De nuevo otra crisis que llega al tambo. De nuevo los planetas que parecen alinearse pero esta vez en contra. Otra más y ya van…Precio de los granos en suba en el mercado internacional, y sumado a eso incertidumbre cambiaria acá. Precios “cuidados” en las góndolas que ponen techo a lo que puede cobrar el productor. Covid que se intensifica. Y el tambo no es ajeno a él, menos cuando se trata de una actividad esencial. Para agregar además: demanda planchada.
Pero no termina ahí: falta de una mesa lechera única y organizada. Escasez de productos por las restricciones a las importaciones. Y para completar, el mensaje de algunos que al campo le está yendo muy bien con semejantes precios de los granos, como si el tambo no integrara lo que se entiendo por “el campo”.
Cada uno es cada cual
Cada uno sabrá cuántas crisis el tocó ya enfrentar: sólo unas pocas en algunas empresas; unas cuántas en otras. Cada uno habrá tomado de nota de lo que ya hizo en otras y le dio resultado, pero también eso que implementó y no le dio resultado.
La que sin duda siempre da resultado es tener una comunicación fluida con el personal, que estén al tanto de cómo van la cosas, que no se trata solamente de tomar los datos de producción individual que dan mensualmente los controles lecheros sino que todo es mucho más complejo en el mundo tambo. Y por lo tanto, que estén al tanto de todo lo que se mueve en ese complejo mecanismo. Participarlos además de cuáles son los objetivos a corto, mediano y largo plazo de la empresa. Que estén al tanto el estado de situación: cuáles se están llevando a cabo, de cuáles están cumplidos, y cuáles por ahora quedan en suspenso y por qué, entre esas causas hasta tanto las cosas mejoren.
Porque no es momento para descuidarse, bajar los brazos, y que además se agreguen, por ejemplo, problemas en la calidad de la leche entregada, o en los resultados de la detección de preñez, los índices alcanzados. O que aumenten los índices de mortandad justo en estos momentos críticos. Es decir que el desafío es motivarlos para que, como alguien solía decir, “se hagan las cosas muy bien, de modo que salgan bien; porque de hacerlas bien solamente, seguramente los resultados serán regulares…”
Apelar a la experiencia es recordar la importancia de la flexibilidad del sistema de producción de leche en estos momentos, haciendo los ajustes que correspondan, reemplazando en la medida que cada uno pueda y decida suplementos por pasto, por ejemplo.
Sacarle superficie a la agricultura como parte de esa estrategia puede sonar a incoherencia porque significaría aumentar el “subsidio” que se espera que la agricultura le haga al tambo. Pero en esto no hay recetas infalibles. Cada no sabrá dónde más le aprieta el zapato y tomará las decisiones en consecuencia.
Concéntrese…
No está mal compartir, como catarsis, con otros, los errores de la política estatal en materia agropecuaria, y quejase por todo lo que está ocurriendo, o cómo deberían ser las cosas. Pero el objetivo debería ser centrarse en aquellos aspectos que pueden tener mayor impacto en su empresa, en estos momentos, y en su situación particular y puntual, más allá de las generalidades y de la situación del sector en general.
Sería en todo caso un ejercicio de resiliencia (palabra muy usada en estos tiempos pero que ni está de más repasar su significado, a saber: resiliencia es la inefable capacidad que le permite a ciertas personas anteponerse a las distintas adversidades que se les presentan en la vida diaria. Permite desarrollar conductas positivas ante el estrés, las amenazas o algún conflicto. Allí está el desafío. Algunos podrán preguntar: ¿se nace o se hace resiliente?
En realidad, no es tan polarizada la situación ya que todos tenemos una cuota de resiliencia que llevamos con nosotros. Algunos en mayor medida, otros en menor medida, pero todos las tenemos. Y el poder ejercitarla nunca está de más. Porque nos quedará como capital para enfrentar esta crisis que ya está ocurriendo, de la que no tenemos horizonte de salida por ahora. Pero además pasará a integrar nuestro de bagaje de experiencias para las próximas que toque enfrentar.
Ninguna crisis apareció de la noche a la mañana ni desapareció tampoco de esa forma. Siempre hay un proceso gradual, tanto de entrada como de salida. La clave es estar preparado, detectar a tiempos los primeros síntomas tener las herramientas disponibles para enfrentar los malos momentos. Y estar preparado de modo de estar bien posicionado para cuando las cosas mejoren.