN negocio solo para algunos, aclaramos que lo es sin que traiga consecuencias indeseadas. Porque cualquier tambo puede decidir la venta de su hacienda, dejando de lado la de descarte. De hecho, sucede que se da el caso de empresas que, por necesidades financieras, decide vender parte de su hacienda, sean desde ternera hasta vaquillonas preñadas, para afrontar compromisos, pero eso implica sacrificar no solamente producción futura de leche y además de crecimiento vegetativo del rodeo. Es decir que las consecuencias aparecen luego con el tiempo, vía menor producción.
Aquellos tambos que tienen la posibilidad de vender hacienda sin sacrificar su reposición, son aquellos “algunos” a los que nos referimos. Por supuesto que además tienen otra opciones: desde agrandar sus rodeos, capitalizar vacas y/o vaquillonas en campos de terceros, y hasta la posibilidad de ampliase y abrir otro tambo. En todos los casos, implica un aumento en la facturación y continuar además con el crecimiento del rodeo.
El mercado de hacienda para producción generalmente está mayoritariamente formado por las categorías de vacas y vaquillonas preñadas. En algunos años la demanda se inclina más por las vaquillonas, mientras que en otros son las vacas las más buscadas. En ambos casos, porque se trata de hacienda que a corto plazo entrará en ordeñe y comenzará a generar ingresos, por lo cual se prioriza con respecto a otras categorías como es el caso de las terneras y las vaquillonas a entorar.
A su vez, ya dentro de las posibilidades que ofrece la venta de vacas en producción y vaquillonas preñadas, aparecen las variantes que pueden agregar más valor al “producto”.
Especialmente dos aspectos: por un lado el hecho de que la empresa vendedora esté libre de tuberculosis y brucelosis. Eso ya marca una diferencia en el precio. Por otro, el nivel genético alcanzado por ese tambo, porque eso hace a la calidad tanto de la vaquillona como también de su descendencia. Pero hay además otros ítems a tener en cuenta a la hora de agregarle valor y mejorar el precio: el hecho de que se trate de animales “con papeles” o del rodeo general; la posibilidad de seleccionar las vaquillonas por parte del comprador (en lugar de que sea como se suele decir “al barrer” es decir apartando el lote en cuestión al azar). El hecho de que esté preñada con semen sexado también le agrega valor porque aumenta las probabilidades de que nazca una hembra. Y para completar, la fecha esperada de parto también juega su rol en el precio a convenir.
Completando el abanico, aparecen las facilidades de pago y los plazos. En este sentido, acá no se suele hablar en términos de $ ni de dólares sino en valor producto: litros de leche, que es definitiva lo que producen tanto el que vende como quien compra. De esa manera, se fija el precio en tantos litros de leche, que luego se puede dividir en cuotas, las cuales van ajustando según el valor del litro de leche al momento del pago. De esa manera se benefician tanto el comprador como el vendedor.
Como vemos, son numerosos los factores a considerar a la hora de ponerle precio a esa categoría de hacienda, la más valiosa del tambo. Y si bien se trata de un mercado fluctuante, que no todos los años ofrece las condiciones deseadas por los vendedores, sigue siendo atractivo porque ofrece la posibilidad de ubicar ese eventual excedente de la reposición anual.
Se suele hacer referencia al valor histórico de una vaquillona preñada, que debería ser de unos 6.000 litros de leche o, su equivalente en grasa butirosa, 200 kilos. Ese monto provenía de lo que solía totalizar una lactancia, de modo que ya con su primera lactancia, esa vaquillona “se pagaba”. Pero los tiempos han cambiado, gracias al progreso genético y la alimentación, llegando a duplica esos 6.000 litros/lactancia, de modo que en ese caso, ya con media lactancia la vaquillona saldaría su precio.
Como se ve, es un negocio atractivo para ambas partes: para quien vende porque tuene otra vía de ingreso en su tambo. Para quien compra, porque se puede hacer de un animal que ya en un tiempo conocido comenzará su vida productiva, generando ingresos.
Es un BUEN negocio que por ahora es solamente para algunos. Pero que también puede llegar a estar disponible para todos aquellos que, siguiendo todos los pasos mencionados anteriormente, lleguen a tener excedentes de hacienda, contando con excelentes condiciones sanitarias y buena genética.